dieciséis
Maratón 2/2
Los domingos ya no eran lo mismo para un Chan que se sentía desmotivado, de todas formas, ya no eran lo mismo, los domingos dejaron de ser divertidos.
El primer domingo de diciembre Seungmin le dijo que no podían verse ese día frío, porque YungBin pensaba llevarlo con su familia a pasar el primer domingo familiar después de tanto tiempo sin pasar juntos, YungBin internamente pensaba que, de esa forma, el amor que desesperadamente intentaba sentir de nuevo, regresaría, Seungmin se intentaba convencer de que eso era lo correcto, convenserce de que se seguían amando y que nad había cambiado, que todo era como debía ser, como tanto espero que fuera. Bang Chan comprendió el que no se verían y pidió que se divirtiera con la que sería su familia muy pronto, aunque Seungmin dijo que el padre de YungBin era un hombre odioso que hacía comentarios homofóbicos muy pasivos- agresivos, Chan le recomendó que lo ignorara, que no tomará en cuenta la opinión del hombre, pero también le recomendó no quedarse callado ante los actos que le molestaban, le dijo que si sus comentarios rozaban lo insultante, entonces le diera un golpe en la nariz y corriera, ambos rieron mucho y bromearon sobre el asunto, pero cuando la llamada termino (justo cinco minutos antes de que YungBin llegará a casa), Chan solo se acostó en su cama a mirar el techo sumergido en sus pensamientos, es que eso de ver al chico que te gusta, con el chico que amaba es una patada en el hígado, sin duda. Chan no tenía ganas de llorar, solo sentía un vacío en el pecho que le impedía sentir algo diferente. La única manera en la que no lo sentía era cuando caía envuelto en el sueño y en este, en sus fantasías, es en el único lugar donde sabía el sabor de los besos de Seungmin, solo en sueños, nada más ahí, en el anhelo de sus subconsciente que imaginaba deseos presentes que habitaban su pecho.
El segundo domingo, tampoco pudo verlo, pues Jeongin, mejor amigo de Seungmin, le había apartado ese día para ver algo de la boda, le dijo algo de las invitaciones que se entregarían pronto, dejándole como promesa que les llevaría la invitación esa semana, Chan le dijo que estaba bien, que no se preocupara, en fin el tenía mucho que escribir, ese día Chan tampoco podía verlo, pues a medio día, tenía una junta con Jisung para asuntos del trabajo.
Aquel día, Chan abrió su corazón al chico que tanto admiraba por su música, pues resulta que después de la junta de trabajo, Jisung al notarlo tan cabizbajo, le invito unos tragos para celebrar y Chan acepto sin tener nada que hacer ese domingo, no había porque negarse, era gracioso, hace meses el Hans hubiera imaginado estar ahí, junto con Jisung tomando algo, vendiendo sus letras a su nombre y tomando crédito de algo que le correspondía, sin duda vender su propio arte era magnífico porque era muy bien pagado y eso que solo era el principio Chan se dio cuenta que Seungmin llegó para cambiarle la vida, de un segundo a otro, en un abrir y cerrar de ojos, todo lo que Chan deseaba llegó a sus manos, el problema es que sentía ese incómodo vacío en el pecho que le impedía sentirse plenamente completo.
Cuando eran cerca de las ocho de la noche, Jisung se enteró que Chan estaba enamorado perdidamente de alguien que no le correspondía, sin nombres, solo la sospecha de que había alguien, que estaba en ese ánimo por alguien, pero sin saber de quién. A las diez de la noche, Jisung ya sabía que Seungmin se casaría pronto, con un hombre rico que era un estirado, de mala actitud, Jisung sabía obviamente quien era aquel chico, incluso se sorprendió al saber que Seungmin seguía con el después de tanto tiempo, incluso se sintió un poco mal por Chan, pues sabía, desgraciadamente, el amor que Seungmin profesaba por YungBin, era testigo de ello, ni siquiera hubo palabras de consolación o motivación, Jisung no podía hacerlo.
Entre más tragos, Chan confesó que estaba celoso, celoso, porque él nunca probaría sus labios, porque él nunca le tocaría el rostro tan de cerca y tampoco amanecería a lado de él, no miraría más lo bello que lucía al despertar, pues a pesar de que solo fue una noche en la que durmieron juntos en un incómodo auto, Chan grabó en su mente lo hermoso que lucía Seungmin al cerrar los ojos, pero amaba más cuando los ojos apenas si se le abrían y su sonrisa perezosa aparecía, Jisung escucho qué Chan estaba malditamente enamorado de Seungmin, pues al mencionarlo, los ojos le brillaron y el aura le cambió, Jisung fue testigo de eso que creía inexistente. Las canciones de Jisung no hablaban de amor, nunca antes había escrito algo romántico, algo que realmente hablara de un amor tan puro, pero al escuchar a Chan, al verlo ahí, hablando de quien sentía que quería, pero en realidad amaba, fue que sacó la libreta, le quito una pluma al camarero y entonces comenzó a describir una nueva canción de amor, un amor no correspondido, un amor que solo es de uno, que solo se guarda en un pecho, y a pesar de que ese amor existe, también existe la alegría de verlo Feliz, aunque no fuera con él, ese amor desinteresado, que no espera ser correspondido y que solo se siente.
Ambos estaban tomados, el alcohol circulaba por sus venas y entonces la creatividad también, el alcohol les brindaba motivación, sin duda. Chan escribió algo sobre unos ojos hermosos, Jisung sobre un amor, en medio de un bar, a una hora que no se conocía bien, Jisung y Chan pudieron abrir uno con otro, como si fueran amigos de años y no una relación de jefe empleado, escribieron, tomaron y luego se fueron a casa, nada mejor que un plan plenamente tranquilo.
El día lunes, cuando Chan llegó con resaca al trabajo, la cabeza a punto de estallar y unas gafas de sol porque realmente la luz, que aunque era tenue, era molesta; lo primero que Chan hizo fue mirar la hoja arrugada que guardaba en su chamarra del día anterior, hoja donde había escrito algo la noche pasada, se maldijo mil veces cuando vió que había encontrado rimas con el nombre de Seungmin, su sonrisa y sus ojos, debía arrancar ese amor de su pecho si no quería salir completamente lastimado, aunque bueno, ahora mismo, salir ya implicaba dolor. La noche anterior no supo que fue de él, solo recuerda cuando Han lo llevo a casa, ni siquiera respondió el mensaje de buenas noches que el dueño de sus suspiros le había mandado, tampoco se desnudó al entrar a la cama, solo se acostó a soñar con lo que en su parecer, nunca sucedería.
Cuando dieron las cinco de la tarde, y un Seungmin contento entro por la puerta, directo a trabajar como siempre, Chan se sintió un poco más hundido, ya lo sentía tan lejos, tan lejano, aunque se sentía feliz, Seungmin y su sonrisa le hacía sentir completamente bien, sin importar que la sonrisa no la provocaba él, Chan se regañó mentalmente, el debía aceptar que definitivamente su único lugar en la vida de Seungmin era el de ser amigos, ser solo amigos, lástima que cada uno de los suspiros de Chan, ahora llevaban el nombre del chico Kim, lástima, que lástima, pues Chan quería dejar de sentir eso que le albergaba en el pecho, la esperanza de que fuera un amor fugaz había desaparecido hace mucho, le bastó meses para amarlo, esperaba que el tiempo no fuera tan cruel al momento de deber olvidarlo.
El día jueves de esa misma semana, Seungmin le interceptó al cerrar el local. Se seguían hablando, sí, claro que sí, al parecer todo estaba igual que siempre entre ellos, las bromas, los chistes, las platicas cotidianas, los mensajes de buenos días, el café Macchiato con una flor de vainilla a lado, las galletas en un platito especial, los sonrojos, las buenas palabras, todo, todo, excepto los domingo en los que salían a buscar una aventura nueva por toda la ciudad, así que Seungmin no noto que Chan estaba cada día más contrariado con todos esos sentimientos intrusos que ya no quería tener guardados en el pecho, sin embargo Chan no lo hablaría nunca, pues no había caso alguno hacerlo, no debía hablarlo, eso le haría perder más, que ganar, incluso teniendo a Seungmin como amigo era un privilegio que Chan no desperdiciaría, no por un sentimiento que se debía exterminar pronto.
— Channie— le habló Seungmin, esperándolo a sus espaldas, Chae, Changbin y Sana ya se había ido, solo ellos quedan ahí.
— ¿Dime?— la noche estaba fría, el invierno está siendo crudo, las manos de Chan estaba heladas, las de Seungmin eran cubiertas por guantes, Seungmin miró como Chan se soplaba las manos para darse calor, así que se acercó a él y le brindo una mano, Chan le aceptó la mano y pronto Seungmin le envolvió las manos para darle calor.
Chan acompañaba a Seungmin hasta su auto que estaba estacionado a unas calles del café, ese día lo dejo lejos porque había mucho tráfico, así que aparco su carro a calles del local donde trabajaba, así que tenían que caminar un rato juntos, todo eso mientras el corazón les latía bonito, pues sinceramente, el que sus manos se tocarán era motivo suficiente para tener a ambos sonrojados y nerviosos, es como si fueran de nuevo adolescentes descubriendo lo bonito del contacto físico sin ningún tipo de morbo, ese sentimiento bonito, así mismo se sentían, solo por tocarse las manos.
— podrías hacerme un favor— susurró Minnie, no sabía bien cómo decirlo, ni el porque quería decirlo o pedirlo mejor dicho, solo sintió que lo quería con él ese día, solo sabía que lo necesitaba a su lado para aquel día.
— el que quieras, Minnie— Chan sabía que claramente cualquier cosa que el pidiera lo haría, sin importar absolutamente nada.
—¿me prometes que aceptarás?— estaba nervioso, no sabía ni cómo pedirlo.
— sí es enterrar a alguien, está en contra de mi moral, pero acepto, Changbin podría ayudarnos—bromeó.
— no, nada de eso— le dijo Seungmin y se recargo en su auto— Espera ¿Aceptarías enterrar a alguien? Eso suena tétrico.
— eso hacen los amigos ¿No?— esa lealtad se esperaba de los amigos ¿No? Bueno, sinceramente si era un juramento bastante tétrico.
— ¿Matar gente?— Seungmin frunció el ceño, aún si soltar a Chan quien se encontraba frente a él, seguían con las manos entrelazadas.
—No, ayudarse.— sí, un amigo te ayuda a todo y te aconseja y te quiere, un amigo real es así, Chan debía ser un amigo real para Seungmin, no un chico que solo con sus sentimientos era molestía.
— ¿pero no es los convierte en cómplices?— dijo Seungmin después de un pequeño silencio.
—¿ cómplices?— ya no sabía de qué hablaban, Chan se había metido tanto en sus pensamientos que no sabía bien de qué le hablaba.
— sí, de asesinato— Seungmin continuaba con el tema.
—sí, bueno, ese no era mi punto— ambos se rieron, luego se miraron a los ojos y la tensión comenzó a correr; desde aquel día en que casi se besan, existía una tensión en el ambiente que los seducía.
— Bueno, a lo que voy es que quiero tu ayuda— dijo Seungmin tomando valor para hablar.
— ¿en que?— indagó Chan
— podrías acompañarme a buscar mi traje para la boda— pidió, el corazón de Chan se hundió un poquito más, el traje de boda, ¡Claro! Solo faltaba menos de un mes para el dichoso día, vaya, que rápido pasaba el tiempo.
—eh...— se quedó sin habla, no sabía que contestar al momento, pues la verdad es que si sintió un dolorcito en el pecho, un dolorcito apenas inexistente, casi inexplicable, algo que no debía existir.
— es que Jeongin siempre quiere cosas extravagantes que a mí no me gustan, pero siempre me convence de comprar, aparte YungBin no tiene tiempo para ir, el trabajo sigue duro tras sus espaldas, mi hermano no puede, mi madre es un rotundo no y solo le tengo confianza a pocas personas en mi vida, por fa, por fa, prometo comprar el desayuno, y también, por favor, te compensaré el caminar, solo será el traje, el pastel y también, por favor, con la organizadora, hoy tengo que ver el salón, bueno, hoy no, pero ese día sí y la verdad es que...— soltó un Suspiró alargado—No quiero estar solo ese día.
— acepto— Chan jamás le negaría absolutamente nada, no podía hacerlo, no tenía el corazón para hacerlo, incluso si este se estaba yendo por la borda.
— ¿de verdad?— la sonrisa que Seungmin, valió completamente la pena, esos ojitos brillaron de nuevo, la cuenta regresiva comenzaba a correr
—sí.— acepto, Seungmin emocionado le soltó las manos y corrió a abrazarlo, le pasó las manos por el cuello y se colgó de Chan, Chan se rió con él y lo sostuvo fuertemente contra él para que ni guno se cayera.
— Gracias, gracias, mil gracias Channie, mil gracias.— Seungmin estaba contento.
El día sábado 20 de diciembre, a vísperas de navidad, a las diez de la mañana en punto, Chan estaba junto a Seungmin. parados afuera del recinto donde la boda se celebraría, ambos portaban abrigos, la nieve cubría el suelo y lo llenaba de un blanco armonioso, magnífico, el tiempo se sentía magnífico, estaba fuera del auto, esperando que la chica que organizaría la boda llegará, pues con eso de que gracias a la nieve había calles cerradas, probablemente por eso se encontraba un poco atrasada. La vieron llegar quince minutos después, su auto se estacionó a lado del de Seungmin, la chica bajo con carpetas, una sonrisa y café para tres en las manos. Chan en seguida corrió a ayudarle con sus cosas, siendo el hombre amable que siempre era.
— Hola, mucho gusto de verlos.— les saludo la chica, estaba sonrojada de solo ver a Chan, vaya, que guapo era, que guapos eran los dos sin duda alguna— Que bonita pareja hacen juntos, tenía tantas ganas de conocer a tu prometido, Seungmin, les prometo que su boda será maravillosa, gracias de ante mano por la ayuda.— habló rápidamente, tratando de no ver demasiado al chico que carga a sus cosas como si no pesaran las enormes carpetas. A pesar de que el chico se le hiciera muy atractivo, la chica debía admitir que hace un momento en que los vio, cuando ambos estaba juntos, tratando de tocar copos de nieve perfectos mientras se divertían y supo que sus sentimientos eran muy lindos.
—oh, este...— murmuró Seungmin tomando un tono rojo, se rasco el cuello aún con los guantes de lana — No, uhm... él no es mi prometido, nosotros s~Somos amigos. — duh, el simple hecho de decir que eran amigos se sentía incómodo en la lengua de Seungmin, aunque no había mentira, ellos era eso, amigos, Seungmin solo estaba un poco confundido ¿No?
— oh, una enorme disculpa, yo pensé que...— la chica tartamudeo, vaya, que metida de pata tan enorme había cometido,— Bueno, lo siento, lo siento mucho. Adelante, les enseñare el lugar.
El lugar era hermoso, espacioso y lindo, nada sencillo, digno de su familia, digno de la familia de YungBin, para Seungmin era demasiado lujoso, por más que toda su vida estuvo rodeado de esa vida, para Chan era un espacio casi ilógico, seguro la fiesta sería enorme; las flores eran divinas, rosas rojas por todo el lugar, decoraciones de rosas, a Seungmin no le gustaban mucho, pero Jeongin le había convencido de que era maravillosa idea ponerlas, así que acepto, si, las flores rojas eran bonitas, convinadas con claveles mejor, pero no estaba tan convencido de ello, los pasteles que le enseñaron eran hermosos, altos y elegantes, el sabor sería frutal, las decoraciones muy minimalistas, todo pintaba maravilloso, para ser la segunda vez que Seungmin miraba algo sobre la boda, estaba encantado, la chica estaba haciendo buen trabajo.
También la chica estaba sonriendo mucho con Chan y Seungmin se dio cuenta de ello, lo que sintió no pudo describirlo, Realmente nunca lo había sentido con exactitud antes, solo fue como si el estómago le quemará y la molestia fuera su mejor amiga, no sabía que era, pero no le gusto, no era algo apropiado.
A las tres de la tarde del sábado, luego de almorzar, Seungmin y Chan recorrían las lujosas tiendas de Seúl, buscando trajes bonitos por todos lados, pero es que la ropa de hombre era tan, tan simple que el novio no se sentía a gusto con ello, no quería diamante y joyas en su traje, pero si algo realmente cordial y bonito, algo que dijera lo divino que era casarte con aquel que has amado todo el tiempo, Seungmin era muy sencillo y no quería nada lujoso, su traje sería blanco, pulcro y divino, nada más, con un buen corte y listo, pero entonces, entre la enorme caminata que estaban dando, en un aparador, un traje blanco le cautivo, lucía como el de un principe. Rápidamente supo que era dos lo que buscaba, que aquel traje era el indicado para él, pero incluso aunque tenía esas líneas doradas, era bastante aceptable, era su estilo, o por lo menos el estilo que le enseñaron a tener. Se metieron a la tienda, Seungmin de inmediato lo pidió, le harían las medidas para luego hacerlo a su medida, pasaron al probador, Chan se sentó en los sillones de espera que siempre hay en la tiendas, incluso la tienda olía a costoso, vaya, era un mundo donde Chan jamás de imagino manejar, pero ahí estaba, sentado en un sillón de terciopelo, a espera de verlo salir del probador luciendo aquel divino traje que seguro le quesería de maravilla, a Seungmin todo se le miraba muy bien.
Seungmin salió del probador, la sonrisa ilumanaba su rostro y el corazón de Chan dio un vuelco, lucía muy bello, tanto que parecía sacado de un cuento, bello, casi irreal, una belleza abrazadora, tanto que le arrancó suspiros, se quedó sin habla, pues Seungmin se miraba bellísimo, Chan quería llorar en ese momento ¿Seungmin era real o un invento del gobierno para quitarle la estabilidad mental?
—como me veo— murmuró Seungmin, Chan estaba sin habla, los ojos los tenía cristalizado, de otro, será de otro. Pensó Chan, pero entonces movió esos pensamientos y le sonrió verdaderamente, se levantó del sofá, dio cuatro pasos para alcanzarlo y mirarlo de cerca.
— t~te ves genial, de maravilla — no mentía, ni podía hacerlo, ni quería, se veía de maravilla.
— ¿Lo prometes?— preguntó un poco temeroso.
— no he visto a nadie más bello que tú.— Seungmin enrojeció, al parecer ese efecto provocaba Chan en el.
— Gra~gracias, es que es... Diferente a lo que acostumbro... ¿No es demasiado?— seguro la familia de Seungmin separaban un simple smoking y ya, pero el traje era bonito, no era extravagante, ni nada, era bonito, y puesto es Seungmin mucho mejor.
— te vez hermoso Seungmin— alardeo verdaderamente.
— lo dices porque eres mi amigo— Chan negó, no podía apartar los ojos de él.
— lo digo porque es verdad, eres los más hermoso que he visto, Minnie, el ser más hermoso.— suspiró— Seguro YungBin quedará muy sorprendido y encantado al verte caminar directo a él con ese traje— ese día llegaría más pronto de lo que Chan quería — porque seguro harás que no quiera a ver a nadie más.
— ¿por qué lo dices?— no, Seungmin no quería que YungBin viera a alguien más o no, Seungmin quería que Chan no mirará a nadie más, que Chan lo viera a él, pero no lo aceptaría.
— porque yo en su lugar no vería a nadie más, no podría hacerlo ni aunque quisiera, porque mi ojos solo están en ti, solamente para ti.
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Este capítulo estaría listo para antes de las once, pero yo aquí presente me puse a leerle cuentos a mi hermana antes de dormir, luego a ver el live de Innie, después a ver capítulos de un anime que comencé a verle y también a platicar con mis amistades, pero aquí esta, lo prometido es deuda.
A qué no esperaban verme aquí de nuevo, yo actualizando solo con horas de diferencia es casi un milagro jajajaaj, espero les guste.
¿Quieren que les cuente un secreto? Bueno, amistades, Este encantador escrito está a nada de terminar, solo quedan tres capítulos para el final, que bonito es concluir otro escrito con todxs ustedes, gracias, gracias realmente gracias, me divertí mucho escribiendo, me divierto mucho con sus comentarios, gracias.
Les amo, tengan lindo día, linda noche o linda tarde, bai.🩷
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