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Capítulo 38

Daemon filii abundet


La respiración se me corta, con el aire frío que entra en mi nariz, de menos desisto más en respirar lento, porque mi cuerpo colapsaría contra el piso, no pasaría nada si tan solo contuviera la respiración, o atravieso todo este bosque lleno de obstáculos, pero no, debo de correr de un lado a su otro, dónde de seguro varios de los obstáculos que de seguro son hasta mortales y llegan sin previo aviso, dónde lo único en lo que me basó en detectarlos es en mi olfato y por el oído, porque estoy vendada de los ojos. Casi recorriendo 40 millas (64.37 kilómetros) por una hora entera, sin descanso y sin ver. Gabriel es demasiado estricto, así que solamente tengo una hora, y en una hora debo llegar a la meta. Saltó, giró, corro, con los sonidos que me acompañan a cada pasó grande que doy <<¡CLANG!>> <<¡WOSH!>> <<¡ZANG!>>, por mis pies, en los costados y cerca de mi cabeza, persivo que son flechas, dagas y trampas de osos. Debo de admitir que después de los dinámicos juegos de mesa, la carrera de obstáculos es de mis juegos favoritos.

Es curioso ver...o bueno no ver está actividad. Calculando debo estar a punto de llegar, doy un salto más a la última trampa, y al cerrarse escuchó una campanita que suena, sonriente caigo al piso, giró dos veces y en mi lado derecho siento el arma. Me quitó la venda y disparó.

- Wow Cady, justamente una hora tardaste en cruzar la carrera de obstáculos - decía mi maestro quien se encontraba arriba en la rama de un árbol.

- ¿Me estuviste siguiendo por todo este recorrido tan divertido, verdad? - dije en brazos cruzados y recalcando la palabra divertido.

Gabriel se lanzaba de una rama a otra de los árboles como si fuera un mono - Tengo que ver el progreso que llevas Cady. Lo hiciste bien, respondiste rápido a pesar de cambiar el lugar de las trampas y aumentar un par de ellas.

- Si antes de seguro me hubiera desmayado en los primeros dos metros y habiendo completado la hora, pero aún siento que Carl era más exigente - lo dije para molestarlo.

Gabriel se acercó al árbol que tenía al tiro al blanco móvil.

- ¡Acertaste al blanco! - yo sonreí al oír eso y casi con un saltó de gusto -. Sin embargo...- ya empezó -. Casi logras detenerte cuando diste la vuelta cerca de la zanja.

- No esperaba que la trampa del oso estuviera cerca de mi cabeza - traté de defenderme.

- Para esto entrenas Cady.

Cuando caminé hacia Gabriel una bola blanca y peluda se lanzo hacía mi.

- ¡Shile! - exclame riéndome. La criatura blanca reaccionó con un agradable ronroneó sobre mí pecho.

- ¿Ya terminaron? - preguntó Eywa en cuál venia junto a Borcón, con abrigos grandes de invierno.

- S...

- No - contesto de repente Gabriel -. Aún necesita entrenar la parte de combate de cuerpo a cuerpo, pero...- se giró a verlos y sonrió, me hizo sentir un escalofrío horrible -. Que bueno que vinieron. Borcón por qué no le enseñas a Cady que bueno eres en esto.

Me levanté de la fría nieve de un saltó con el espojonso Vulpcatz blanco sobre sus hombros, distendida, confundida y totalmente emocionada. No había luchado nunca con Borcón.

- Claro - contesto Borcón.

Eywa tomó a Shile, mientras Borcón y yo nos colocamos a 4 metros de distancia uno del otro.

- ¿¡Listos!? - anuncio Gabriel.

- ¡No seas rudo con Cady Borcón! - gritó Eywa. No creo que sea complicado, sin ofender a, Borcón pero, es mucho más débil que Emery. Así que, ¿qué tan difícil puede ser?

- ¡PELEEN!

Decidí lanzar el primer golpe. Me contuve cuando Borcón golpeó contra el suelo con ambos puños en el piso, provoco que se levantará la nieve casi un metro y medio, tuve que moverme rápido para evitar toda esa cascada blanca y fría.

Sonrió nerviosamente, esto será más interesante de lo que creí. Trato de acercarme de nuevo a Borcón, pero sus grandes brazos de gigante, no me lo permiten no es rápido, oh bueno al menos sus puños si que lo son, grandes y veloces, no logró acercarme a nada de mi oponente de cabello rojo.

- ¡No te fíes solamente en una acción Cady! ¡Cuando estés cazando, debes de ver más maneras de atacar! - gritó Gabriel.

Es verdad. ¡Tengo un plan!.

Comienzo a correr en círculos en dirección a las manecillas de reloj, doy tres pasos me agachó y tomó nieve y formó una bola de nieve, se la aviento abajo en la piernas. ¡Si! Le di, ahora corro al lado opuesto, mientras Borcón intenta alcanzarme y intenta saber lo que hago. Dos pasos, tomó más nieve y contiene una piña que cayeron de los árboles, forma una bola rápidamente la lanzó en su brazo derecho, porque con ella es más lento en responder que con el brazo izquierdo. Doy unos pasos de izquierda y derecha, casi alternando, sin ningún patrón claro a su vista, lanzando algunas bolas de nieve de diferentes tamaños solo para el golpe final. Borcón bloquea el ataque con otro gran golpe de puños, que fue tres veces más grande, una gran espesa nieve se levantó por el piso. ¡FWOSH! Me lancé al árbol que estaba a un metro de Borcón, di un brinco tomando la rama un poco grande del árbol para dar un golpe a espaldas de Borcón, pero sin lastimarlo solo para ganar el juego. Ya lo tenía ganado, hasta que su brazo izquierdo tomó el otro extremo de la rama y me lanzó.

Caí en una cama suave y fría, de nieve. Fue increíble, pensé que realmente lograría vencerlo si lograba desconcertarlo, pero Borcón logró vencerme sin tener que golpearme, además me fue amable lanzarme a esta montaña de nieve.

- ¡Si Borcón! ¡Mi amor eres el número uno! - los gritos de Eywa eran casi agudos, más que la fría nieve.

Shile se acercó a mi a lamerle un poco la mejilla y yo le acaricié detrás de unas de sus orejas peluditas. Gabriel se acercó a mi, se agachó.

- No creí que fueras capaz de hacer una distracción así - me dijo y se río divertido.

- Borcón, estar impresionado de pequeña muñeca.

Me levanté de la nieve y me acerque a él.

- Tu moverte rápido y ser muy lista.

- Pero tú fuiste mucho mejor - dije sonriente y es verdad.

- Borcón casi no lograr verte a espaldas de él - habló Borcón con demasiado impresión en tus palabras.

- Es verdad Cady, te has vuelto mucho más veloz y casi por un segundo llegarás ganarle a Borcón.

- Gracias a sus enseñanzas maestro - le guiñe un ojo -. Ah. Y gracias por lanzarme contra la nieve Borcón, así no pude lastimarme.

- Pues claro Cady, Borcón no sería capaz de lastimarte, además esto era solo entrenamiento - dijo Eywa, miró su reloj de su muñeca y abrió los ojos con sorpresa -. Cady ya son las 8:23.

- ¡Diablos! Tengo que irme.

Tengo que irme con Ricky a Wasedtown, para la investigación y ayudar a Liam, hemos ido toda esta semana. Llegó a la mansión Lawryn, grande y adornada con hermosas luces cálidas, entre adornos muy bellos y navideños. Entre la oscuridad de la noche la podrías encontrar en kilómetros está mansión.

Cuando entre Emery me dijo que ya me estaba esperando desde hace cinco minutos, me disculpé con ella, y toque la puerta que daba al cuarto de Ricky.

- Pasé - escuché del otro lado.

Entré y Ricky se encontraba sentado en un sillón azul de terciopelo, con las grandes y gruesas cortinas ligeramente abiertas, con la bella luz de la luna mostrando el juego que se encuentra frente a el sobre una mesa de madera perfectamente tallada a mano. Ricky parecía tener un rompecabezas, de forma circular y totalmente en blanco, no tenía imágenes y tenía frase alguno, de seguro lo armó el sólo todo ese rompecabezas en blanco.

- ¿Lista Cady?

- Si.

- Bien vámonos.

- Iré por un abrigo antes - salí de su habitación y me tope con el señor Clops fuera de este.

- ¿Van a salir de nuevo usted y el joven Ricky? - me preguntó.

Yo sonreí fingiendo mi sorpresa de haberlo encontrado tan misteriosamente fuera de la habitación de Ricky.

- Por su puesto, no tardaremos mucho señor Clops - mentí.

- Bueno no regresen tarde - dijo iba retirarse cuando vio la ventana -. Oh el bello laberinto de las rosas de los Lawryn, un encantador lugar para esconder oscuros secretos donde nadie los pueda encontrar. Hasta después señorita, permiso.

- Propio - respondí fingiendo aun estar sonriente. Emery me dijo que no podía confiar totalmente en el señor Clops, es un cíclope que últimamente a estado muy misterioso, nuca estuvo de acuerdo con que Ronald para a ser dueño de la organización, tierras y mansiones de los Lawryn, porque aún siendo niño el vino a cambiar las cosas, y el señor Clops no es totalmente de fiar, no ha hecho nada, pero Emery y Ricky que tuviera mucho cuidado con él señor Clops.

(...)

Wasedtown, es solamente un... Oh bueno, era un pequeño suburbio, bastante grande, que de seguro estaba destinado a ser muy grande y llenó de gente he centros conteporaneos, como centros comerciales, museos y más. Ricky me dijo que incluso había seres de nuestro mundo viviendo ahí y que eran pertenecientes a un clan de Licántropos y puede tener relación con el incendio. Es una lastima que incluso todo este ambiente sea triste.

- Que bueno que uses el abrigo negro de Gabriel cuando realizamos estás investigaciones, tus abrigos son muy llamativos casi igual que un circo - me comento Ricky burlándose de mí.

- Si lo sé, pero son regalos de mi hermana - esas palabras salieron de mi boca sin previo aviso -. Amiga quiero decir - corregí avergonzada.

- Tienes suerte de tener una hermana - decía mientras se ponía investigar en las paredes de la casa que parecía estar a punto de colapsar.

- ¿Tu tienes familia? - pregunté con miedo a la respuesta.

- Tenía, pero no sientas lastima por mi Cady - contesto como si no fuera importante para él. Eso me sorprendió -. ¡Aquí hay algo! - sacó lo que parecía un pequeña mesita de noche.

Durante toda esta semana de nuestro viaje a este pueblo, hemos buscado en las casa en casi en buen estado, que no lograron desaparecer en su totalidad por las llamas en Wasedtown, y si encontrábamos las casas en las que vivieron los del clan de los Licántropos podrías llegar a algo más, como al otro chico llamado Aeneas que recogió la manada además de Liam.

Ricky saco su linterna que era de luz ultravioleta y la acercó a la mesita de noche.

- Aquí no tiene nada. Aquí tampoco. No tiene ninguna marca - soltó un suspiro pesado después de revisar toda la mesita de noche -. ¡Maldición!

- ¿Cómo era tu madre? - pregunté mientras seguíamos buscando alguna pertenencia más de los antiguos dueños.

- ¿Por qué lo preguntas?

- Curiosidad, solo no quiero que intentes destruir lo que queda de la mesita de noche, al no conseguir lo que querías.

Se quedó callado, sin contestar o hacer ruido, al menos paró de maltratar a la pobre mesita de noche.

- Mi madre es una Kitsune y mi padre humano.

- ¿Entonces tu madre es japonesa? O más bien...

- Si era un zorro japonés.

- Un espíritu del bosque con forma de zorro según la mitología japonesa, el zorro es un ser inteligente que posee habilidades mágicas, las cuales se ven incrementadas con la edad y la adquisición de conocimientos. Mientras mas edad, obtiene más sabiduría y el poder de un kitsune son también mayores a medida que aumenta el número de colas, siendo el más poderoso el kitsune de nueve colas - dije recordando lo que aprendí con Alex, al estudiar "Seres y criaturas de nuestro entorno".

- Vaya Cady, tienes mucho conocimiento de nuestro mundo, ni Eywa me hubiera contestado tan rápido - me lo dijo casi como si fuera sarcástico, así que no sé si tomarmelo como un insulto o un halagó -. Si, como seguramente sabrás ellos adquieren entre sus poderes la capacidad de adoptar la forma humana después de los cien años, concretamente como mujer joven, que en ocasiones, el animal desempeña funciones de fiel guardián, amiga, amante o esposa. Mi padre fue a Japón a dar clases y estudiar sobre el estudios y funciones de la física mecatrónica, en uno de sus viajes al pueblo de Shirakawa-go, se encontró con mi madre y el resto es historia.

- Ellos debieron amarte - dije mientras veía una muñeca maltratada, sucia y llena de musgo.

- No sé si madre lo hizo, porque abandonó a mi padre después de unos meses y de haberme tenido, solo desapareció, ni sé si realmente está viva aún, puede que si y mi padre murió por tuberculosis cuando tenía 8 años hace más de cuatro años de eso - <<Humm>> salió ese sonido por su boca -. Fue un buen hombre.

- Entonces... ¿Tienes 12 años, verdad?

- Si y como lo más seguro es que me harás preguntarás te las contestaré - soltó un suspiro -. Si, Emery es una niña de 9 años. Entramos al mismo tiempo a Umbra, hace aproximadamente tres años y medio de eso. Y no te contaré porque lo hicimos.

Me lee muy fácil.

- Pero...

- Te diré que los motivos que tuvo Emery, son de ella y sería maleducado de mi parte hacerlo cuando ella se molestaría conmigo y yo no te contaré mi motivó porque no quiero.

Se está burlando de mí este niño, yo no fui grosera a su edad.

- Además - continúo hablando y me miró a los ojos -. Tú ni siquiera eres capaz de contarnos tu vida antes de Umbra y la familia Canterdale - sus eran fríos, inexpresivos casi como una fiera que no puedo ser capaz de engañar y me devoraría -. Saber el pasado de alguien, no significa muchas veces que los volverán cercanos, en ocasiones eso los termina separando cuando la verdad de esa persona se descubre.

Agaché la cabeza derrotada.

- No quise ser una entrometida Ricky, pero como ya sabes que - lo miré al rostro sonriendo divertida - el ser humano llega a ser realmente curioso.

Se quedó en silencio, callado y con su expresión seria volvió.

- Si pero la curiosidad mató al gato, no lo olvides Cady.

Pase saliva en seco - Si - respondí. Di un paso hacía atrás y el piso hizo un <<¡CRACK!>> haciendo que mi se hundiera con el piso -. ¡Está parte del piso ya se pudrió!

- ¿Qué? ¿Podrida? No lo creo - Ricky se acercó a mi viendo mi pierna dentro de la tabla -. ¡Ehureca! - se levantó a un metro de mi y golpeó con fuerza su pie contra el piso -. No hay eco - da tres pasos y repite su acción -. No hay eco.

- ¿Ricky qué haces? - pregunté aturdida.

- La madera puede que ya esté vieja, pero estamos en la planta baja del piso, no debería que oírse hueco, pero tu pierna quedó atrapada por un hueco que tiene este piso. Y si compruebo que en ninguna parte de la casa a encuentra otro hueco - siguió avanzando hacia mi -. Es que justo donde cayó tú pie...

- ¡Puede que haya algo oculto! - exclame -. Lo siento la emoción después de pasar por toda una semana sin haber encontrado nada - me avergoncé, saque mi pierna del hoyo.

Una vez que la saqué y abrí más el agujero, Ricky me ayudó. Adentro de aquél agujero se encontraba una caja metálica que brillaba con la luz de la linterna de nuestras manos aunque estaba sucia, algo pesada, limpié toda la tierra de la caja, Ricky sacó la linterna con la luz ultravioleta y apunto a la caja.

- ¡Allí está! - dije señalando el candado. Era la imagen de un lobo aullando con la imagen de la luna.

- Entonces es una de las familias del clan de los...

- Barkle, si una de las familias de los Licántropos más influyentes o bueno que alguna vez fueron - Ricky acercó unas minis pistolas, disparó y se abrió la caja plateada. Un montón de papeles.

- Parece que le pertenecía la casa a un hombre llamado Weebs Barkle — dije mientras leí cada una de los papeles firmados y sellados -. Señor Belial Seth Belcebú...

Temblé un poco al oír de nuevo el nombre y más que salió de mi boca.

>> Ya pronto se llevará acabo sus órdenes, los llevaré pronto a usted. Espero que nuestro acuerdo siga en pie, usted sabe que lo necesito para mi amada Aeneas...

- Está carta está inconclusa - Ricky se acercó a ver la carta.

- Si, ni siquiera está en el sobre y...

- Tampoco se envió. Así es Cady, está carta pudo ser la última que escribió y no envío.

- Está fue la noche.

- La noche en que el pueblo de Wasedtown sucumbió ante las llamas. ¿Pero quién será Aeneas su esposa?

- Su hija - contesté. Había encontrado entre los papeles importantes del señor Weebs el dibujo hecho por una niña, era él y ella tomados de las manos, dibujados con bolitas y palitos, y sus nombres de ellos sobre este señalando a cada uno de los personajes palito plasmado en el dibujo a crayón.

- Y también fue está Aeneas que recogieron esa manada junto con Liam - dijo Ricky. Pero me concentré en el dibujo de la pequeña, recordando como yo también había dibujado una vez a mis padres, aún si saber o recordar tan siquiera como eran, la imaginación y el lápices de colores hicieron magia sobre mí hoja de papel, retratando así a mis padres que cree.

- Es triste perder a alguien amado así - me sentía muy mal que una lágrima salió, esa niña, aquella noche perdió a un padre, y el una hija al no saber en quien había confiado -. Belial... De seguro lo traicionó, The League Blood, fueron los culpables de este incendio. Estoy segura - temblaba de un coraje y una furia que podría consumir me en cuestión de minutos.

- Nuestro amor no tiene límites, es infinito - leyó Ricky sobre la letra casi cursiva del padre en el dibujo de su niña, eso me calmó, como un gran salvavidas -. ¿Tú crees en el amor Cady?

- ¿Eh?

- Si habló de que, si realmente ¿crees en el amor? Y no hablo del que le tienes a un familiar, sino al de una persona - ¿por qué Ricky me pregunta eso ahora? -. Yo al menos pienso, que es egoísta que los adultos e tengan reservado algo tan universal como lo es el amor.

Siempre creí que era muy maduro, como un adulto sensato al hablar, es como si de repente me olvidará que estoy junto a un niño.

- ¿Estás enamorado de Emery? - preguntó y el cambia su rostro.

- Cady, es como si te preguntará si a ti te gusta Gabriel o Borcón - volvió a ser el mismo.

Indignada le contesto - ¡En primer lugar Borcón es mi amigo y jamás le quitaría el novio a una amiga! ¡Y en segundo lugar! ¡Jamás andaría con un tipo tan pesado y molestó como Gabriel!

No me hace caso a mis gritos, el sólo cierra la caja plateada y con uno de sus experimentos lo hace tan pequeño, casi al tamaño de su pulgar, y se lo guarda dentro de unos de sus bolsillos en el interior de su abrigo.

- Sólo te diré que si yo amará alguien... Si me dieran a escoger entre salvar el mundo o a esa persona, solamente la salvaría a ella - una sonrisa con un brillo especial en sus ojos aparece, Ricky tu solo me haces llegar a confundir aún más, pero si él es capaz de vivir sin decirme nada, como yo que tampoco me es fácil hablar sobre mí, acepto tu decisión.

<<¡RICH!>>

- ¿Qué fue ese ruido? - pregunté hablando bajó. Ricky acercó su dedo índice a sus labios para decir que me quedará callada.

Obedecí y hubo un abrumador e inquietante silencio, con el espeluznante viento, soplando con fuerza sobre esta casa y oírla crujir. El me dio la señal para levantarnos.

- Vámonos de aquí - dije.

Los tarareos de una criatura, como si tratará de producir el sonido de una sinfonía, pero no lo es, de hecho no es para nada armónica.

- Que delicioso huelen - habló una voz suplicante, con una voz de lamento.

Apareció en la habitación la silueta de un ser, casi esquelético, con el cabello más largo y descuidado casi cubierto de canas, sus manos eran largas delgadas le saltaban su venas, al igual que sus largas uñas puntiagudas, su vestido como si tuviera vistiendo un trapo sucio y lo peor era su rostro, esquelético con los ojos totalmente en blanco, con las saliva saliendo saliva.

- Tengo sed. ¡ALIMENTENME! - gritó la criatura y se lanzó a nosotros. Ricky disparó.

- ¡Demonios! - me lanzó un arma, me tomó la mano y empezamos a correr a fuera de la casa.

- ¡¿Qué diablos es eso?!

- ¡Ya te dije que demonios! - pensé que... -. ¡Se convierten así cuando el vampiro no ingieren nada de sangre! Se mueren de hambre

¿En serio pueden llegar a ser esa clase de cosa?

- Son bellos, atrayentes y lindos a la vista, o pero cuando dejan de tomar sangre los desgraciados se vuelven en verdaderas bestias que siguen su instinto. ¿Los Canterdale no te enseñaron eso? - yo negué -. Que mal. Escucha Cady, está arma hace una gran descarga eléctrica desde los nervios, pero no tenemos suficientes balas, no pensé que vinieran estas cosas, después de que toda la semana no había ocurrido nada. Tal vez alguien los envío hoy para seguirnos.

- ¿Crees que pudo ser el señor Clops? - pregunté.

- No lo creo, pero lo curioso es que estos demonios aparecieron en cuanto encontramos la caja y no creo en las coincidencias.

Otro demonio nos saltó encima de algún lado. Disparé haciendo que la bestia cayera al piso y se retorciera de dolor. Atacaron otros demonios, disparamos, pero se suman más y más, y cuando terminan sus descargas eléctricas se levantan a perseguirnos. La nieve casi rodea todo Wasedtown, las nubes se van juntando y el aire cada es es más fría, tal vez nieva, con 13 de esas cosas nos perseguían. Mientras tanto Ricky y yo corremos a hacía al supermercado que estaban planeando inaugurar hace años, pero tan solo terminaron de construirla.

- Debemos esperar aquí - me dijo observando su reloj que tenía en su muñeca derecha -. No falta mucho para que salga el sol, aún así se nos acabaron las balas solo tenemos una.

- Hay muchos de esas cosas afuera, parece que nos desean...

- Matar, o si cuando llevas días sin comer y te ponen un buffet, devoras, no comes. No tenemos el equipo necesario para atacarlos, si dejamos que senos acerquen nos morderán y chuparan hasta dejarnos secos - pase saliva en seco. Esas cosas son mortales.

- Robert un día me dijo que las mordidas eran como los besos para los humanos.

Ricky trató de contener su carcajada - ¡Rayos! Los vampiros nobles y ricos son un asco - se limpio las lágrimas de la risa y yo lo miró confusa -. Mientras estos demonios solo buscan alimentarse después de tantos de no hacerlo, otros lo ven como un simple juego beber sangre. Como los humanos que antes cazar era necesario y ahora es un deporte - se tocaba su estómago con fuerza. Se ve raro, entiendo lo que quiere decir -. Los de nuestro mundo se creen mejores que el humano común y corriente, cuando nosotros llegamos a ser iguales a ellos, absurdos y veces idiotas.

- Si - contesté. Esas cosas que desean de mi sangre, antes me causaron un tremendo susto, ahora no puedo evitar sentir lastima por ellos -. De seguro siguen buscandonos y tal vez no tarden en entrar aquí.

Acerté. Se escuchó un gran ruido, como si una gran ráfaga de viento, arribará con rudeza igual a un huracán sin previo aviso, aunque Ricky y yo sabemos de quienes se trataban.

- Entraron - dijo Ricky levantándose del piso -. No tardarán en encontrarnos, haremos lo siguiente...

Dos de las criaturas se encontraban buscandonos, por toda la habitación, mientras Ricky y yo nos encontramos debajo  de una mesa de escritorio diferente una cerca de la puerta - allí estaba Ricky - y la otra al lado de una de las paredes al extremo de una ventana, esperando.

Cuando por los oí acercarse lentamente hacía mi.

- ¡Sacred weapon! - los recibí con un golpe para darles como si arma fuera un bat y ellos una bola rápida arrojándolos hacía Ricky quién los atrapó con la trampa que les tendió, con un montón de sogas y mantas, sobre salieron sus brazos y les puso a cada uno una pulsera metálica.

- Buen golpe en la cabeza, pesé estar muy hambrientos y ser unas verdaderas máquinas chupa sangre, con un golpe en la cabeza los deja casi inconscientes, pero eso solo nos da unos diez minutos de ventaja. Y ahí vienen los demás - me indicó.

Tomó uno de los escritorios, subimos unos de las fotocopiadoras en el y la sacamos al pasillo. Se oían que subían por las escaleras.

- ¡YA! - gritó y empujamos la mesa, los derribó escaleras hacía abajo.

Nos deslizamos hacía abajo, me lanzó unas pulseras metálicas, se las puse a un par de ellos.

- Van 6, quedan 7 - dije.

- Estos son los primordiales, vienen juntos y listos para atacar, con este ruido saben dónde estamos - Ricky se acercó al extintor, preparándolo con alguno de sus aparatos para finalizar el plan. Yo me preparo con mi hacha en mano para atacar.

Salen hechos unas fieras, corriendo a una velocidad increíble, con esos ojos blancos, pero veías sus deseos de hambre casi insaciable y sus grandes colmillos. Espero, me inclinó ligeramente mientras tomó el aire que mis pulmones me permiten y me lanzó, sin usar el lado filoso  de mi hacha, les doy con fuerza a la cabeza, uno tras otro, como iban viniendo.

- ¡Agáchate! - gritó Ricky me tiré hacía atrás, un extintor paso cerca de mi rostro, fue asombroso le dio a dos de ellos. Trato de mantener el equilibrio y enderezarme de nuevo.

- ¿Solo cinco? ¡¿Dónde están los otros?! - pregunté molesta, mientras les ponía las pulseras de metal.

- No deben estar lejos, pero son los más listos, debemos tener cuidado. Faltan diez minutos para que salga el sol.

- ¡TENGO SED! - ¡Oh no! Ricky se encontraba cerca de una puerta que estaba cerrada, uno de los demonios rompió del cristal de las ventanas pequeñas, tomó a Ricky del hombro y lo acercó de su cuello a sus colmillos afilados, se los clavó con demasiada agresividad y comenzó a beber.

Ricky hacía un gran esfuerzo para zafarse, pero esa cosa no se lo permitía, mientras tanto aquél demonio se convertía, en una niña, sus largas uñas desaparecían, las venas de sus brazos desaparecían, en cuestión de segundos, era impresionante.

- ¡SUELTALOOOO! - me lancé a ella, con la hacha en mis manos, no le podía cortar el brazo sin lastimar a Ricky, pero con el mango tendré que darle con fuerza para que lo suelte.

Lo hizo, pero Ricky sangraba demasiado.

- ¿Ricky estás bien? - dije mientras trataba de ver la puerta  y esperar si salía.

- Si, me clavo muy agresiva los dientes en el cuello. Cady esa caja en mi bolsillo del abrigó es un botiquín de primeros auxilios - lo saqué, se hizo grande al instante tomé la venda, hice algo de presión, traté de pasarla con cuidado por su cuello.

- También te encajó las uñas en tu hombro - le indique, trataba de no hacer gestos de dolor y brindarme una sonrisa, me hizo sentir mal por él.

- Tranquila no es nada.

Otra criatura se oyó que acercaba al pasillo, y en sus manos tenía una máquina grande y pesada. Nos la arrojó. Tomé a Ricky, entre mis brazos, está vez lo tenía que proteger a toda costa. La máquina golpeó contra mi espalda, sentí un gran dolor horrible, en brazos cubría a Ricky y con la otra mi arma, y en cuanto ese demonio se acercó, le di una fuerte patada en el estómago casi en un grito de desesperación y le di otro golpe en la cabeza, cayó a nuestros pies.

Mi respiración se oía agitada, el corazón podría salirse de mi pecho, por el susto de hace un momento, con un dolor en mi espalda, insoportable y me mantenía de pie.

- Cady... - observé a Ricky y el se encontraba sin sus gafas.

- Perdón que te haya tomado tan rápido, hasta se cayeron tus anteojos, ¿dónde estarán...

- Se rompieron - me mostró lo que contenía en sus manos, sus gafas rotas y totalmente en mal estado.

- ¡Perdóname! - ¡Rompí sus anteojos!

- Tranquila, aún así puedo ver bien - me indicó a que viera su cara -. Mis ojos son raros, iguales a la de un zorro, no parecen humanos sobresaltan demasiado. Uso anteojos no porque no vea, las lentillas me causan alergia, es más práctico usar gafas con magia, que vuelven mis ojos más a las de un humano común - tiró los anteojos al piso.

- ¡NECESITO MÁS SANGRÉ! - sabía que está maldita vendría de nuevo atacar. Le doy un golpe con mi hacha y caí al piso.

- Dos minutos.

Le puse la pulsera metálica, tomé a Ricky para ayudarlo a salir.

- Puedo hacerlo solo, no te preocupes Cady. Tú eres la que aún tiembla - me dijo.

- Aún así yo sanaré pronto y mi cuerpo se olvidará del dolor, pero tú no puedes hacerlo, tu herida en el cuello es grave y puede volver abrirse - lo tomé y lo cargué -. Usted es mi superior, así que solicito que me dejé llevarlo, ¡Señor!

El sonrió, fue ligera, aún así logré verla - Muy bien soldado. Salgamos de aquí y terminemos con nuestro trabajo.

Salí con Ricky, ante la fría mañana, esperando tan solo unos segundos y ver salir al sol, el cielo se abría pasó ante el sol, como si de un gran lord  o comandante pasará, y todas las nubes se abrían paso en su camino en señal de respeto, el calor comienza a sentir, mientras el sale, pero se percibe aún el frío, logró ver mi respiración.

- Es hora - Ricky me pidió que lo bajará y coloco un dispositivo a un metro de nosotros, presionó un botón.

Al principio estaba en desacuerdo con el plan de Ricky, deshacerse de los demonios, matarlos así como si nada, cuando ellos no tenían la culpa, de seguro eran neofitos que los convirtieron así para que nos atacarán está noche. Si, no es una casualidad que ellos se encontraran aquí después de encontrar la caja del señor Weebs, alguien los envío. Y Ricky me dijo que no podíamos hacer nada por ellos, cuando son así, ya no vuelven a tener un apetito normal como un vampiro, ellos tomarían sangre de una ciudad entera y aún así tendrían sed, es por eso que no pueden vivir - me duele admitirlo -, pero deben morir.

Los vampiros eran arrastrados hacía fuera gracias a la máquina de Ricky y las pulseras de metal. Al mínimo que hacía contacto su piel al sol, ardían en una gran llama, mientras gritaban con desesperación y dolor, era horrible está escena. La última en ser arrastrada era la chica, que hacía un esfuerzo enorme para no ser llevada a fuera y arder a los rayos del sol.

- Debe tener algo de fuerza por beber de mi sangre - dijo Ricky -. Aún así se cansará y terminará saliendo de ahí.

- ¡No! - gritó la niña -. ¡Yo no pedí convertirme en esto! ¡Quiero a mi mamá y a mi papá! ¡TENGO HAMBRE! - traté de contener mis ganas de ayudarla, no tiene la culpa de nada. Es tan solo una niña que tenía una vida normal y la arrastraron a esto, ahora es un demonio que tiene que hacerlo, de no de tratar de convencerme que esto es lo mejor -. ¡AAAAAHHHHH! - gritó en cuanto se expuso al sol, ardió en llamas y sus alaridos eran tan horribles, que solo quería que cesarán ya, y chillaba, tal vez como nunca lo había hecho antes, niña...

La Híbrida dijo que era una sangre maldita, esa palabra la he escuchado antes, por eso me duele recordarla, pero no sé de dónde lo he escuchado, y es que si soy también una pecadora o cometo uno de ellos, ardere como ellos lo hicieron, ¿no?

- No había otra opción - habló Ricky quien lo tenía cargando atrás de mi espalda -. Nosotros no somos héroes que vienen a salvar el día, y a todos con una sonrisa en la cara. Nosotros somos cazadores que cumplen órdenes cuál soldado, y no siempre obtenemos los resultados que queremos. Lo único que podemos hacer es rezar... Por sus almas y seguir con vida.

- Si - mi voz se oía totalmente apagada, tal vez me duele que sus frías palabras sean reales.

- Eres igual que la capitana.

- ¿Eh?

- Ella también desearía tener la fuerza y el poder de salvar a todos los inocentes, es realista y sabe que eso es a veces imposible, pero lleva un equilibrio perfecto en sus desiciones, o eso pienso yo, porque no se deja dominar por su corazón sin consultar a su cabeza primero, es por eso que es la capitana. Sabes Cady entrena mucho, esfuérzate, fortalecete y busca las opciones que sean mejor para todos y tal vez llegues a liderar como ella.

- Gracias Ricky, ya casi llegamos. Que bueno por que parece que las nubes se juntan de nuevo y tal vez haya alguna tormenta - el aire se hace cada vez más frío

- ¿Puedes bajarme Cady? Ya me encuentro mucho mejor - me dice Ricky con una voz amable.

- ¿Estas seguro?

- Si - me contesta. Lo bajo de mi espalda y el comienza a caminar con toda tranquilidad.

- ¡Ricky! ¡Cady! - es el grito de la capitana, de seguro la preocupamos por tardar demasiado. También se encontraban con ella Eywa y Borcón.

- ¡Ho...

Una gran muralla de un color rojo aparece de pronto.

- Ricky ¿que sucede...- cuando me giró estoy ahora en un cuarto, demasiado estrecho, no podría dar un paso siquiera, de monocromo era con luces de una lámparas amarillas.

Una tarjeta está en la pared, con una letra en cursiva está escrito lo siguiente: "Un paso hacía atrás y degollada serás, dos cuadros a los laterales y te despediran los explosivos, camina hacía adelante, pero mucho ojo que en la tercera casilla la muerte te puede llegar de golpe. Buena suerte."

- ¡¿Qué demonios quiere decir esto?! - exclame dando una patada a las paredes, nada ocurrió.

~ No te portes mal, dulce Alicia ~ la voz infantil en volvía la habitación ~. Si quieres salir sigue tus pasos que te corresponden al pie de la letra... Si no deseas ser devorada por la Bestia. ¡Que comience el baño de sangre!

El suelo desapareció, caí en especie de tobogán, cósmico, veía colores brillantes, ante tanta oscuridad parecía guiarme. Caí en un especie de un gran salón.

Una niña de un gran vestido, maquillada como un payasito Pierrot, cabellos morados largos lisos, con un sombrero de copa blanco lleno de girasoles, con un vestido blanco lleno de rombos amarillos y calcetas largas amarillas con zapatillas blancas. Están suspendidas en el aire, era magia, con un gran tablero lleno de botones y palancas.

- ¡Sean bienvenidos al increíble juego de la muerte que creó Queen! - anuncio la payasita con voz potente y lleno de inocencia, era una niña sin duda.

A lo lejos, al otro lado a lo que parece un tablero de ajedrez de cuadros negros y rojos estaba Ricky, el salón contaba con candelabros llenos de luces, las paredes llenos de rojo, verdes y azules, era como un circo con mucho dinero.

- ¡Sean buenos y recuerden las palabras de su nota! - habló desde lo alto en un columpio de cadenas un hombre, había cinco columpios con personas allí arriba sería difícil distinguir quién era el que habló - ¡Lleven las acabó en este tablero de ajedrez mortal!

- ¡Si no desean ser devorados por la bestia! - habló de nuevo la payasita y señaló un balcón, entre rejas, veo a alguien.

Era un chico de pelo blanco, sucio vestido de una piyama blanca, lleno de sangre sobre la piyama y su boca, que comía lo que parecía ser una chica que fue abierta por el estómago, esa Bestia se comía sus órganos, parecía ser humano. ¡Un caníbal!

- ¡Puede ser un juego lleno de ilusiones, pero la muerte es real! ¡Y a la Bestia adora ser un caníbal y comer carne humana cruda, su parte favorita es la lengua! - oigo a  esa niña, no obstante solo observó a esa Bestia acercarse a la boca de la chica, abrir su boca y romperle la mandíbula y con sus dientes le quita la lengua, la fuente de sangre salpican por todo el balcón.

Me asqueo, ante aquella sangrienta y horrible escena quiero gritarle a Ricky, pero un bozal aparece justo en mi boca, impidiendome hablar y también no podré convocar mi hacha de nuevo. ¿Qué puedo hacer? Observó cada detalle, hasta trato de contar los cuadros negros y rojos del piso.

- ¡Empiecen ya, que me comienzo aburrir! - la payasita apreta un botón en el tablero.

Un una bala salió de repente desde el techo, viene hacia mi, me hago hacía atrás, y miró como una afilada cuchilla se cae a mi, me muevo adelante. ¿¡Que rayos está pasando!? ¡CASI ME REBANÓ LA CABEZA!

- ¡Recuerden que solo pueden moverse en el tablero del juego como lo decía su tarjeta!

¿Mi tarjeta? "Un paso hacía atrás y degollada serás. Dos cuadros a los laterales y te despediran los explosivos. Puedes caminar hacía adelante, pero mucho ojo que en la tercera casilla la muerte te puede llegar de golpe. Buena suerte." Es lo que decía pero, necesito acercarme a su tablero y a ella - tal vez así salgamos de aquí - sin atraer su atención, Ricky está herido

Ricky se mueve de repente, un paso a la derecha y se deslizó desde abajo, avanzo cinco cuadros. La payasita lo felicito, aplaudió enérgica, y yo me preocupe por él, si se mueve demasiado su herida se abrirá de nuevo. El hizo un movimiento con su mano, me miró sutilmente, mientras su dedo índice se movió en forma circular y lo cerró en un puño. Ya entendí.

Busco rápidamente algo que pueda usar. De pronto observó una mesa con un gran mantel rojo, llena de velas y todo un juego de té de porcelana y cubiertos de plata. Se encuentra cinco cuadros a mi izquierda y tres hacía atrás. Bueno si no deseó ser degollada es mejor que brinde unas vueltas de carro de lado, sin tocar el segundo cuadro. Suelto un suspiro y doy mis vueltas me de carro, dándome un gran impulso en los brazos para sobrepasar el segundo cuadro. Una pequeña explosión ocurría en el segundo cuadro, salte lo suficiente, porque aunque no parecía una explosión común, si me podría deshacer. En cuarto cuadró volvió ocurrir la explosión, pero también lo pude esquivar, seguía el paso de ir hacía atrás, entonces me debo de mover rápido hacía atrás para evitar ser cortada por las tres guillotinas y me moverse un cuadro a la izquierda a si de todos modos estaré en frente de ella porque la mesa ocupa perfectamente dos cuadros, debo ser muy rápida.

- ¡La chica cabello azul comenzó a moverse! ¡Parece que desea acercarse a la mesa! ¡¿Pero que diablos pasará en su hermosa cabecita?!

Me lanzó como pelota hacía atrás. ¡SWING! ¡SWING! Se escucharon dos guillotinas caer detrás de mis giros, doy el último a la izquierda. ¡SWING! Escuchó la última y tercera guillotina. La niña pintada de payaso, se sorprendió y me Dio una gran ovación.

- ¿¡Qué es lo que planea nuestra bella cabellera azul!? ¡Oh! ¡Está destruyendo la mesa, toma una pata de ella! ¡Ahora toma el mantel y lo rasga en una tira! ¡Vaya se está poniendo un juego realmente interesante, señoras y señores!

Me vende los ojos, y tomé el palo entre mis manos. ¿Quieren show? Les daré un gran show. Di dos pasos adelante y al tercero me giré a la derecha, escuché una metralleta disparar en cuadro izquierdo <<¡Ah esto ocurre cuando avanzo tres!>>; Trataré primero de distraerla, respiró hondo y me concentro para recordar que pasos me harán morir, para evitar caer en ellos. Doy vueltas, brincos, giros y corro, mientras mantengo la cuenta de mis pasos en mi cabeza, para moverme cautelosa, porque prácticamente no puedo, giró y vuelvo de un lado a otro mientras avanzo dos o cuatro cuadros, mientras la niña vestida de amarillo, anunció cronista de u partido de un juego real y si saber que solamente la distraigo. Me regreso dos, caen las grandes y afiladas cuchillas, giró a un lado, avanzó.

- ¿¡Por qué haces... ¿¡Eh!? ¿¡Dónde está el hijo del Kitsuné!? ¡No me días que...

Ya se dio cuenta de lo que hago. Continúo avanzando moviendo de un lado a otro.

- ¡Escucha niño! - cambio su tono divertido y infantil, a uno más sombrío, más seria -. ¡Hey eres el hijo de un Kitsuné! ¿¡No es así!? ¡Que interesante! ¡Lo sé por tus ojos y porque eres varón! ¡Los varones no tienen poderes sobrenaturales increíbles! ¡Pero cuando una de ellas tiene un bebé...

Sé lo que dirá, obvio se daría cuenta sin sus gafas mágicas.

- ¡Solo las hijas pueden heredar esos poderes! - esa payasa dio una gran carcajada -. ¡Que horrible de vez sentirte haber nacido hombre! ¡Apuesto que desearías ser mujer para por lo menos ayudarte a ti a esta chica de salir de aquí! ¡De seguro no hubieras terminado herido!  ¡P-A-T-É-T-I-C-O! ¡PATÉTICO!

¡Maldita hija de pe...

¡CRAAASSSHHH! Se oyó cerca de mi, de es algo pesado porque incluso hizo vibrar el piso, era de seguro una pesa.

- ¡UPS mi error! ¡Yo quería arrojar una pelota común! ¡Niño si no sales de en dónde estás lastimarse a tu linda amiga! - dice y se ríe.

Algo golpea contra mi pecho, una pelota un poco dura, pero al menos no como lo que hace un momento me arrojó. Me empuja atrás y velozmente me impulsó adelante, empiezo a sudar frío, me están lanzando pelotas, me empujan demás y me caer perder el equilibrio.

- ¡Tú linda amiga cirquera es un buen distractor mientras tú escondes! ¡Pero ella no logrará acercarse a mi y atacarme! ¡Nos gusta jugar con la comida de Bestia antes de que se la devoré! - vuelve con su voz infantil irritante -. ¡Me agradan mucho, son entretenidos de ver! ¡Por eso es que no he apretado el botón para matarlos! ¡Sal ya niño y juega un rato como tu amiguita! ¡Y entréguenme la caja que encontraron!

Ellos fueron los que enviaron los demonios.

Tengo calor, casi me aproximó, debo acercarme, centrar la atención en mi. Hace calor, me quitó mi abrigo.

- ¿¡QUÉ!?

Me muevo más rápido, esquivo la pelotas, y también las trampas, lo mejor es que ella volvió a concentrarse en mi. Queda unos seis cuadros para acercarme, debo de moverme más rápido, solo un poco.

- ¡Desa... Desapareció! ¡ESCUCHÁ PERRA, SAL JUNTO CON TU AMIGO DÓNDE QUIERAN QUE ESTEN! ¡No me digas...

Me lanzó con el palo en mis manos, justo atrás me ella. Me quité la venda de los ojos, cuando me sintió detrás de ella presionó un botón, un guante de boxeo me arrojó al piso.

- ¡Buen intento, eres realmente tonta como para creer que no te vería lo que hacías! ¡Lo hiciste bien lastima que no puedo decir lo mismo de tú amigo!

Ricky saltó para atacarla.

¿En serio creyó que yo planea hacerlo? Ricky es un genio. Sólo tuve que hacerlo lo mismo que hice en la mañana Borcón, así enfocaría sus ojos en mi y Ricky atacaría una vez ambos nos encontráramos cerca de ella.

- Tal vez no tenga los poderes de un Kitsune - habló Ricky entre tanto destruía su tablero con un palo que tomó -. Al menos yo no necesito de magia para cazar.

Desde el techo salió en dirección a Ricky, le atravesó su hombro, cayó al piso rompiendo parte del vestido de la niña payasita.

- ¡RICKY! - gritó en mi mente, corrí para ayudarlo. Ella apretó un botón, una trampa de oso captura una de mis piernas.

¡AAAAAHHHHH! Mi pierna, me duele, me atravesó la carne, duele. ¡Maldición! Incluso está encadenada al piso.

- ¡Se acabó el juego niños! - gritó un hombre desde arriba, cuando bajo desde el techo, mostrando a un arquero vestido con la época renacentista.

- Mi micrófono ya no funciona, gracias a qué está niño destruyó ¡Parte de mi tablero! - se quejó molesta, gritando y gruñendo como un perro -. Pero al menos no todos - movió una palanca y dos metralletas salieron, me apuntaba a mi y a Ricky -. Eres listo niño, hasta te pudiste quitar el bozal, pero fallaste, al igual que tú estúpida amiga. Bueno me entretuvieron un rato.

- Ahora deben morir - habló el otro hombre arquero.

¡Fallé! Perdóname Ricky, pero me encuentro débil, y me duele la pierna, como no tienes una idea. Mi corazón late que hasta hace doler mi pecho, algo raro me esta corriendo... ¿Oh así se siente cuando estás a punto de morir?

BOOM.

- ¿¡Qué ocurre ahora!?

- ¡Suelta a mis soldados y entreguense! - esa voz. ¡Es la capitana Emery!

- ¡DIABLOS!

De lo que logró ver una enorme bestia se lanza a mi. Tiemblo con miedo. Pero no me hace daño, me ayuda a liberar mi pierna de la trampa.

Escuchó a Eywa, la capitana y Borcón pelear.

Siento después de el dolor, un alivió, mi pierna fue liberada y veo a mi salvador. Un gran lobo, gris oscuro, casi no lo distingo en su totalidad, pero si veo perfectamente, sus ojos, uno morado y otro rojo como la sangre. ¿He visto ojos antes, no?

(...)

- ¡Son de Shooting Stars!

- Cady tenía razón.

- ¿¡Entonces debemos volver!?

- Eywa no estamos de vacaciones.

- ¿Por qué, después de finalizar una misión termino inconsciente? - pregunté al abrir mis ojos -. Me pulsa la la cabeza.

- ¡Cady! - gritó Eywa y me abrazo -. ¡Que bueno que tu pierna y tu estén bien!

- ¡La muñeca despertarse ya! - ahora gritó Borcón y me cabeza se siente como quisiera estallar.

- Chicos no griten, Cady aún se encuentra cansada - dijo Ricky -. Son peor que unos niños - Eywa y Borcón se disculparon conmigo.

El sol apenas sale. ¿Cuánto tiempo estuvimos con estos locos allá dentro? ¿Duramos al igual que la tormenta?

- Cady - Emery me tomó la mano, se le veía preocupada -. Lo hiciste bien, te arriesgaste mucho hoy, incluso cargaste a Ricky después de recibir ese golpe, debes estar cansada, pero esto aún no sé acaba.

Lo sé.

- Ninguno de ellos era hechicero, bruja o mago - dijo Eywa -. Tenían armas, pero todo dependía de la magia de la ilusión, casi me costó entrar. Y si ninguno de ellos eran los que crearon esa ilusión... Otra persona que depende de la magia oscura, lo hizo.

- ¡Ricky! ¡Ellos fueron los que enviaron los demonios!

- Así es, también cuando te di la señal para que te movieras, solamente quise ganar tiempo y que Eywa rompiera su magia, y obtuve más cuando arranque parte de su vestido.

Me mostró una tarjeta azul de presentación, que decía Shooting Stars en letras doradas.

- Tenemos que volver - habló la capitana Emery.

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