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38. También estoy enamorando de ti

[Día 13]

Alec despertó cálido y cómodo. La almohada en la que se apoyaba latía, era un latido bonito bajo su cabeza, y conocido, familiar.

¿Cómo un latido podía serte familiar?

Espera... ¿Latido?

Todo el cuerpo de Alec se tensó, mientras luchaba por la niebla de confusión que embotaba a su mente todavía medio dormida.

Entonces hubo un gemido suave, bajo, adormilado, casi un ronroneo, y unos brazos fuertes lo envolvieron en un abrazo, acercándolo un poco más.

Alec se relajó, y era totalmente absurdo, cuando comprendió dónde estaba: con Magnus, en sus brazos, en su cama.

Recordó sus palabras del día anterior: <<Alexander, no sé cómo pasó o si debería decírtelo ahora, pero me estoy enamorando de ti. Por favor, perdóname.>>

Alec había estado sentado en su regazo, perdido en las sensaciones que las palabras y las suaves caricias de Magnus le provocaban. Dividido entre la culpa por la razón que le había llevado ahí y el inevitable enamoramiento que también lo había golpeado a él.

Nunca, antes del accidente, creyó que llegaría a amar a nadie. Porque era diferente, lo sabía, lo sentía. Y después, después desterró la posibilidad por completo, ¿cómo podría amar alguien que no ve? ¿cómo enamorarse de alguien en las sombras?

Y ahí estaba él, ahora, en la completa oscuridad, envuelto en la calidez del abrazo de Magnus, de sus manos en su rostro, en la claridad que sus palabras enviaban a su pecho, a su corazón: "Me estoy enamorando de ti".

Después del beso en su mandíbula y la confesión de Magnus, Alec se había recargado en su hombro, llorando en silencio.

Magnus se había disculpado, varias veces, obviamente preocupado y confundido, sin saber si abrazarlo con más fuerza o dejarlo ir.

Pero es que Alec no quería irse. Alec sólo quería que todo fuera diferente. No estar ciego y no haber conocido a Magnus en estas circunstancias, no para usar su magia, no engañándolo. Quería ser un gran cazador de sombras, un hombre valioso y digno del amor del Gran Brujo de Brooklyn.

-Alexander, lo siento -Magnus insistía, queriendo ponerse de pie, llevando a Alec consigo.

Pero Alec negó, aferrándose a él, empujándose hacia abajo, impidiendo a Magnus moverse y separarlos. Su voz rota mientras hacía su propia confesión:

-También me gustas, Magnus. También me estoy enamorando de ti, pero...

Y entonces Magnus interrumpió: -Vamos a seguir estas dos semanas con tu entrenamiento. Vamos a terminar con lo que te prometí antes de decidir si quieres seguir con esto o empezar algo...

Pero Alec negó. Él no quería eso, no cuando tal vez Magnus lo odiaría para ese momento.

Se había echado para atrás, sus manos en los hombros de Magnus, sus labios buscando torpemente los del brujo. En un beso húmedo, con sabor a sal, a culpa, a nostalgia y a perfección.

-Quiero intentarlo -había sido sólo un susurro y ahora estaban aquí.

No habían tenido relaciones ni hecho más que pasar el resto del viernes juntos, holgazaneando, y después, sin una palabra, habían ido juntos a la cama.

Alec se apoyó de nuevo en el pecho de Magnus, su ceño levemente fruncido, ¿por qué había pensado en el latido del corazón de Magnus como familiar?

Él no conocía a Magnus dos semanas atrás. Nunca, excepto aquel día en el sofá, habían dormido juntos. Era imposible que conociera el latido de su corazón a tal grado de llegar a tranquilizarlo.

Magnus respiró profundamente, sus brazos y manos se movieron sobre Alec. Su cuerpo cambió, obviamente despertando por fin. Su voz ronca hizo sonreír a Alec. Recordó su sueño, de aquel hombre hermoso y lleno de brillos, cómo le gustaría poder verlo ahora, con el rostro al natural.

Sus manos buscaron ese rostro, Magnus besó las puntas de sus dedos antes de decir: -Es sábado, sé que tienes que volver al Instituto el fin de semana, pero no quiero dejarte ir.

Alec suspiró, las yemas de sus dedos recorriendo la piel suave de Magnus, las mejillas, la frente, la nariz, los párpados...

Tenía que irse, quería hablar con Izzy, tal vez tomar una decisión.

-Puedo quedarme al desayuno -sólo eso podía prometer.




CONTINUARÁ...

Se vienen momentos agridulces, como ven, están juntos, pero sigue habiendo mentiras y secretos entre ellos 🙈💔

Alec no se decide, tal vez el fin de semana en casa y hablar con Izzy ayude...

Se vienen la tercera y última semana, recuerden que en la tercera sabrán por fin dónde está Jace 🙊

Y no voy a dejar la historia -¡Es de mis favoritas!-, pero he dicho ya que tengo menos tiempo para actualizar en general, les agradezco que entiendan y esperen 😞❤

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