IV - 💫Unidos
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Se besan apasionadamente, ninguno tiene intención de detenerse como en las ocasiones anteriores. Ese día cumplen ocho meses juntos, después de un paseo por el parque temático y de una cena romántica, Jimin y Yoongi decidieron que era momento de regresar al departamento del primero.
Yoongi se siente débil, pese a que ha aumentado de peso gracias a su alfa, aún nota su condición física un poco deteriorada. Su salud ha mejorado muchísimo, Jimin lo acompaña con el médico y al parecer su alfa le ha ayudado a sanar.
—Ven, amor —lo sujeta de las manos y el menor asiente completamente cautivado por las caricias suaves y de su alfa.
Caminan lento, como si no conocieran ese departamento donde ambos han convivido cientos de experiencias y sentires. Llevan viviendo juntos prácticamente desde que se reencontraron. Después de palabras de amor y muchas caricias, Yoongi y su omega aceptaron vivir con él a cambio de poder seguir siendo un poco independiente, así que muy a su pesar, Yoongi consiguió dos trabajos de medio tiempo para aportar a su hogar.
Su proyecto de investigación sigue en pie, y finalizará en poco menos de un año, como no consiguió tutor, Jimin se ofreció a serlo a cambio de que éste aceptara sus costosos regalos y sus mimos.
—Estoy muy nervioso —confiesa y su rostro expresa el más puro miedo.
—No tienes por qué estarlo, amor —consuela—. ¿Por qué te sientes así?
Yoongi alza los hombros, sin saber exactamente qué contestar, siente sus ojos húmedos, pero se niega a llorar, no quiere parecer un niño llorón.
—Siento que no te va gustar —habla bajito mientras se aferra a la camisa negra de su pareja—. Sé qué tú me quieres, pero... también me da miedo que mi inexperiencia te aburra o te parezca ridícula.
Ay, mi amor es un bebé.
—Escucha —lo sujeta grácilmente de la espalda baja y los ojos a Yoongi enfocan a su alfa.
—No te burles.
—Jamás me burlaría de ti, bebé —le besa con tranquilidad las mejillas, logrando suavizar el porte del omega y dejándolo más dócil a su tacto—, pero es gracioso que parezcas una gelatina andante.
—¡Jimin!
—Perdón, perdón —ríe y Yoongi se doblega un poco más porque esa risa proveniente de la garganta de su alfa le agrada de sobre manera a su omega interior—. Sabes que te quiero.
—Sí —asiente y después de tanto caminar de espaldas, sus pantorrillas dan contra la cama que comparten.
—Y si no quieres que hagamos el amor está bien por mí. No quiero que sea forzado —besa los párpados que cubre los ojos de Yoongi.
—Yo... sí quiero hacerlo, pero... tengo un poco de dudas —confiesa.
—Quiero que cuando sea nuestra primera vez no las tengas —deposita a Yoongi en la cama y éste se sienta sin dificultad.
—No significa que no quiera hacerlo, simplemente que... bueno... yo no tengo experiencia y sé que tú ya has estado con más personas, lo cual no es algo que me moleste, pero sí me abruma. Me siento tonto. Siento que no voy a cumplir tus estándares —se recuesta.
—No tengo ningún estándar sobre hacer el amor.
Yoongi boquea como pez fuera del agua, se quedó sin argumentos.
—Sólo no te burles.
—No lo haré. Jamás lo haría.
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La cama es amplia, calentita y suave, Yoongi juraría que puede hundirse en ella, Jimin está sobre él, le acaricia lento la piel desnuda y desprotegida. Yoongi nunca se ha sentido particularmente atractivo o sensual hasta que comenzó su relación con Jimin, ese hombre lo trata como si fuera lo más bello que hayan visto sus ojos.
—Tu cuerpo ha cambiado mucho, Min.
—He engordado, lo sé —suelta una risa nerviosa mientras cubre para nada disimulado su barriga, la cual ha crecido debido a ser alimentado por su alfa.
—Tu cuerpo se adapta para tener a mis cachorros —ignora el comentario anterior y le besa ambas mejillas sonrojadas. Sujeta fuerte del muslo a su omega y le sonríe—. Estabas en los huesos, ocupas tener aún más peso.
—Estoy un poco... flácido.
Oh, claro que no.
—Oh, claro que no —imita a su lobo interior y Yoongi ríe por la voz juguetona de su alfa.
Jimin besa delicado a su omega, intenta hacerlo lento, pero le es imposible, sabe que Yoongi no es un santurrón, pero tiene que admitir que le ocasiona miedo lastimarlo o intimidarlo. Ambos ya han compartido momentos sexuales, sin llegar más allá.
—Estoy muy nervioso —suelta una risita que destensa el ambiente.
—Creo que... creo que yo también —tartamudea y recibe una mirada compasiva por parte de Yoongi. Le obsequia un beso en los labios y parece ser que ambos respiran más calmados.
—Te amo... Te amamos —corrige, incluyendo a su omega.
Jimin asiente y observa las manos cálidas de su amor rodearlo por los hombros.
—Te esperé tanto, Yoongi... Te esperé tantos años...
—Yo también... aunque no lo sabía —suelta una risita mientras recibe picos por su rostro.
Yoongi nota sus piernas separarse gracias a las manos de su pareja, se avergüenza, pero sabe que está con la persona correcta, exhala y pequeños besos son repartidos entre la piel blanquecina de sus muslos. Sonríe con ojos cerrados porque se siente muy amado por ese hombre.
El omega está excitado, no lo negará, su pene no puede ocultarlo, al ser primerizo, es fácilmente excitable, se abochorna un poco por sus reacciones, pero se siente seguro bajo las manos blandas de su alfa. Suelta un jadeo cuando los labios abultados de Jimin deambulan sobre su pelvis lampiña. El sonrojo lo aborda y retira la mirada de la escena, no quiere morir de pena ahí mismo, le encanta, pero sentirse tan primerizo le nubla la visión.
Las yemas calientes de su alfa le acarician en un constante sube y baja, su pene no deja de gotear y teme correrse antes de tiempo. Le avergüenza confesarlo, pero desde que conoce a Jimin, se ha vuelto muy precoz, lo descubrió desde que se corrió por primera vez junto a él, éste después le dijo que era normal, que su omega estaba muy ansioso. Ansioso justo como lo está ahora.
La lengua larga, ancha y tibia se adueña de su falo y le provoca un escalofrío que le hace constreñir los dedos de sus pies.
—Voltea, omega —le pide mientras masturba con parsimonia el miembro hinchado y enrojecido de su pareja—. Eso... Buen chico —le anima al ver a su omega obedeciéndole tan dócil como sólo él sabe hacerlo en la intimidad—. No desvíes tu mirada de mi, amor, quiero que me veas mamándotela —le regala una sonrisa de ojos coquetos.
Yoongi tiembla y siente las palabras de su pareja calar en lo más profundo de su ser, un hormigueo se apodera de su abdomen y observa como su miembro desaparece entre la boca de Jimin.
—Oh, carajo, moriré —habla sin pensar y recibe una sonrisa ahogada por parte de su alfa.
Sisea abochornado, sus manos se aferran a la sábana y en pocos minutos, eyacula sin premeditarlo mucho. Está apenado, pero la actitud de Jimin no lo cohíbe, lo hace sentir querido y en casa.
—Perdón —murmura mientras mira a Jimin limpiándose un poco las comisuras de los labios.
—No importa, no te avergüences, amor. Es normal —le acaricia las manos demostrándole confianza—. ¿Quieres continuar?
Yoongi asiente y sólo eso basta para ser abrazado por los brazos fuertes de su alfa y percibir el calor que emana a través de la ropa y que calienta su piel descubierta.
—Sigo nervioso —ríe un poco y ve a Jimin bajar hasta besarle las rodillas y después levantarse para ir por un par de almohadas—. Tú aún no estás desnudo, me siento desprotegido. ¿Puedo desnudarte también?
Jimin regresa y asiente feliz, también quiere ser consentido por su omega, pero sabe que éste es muy penoso, por eso acepta cualquier cariño porque sabe que Yoongi se está esforzando para salir de su caparazón.
Es lindo. Lento y con manos temblorosas, Yoongi se dedica a desabrochar las prendas de Jimin.
—Oye, no mentía cuando decía que pareces una gelatina —escucha al omega refunfuñar con las mejillas rojas y sus manos pasearse por la piel expuesta ahora que no tiene camisa.
—Te aprovechas de mi inocencia —se queja mientras baja el pantalón del alfa.
—No estás siendo muy inocente ahora —ríe por la desesperación del omega al tirar de la mezclilla.
Los movimientos de ambos son torpes, pese a la amplia experiencia de Jimin en ese ámbito, tiene que admitir que siempre idealizó tanto ese momento que se encuentra aturdido.
Yoongi siente su interior lubricar aún más y se apena porque sabe que está mojando las sábanas grises. Los besos de Jimin adormecen sus sentidos y le interrumpen sus pensamientos. Las manos blandas del alfa se afianzan a sus muslos y acarician la piel calentita.
—Quiero hacer el amor contigo, pero no sé qué paso sigue.
Ambos ríen un poco y Jimin decide guiarlo. Yoongi suelta un gritito cuando sus caderas son alzadas en el aire y después depositadas sobre el par de almohadas por el que fue Jimin. Los colores del omega se tornan carmesí y lleva las manos a su rostro para cubrirse.
—Te ves hermoso desde aquí, omega —los ojos rasgados de Jimin se pasean por toda la integridad de su pareja—. Y te verás más hermoso con mis dedos dentro de ti.
Yoongi siente su miembro palpitar de nuevo y erguirse clamando atención y demostrando que nuevamente está dispuesto a correrse. Está por decir algo, pero calla al sentir el dedo medio de Jimin dentro de él.
Gime al compás de las caricias íntimas dadas por su pareja.
—Sujeta tus piernas y ábrete más para mí.
Obedece más sumiso de lo que esperaba, toma sus piernas de detrás de las rodillas y se muestra más expuesto que nunca antes.
—Eso, muy bien, lo haces bien, Yoongi —premia mientras inserta otro dedo en el interior de su chico—. ¿Te está gustando? —recibe un asentimiento y nota más lubricación salir, el ruido chirriante inunda la habitación y los gemidos de su omega se escuchan más alto.
El olor a café con chocolate se expele más fuerte y Jimin no puede evitar soltar un gruñido satisfecho.
Detiene sus caricias y observa el pecho de Yoongi subir y bajar aceleradamente hasta tranquilizarse.
—¿Por qué... te detuviste? —habla entrecortado, suelta sus piernas y limpia el sudor de su frente.
Sin embargo, Jimin no le contesta con palabras, sólo con acciones, toma las delgadas piernas y las posiciona a los costados de sus caderas. Yoongi siente el miembro de su pareja rozarlo y acariciarlo con parsimonia.
—Te amo —suelta en un suspiro.
—Yo también te amo, Yoongi —entra lento y completamente en él, los temblores en el cuerpo fino de su pareja lo obligan a abrazarlo y dejarle besos en todas las zonas que encuentre.
Jimin siente el calor de Yoongi abrazar su miembro y ordeñarlo inconscientemente a través de sus temblores primerizos. Decide comenzar a moverse cuando deja de sentir tan sensible a su pareja.
Las estocadas son fuertes, decisivas y profundas, sus manos toman las caderas delicadas y encajan los dedos ahí para afianzarse entre cada penetración.
Yoongi suelta suspiros mientras lleva sus manos hacia su bajo vientre y acaricia su miembro erecto y sobreestimulado. Siente que está muriendo, pero no de una mala manera, al contrario, siente descanso y que está donde debe estarlo, bajo su alfa, sintiendo sus caricias y besos en las clavículas.
—Eso —premia—, eres... muy bueno recibiéndome, amor...
Gemidos más agudos de lo que le gustaría, toqueteos descarados y calientes, sudor recorriendo su cuerpo y un estremecimiento que va desde la punta de sus dedos hasta su columna vertebral y se pasea por su entrepierna tocada por su pareja.
—Yo... creo que... —habla con lo último que le queda de voz para ese momento.
Jimin asiente, entendiéndole y permitiéndole seguir sin avergonzarse.
En pocos segundos, las pequeñas uñas de Yoongi se encajan en la piel de los brazos de Jimin, rogándole que continúe, pese a saber que no se detendrá. El cuello de Yoongi se expone y le indica que está dispuesto a pasar toda la vida a su lado si lo marca.
Y así lo hace.
Sus dientes se insertan en la blanca piel de su pareja, el orgasmo los baña a ambos y lo último que escucha antes de que el latido de sus corazones se sincronice es un sollozo proveniente de su omega, clamándolo en un abrazo y pidiéndole amor por siempre.
Cuando siente el nudo comenzar a formarse, Jimin lame curando la herida e intentando que arda lo menos posible. Besa el mentón, pómulos y ojitos cerrados de su omega y cuando decide alejarse, obtiene una negativa.
—Dijiste... que mi cuerpo estaba cambiando para darte cachorros —habla agitado.
—Solamente fue un comentario, si tú no quieres...
—Yo quiero, alfa —le otorga una mirada brillante y llena de añoranza—. Quiero que tengamos cachorros...
Jimin asiente lento, más contento de lo que demuestra, y siente el nudo finalizar de formarse.
Ambos buscan una posición más cómoda y descansan permaneciendo unidos
El alfa toca el pecho sonrosado de su pareja y deposita pequeñas caricias para hacerlo olvidar el dolor momentáneo.
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Abre los ojos lentamente y se acurruca más contra el edredón. Mentiría si dijera que no está adolorido. Husmea entre la cama y logra ver a Jimin recostado dormitando junto a él. Se permite verlo con cuidado, aprovechándose que no tendrá la mirada del mayor sobre él.
Jimin es mayor. Mucho más que él. La brecha de edad no ha sido un impedimento para su relación y tampoco para sus sentimientos. Ha habido ciertas situaciones que los ponen incómodos, sobre todo con la gente cizañosa ajena a ellos que los etiqueta sin siquiera saber lo más mínimo sobre su convivencia. La mayoría de los compañeros de trabajo de Jimin pensaron que su nueva pareja joven era un interesado en busca de algún puesto de trabajo en la universidad.
Ese pensamiento se acrecentó cuando Jimin se convirtió en el decano de la universidad. Un puesto más alto indicaba más envidias y habladurías. Jimin confiaba en su pareja, pero no pudo evitar que la inseguridad creciera en un principio. No eran dudas sobre su pareja más joven, todo lo contrario. Jimin había comenzado a tener dudas sobre su aspecto físico, nunca se ha considerado feo, pero sabe que la diferencia de edad entre ambos es bastante y que la edad avanzada se le nota.
No es el mismo maestro pasante que hace años, evidentemente.
—¿Ya despertaste? —emite Jimin aún con los ojos cerrados y el rostro hinchado.
—Mju —se acerca un poco para tener contacto con su alfa y lo toma de la mano.
—¿Despertaste bien? —pregunta mientras se acomoda mejor en un abrazo con su omega.
—Sí.
—¿Cómo está tu culo? —suelta una risilla y besa el coronilla de Yoongi.
—Íntegro, pero me duelen mucho mis caderas —confiesa apenado y recibe una caricia en sus lumbares—. No pensé terminar tan... adolorido —suelta una risita nerviosa mientras recibe besitos consoladores en su cabello.
—Perdón... Intenté hacerlo de la manera en que menos te doliera.
—Lo sé. Sé que siempre me cuidas y buscas lo mejor para mí —olfatea disimulado y puede percibir su propio olor en Jimin, eso hace sentir a su omega y a él reconfortados. No sabía que era territorial hasta que notó lo bien que combinaba su olor con el de Jimin en su cuello—. Quiero desayunar, pensé que me estarías preparando mi desayuno post-primera vez.
—Soy un viejito, yo debería pedirte eso —ríe. Yoongi se sienta en la cama e intenta disimular el ardor en su trasero, pero no puede, hace una mueca de dolor y rápidamente regresa a su anterior posición—. Perdón...
—No importa, supongo que es normal.
—Te cuidaré y consentiré mucho hoy, mi omega.
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Oh, carajo, todo indica que Namjoon morirá. Tiene la respiración muy acelerada y no deja de sudar. Los latidos de su corazón se sienten en el cuello.
—Tranquilo, Nam, tu omega sabe cómo hacerlo —le intenta calmar Yoongi.
—No, él nunca ha tenido cachorros antes, oh, dios, ¿y si la cesárea sale mal?
—No pienses cosas malas, Namjoon —intenta tranquilizar Jimin, el cual trae tres jugos naturales, toma asiento junto a su omega y reparte las bebidas con Namjoon y Yoongi.
Los tres se encuentran fuera del quirófano donde está Jin teniendo a sus cachorros, se suponía que Namjoon entraría a recibir el bebé, pero al ver la primera gota de sangre y marearse, los médicos decidieron que sería mejor que esperara afuera.
El tiempo pasa rápido y el tenue llanto de un bebé se escucha, los médicos dejan pasar a Namjoon y la pareja queda sola.
—La preocupación de Nam me causa gracia —ríe pequeño el omega mientras Jimin sujeta su mano libre—. Aunque siento que tú estarás peor.
—Sí.
Sí.
—Pero a mí no me asusta la sangre —ratifica, acaricia la mano de su omega y suelta un beso en su cuello sensibilizado por haberlo vuelto a marcar esa madrugada.
—Sólo faltan cuatro meses —habla esperanzado.
Si a Yoongi le hubieran dicho que en su primera relación sexual se dejaría marcar y embarazar, no lo hubiera creído. Y es que ahora se encontraba a la espera de dos cachorros. Es lo que ambos quieren y no pueden evitar emocionarse al saber que la fecha se aproxima cada día más.
Con el pasar de esos meses, ambos comprendieron bastante del otro. Yoongi comprendió las inseguridades de su alfa y la razón de su ausencia durante todos esos años. Jimin aprendió a amar por primera vez y demostró que siempre tuvo en sus pensamientos al pequeño omega que se enamoró de él cuando era un infante.
Después de saludar al pequeño bebé de la familia Kim, ambos se marchan.
—Alfa, nunca terminé de cortejarlo —comenta recordando algunos flashes de ese momento en su niñez—. Me siento mal por dejar ese proceso inconcluso.
Jimin continúa manejando con precaución, sin despegar su mirada del camino, pero no puede evitar sonreírle.
—¿No crees que es un poco tarde para eso? Literalmente nos saltamos todos esos pasos —le sonríe ameno—. Digo... estás marcado y preñado, ya avanzamos mucho en la relación como para volver al cortejo.
—Mmm... eso no importa —piensa mientras siente la mano blandita de Jimin acariciarle el vientre abultado—. No es retroceder, simplemente es... completar. Como cuando tú me regalaste el mandarino, yo nunca hice nada por ti... Solo existía sin saber de ti.
—¿No fue tu culpa, ni siquiera la de Moonbyul, ella solamente te cuidaba.
—Lo sé —suspira y observa el camino, recordando las lágrimas de felicidad de su madre al verlo llegar con su alfa a la casa y presentarlo como su pareja oficial—. Entonces... cuando los bebés lleguen, intentaré cortejarlo de nuevo.
—Omega terco —ingresa a la cochera del complejo departamental—. Te dejaré cortejarme si me dejas hacerte otro cachorro después.
—Joder, ni siquiera termino este embarazo y tu ya piensas en el siguiente.
—Los siguientes —corrige—, quiero siete, formaré una banda de pop con ellos y seré su manager explotador.
—Estás loco, no me rajarán la panza seis veces para tenerlos —baja del auto y a los segundos siente a Jimin caminar junto a él rumbo a su hogar.
—Si lo dices así, suena doloroso.
—Es doloroso, alfa bobo, sólo piensas en meterla, pero no en sus múltiples consecuencias.
—Mmm... ¿entonces no habrá más baby yoongis? —habla entristecido—, prometo dejarte cortejarme si me dices que sí.
—Lo pensaré. Ahora ya no sé si te merezcas mis cariños —finge indignación, siente a Jimin caminar hacia él y acariciarle la espalda baja.
—Yo te convenceré que si, omega terco desde niño. Con razón pensabas que eras alfa.
—Y tú mi omega. Siempre fui muy romántico.
—Y no tan bueno con los olores.
—Pero siempre tuve en mente mis objetivos, recuerda que le dije que yo quería ser su omega, profesor Park —repite las palabras que dijo de infante y logra sacarle una sonrisa melancólica a su alfa.
—Ya lo eres, cariño, por fin lo eres, Yoongi —le brinda un beso en la sien y se deja abrazar por su omega en estado.
Por fin eres nuestro omega, Yoongi.
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aquí se acaba este primer bebé <3, gracias por leer esa pequeña parte de mí, byeeeee, tengo otras historias que iré actualizando <3<3<3
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