cuatro
Tal vez y hoy Yungbin sí llamaría. O eso creía Seungmin, por lo menos esas fueron sus palabras de consuelo sobre una semana en la que su prometido no le llamó ni siquiera para preguntar como estaba, no llamó, ni le mando algún mensaje, no había señales de Yunbin, solo un aaviso que su hermano le mando diciendole que "Yungbin estaba bien", bien, por lo menos tenía la certeza de que estaba bien, pero se sentía tan solo de estar ahí, en ese apartamento que desde hace meses su novio no visitaba. Jeongin le consolaba diciendole que no debía preocuparse, a fin de cuentas, si Yungbin estaba ausentado, era porque quería darle lo mejor, Jeongin le dijo que de amor no se vivía, pero... bueno, Seunngmin no deseaba las grandes cosas, solo quería una vida tranquila, donde ambos se apoyaran y sus vidas fueran prosperas. No quería una maquina de trabajo por esposo, menos un cajero. Seungmin quería, al Yungbin que siempre fue.
Pero...¿quién era ese Yungbin? Si Yungbin siempre lo había tenido todo, igual que él. Aunque bueno, el Yungbin de 17 años, era ese que no se preocupaba mucho, quien le brindaba tiempo, Yungbin, de quien se enamoró, no era una maquina, era más humano, mas simple, era el chico que soñaba, con sueños no tan altos, Yungbin era ese que quería alejarse de sus padres, del mundo en el que vivían, Yungbin era un chico que quería tomar una mochila e irse a concer el mundo. Pero el chico que entro a la universidad, y el chico que era ahora, ya no es más el chico del que Seungmin se había enamorado. Aunque Minnie estaba ciego de amor y aun no podía darse cuenta del cambió que le encerraba, Minnie, tenía la esperanza de que todo volvería a ser como lo era. las perdsonas cambían, le consolo Jeongin cuando le contó. Resignado, Seungmin entendió eso, las personas cambían.
La última llamada de su prometido fue una noche antes de que conociera aquel café que decoraba sus pedidos con flores de vainilla, Seungmin guardaba las florecillas en uno de sus libros, incluso, cuidadosamente, los ponía en medio de aquel libro que llevaba leyendo últimamente.Le llamó y por un momento pensó que hablaba conn quien siempre era, pues, la llamada inició con una tonta broma que había entre ellos. "hakuna" decía su novio y él respondia con un "matata", le preguntó por su día, luego por su nuevo libro, pero las cosas se fracturaron en ese momento. "Min, Leer Fanfics es para adolescentes y tu ya no eres uno, deberías leer lo que aprendiste en tu carrera". palabras que dolían, en fin, Seung sabía que lo hacía por su bien, en fin de cuentas, tenía razón, ya era un adulto, tenía que leer libros de adultos y no bobadas que le gustaban.
El día que salío de la cafetería, salió con una hermosa sonrisa en la cra, se sintió feliz despues de aquella llamada, después de esa semana que le hacía lucir mal, una semana que le hacía lucir abatido, pues a pesar de los malos comentarios, lo extrañaba. Lo que Seungmin no sabia, era que no extrañaba a ese que usurpaba el lugar, lugar de quien amaba.
Al día siguiente de su segunda ida a la cafetería, después de que dejo a Jeongin, camino al mismo lugar. Era temprano, relativamente, así que camino al lugar, dejo el carro aparcado lejos del lugar, así disfrutaba de las vibes diferentes que daba aquel barrio donde se encontraba el café, se sentía menos pesado, diferente a lo que acostumbraba, supuso que por eso le gustaba ir.
Cuando llegó, lo raro fue que el café estaba lleno, y ahora si parecía un restaurante gourmet, pues siempre daba facha de un cafecito vintage, ahora, parecía lo que realmente era.
Para su buena suerte, su mesa estaba desocupadaa, dos ancianas recien se habían levantado. Sana, la chica pelirroja, le saludo alegremente y le dijo que ya le atendía, pues Chan no estaba. Se sintió un poco solo con eso, esperaba al chico de cabellos azules, pero mientras esperaba el café que siempre consumía, decidió esta vez no mirar a la ventana, decidió contemplar a la chica que hacía malavares con las charolas de comida, eran solo dos quienes atendían tantas mesas. Vió también que no todas las tazas llevaban esa flor que a la suya siempre acompañaba, pensó que tal vez y esa tarde ya no tenían flores, pero cuando Sana llego, con su café y una flor de vainilla, esta solo le sonrió tiidamente yu le dijo
--Chan la dejo en caso de que vinieras-- Seungmin se sonrojo violentamente.-- por poco y no te la doy, es que entró un chico muy guapo, y la verdad es que me gustó su novia, entonces casi uso la flor para ella, pero te vi entrar y ya no pude.
Seungmin le sonrió timidamente, bien, se sentíua con las mejillas rojas por la verguenza.
--dile gracias a Chan, por fa.-- la chica asintió.
--okey, esta bien, te dejo chico lindo, tengo trabajo-- Seungmin asintió.
se tomó el café, trato de hacerlo con calma, pero vió a la gente llegar por montones, las pobres chicas no se daban abasto solas y... Seungmin tuvo una gran idea.
El chico siepre quiso tener un café, en el sur de italia, con una cafeteria tranquila, donde horneara todo el día, era como su plan secundario en su vida, un café libreria, donde la armoniia del olor a cafe y libros se viviera, sí, probablemente el sueño más cliché de toda la maldita existencia, pero eso quería Seungmin, esa era su meta en la vida.
Se levantó de su asiento, se acerco a los recien llegados, y con una sonrisa timida, les indico el lugar donde debían sentarse. Eran cuatro personas, la mesa tenía capacidad para cuatro personas, era perfecto.
--en un momento vengo con la carta-- le sonrió y fue casi corriendo a dejar su taza, Changbin estaba cocinando, o bueno, asumió que ese chico musculoso era Changbin. Sana estaba organizando y Chae estaba preparando unas bebidas.-- ¿aún les quedan cartas?-- la voz del chico les sobresaltó.
--uhm, Seungmin, eh... sí. ¿qué haces aquí? ¿quieres tu cuenta?--pregle a más preguntó sana viendoló, Seungmin negó.
--estan muy ocupados, permitanme ayudarles-- pidió con las manos juntas.
--no, no chico, no tengo dinero para pagarle a más empleados-- dijo Changbin sin mirarlo.
-- no quiero paga, todo será por amor al arte-- Changbin giró bruscamente a verlo.
--las cartas estan en el mostrador, quedas contratado-- gritó el pelinegro y Seunngmin solo sonrio para ir por las cartas-- ya ven, deberían ser como él en lugar de explotarme.
--lo que digas, don cangrejo-- se burlo Sana y Chae comenzó a reirse como desquiciada.
--Aquí esta el pedido de la mesa 12, la mesa 7 pide cuenta y la mesa 8 pidió un americqano frío-- dijo Seungmin cuando regreso, Changbin le indicó donde se encontraba cada cosa para el café y le dijo que los precios estaban una carta especial en el mostrador.
Para ser la primmera vez que el chico trabajaba en algo rudo como lo era un establecimiento de comida, la cosa iba demasiado bien, era rapido, su sonrisa conquistaba a los clientes y el café, aseguro una señora que le quedo riquisimo. Cuando dieron cerca de las siete d ela noche, el lugar quedo casi vacio, Minne le dijo a Sana qu ele ayudaría a lavar trastes, la chica jamás se negaría ayuda, así que acepto que el chico secará los platos por ella. Chae limpiaba todas las mesas, Changbin... Changbin contaba el dinero igual que don cangrejo.
Chan entro por la puerta trasera, con cara de pocos amigos, espantando a Seungmin y a Sana. no deparo en el chico que le robaba suspiros, solo llegó a Changbin y dejo que este le abrazará.
--es un hijo de la más mala suerte, Bin. Solo me aceptó dos trabajos, dos de diecisiete que le mande, es una mierda lo que me va a pagar, dijo que eran muy oscuras y que seguiamos en primavera, es un idiota-- Changbin hizo un mal gesto y trato de animar a su amigo.
--lo sientó mucho,Channie. veras que cuando este negocio nos haga rico, yo podré el estudio que te mereces y podas crear toda la música qur quieras, ya lo verás, seras un grande ¿okey?, que el idiota de par no bajoneé tus sueños.
--¿cuales sueños?, él tiene razón, no sirvó para esto-- Mina dejo los trastes y fue a abrazarle por atras, Chae, quien no era muy afecta al contacto fisico, también le abrazo, nueno, solo fueron unas palmaditas en la espalda dandole animos.
-- Es un cabrón hijo de-- Chae calló a Sana poniendo su mano en la boca de la pelirroja.
--Hay alguien nuevo que nos ayudo mucho hoy, Chan-- anunció Chae para desviar el tema.
--¿ah sí?--frunció el ceño.
--en efecto y de a gratis, ¿puedes creerlo? es un ángel, Chan, es un ángel-- algo Changbin y Seungmin se sonrojo en demasía, Chan miró a donde sintió la mirada y entonces su boca cayó al suelo, metaforicamente.
--hola, Chan-- la mirada de Chan se iluminó.
--MIN, que gustó, Dios, lamento que vieras lo de ese rato, yo... bueno, nada, ven, ven que quiero detalles-- se acerco a Chan, le contó su azaña, todo, todo, desde como atendió a los clientes, hasta secar los trastes, hablaron un rato, Chan atendió los últimos clientes y cerró el local, Changbin en agradecimientó, le dió galletas de todo tipo de galletas, le dijo que cuando quisiera ir, podría ir, y que fue un placer que les ayudará. Cuando todos se despidieron, las chicas y Changbin se fueron por un lado, y Chan, se quedó con Seungmin. Ambos se sonrieron.
— debo irme— dijo Seungmin con una sonrisa.
— te acompaño, no conoces por aquí, ¿O si?— el castaño negó.— entonces si debo acompañarte.
— está bien— caminaron cerca uno de otro, en silencio cómodo — Gracias por las flores.
— Sana es una chismosa—murmuro Chan, con las manos en los bolsillo.
— oh, ¿No fuiste tú? Lo siento! Es que Sana dijo que, bueno, que t~tú y yo creí, que... Nada, nada olvídalo, que bochornoso — Seungmin se sentía un idiota.
— No, nada de eso, sí, yo pongo las flores, pero me refiero a que, no debió decir el chisme, era secreto de estado.— Min soltó una risa que exaltó el corazón de Chan por leve momento.
— oh, es que ya soy parte del estado— Chan asintió con una sonrisa de tonto.
— cierto, por cierto. ¿Que tal te sientes?—Min quería mentir, decirle que fresco como una lechuga pero la verdad era que...
— devastado, me duelen los pies, las manos, tengo la cara entumida por sonreír tanto, pero, fuera del estado físico, me siento muy bien, es entretenido, me gusta.
— prácticamente me cubriste. Te debo una— pasaron por calles solitarias, estaba muy cerca del boulevard, cruzando este daba a la zona donde Seungmin estaba acostumbrado, justo pasando el boulevard, había dejado su auto.
—Nah, yo te debo algo, ¿Lo recuerdas?— Chan frunció el ceño.— oh, no lo recuerdas. No sirves de elefante, tienes mala memorias, Chan.
— lo siento, es que hoy... No fue mi día.
—Channie, una persona no puede dejarse llevar siempre por comentarios recibidos con mala intenciones. Yo no sé de qué hablas, ni de que hablaste antes, pero se que, ese idiota de Park, es un idiota y que no valora lo que sea que haces para él, no mereces eso Chan, mereces explorar eso que haces, pero como otra gente, o por tu cuenta, estar con Park no te hace bien, ¿Sabes?
—oh, Minnie, no estoy por gusto— Seungmin frunció el ceño.
— ¿Entonces?
— tengo una deuda enorme con él, Min, una deuda muy grande... Pero no hablemos de eso, por favor, mejor refrescame la memoria ¿Si?— Min asintió, estaba bien que Chan no quisiera decirle, no era su resposabyde decirle todo, apenas si se conocían.
— te debo un helado, Chan— Chan se sorprendió, un helado... Tenía tiempo que no comía helado.
— no me debes nada, Min, no te preocupes— Min negó. Estaban cruzando el boulevard, cerca de su destino. El semáforo, para su suerte estaba en rojo, cruzaron y luego, las luces se vieron más que del otro lado del boulevard. Había árboles grandes, que llenaban el camino de flores marchitas, notando que el verano estaba por pasar, para darle paso a otoño, Seungmin amaba el otoño.
— nada de eso, yo voy a pagar mi deuda.— el castaño era aferrado.— mañana sales a la misma hora de hoy.
— todos los días, excepto los domingos que no laboramos— se estaban acercando al auto de Seungmin, este saco las llaves de su pantalón y apretó el botón que encendió las farolas delanteras.
— ahí, esta— se emociono por encontrar su carro, ambos caminaron a este.
— WOW, tienes un auto— Min asintió, amaba ese auto.
— así es,¿Te llevó?— Chan negó, le dió una sonrisa bonita.
— nop, deje mi bici en el local, así que debo regresar por ella, vete tranquilo.— Kim no insistió, solo le sonrió y antes de irse, decidió decirle algo más a Chan.
— ¿Me pasas tu número?— la voz de ambos retumbó, ambos habían pensado igual, soltaron una carcajada tímida, Chan le extendió su celular y Min escribió unos cuantos números, se agrego el mismo, le pasó su celular a Chan y pronto el suyo comenzó a sonar.
— para que me agendes— Seungmin asintió.— Buenas noches, Minnie.
— Buenas noches, Chan.— el castaño se subió a su auto y luego, partió con dirección a su casa, no sin antes mirar al peliazul por el retrovisor, soltó un suspiro, serían buenos amigos.
Llegó a su apartamento realmente cansado, se metióal baño, la ducha fue rápida, ya mañana se daría un buen baño. No ceno, directo se fue a la cama. Conecto su celular para que no muriera por pila y se recostó.
Tenía planeado leer algo, pero el cansancio fueas grande, cerró los ojos un momento y se quedó completamente dormido.
Seungmin no pudo ver que, para su mala suerte, esa noche, mientras dormía, una llamada y un mensaje iluminaron su celular.
La llamada era de su prometido, quien por fin había aparecido.
El mensaje era de Chan, quién le dijo: " ten buena noche, Minnie".
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Yo, de verdad amo a Chan, en todas sus versiones, en cada Fic, yo amo a Chan como no tienen idea. Pero en este fic, para mi, es todo lo bueno de este mundo.🥺
Tengan lindo día, lxs quiero mucho. Besitos.💗
(Ando celebrando que hay menos riesgo de erupción volcánica, porque ya andabamos queriendo mover a la ciudad a otro lado, jajaja, ya no quiero vivir cerca de un volcán, ayuda)
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