Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

II - 🍊 Distancia

🍊

Él se relaja bastante con el olor a plantas, cuando está triste va al viejo roble de la casa y está sentado ahí durante horas. Creo que el aroma le recuerda a ti, inconscientemente. Su lobo aún te recuerda.

🍊

—Creo que él se presentará pronto, Jimin. Ahora de verdad —aclara Moonbyul mientras sostiene el teléfono de la casa—. Su olor se ha hecho más presente y últimamente aromatiza toda la casa. Yoongi ya lo ha notado también, le hablé sobre sus cambios hormonales, pero creo que le cuesta comprenderlos. Aún es pequeño —habla con cariño maternal—, sólo tiene catorce.

Moonbyul recibe un bufido del otro lado de la línea, sabe que a Jimin no le gusta que mencione la edad de su hijo porque comienza a estresarte demasiado. Es un alfa impaciente, pero también entiende que ya han pasado bastantes años.

Y Yoongi apenas es un omega en ciernes.

—Él ha cambiado mucho últimamente —recuerda las últimas compras de ropa que hizo para Yoongi, aumentó una talla debido a su maduración—, creo que las hormonas están haciendo su trabajo.

Las llamadas de Jimin comenzaron cada semana, eran cortas y preguntaba sobre el estado de salud del omega, en un principio se mostraba muy inquieto, casi preocupado por saber sobre el desarrollo y crianza del pequeño.

—Yoongi... él está bien, Jimin, no te preocupes.

Después las llamadas pasaron a ser cada dos semanas y por último cada mes. No significaba que quisiera menos a ese omega, pero sentía que no era sano que su vida girara en torno a él. Su lobo se molestó, juraría que aún sigue molesto, pero sabe que es lo correcto.

🍊

Escucha solamente un pitido en la línea y es contestada.

—Buenas tardes, ¿Jimin? —habla inquieta Moonbyul, por lo regular ella es la que recibe las llamadas, no la que las hace.

—¿Qué pasa? Yoongi, ¿él...?

—Él se presentó esta mañana, ha estado un poco inquieto —intenta recopilar todo su día ajetreado en pocas palabras—. Él está bien, pero... no deja de llorar. No sé por qué. Le expliqué que es normal sentirse así, pero sigue confundido. Yo... nunca lo había visto llorar tanto.

Mi pobre cachorro...

—Él... ¿Yoongi se ha comunicado con su lobo? —pregunta mientras suspira, quisiera estar cerca de su omega, pero sabe que es imposible por el momento.

—Aún no le pregunto eso, pero... parece ser que mi pequeño está sufriendo, su dolor no baja con medicamento, creo que necesita a su alfa, pero... es extraño, él no...

Él no me recuerda.

—Lo sé, Moonbyul, no me molesta escuchar la verdad.

Aunque le duela. 

Después de unas cuantas oraciones más, y una despedida cálida y con un Jimin prometiendo hablar el día siguiente, la llamada es finalizada.

🍊

—Él amaneció mejor hoy, pero... hoy me pidió que le lleve unas plantas a su habitación, dijo que con eso se sentiría más relajado, y así fue —dice lo último ya menos angustiada—. Yoongi me dijo un poco extrañado que su lobo le pedía plantas cerca de él. Al parecer se tranquilizó con eso.

El corazón de Jimin late rápido, sabe que Yoongi no lo recuerda, pero por lo menos ahora tiene una pequeña esperanza de que su lobo sí lo haga.

—Al parecer el omega de Yoongi lo recuerda. Eso es bueno, Jimin —susurra temerosa de que su hijo escuche algo, puesto que no está enterado de esas llamadas a través de los años.

—Si Yoongi necesita algo, háblame, Moon. Sé que no puedo estar físicamente ahí, pero... quisiera aportar aunque sea por más mínimo.

—Tú y tu lobo han sido muy pacientes, Jimin, gracias por velar por mi hijo.

—Gracias por dejarnos saber de él. Yo creo que me hubiera vuelto loco —ríe sin ganas—. Siempre pienso en cuándo será el momento en el que podamos estar juntos —piensa en voz alta y recibe un suspiro por el otro lado de la línea.

—Pronto, Jimin, sé que eres bueno, sé que haz dejado ir a muchas otras personas por mi hijo y lo agradezco y... sé que él lo agradece aunque no lo sepa.

Él ya no nos quiere, humano tonto.

—Sí —dice por inercia sin saber realmente si le contesta a Moonbyul o a su alfa—. Yo... regresaré al trabajo, cuida mucho de Yoonie.

🍊

Jimin siguió comunicándose con Moonbyul, al parecer el siguiente celo del omega fue igual de doloroso y triste. Moonbyul se preocupó cuando el omega le empezó a decir que su lobo estaba herido. Yoongi aún no entendía bien su parte lobuna, pero lo que lograba explicar era suficiente. Al parecer el omega estaba en una especie de depresión.

«Pero se siente mejor cuando huelo las hierbitas, mamá». Le dijo la última vez que le explicó el comportamiento de su lobo. Moonbyul quiso decirle la probable razón por la cual su lobo se encuentra triste y sólo logra serenidad con ese aroma.

«Es un aroma muy parecido al de tu alfa, Yoonie». Pensó.

—Hoy ha estado un poco triste... —habla por teléfono mientras parece pensar detenidamente en las palabras que dirá—. Siempre que se aproxima su celo está muy callado, sólo me queda hacerle tés y comprarle comida —ríe Moonbyul al recordar el rostro de felicidad de su hijo al ver todos los litros de helado en la nevera para él—. Pero su lobo se siente bien con las plantitas, por ahora se conforma con eso, Jimin.

Después no.

—Casi es su cumpleaños... —comenta como si pensara demasiado en esa fecha.

—Sí, cumplirá quince la próxima semana. 

🍊

Yoongi está cansado y agradece que sea fin de semana. Su cumpleaños pasó tranquilo, sin nada relevante, sólo con un Hobi muy insistente respecto a pedir rápido un deseo cuando la vela es apagada. Él ni siquiera cree en esas cosas.

—Yoonie —habla su madre desde afuera mientras toca la puerta de su habitación—. Abre la puerta, cariño, hay un regalo aquí para ti.

El omega camina sin muchas ganas hacia la puerta y abre. Ríe un poco a ver a su madre cargar con un pequeño árbol.

—Mira, sé que a tu omega le gustan los olores a naturaleza —dice sencillo, rogando que su hijo no le pida explicar más porque no es buena mintiendo.

—Mamá, es un árbol —sonríe mientras toma el obsequio entre sus manos—. ¿Dónde meteré un árbol aquí? —ríe por la ocurrencia de su madre.

—Mmm... me dijeron que no crece mucho y puede vivir en una maceta siempre que sea regado mínimo una vez a la semana —recuerda las palabras que le dijo Jimin cuando le habló diciéndole que un vivero llevaría un pequeño árbol para ser cuidado por el omega.

«Le ayudará a calmar a su omega», le dijo el emocionado y a la vez apenado alfa. Jimin estaba muy emocionado por poderle dar a su omega un regalo, aunque éste no supiera el verdadero remitente.

—Puedes ponerlo cerca de la ventana, Yoonie.

—Bien, pero si esa cosa crece más de un metro se irá al jardín —deposita la maceta junto al pequeño sofá junto a la ventana, abre ésta y el aire hace que su habitación se llene de ese olor a naturaleza tan típico—. Lo... lo dejaré por aquí —tartamudea al sentir a su omega gruñir, se sonroja y cuando escucha la puerta de su habitación ser cerrada, indicando que su madre se fue, procede a quitarle el papel con el que viene envuelta la maceta.

Al desenvolverlo, cae una tarjeta. Yoongi —por instinto— gira hacia ambos lados y cuando se acerca al bote de basura para tirarla, la lee.

El olor a hierbitas siempre ha calmado a tu omega, espero no me olvides y cuides de mí, así como yo lo haré de ti.

A Yoongi le parece extraña esa tarjeta, pero decide no tirarla, observa el pequeño árbol y admite que lo que dice esa bonita caligrafía es verdad. Su omega se siente tranquilo, al parecer le gustan mucho esos aromas. Sin premeditarlo, se acerca al arbolito y olisquea, sintiendo quietud en su cuerpo. 

Alfa.

🍊

Jimin llega exhausto del trabajo, jamás pensó que ser catedrático en una universidad fuera tan complicado, pensó que los docentes casi no se esforzaban conforme impartían clases en niveles más avanzados. Qué equivocado estaba. Sus huesos duelen a subir las escaleras rumbo a su departamento, no lo negará. 

Bosteza y se arroja contra el cómodo sofá, obviará las planeaciones escolares para mañana y simplemente improvisará. Al parecer así es como más le gusta a sus alumnos.

Religiosamente, hace su rutina: busca su teléfono y cuando está por marcar hacia el hogar de Moonbyul, se detiene, ha intentado no llamarla tanto para no verse tan insistente, la última vez que hablaron fue hace poco más de dos meses. Sabe que se ha alejado del tema, pero lo hace por su sanidad mental. Su lobo está encabritado al no saber nada del omega, pero simplemente lo ignora cuando recibe uno que otro insulto o sensación de malestar.

Ha estado saliendo con alguien...

No es nada serio, pero le ayuda a distraerse, le ayuda a no estar pensando en lo mismo siempre cada vez que descansa. Es alguien joven, huele bien y han tenido algunos encuentros en su cama que han resultado bastante excitantes. No se arrepiente, pero tiene que aceptar que le está molestando saber que ninguna de sus relaciones llegará a algo serio porque su lobo terco lo rechazará.

Maldito testarudo. Si tan solo no te hubieras enamorado de ese chiquillo...

Escucha la puerta de su departamento ser tocada dos veces y pese a que no esperaba su visita hoy, sabe de quien se trata.

¿Se supone que follamos los miércoles, por qué está hoy aquí?

Y quizá suene extraño, pero cada vez que sale con un chico siente que está siéndole infiel a su omega, y... hasta cierto punto sí, pero prefiere no pensar en eso. No ahora que se está besando con ese lindo chico que conoció en un bar de dudosa reputación.

¿Es normal, no?

Tener otras relaciones, no tiene por qué estar atado a alguien que ni siquiera lo recuerda. Es cansado, Yoongi no sabe de su existencia y su lobo vagamente recuerda su olor a hierbitas. Oh, carajo, juraría que si está frente a su omega un día, éste no lo reconocería para nada.

Yoongi hará su vida y quizá... sólo quizá... tiene que construir la suya.

Sí... tal vez lo correcto es...

—¿Por qué no se te pone dura? —inquiere ese lindo omega, cuyo nombre no recuerda bien, pero sus esponjosos labios logran distraerlo lo suficiente como para extraerlo de su realidad.

—¿Eh?

—Estás muy distraído hoy, Jimin, ¿no te caliento? —habla molesto mientras hace movimientos sugerentes con su cadera sobre el regazo del profesor.

—Perdón —suelta una risilla cansada—, pero el trabajo me ha dejado demasiado desorientado, y pensé que no vendrías hoy, me dijiste ayer que no podías.

—Hice un espacio para ti.

Jimin trata de recordar a qué se dedica su última conquista y descubre que ha estado demasiado distraído desde que lo conoció, o sea, desde hace dos semanas.

—Sí, lo sé, Jungkook —claro que no lo sabe, pero no quiere molestar al omega—, pero hoy... no lo sé, estoy muy cansado, no te molestes —habla bajito para no discutir con su affair, pero eso no impide que muestre su rostro enojado.

Cuando su pareja momentánea iba a reprochar, el teléfono de Jimin suena en un par de ocasiones, Jungkook lo esconde tras su espalda.

—No hagas eso, carajo.

—No, no, no. Concéntrate en mí, alfa —le regala una sonrisa pequeña de ojos brillosos.

No soy tu alfa, omega imbécil.

Jimin iba a reprender a su lobo, pero decidió otorgarle la razón por ese momento.

Su teléfono sigue sonando, los labios del menor lo hacen olvidarlo durante algunos segundos hasta que la llamada termina antes de ser contestada.

—No era nada importante, alfa. Ven, ven, vamos a tu cama.

Jimin asiente un poco embobado por los encantos de ese chico. Siente a su lobo gruñirle fastidiado, pero sin poder hacer mucho para separar a los dos humanos.

Si hubiera sido importante habrían seguido insistiendo, ¿no?

¿No?

🍊

Frota sus ojos llorosos por haber despertado. Bosteza y se estira en la cama. Se descubre y al pisar el suelo se topa con el acolchado tapete. Detesta los lunes, si pudiera eliminar un día de la semana, sería ese. Oh, claro que sí.

Su siesta de la tarde termina y justo al caminar hacia el buró para tomar un cambio de ropa y bañarse, su teléfono suena captando su atención.

«Llamada de Moonbyul»

Jimin echa un vistazo a la fecha retratada en su teléfono.

Hace más de ocho meses que no habla para preguntar por Yoongi.

Y sinceramente, el motivo de esa llamada lo inquieta. No piensa que sea algo malo, pero es extraño...

—Hola... ¿Moonbyul? —habla con un tono un poco más grave.

—Sí. ¡Hola!, mi mamá me dijo que compró el árbol de mandarinas con usted —hablan claro al otro lado de la línea y el corazón de Jimin se salta un latido.

Oh, carajo.

Oh, carajo.

—Soy Yoongi, Moonbyul es mi madre y tenemos una duda sobre el arbolito... es que... se está marchitando —habla con un tono entristecido.

Jimin ama los lunes.

Oh, mierda, su vocecita es tan linda... Es grave, pero calmada, digna voz tranquilizadora de un omega. Digna voz de su destino. Jimin pensó que quizás algún día podría escucharlo cuando ya madurara, pero escucharlo en ese momento le toma por sorpresa.

Oh, mierda.

—Eh... no sé si pudiera darnos algún concejo —explica mejor al no obtener respuesta—. Sé que ha pasado bastante tiempo desde que compramos el arbolito, pero yo... —parece apenado por lo siguiente—, yo realmente lo he cuidado mucho —suelta un suspiro pesado y entristecido y Jimin siente una pequeña ráfaga de viento—. No sé por qué está muriendo.

Dios, él también va morirse.

Va a morirse en medio de esa llamada.

—El... el árbol... ¿dónde está? —parece recobrarse de su estupor.

—Está en mi habitación —confiesa un poco avergonzado, sabe que el aroma a naturaleza calma al omega del menor, por lo tanto no dice nada—. Pero está en una gran maceta, lo riego bastante, por eso me resulta extraño que sus ramitas se estén cayendo.

—Mmm... ¿Está cerca de una ventana?

—¡Sí!, está junto a la ventana, todos los días la abro para que pueda recibir los rayos del sol y el viento...

—¿Y por qué lo tienes en tu habitación, Yoongi? —saborea el nombre del menor.

Yoongi no comprende qué le está pasando, pero está avergonzado, al escuchar su nombre de la voz de ese extraño hombre, su abdomen se revolverse gentilmente y se siente reconfortado, una sensación sólo otorgada por su arbolito moribundo. Un leve sonrojo se muestra y agradece que su madre esté en la cocina.

—Eh... yo... Bueno... me relaja mucho... —habla apenado.

—Okay, no te avergüences —nota el tono inquieto en el muchacho—, a muchos les relaja el olor a... hierbitas... —suelta una pequeña risa, no burlona, simplemente consoladora.

Humano imbécil, calla o el chiquillo va colapsar.

—Sí... a mí siempre me ha gustado mucho ese aroma y el arbolito me lo da.

—Yoongi —le llama con voz clara y comprendedora.

Los ojos del adolescente brillan y su mente desea volver a escuchar su nombre de los labios de ese hombre otra vez. Un bochorno lo atormenta cuando se ve a sí mismo agachando la cabeza y mostrando su cuello para esa voz. No recuerda la última vez que se mostró sumiso para alguien. Ni siquiera en sus celos.

—Creo que es hora de que el árbol esté en tierra fértil... —habla contundente y sabe que su voz salió más rasposa de lo normal, casi hablando en voz de mando inconscientemente.

Omega. Omega. Omega.

—Lleva el árbol al jardín, y riégalo mucho durante la primera semana, después ahí crecerá mejor, e incluso ocupará menos agua. ¿Alguna pregunta, Yoongi?

Sí, ¿por qué me siento... diferente?

—No... Pero... —quiere seguir esa conversación para continuar escuchando la suave, fuerte y controlada voz de ese hombre—. ¿Cuál es su nombre?

Alfa. Alfa. Alfa.

—Soy Park Jimin —y no puede evitar que un tono esperanzado salga de sus labios al contestar.

Reconóceme, por favor, omega.

—Oh... mucho gusto y... gracias... muchas gracias —habla atropellado y con eso da por terminada la conversación—. Gracias por el consejo... Llevaré el árbol al patio. Gracias, señor Park —y cuelga la llamada.

Señor Park.

Señor Park...

Señor...

¿Tiene voz de anciano?

Los hombros de Jimin decaen un poco y sus ojos se humedecen sin percatarse. Sabe que el comentario del chiquillo fue sin dolo, pero... es imposible no sentirse un poco desahuciado. Ignorado y con pocas esperanzas.

Oh, mierda, realmente va llorar porque su pareja destinada es dieciséis años menor y le dijo "señor". Sí, va llorar. Incluso su lobo está callado, quizá un poco herido.

Somos como el vino.

Escucha la voz no irónica de su lobo, hace bastante que no le hablaba para reconfortarlo.

Ríe y asiente un poco más tranquilo, pero aún con ciertas dudas.

🍊

No ha sabido nada de Yoongi, después de entablar esa breve, pero satisfactoria conversación con él, se comunicó con Moonbyul agradeciéndole la oportunidad de poder hablar con el omega. Sabe lo cuidadosa que es con su hijo y entiende el recelo de dejarlo comunicarse con su alfa predestinado y con muchos años encima.

Dios. La voz de Yoongi es dulce como él.

En su última llamada con la madre de su omega, decidió hablarle del tema que ambos saben , pero que ninguno se atrevía a tocar. Conocer a su omega. Moonbyul los apoya, es es evidente, pero sabe que primero está su hijo, sus sentimientos y bienestar.

Tendrá que esperar. Tendrá que esperar aún más. Y teme que sea bastante.

🍊

Jimin ha estado marcando al hogar de Yoongi desde hace algunos días. Le resulta extraño que sus llamadas sean enviadas al buzón. Por lo regular Moonbyul siempre le contesta, pero ahora, después de escuchar el enésimo tono y ser enviado al buzón, comienza a pensar que quizás no quieren contestar su llamada.

Tuerce sus labios en una mueca disgustada. No sabe cómo sentirse. Le resulta extraño que sus llamadas no sean atendidas, pero también sabe que ha dejado mucho en el olvido al omega... quizá Moonbyul se molestó y por eso...

Su teléfono comienza a sonar y con solo leer el nombre en la pantalla, no deja que el primer tono termine antes de contestar.

—¿Hola? Moonbyul, estaba asustado —confiesa un tanto débil, más de lo que le gustaría.

—Hola, Jimin —el tono que usa le causa conflicto, suena preocupada.

—¿Pasa algo con Yoongi? —Un breve silencio lo asusta, su corazón late tan rápido que lo siente en los oídos—. ¿Cómo está? Él...

—Yo no sé cómo decirte esto, Jimin —susurra contra el teléfono, indicándole que quizá el adolescente esté cerca.

—Me estás asustando... —está inquieto, incluso su lobo se encuentra ansioso moviendo sus patitas traseras mientras gruñe levemente.

—Yo no quería contestarte, Jimin, pero... no sé cómo decírtelo. Eh... Yoongi... él está saliendo con alguien. Yo le dije que lo pensara mejor, que era muy rápido para él tener una pareja... Pero se molestó.

Humano imbécil, yo no compartiré a mi omega.

Ni yo.

Pero...

—¿Él tiene mucho con esa persona? —habla apretujado, como si le costara mantener la calma. Y sí le cuesta, sobre todo a su lobo, el cual está impotente por permanecer alejado de su omega.

—Mmm... Yoongi ya me había dicho que alguien gustaba de él desde hace unas semanas, pero no le presté importancia hasta que me dijo que había comenzado a salir con él.

—Moonbyul —le llama para captar su atención y pese a que sabe que su alfa lo contradecirá, sabe que tiene que hacer lo correcto—. Es normal que Yoongi tenga novio, yo sabía que esto en algún momento iba pasar. Es bueno que experimente —habla contra su voluntad y admite que no le agrada lo que acaba de salir de su boca, pero no tiene de otra, no puede prohibirle vivir a esa persona que no sabe que ya tiene su alfa predestinado esperando.

—No me agrada la idea de Yoongi saliendo con ese alfa —se escucha molesta, dice lo último de manera despectiva y Jimin sabe que la verdadera preocupación no es que Yoongi tenga a alguien, sino quien es ese alguien.

Mi omega está saliendo con un alfa idiota.

—Ese alfa... no me gusta para él —dice simplemente y Jimin comprende la angustia de Moonbyul—. Es un idiota.

Lo sabía.

—Sigo de manos atadas, Moonbyul, no puedo hacer nada por mi omega. No puedo acercarme a él simplemente y decirle que soy su predestinado.

Claro que sí podemos.

—Yo... ya quiero que pase el tiempo que sea necesario, Jimin. Pese a que Yoongi no te recuerda, sé que te necesita y sé que su omega sí tiene recuerdos tuyos.

—Ojalá, Moonbyul, espero así sea.

Espero así sea porque me volveré loco.

🍊

No se ha portado bien, para nada. Está mareado, su cabeza punza y vagamente sabe qué hizo hace medio minuto. Agh, mierda, siente que va vomitar y lo confirma cuando se sujeta del váter y comienza a devolver parte del alcohol bebido ese viernes.

Lo extraño, lo necesito.

Ese día se cumplen 3 años desde que realizó su última llamada al hogar de Moonbyul. La última vez, la mujer le dijo que Yoongi había formalizado con ese tonto alfa a pocos meses de relación.

Su alfa se encabritó y quiso ir a con su omega, pero Jimin no se lo permitió por más que sus instintos estuvieran a flor de piel y su voz interna le gritara cada dos minutos que era un cobarde por haber renunciado a algo sin siquiera haber peleado antes.

Ya no tiene caso.

Háblale.

Su parte humana no me recuerda y su parte lobuna seguramente tampoco.

Háblale.

Está saliendo con un alfa de su misma edad, con los mismos temas de conversación y seguramente con pasatiempos parecidos.

Háblale.

Un alfa apuesto, alto y de su edad. Un alfa del gusto de Yoongi, jamás volveré a hablar con él, jamás podré encontrarme con él de nuevo y moriré al no tener a mi pareja conmigo.

Háblale.

Le voy hablar.

Jimin escucha una risa de satisfacción proveniente de su lobo y sonríe.

Coge su teléfono y con vista borrosa y manos tambaleantes consigue encontrar el teléfono de la casa de Yoongi. Con dedos temblorosos, selecciona la opción de llamar y espera pacientemente los tonos de llamada.

Después de bastantes pitidos y con el alfa al borde de darse por vencido. Contestan.

Y contesta quien quiere.

Oh, dios, perdóname.

—¿Bueno? —habla la voz recién despierta de Yoongi. Ahí Jimin se comienza a cuestionar la hora que es.

—Hola, Yoongi —dice más seguro de lo que pensó que estaría con litros y litros de alcohol en su organismo.

—Sí, soy Yoongi, ¿con quién hablo? —parece despertar por completo al ser llamado por su nombre.

—Soy Jimin —habla con más lucidez de la planeada.

—No recuerdo a ningún Jimin que sea mi amigo.

—Soy tu alfa.

Bueno, quizá no con tanta lucidez.

—¿Qué carajos?... —Jimin puede imaginarse un rostro blanquecido con el ceño fruncido y mejillas sonrosadas.

—Yo... perdón, Yoongi —ríe nervioso por su imprudencia, pero tiene que admitir que le causó mucha risa—. Pero quería saber cómo estabas.

—Voy a colgar, buenas noches —habla molesto y antes de escuchar el tono de finalización de llamada, Jimin decide hablar.

—Tu omega se calma con el olor a plantitas, ¡a hierbitas! —logra tener la atención del omega durante unos segundos más—, porque yo... huelo a hierbitas, Yoongi.

El corazón del menor se acelera y ahora no quiere colgar, no sabe hacia dónde le lleve esa conversación, pero definitivamente le llama la atención.

—Usted... ¿Cómo sabe eso?

—Yo... voy a encontrarte un día y... seremos felices y... tendremos muchos cachorros —usa un tono ilusionado evidente que deja sonrojado a Yoongi—. Armaremos nuestro equipo de... de fútbol —tartamudea evidenciando su embriaguez—. Será una manada grande y...

No seas tan explícito, humano, nuestro omega pensará que eres un acosador.

—Está asustándome. Y yo no quiero tener hijos —dice el último comentario sin percatarse.

—Entonces adoptaremos...

—Jimin, colgaré.

—Yoongi —le llama con voz ronca y Yoongi siente sus piernas temblar, agradece estar sentado en el sofá, con todas las luces apagadas—, el árbol que te obsequié —hipa y se averguenza—, ¿sigue vivo?

—¿Eh?...

—El mandarino. El que estaba marchitándose... hace tiempo atrás, mi... —hipa— regalo para mantener a tu omega cerca del olor de su alfa —suelta sin pensar y espera que Yoongi no piense mucho en su último comentario.

—El árbol sigue bien... —no piensa mucho en lo dicho por ese hombre anónimo—. Creció bastante cuando lo saqué al patio —habla sin entender por qué sigue haciéndolo.

—Qué bien, sabía yo que...

—Jimin, adiós, buenas noches.

—¡Espera!

—¿Qué?

—No, nada, sólo quería que hablaras más... —suelta una risa involuntaria y Yoongi tiene que admitir que ese hombre tiene un tono de voz exquisito.

—Adiós.

—Adiós, Yoongi.

Se corta la llamada y Jimin sabe que la cagó, pero su alfa está ansioso y de cierta forma contento.

Por fin te descendieron los testículos.

Por fin.

🍊

Ese fue el encuentro más cercano a Yoongi, jura que Moonbyul no lo sabe porque no recibió llamada al siguiente día. Sólo tenía la resaca y un sentimiento de haber hecho lo incorrecto, pero al mismo tiempo lo que era necesario.

Después, muy a su pesar, perdió todo contacto con Moonbyul y Yoongi, no sabe cómo o a dónde fueron, pero la línea telefónica jamás volvió a ser contestada. Su corazón palpitó acelerado y se resquebrajó. Lloró bastante, lloró hasta que su cabeza se sentía explotar y hasta que sus mejillas se irritaron por tanto limpiarse las lágrimas.

Yoongi desapareció y no tiene manera de encontrarlo.

Buscó en redes sociales, habló con cientos de extraños, pero no. Nadie era él. Nadie era su omega, buscó a Moonbyul y tampoco obtuvo resultados.

Desaparecieron.

Y su alfa se sumergió en una terrible depresión. Una que lo alertó al punto de ir al médico y pensar que su lado lobuno había muerto, pero no, sólo está aletargado, somnoliento y entristecido. Casi tanto como él.

Fue a la ciudad natal de Yoongi.

No supo exactamente a qué, pero quería sentir que no se había dado por vencido tan fácilmente. Hospitales, preparatorias, e incluso cementerios... Su omega había desaparecido. Fue a la primaria donde conoció a Yoongi y ahí ya habían borrado todo rastro del menor debido al paso de tantos años.

Madre Luna, ayúdame.

Ayúdanos.

🍊

jimin bb sufriendo los años lejos de su yoongi bb :c

—«»

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro