16. Una razón, dos razones, o más.
Alicia
Me había enterado de cosas que me ponían entre la espada y la pared, la única alternativa que tenía para solucionarlas, era hacerlo por mi propia cuenta. Tenía que desenmascarar a Tomás, un completo mentiroso, y hacer entrar en razón a Massiel.
Esto podía costarme la relación que tenía con mi hermana, pero yo la amaba con mi vida y haría cualquier cosa para protegerla.
Lo que estaba haciendo no estaba del todo bien, pero era la única forma de hacer algo sin hacerme ver como la mala de la película, aunque bien lo sabía, ella en algún momento me descubriría. Ya habían estado cerca de atraparme, pero estoy segura de que jamás sospecharía de mí. Soy su hermana, ¿cómo sería capaz de hacerlo?
Mi querida Massiel no sabía que estaba dispuesta a abrirle los ojos antes de que fuera demasiado tarde, y eso implicaba hacer cosas un poco retorcidas para su gusto, pero no quería decírselo directamente porque se enojaría más y tampoco me creería.
Tomás nos había engañado, y hacerlo le había resultado demasiado fácil, pero no quería que Massiel se dejara cegar por sus encantos, ya suficiente daño le hicieron como para recibir otro golpe por parte de él.
Mi segunda idea no resultó como esperaba, el objetivo era atraparlo en una mentira, pero para mí sorpresa él había hecho las cosas bien, no faltaba ni sobraba ningún peso de la paga a los distribuidores de comida, hecho que me hizo dudar de las cosas que había descubierto.
No entendía por qué él hacía lo que hacía, y no me interesaba, pero si llegaba a lastimar a mi hermana, él se las vería conmigo. Podía salir muy mal de esto, puede que me subestime, pero realmente tengo un gran poder que podría usar en su contra, pues a la hora de conseguir trabajos, bastaba con mover un dedo para que no fuera aceptado en ningún sitio al que enviara curriculum, por ahora lo tenía en observación. Poseía muchos contactos que prácticamente lo observaban la mayoría del día, —en espacios públicos claramente—, y cualquier acto sospechoso, me lo informaban a través de una llamada, informando el sitio y lugar de los hechos, aunque hasta ahora las llamadas que me llegaban eran sólo de cuando tenía contacto con Massiel.
Constantemente tenía que cambiar el chip del otro celular que ocupaba para hacer el trabajo sucio, para ello, uno de mis trabajadores a diario por la mañana me llevaba varios números nuevos, después de cada interacción que tenía con aquel teléfono me preocupaba de borrar la evidencia.
Hacer esto me hacía sentir como si fuera parte de un grupo de espías o de la PDI —Policía de Investigaciones de Chile—, cosa que se sentía demasiado ajena a la tradicional Alicia, y para no tener experiencia en estas cosas, mi plan estaba resultando bastante bien, a pesar de que los resultados no eran lo que esperaba.
Hasta ahora no había encontrado nada inconcluso en las cosas que él hacía, pero no me detendría hasta obtener algo valioso.
Ese era uno de los motivos por los cuales había contratado a un investigador privado, gracias a él pude comprobar que mi sexto sentido no había percibido algo extraño en la entrevista de Tomás porque sí. Digamos que tenía la capacidad de sentir la energía de las personas, cuando alguien ocultaba algo o tenía una mala intención, podía sentirlo cuando aquella persona tenía contacto con mi mirada, no es que fuera algo sobrenatural, básicamente puedo sentir las malas vibras.
El señor Antonio, hombre al que había contratado para investigar a Tomás, me decía cada cosa que encontraba sobre la familia Koch Álvarez, y fue por teléfono que me contó que había localizado el documento que afirmaba algo importante, tal que Tomás me la había negado en la entrevista, y si es capaz de eso, entonces es capaz de hacer u ocultar algo peor.
Esa llamada era justo lo que necesitaba para poder abrirle los ojos a Massiel, que los tenía puestos sobre el mentiroso, por fin podría hacer algo que valiera la pena para que ella reaccionara de una vez por todas.
En plena llamada, mi hermana había llegado, pero por suerte, siempre evitaba mencionar cosas sobre la investigación, aunque mientras hablaba con el señor pensé que estaba sola en casa y fue por ese descuido que ella me puso bajo una lupa. Sin embargo, logré quitármela de encima.
A partir de ese momento debía tener un poco más de precaución e ir con cautela, lo que se traducía a esperar el momento exacto para soltar la bomba, solamente necesitaba la ayuda de una persona especial para llevar a cabo mi siguiente plan. Sabía que en algún momento Massiel y Tomás pasarían un mal momento, y cuando eso ocurriera, el plan sería ejecutado.
Mi hermana debía enterarse de la verdad a la buena o a la mala, ella no sabe lo difícil que fue tomar la decisión, no es algo que puedas pensar un día y decidir qué hacer, esto va más allá.
Desde que supe de estas cosas extrañas, —y son sólo un par de días—, no puedo conciliar bien el sueño. Siempre ando pensando en que ella me descubrirá e intento disimular, pero muchas veces no me sale muy bien mi actuación, llevaba conmigo un gran cargo de conciencia y sentía que en cualquier momento las cosas podrían salirse de control.
Todo sería mucho más sencillo si ella realmente no se enamorara de él, pero yo la conocía, veía en su mirada que le gustaba, a pesar de que ella lo negara una y mil veces. A Massiel le gustaba Tomás. Y el problema no era que a Tomás también le gustase Massiel, el problema era lo que él le ocultaba a ella, podía entender que escondiera ciertas cosas de su vida en un principio, tal vez para quedar como un galán disponible, pero si te gusta alguien, el problema real era que esa verdad oculta debería ya saberla Massiel, sino significaba que era un simple juego, y mi hermana no estaba para juegos.
Mi actuar no era porque sí, no era por gusto ni por una simple intuición, yo tenía una razón, dos razones, o más, para alejarlo de ella.
Al día siguiente, como de inusual costumbre, me levanté somnolienta con un ánimo terrible, normalmente me encantaba ir a trabajar, me gustaba ver a mis trabajadores y clientes felices, pero desde que llegó Tomás, más bien desde que supe lo que jamás debí saber, el ambiente para mí no era muy agradable. Me sentía libre la mayor parte del tiempo, pero cuando él aparecía, me sentía extraña, no sé si era sentimiento de culpa o de repudio, pero aprendí a separar las cosas, las cosas del trabajo no las mezclaba con la cercanía que él y mi hermana tenían.
Trataba de actuar normal, era difícil ya que tenía un montón de preocupaciones indagando en mi mente, sin embargo, una buena cantidad de maquillaje podía cubrir mis ojeras evitando revelar mis noches de desvelo.
Bendita sea la persona que creó el maquillaje, si no fuera por el me vería como una rata desdichada, que por cierto era como me sentía por esos días.
Ya arreglada bajé para irme al trabajo, sólo estaba mi padre en pie, al parecer mi hermana entraba tarde a clases, lo que era prácticamente un agobio menos porque así evitaba exponerme ante ella.
Me despedí de mi padre y subí a mi auto feliz, sentía que hoy sería un gran día. Primeramente, a Tomás no le tocaba turno, y segundo, Massiel no había iniciado el día con interrogatorios, empezaba a sentir la tranquilidad en mi mente.
Llegué al trabajo y momentos antes de bajarme el señor Antonio me llamó de nuevo, presentía que eran buenas noticias y pocas veces mi intuición me falla.
—Buenos días, señor, ¿qué tiene para alegrarme la mañana? —digo a través del celular.
—Señorita Alicia, tengo nueva información acerca de la chica —sonreí al escuchar esto.
—Fantástico, continúe, por favor —solicité.
—La chica se encuentra en la ciudad y está dispuesta a cooperar a cambio de dinero. Así que le organicé una reunión a la hora de almuerzo, por supuesto será en un sitio en el que ni Massiel ni Tomás transitan. Le enviaré un mensaje con la dirección y el contacto de la chica.
—Perfecto, señor, muchas gracias por su servicio, que tenga buen día.
—Estoy a sus órdenes, igualmente —Antonio finaliza la llamada.
Dicen que dónde hubo fuego, cenizas quedan, y voy a encargarme de que el fuego entre Tomás y la chica se vuelvan a encender. Digamos que esta es la prueba más valiosa, si entre él y ella no pasa nada, es porque de verdad está interesado en Massiel, pero, por el contrario, si él cae en la tentación, lamentablemente quiere a mi hermana por pura calentura.
Terminé y entré al restaurante, sentía la frescura de la limpieza y la emoción recorriendo por mis venas, debería sentirme terrible por esto, porque prácticamente estoy forzando a Tomás para que lastime a mi hermana, dicho de otra manera, sólo estoy adelantando los hechos, porque se sabe que un chico como él no dejará sus malas costumbres del todo, y era mejor que esto ocurriera cuando Massi no se encariñara tanto, así el dolor sería mucho menor.
La mañana pasó rápida y pronto llegaron las doce en punto, la hora en que debía salir para encontrarme con ella, revisé el mensaje nuevamente de parte de Antonio para chequear la dirección e ir hacia allá.
A las doce y media era la reunión, llegué hasta un local de comida bastante pintoresco, pero con clase. Había un par de hombres y mujeres en el bar, lucían ebrios. Entré y las miradas perdidas se posaron en mí, lo sentía tan desagradable, y justo en ese preciso momento ella apareció, una chica más joven que yo, era guapísima, con un físico envidiable, muy al estilo de Tomás.
—Hola, soy Violeta, tú debes ser Alicia, ¿cierto? —dice la castaña acercándose a mí.
Verla en persona me hizo tomarle el peso al asunto y me hizo dudar si debía seguir o debía retractarme. Esto no era un juego de niños y sabía cuán negativos podrían ser los resultados, pero ya estaba aquí, y sería tan solo una prueba de fuego para Tomás.
—Sí, sí, soy Alicia, un placer —respondí saliendo de la duda.
—Ven, reservé un lugar —caminé tras ella, nos sentamos en una mesa que estaba un poco más retirada de los demás.
Fuimos al grano sin rodeos, esto no consistía en una plática para ser amiguitas.
—Bien, tú eres la que propone —dice Violeta cruzándose de brazos sobre la mesa con una mirada ambiciosa.
—De acuerdo, supe lo que pasó entre tú y Tomás, verás todos sabemos que él no toma a nadie en serio, y no quiero que se meta con alguien que conozco. El asunto es que necesito que lo seduzcas y pases la noche con él. No sé exactamente cuándo, pero debes estar dispuesta porque podría ser hoy, mañana o quién sabe, pero es pronto porque los he notado un poco distantes.
Me mira asintiendo, como si se tratase de algo muy fácil.
—Y luego desaparezco —acota.
—No, necesito que la molestes un poco más, pronto habrá un evento y debes asistir a él, debes hacer o decir algo que sea fuerte y después de eso puedes desaparecerte.
—¿Quién es? —pregunta alzando una ceja.
Enseguida le mostré una foto de mi hermana, sólo debía hacer lo que le pedía y todo estaría bien.
—Debes asegurarte de que ella te vea muy cercana con él, haz lo que quieras, pero debes hacer que ella lo odie —manifesté con cierto tono de desprecio.
—Bien, quiero un adelanto de la paga —expresa con carácter.
Asentí sacando mi chequera para ponerla sobre la mesa y anotar un monto junto con mi firma y sus datos.
Lo toma con gran entusiasmo y lo guarda en medio de uno de sus senos.
—Si tienes algún problema para cobrarlo, sólo llámame.
—Claro, un gusto hacer tratos contigo —dice con una gran sonrisa.
Afirmé con una semi sonrisa y luego nos paramos para irnos. Antes de salir pedí un sándwich para llevar porque tenía un gran apetito.
El resto del día pasó rápido, mi restaurante funcionaba a la perfección y cada día teníamos más clientes.
Tuve que irme un poco antes a casa porque Antonio me entregaría el informe completo de la investigación y quería leerlo en casa tranquila, pero no contaba con la presencia de Massiel.
Algunos ya saben lo que pasará porque ya había subido dos capítulos y luego los borré, perdónenme, pero hagan cuenta que no lo leyeron jajajaja, necesitaba explicar mejor las cosas.
Eso es todo amigos jjakjsajs
❤
Pd: ¿Alguien pensó que Alicia podría hacer algo así?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro