Epílogo astringente
Cinco años más tarde. Primavera.
—Cariño, no queda té. Si te acuerdas compra de camino a casa.
—¿Por qué no me habías dicho nada?
Levantó la mano con la que sostenía un sobre. Una citación para el juzgado.
—¿Ya ha llegado? Qué rápido... —dijo ella quitándole importancia al asunto.
—¿Contra quién?
—Mi madre —se giró para ver bien el rostro de su amor, del padre de su hijo—. No voy a esconderme más. Y no se va a hacer a él. Nunca.
Dejó caer el brazo a un costado, derrotado, viendo como le caían las lágrimas por las comisuras de los labios, curvados en una sonrisa. Corrió hacia ella, la besó y la abrazó tan fuerte como pudo sin hacerles daño. Porque no iba a permitir que nada ni nadie les hiciera daño. El olor a chocolate inundaba la cocina del loft, entremezclado con ese aroma a madera que desprendía la cuna a medio montar.
—Luccio.
—¿Sí?
—Nada.
—Te quiero, desconocida.
—Y yo a tí, extraño.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro