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P R Ó L O G O.

Tenía dos semanas preocupada Kaizen estaba demasiado frío no entendía nada, estábamos bien hace dos semanas. Todo aparentaba estar bien, pero algo en el fondo de mi mente gritaba que algo no se encontraba bien.

Decidí visitarlo a la empresa, para poder hablar de lo que estaba sucediendo. Realmente me preocupaba su actitud durante toda la semana solo pensaba en buscar excusas para justificar sus acciones aunque existía otro motivo que era necesario enfrentarlo.

Un motivo mayor para aclarar las cosas y asegurarme que todo esté en orden. Creía que el acercarme a mi mejor amiga podía apaciguar esta ansiedad sobre no tener en claro las cosas. Ella me animo a ser firme y clara con lo que estaba sucediendo.

-Tranquila amiga es el estrés del trabajo, pero eso no debe justificar la actitud indiferente contigo. -habló Nidia mi mejor amiga-Recuerda que si no hay comunicación clara no verán soluciones. Anda ve a verlo y me platicas más tarde como te fue.

-Tal vez tengas razón, bueno lo iré a ver la oficina nos vemos en la tarde-me despedí de Nidia.

Tome un taxi para ir a la empresa Vargas, el lugar era sorprendente aún no me acostumbraba al ver la belleza de la empresa. Quitando esa idea entre y salude a Claudia la recepcionista, subí al elevador que me llevo al último piso donde estaba su oficina.

-Hola, Cara buenos días- saludé a la secretaría.

-Señorita Córdoba, el Sr. Vargas estas en una conferencia en la sala de juntas, pero pude esperar en su oficina. -contesto Cara no me dio tiempo de responder porque el teléfono sonó. -Disculpe tengo que atender, pero pasé.

Entre a su oficina todo estaba tranquilo, pero me sentí mal y fui al baño que estaba en un lado de esta. Últimamente me sentía cansada, el reflejo de mi cara solo demostraba una versión de mi algo demacrada ignoré mis pensamientos; abrí la llave para tomar algo de agua para lavarme la cara, termine de enjuagar mi boca cuando escuché su voz. Me dirigí a la puerta del baño para saludarlo.

-Si amor este fin de semana es para nosotros, ya reserve todo- estaba tan tranquilo hablando por teléfono sentado al borde de su escritorio. -No te preocupes por ella la dejaré pronto dulzura ella no es nadie, bueno te dejo tengo trabajo que hacer. -se despidió de la mujer con quien estaba hablando, se dirigió a su silla detrás de escritorio tomando asiento y mire esos ojos que en algún momento brillaban con mi presencia ahora solo veía unos tan comunes y vacíos.

Me falto el aire mientras se repetían sus palabras en mi mente. Cerré los ojos tratando las lágrimas al sentirme tan ilusa, sabía en el fondo que estaba jugando conmigo quise aferrarme a una ilusión estúpida. Respire profundo solo unos instantes y solo me centré en guardar algo de calma y pensar en esos dos grandes motivos por el cual debía de cuidarme. Así que una vez algo más calmada salí del baño para encarar a este capullo.

-Entonces no soy nadie para ti- interrumpí, me puse enfrente de él para ver tan siquiera algún rastro de arrepentimiento o culpa, pero en cambio él solo alzó la mirada un tanto fría parecía algo fastidiado por mi presencia y eso incremento más el sufrimiento.

-Eres realmente ilusa Aitana jamás serás alguien, eres poca cosa. -se ríe ante sus palabras, mi pecho se apretaba.

Sentí el valdepeñas de agua fría de la realidad, una que me negaba a ver. Cada momento fue una mentira. Nada de lo que dijo fue real, sus te amo, las caricias y esas promesas solo eran fingidas, él era un gran mentiroso que jugo bien para me tragara todas sus mentiras.

-Maldito mujeriego. -escupo con rabia e impotencia.

-Eres estúpida la verdad, siempre fue un juego. Te creía más inteligente, pero caíste.-musito con una risa arrogante burlándose.

-¡No es cierto, mientes! -cerré los ojos con fuerzas para no derramar las lágrimas.

-Jamás me voy a fijar en alguien tan insignificante como tú. -dijo levantando el mentón orgulloso ante sus palabras ese aire enigmático y superior solo me confirmaba una cosa: Jamás cambiaria y que solo me enamore de un espejismo.

Comprendí que había alcanzado su meta, él desde de un principio quería destruirme y hacerme menos.

Y lo había conseguido.

-Te vas a arrepentir de todo lo que me hiciste y que te quede grabado que la vida junto con el karma te lo cobrará con creces todo el sufrimiento que me estás causando Kaizen y cuando esté muy lejos te arrepentirás de jugar conmigo. No me busques jamás -con lágrimas en los ojos salí de su despacho.

El corazón me dolió ese día dejé de ser esa mujer ingenua, si él jugó conmigo vamos a darle la revancha porque si yo caí en su juego, él caerá en el mío.

Él tiene que caer en mi juego.

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