6. Vulnerable
Cuando la mano de Magnus llegó a la de Alec, sintió como si algo en su interior se derritiera, como algo llenando su estómago, corriendo por sus venas, y el primer paso que dio se sintió más fuerte, como si, yendo de la mano de Magnus, todo fuera más fácil.
Alec sintió que se quedaba sin respiración. No, él no podía ser amigo mi sentirse bien con Magnus. Eso sólo complicaría todo. Sólo tenía que fingir y ese era un problema, él no era bueno mintiendo.
-¿Estás bien? -la voz de Magnus lo sacó de sus pensamientos.
-S-sí, b-bien, sólo...nervioso, esto es nuevo, no conozco tu casa, no te conozco, espero ser un buen aprendiz...
Magnus se rió y no era justo. Sonaba como una buena persona, estaba siendo amable ahora mismo.
-Bueno, ya sabremos dentro de unas semanas qué tal nos funcionó. Si sale bien, incluso podría tomar un aprendiz después, uno real y definitivo.
Si sale bien, tú no...
-¡Cuidado! -el grito de Magnus hizo saltar a Alec, interrumpiendo su pensamiento. Apretó su mano y se acercó, instintivamente, más a él.
-Perdón -la voz del brujo fue más suave, su pulgar acarició la mano de Alec, como intentando disculparse-. Perdón, Presidente cruzó, no quería que tropezaras con él. Vamos a tu habitación y luego voy a explicarte como está todo en el loft. Generalmente cambio las cosas seguidas, pero esta vez haré una excepción y lo dejaré así mientras estés aquí. Lo único impredecible es Presidente, pero creo que te acostumbrarás.
-Gracias.
Y perdón.
* * *
Magnus esperó fuera de la habitación mientras Alec se instalaba. Chasqueando sus dedos, viendo las chispas azules fluir, comenzó a soltarlas, sólo dejándolas formar figuras en el aire.
Tener al cazador de sombras aquí le recordaba lo vulnerable que él fue de niño, le provocaba tomar a Alexander entre sus brazos y protegerlo del mundo.
Magnus suspiró, repitiéndose que su corazón blando siempre lo metía en problemas. Afortunadamente este cazador no pedía mucho, él se creía capaz de ayudarlo a ser independiente y demostrarle a su raza arrogante que ser diferente no es malo.
-¿Magia? -la voz suave y tímida de Alec lo sacó de sus pensamientos. Estaba ya a su lado.
-¿Cómo sabes?
Alec sonrió un poco, sus mejillas rojas, y era adorable. -El olor. Como... ¿azucar quemada? Esta flotando aquí. Y la sensación, es como si hormigueara en mi piel.
-¿Te asusta la magia? Tal vez después de tu accidente...
Alec caminó, extendiendo una mano que Magnus tomó sin dudar y el rubor se profundizó en el cazador. -Nunca he tenido mucho contacto con nadie después del accidente, cazadores o subterráneos, pero no me da miedo. Esa sensación en mi piel creo que es más sentir el poder que emanas.
Magnus se rió un poco. Y no estaba ruborizado por un alago del cazador.
-Dicen que eres el más poderoso brujo.
-Bueno, por eso estás aquí, ¿no?
-Sí.
¿Fue su imaginación o sonó más apagado?
-Bueno -Magnus no quiso preguntar, él no tenía que ser amigo del cazador-, entonces te explico donde está todo, si quieres hoy puedes recorrer el loft para acostumbrarte y mañana comenzamos. De cualquier forma, tengo que salir hoy. ¿Te importaría quedarte solo un rato?
* * *
No. De hecho sería bueno que me quede solo un rato.
Alec sólo negó, mientras Magnus caminaba a su lado y lo llevaba de la mano, explicándole donde estaba todo.
Se sentía como un niño, como cuando Izzy hizo esto por él hace años. Sólo que, a diferencia de aquella vez, no era el coraje y la vergüenza lo que lo invadían. Sentía la comprensión del brujo y eso no le gustaba, no ayudaba a sus planes.
CONTINUARÁ...
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