Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Mis Errores y Yo

La luz de la lámpara del salón se encendió de repente, dándole un susto de muerte a las dos de la madrugada que era, no había resultado ser todo lo sigiloso que pretendía, al entrar.

    Álvaro no creyó tener que dar explicaciones tan pronto, como poco, pensó hacerlo a la mañana siguiente delante de un buen café, con mucho hielo, como a él le gustaba comenzar el día. Pero no, tocaba hacerlo en ese momento. Después de todo  no era su piso y no podía evitar el interrogatorio que le haría el dueño, el que sin duda lo esperaba despierto para hablar.

     —Acabas de quitarme cinco años de vida, gilipollas —dijo Álvaro mirando a Bruno, quien sentado en el sillón individual adoptaba la postura de un padre enfadado con su hijo irresponsable. El tobillo derecho apoyado en la rodilla izquierda y la cara de mala hostia completaban su disfraz despiadado.

     —No dijiste nada de cenar con ella —contestó el otro sin hacer caso a la broma de su amigo.

     —Bueno, ya, el café fue idea tuya —se excusó Álvaro mientras se quitaba la ropa de abrigo y dejaba las llaves de la moto sobre la mesa—, y congeniamos tan bien, solo con una charla, que necesitaba más tiempo.

     —Os vi salir de la cafetería cinco minutos después, poco pudiste hablar con ella para congeniar.

     —Venga, colega, no te sientas ofendido, que era mi cita, no la tuya.

     Bruno se puso de pie para medir la mirada con Álvaro. 

     —Me pediste que acudiera en tu lugar para que te la quitase de encima. ¡¡Ibas a ver a Patricia!!

     —¿Y cuál es tu maldito problema con eso, Bruno?

     Álvaro gritó sin importarle nada. En la de años que hacía que se conocían, la rivalidad por las mujeres nunca fue un problema para ellos si podían compartirlas, ¿qué coño le pasaba a Bruno ahora?

    Su amigo adelantó un paso hasta que se observaron las pupilas de los ojos; oscuras en ambos casos, llenas de rabia en los dos. 

     —¡Tenía que evitar que dejases plantada a Alex!

     —¿Alex?, ¿qué pasa, Brunito, ya no es; “el esperpento que por algo  necesitará la ayuda de su hermano mayor si no puede conocer a un hombre ella sola”? Porque así fue cómo la describiste esta mañana cuando te pedí el favor. 

    Álvaro tenía una cita con Patricia a la que no podía faltar esa noche, y una cita a ciegas, organizada en el último momento, cuando aún tenía esperanzas de recuperarla no sería suficiente motivo para que no se presentase ante la mujer de su vida.

     De haber existido un nuevo paso que dar, Bruno lo hubiera dado solo por intimidar a Álvaro y devolverle el golpe bajo, pero como el espacio entre ellos ya era inexistente, solo pudo defenderse con sus palabras.

     —Dímelo tú, Alvarito, que no tardaste en cambiar de opinión con “la tarada de las citas a ciegas”, ¿es porque Patricia de nuevo prefirió a Nacho y te dejó tirado en vuestra reconciliación?

     De inmediato, Bruno se arrepintió de haber nombrado a la mujer que tanto daño le hizo a su amigo, hace un mes. Patricia jamás le dijo a Álvaro que estaba casada, en el año que hacía que se conocían, y descubrirlo supuso para él la mayor de las traiciones, solo compensada por la nueva idea de verla a escondidas, dónde y cuándo ella lo decidiera. Así que si Alex suplía esa relación tóxica de su colega, Bruno lo comprendería, así él mismo perdiera la oportunidad de conocer a la mujer de su vida. Porque eso era Alex, desde esa noche para él,  y le bastó solo un café imaginario en Ámsterdam para averiguarlo.

     Álvaro, por el contrario, no quiso hacer más burla con lo que era tan obvio, a Bruno comenzaba a gustarle Alex, habría sido solo una charla de media hora, pero estaba seguro de que superó con creces la relación más duradera que tuvo su amigo jamás, ya que era poco asiduo a tener una. Así que se ahorraría el sarcasmo esta vez, puesto que Bruno lo estaba apoyando en el peor momento de su vida, ¡joder, si hasta le dejaba dormir en el sofá de su casa, porque era inacapaz de hacerlo en su propia cama! Patricia estaba en el recuerdo de cada superficie y cada espacio que le pertenecía.

     —Me gusta Alex, Bruno —se sinceró Álvaro por fin, consciente, antes incluso que su amigo, de que eso abriría una brecha en la amistad inquebrantable de ambos.

     —¿En serio?, ¿y crees que Alex podría hacer que reaccionases? —preguntó su amigo esperanzado de verlo resurgir del pozo de su amargura, aunque también se veía defraudado.

     —Es pronto para saberlo. Pero con ella, colega, puedo hablar de motos, comer sin temor a meter la pata con sus gustos y reír sin pensar antes que puedo dejarla en ridículo.

    Con su nueva confesión, Álvaro no reparó en la cara seria de Bruno, y naturalmente no entendió la respuesta que vino a continuación:

     —Eso es porque Alex está al otro lado.

     Bruno puso la mano sobre el hombro de su amigo y terminó por acortar la ínfima distancia, que los separaba, para fundirse con él en un abrazo.

     —Si hay alguien que tiene que conocerla, ese eres tú.

     —Gracias por ir a verla, Bruno, y retenerla para mí. De no haber encontrado a Alex en la cafetería esta noche me hubiera arrastrado una vez más. 

     Álvaro apretó aún más el cuerpo de Bruno contra él, así le reafirmaba su agradecimiento, y su amigo solo pudo pensar que lo haría igual de ser él una tabla que lo ayudase a sobrevivir en alta mar.

     —Lo que sea por verte bien, por que no regreses nunca con Patricia. 

     La separación de sus cuerpos tuvo lugar cuando el nombre de esa mujer se escuchó de nuevo en la habitación.

     Y los dos amigos tomaron caminos diferentes para poner punto y final al día que conocieron a Alex, Bruno se marchó a su dormitorio y Álvaro se sentó en el sofá dispuesto a quitarse la ropa para dormir en él. Uno pensando en que por qué tenía que decirle nada al otro si decidía llamar a Alex para conocerla a escondidas, el otro sabiendo que iba a tener que sabotear a su amigo para que ella solo quisiera conocerlo a él. 

     Un secreto que ambos aprovecharían, hasta que la verdad los dejase en evidencia.

Acepta mi café, y cuéntame qué te parece☕️.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro