
Capítulo 37
Mansión Lawryn
Camino por un laberinto de rosales, con espinas, los pétalos en el piso marchitos, el cielo nublado y yo me encuentro caminando parece, que sé por dónde voy, es decir. No me veo como si me encontrará pérdida, más bien conocía el camino...después me siento no entiendo lo que ocurre, esto es muy extraño. Escuchó a un ruido que al parecer es como el sonido de una bestia, en agonía, corro a toda velocidad escuchó mí corazón latir con brutalidad en mi pecho, una desesperación me impulsa a correr al lugar proveniente a ése sonido. Cuando al fin llegó...veo a un lobo de un color gris oscuro gigante, que en cuento me ve deja de aullar, respira con dificultad me mira y me penetra el alma su ojo morado, me deja hipnotiza. Me inco para abrazarlo, es cálido y estoy feliz de verlo.
- Gracias por...
- Cady - era Eywa que me hablaba.
- Eywa, ¿ya oscureció? - pregunté mientras me talle los ojos, bostece.
- Si, Cady ¿estás cómoda? - preguntó Ricky se mostraba sonriente.
- ¿Eh? - cuando miré en dónde me encontraba descansando di un pequeño salto -. Lo siento capitana - me encogí de hombros de la vergüenza de a ver dormido encima de Emery.
- Cady, yo no quisiera ser tu almohada para cuando volvamos - dijo Emery molesta, yo volví a disculparme con ella.
El silbato del tren sonó por todas las habitaciones de las cabinas.
- ¡Borcón vayamos al comedor! - dijo Eywa tomando a Borcón del brazo y saliendo de la cabina.
Hubo un silencio demasiado incómodo, Emery estaba tranquila sin hacer ni un movimiento, Ricky leía su libro como de costumbre, un silencio casi agotador. La ventana cubierta de una gran tiniebla, viendo los copos de nieve pasar con velocidad entre la oscuridad de la noche, no tenía una vista impresionante con que distraerme.
- ¿Por qué no hablas de lo aburrida que te encuentras Cady?
- ¡No estoy bien Ricky! - me exalte un poco.
- Mentirosa - dijo Emery -. Mira no me molesta, si te vas con Eywa y Borcón, de seguro se pondrán a beber antes de llegar a la mansión Lawryn.
Cierto la mansión del General Ronald.
Cuando tomé la carta que no tenía remitente que me entregó el General, lo abrí. Era la página arrancada de un periódico que decía en palabras grandes y negras: "¡LIAM EL LICÁNTROPO ESCAPÓ DE DILGRONN!". Hizo que diera un brincó de mi cama.
"En la noche de 7 de Diciembre a la 7:43 pm, cuando se pasaba una breve inspección a los reos de Dilgronn, Tompek el encargado de revisar la fosa de Liam, todo estaba en orden él sujeto estaba en la fosa, sin decir nada y ya lo habían alimentado, pero a eso 8:07 pm hubo un gran ¡BOOM! Cerca de la fosa de Liam. En ese mismo instante tirando un buen trago de cerveza de Ourgë: "... Estaba sumamente agotado, pronto escuché una explosión y un montón de humo verde rodeo por la mayoría de cosas. ¡Y escuchen bien idiotas! ¡No solo Liam escapó! ¡ALREDEDOR DE SEIS SERES ESCAPARON DE AHÍ Y UNO DE ELLOS ERA LIAM!" Casi sudando y furioso ante está terrible situación, si bien parece que todo esté asunto The League Blood se ha visto en calma últimamente, no creo que esté "accidente" se haya hecho sólo porque si. ¿Qué se traerán The League Blood?..."
Al leer esa carta me entró una felicidad de que Liam escapará de Dilgronn, no es una cárcel normal, entre más profundo y oscuro sea la fosa con unas grandes y pesadas cadenas, sin ver la luz, escuchando gritos y sonidos cerca de ti con un horrible presentimiento que alguien está tan arriba de ti, mientras los bichos y cucarachas son tu única compañía. Ya hace dos semanas de esto. La capitana Emery le habló de mi historia al general Ronald, sobre mis sueños y que yo confiaba en Liam, entonces Ronald me dijo que un día lo Matronie lo encontró tratando de huir de la ciudad y le ofreció ir a su mansión, dándole un lugar donde ocultarse.
- Es increíble que el General le haya ayudado... - Emery hizo una expresión de silencio -: Sólo porque si - agregué.
- Cady eres parte de mi equipo, trato de confiar en él, además de que no eres nada normal.
- Si - contesté en cabizbaja.
- Como nosotros - la mire en esos duros y bellos ojos azules de la pequeña capitana, sus palabras me sorprendió -, todos que forman parte de mi equipo son unos malditos marginados detestados en ambos mundos solo por ser diferentes, y eso me gusta de mis camaradas - sonrió y tenía un peculiar brillo en los ojos, está sonrisa era sincera -. Pero no me decepciones porque no volveré a darte la mano o la mirada siquiera, soy muy rencorosa y si me mientes solo olvídate de mi.
(...)
Áspero raspa la garganta, mientras esté líquido un tanto picante que te agarra hasta el paladar pasa por mi garganta, dejando un mal sabor.
- ¡COF! ¡COF! - comienzo a toser en serio no me agradó la bebida.
- Te pusiste rojita (que linda) - dijo quien ya se encontraba toda borracha colorada y perdida -. No aguantas nada, ¿pues n-no me dijiste que tomabas bebidas "adulteradas"?
- Adulteradas - la corregí -. Si, cervezas negras pero, esto... ¡Agh! Te agarra toda la boca junto con la garganta - hice una mueca de asco.
- Tal vez si le agregas algo de nuez, solo mientras te acostumbras Ziclez, las frutas "Dere Dere" solo crecen cerca de Patras (Grecia) y Μάρκα - (Márka) dio otro gran trago a su bebida de un gran tarro.
- Pasó de esta bebida.
- ¡Oh vamos chica! Borcón bebé todo un barril de Guläsh - si tan solo supiera que es eso, yo solo me límite a sonreír. El bar del tren era un lugar exclusivo que solo los de primera clase podían pagar, en Umbra no tenía problemas con comer y beber porque eran alimentos que ingeria desde que tengo memoria, son comidas más económicas que comprar las exóticas comidas de nuestro mundo.
Es deliciosa la comida, es diferente con sabores que realmente se derriten por tu boca, pero las bebidas que son como el alcohol son demasiado fuertes para mí, lo que es una lastima porque deseo probar mi comida con una cerveza bien fría.
Alguien me toca el hombro - Se ve que tienes sed - era Gabriel quien me ofreció un vaso en un tarro.
- ¿Qué es? - pregunté no quería ni una gota más de esa fruta Dere dere.
- Cerveza, si buscas bien tienen está bebida en bar, pero debes ser muy claro al ordenarlo, para los que no aguantamos otras bebidas está es muy buena, fresca y deliciosa.
- Gracias - tomé un sorbo y si está era cerveza de la buena que con traviesa espuma se quedó en mi labio inferior formando un bigote blanco espumoso. Fresca y es simplemente deliciosa con el recuerdo melancólico cuando estaba con Nate, aunque él era más de vinos, pasaba momentos agradables con Nate.
Observó a Eywa y Borcón juntos acaramelados, dándose un corto y apasionado beso. Es bello verlos juntos, Gabriel me miraba inexpresivo, yo me limpie los bigotes de espuma que aún estaban por mi cara, sin decir nada miró a Borcón y a Eywa.
- Ellos son muy felices juntos - dijo Gabriel.
- Son tan diferentes, pero increíblemente iguales, tal vez al principio no me di cuenta pero se complementan totalmente - dije, mientras una mezcla de celos, solo por el simple hecho de extrañar mucho tener a alguien que te haga sentir especial, única para esa persona -. Supongo que cuando te gusta realmente la persona, caes rendida a sus encantos y desencantos.
- Si - contesto fríamente.
- Vaya, pesé que me has estado entrenando cada noche una vez que el día oscurece. Se comporta muy frío y seco conmigo profesor Canterdale - me burlaba de él mientras tomaba otro trago a mi cerveza.
- Sólo acepté serlo por Shile.
- No deseas que nadie descubra tu lado amable - él me miró por un instante con su único ojo rojo intenso descubierto, tomó un trago y solo se limitó a sonreír.
Es un excelente maestro, sin embargo no me es fácil simpatizar con él, es demasiado frío y cerrado, no es ni como Alice, Alex o Robert, ellos son muy amables y se abrieron a mi aunque tardaron mucho tiempo en hacerlo, Gabriel es muy frío, y es que aún no puedo perdonar el hecho que quería asesinarme y que me mordiera sin pedirme permiso.
Gabriel miró hacía la gran ventana del tren - Garadier, es un lugar muy bello y más en estás épocas de invierno. Sera mejor que te pongas el abrigo que te envío Alice hace unos días.
- Si - era un abrigo muy bonito de color azul turquesa, con unos bordes de peluche blanco, estampados de copos de nieve, unos guantes blancos y un gorro ruso de color azul, con unas botas de invierno que hacen juego. No me disgusta, pero es muy llamativo, bueno para ya conozco a Alice yo soy su muñeca viviente, según ella.
Unas horas después, un tarro de cerveza, Eywa cantando en dueto de manera deafinada y un largo rato de silencio junto con Gabriel, llegamos a nuestro destino. Nos vestimos con ropa de invierno, el de todos eran colores oscuros y sobrios, excepto yo, era como si fuera a posar en una revista de moda de invierno.
- ¡Oh! ¡Cady que linda estas! - dijo Eywa mientras se lanzaba sobre mis hombros, aunque se encontraba menos borracha que hace cuatro horas, estaba toda colorada.
- La muñeca ahora sí parece una - habló Borcón con su cara roja y junto a Eywa me estaban quitando el oxígeno.
- ¡A ver bola de niños! ¡Contrólense!
- ¡Si capitana! - hablamos los tres al unísono.
- No se alejen demasiado - indicó Ricky.
Tomamos nuestras maletas, abrí la jaula de Shile y se colgó por mi cuello ronroneando. La comunidad de Garadier, era muy simple solo eran unas pequeñas luces de pequeños establecimientos o de las grandes casas.
- 1, 2 y...- habló Gabriel.
- ¿De qué hablas?
- 3 - tomó ligeramente mi cabeza para que mirará la comunidad -. Mira.
La comunidad se encendió. Habló de que cobró vida había grandes, hermosos colores, luces iluminando las calles, era como ver mi avenida llena de espíritu Navideño, colores alegres que hacían sentir como una niña de nuevo. Me enamore de la vista de una ciudad. Gabriel sonrió mirando la comunidad, tomó las maletas y se puso a caminar a un hombre vestido de un gran traje de invierno negro con un sombrero de copa, era un cíclope que tenía mucha clase, venía por nosotros y llevarnos a la mansión Lawryn. Subí por primera vez a un carruaje, pesé estar cayendo nieve era muy tranquilo, los niños salían a jugar en la nieve, cantando y haciendo increíbles hazañas, hasta magos y brujas haciendo hechizos con muñecos de nieve tocando instrumentos y cantando.
Llegamos a una gran mansión llena de luz y calidez a primera vista enamoraba, de mármol tal vez blanco, pero rodeado de una magia que hacía que se viera como un gran palacio ruso, lleno de color, con hermosos muérdagos sobre la puerta de café de caoba estiló francés. Una serie de noche buenas guiando hacía la entrada principal. Se abrieron lentamente sin que nadie lo hiciera o al menos alguien.
~ Bienvenidos a la Mansión Lawry ~ voces de emisores invisibles. Luego como de una ilusión se tratará un bella dama, con un vestido de la época colonial, cubriendo su cabello. Lo más llamativo de la joven es que no tocaba el piso, teñida de cuerpo completo por un aura espectral gris platino casi transparente y con rostro lleno de serenidad.
- Ella es Merow, los atenderá junto con los demás fantasmas de la casa cuando lo necesiten.
- Gracias, señor...
- ¡Señor Clops! ¡¿Ya llegó?! - Liam llegó jadeando. Estaba diferente delgado si, pero no tenía la gran barba como lo vi la última vez, está vez la tenía casi recortada con un estilo "hípster".
No pude evitar soltarme a llorar. Liam no es culpable, lo sé y me dio tanta pena verlo en un estado tan terrible y triste que verlo bien ahora... Me alegra tanto.
- Cady - Eywa se acercó a mí y me limpio las lágrimas -. ¿Estás bien? - me preguntó y yo asentí.
- Perdón es solo que...
Sentí un fuerte abrazo, bastante cálido. Liam se lanzó para abrazarme.
- Gracias por confiar en mi - Liam ocultó su rostro en mi cuello, este se humedeció al instante, temblaba y se puso a llorar este se humedeció al instante -. Gracias a todos, - miró a la capitana Emery y los demás.
La capitana se acercó a Liam - No tiene nada que agradecer, él general Ronald es con quién debería estar más agradecido. Pero esto no son vacaciones, tenemos trabajo que hacer - se giró a ver a los colorados y un poco menos borrachos Borcón y Eywa que se inmutaron de inmediato -. ¡Eywa y Borcón se encargarán de proteger a Liam!
- ¡Si! - gritaron Eywa y Borcón.
- Cady, tu y Ricky irán mañana a Wasedtown, mientras Gabriel y yo iremos al pueblo a hacer la compra.
- No se preocupe señorita Emery, yo puedo ir, después de todo sirvo en esta casa - habló el el señor Clops.
- No, iremos nosotros - dijo Emery autoritaria.
- Es muy amable señor Clops, perdone que mi capitana no tenga modales - habló Ricky con cortesía al señor Clops.
- No es nada.
(...)
En aproximadamente dos horas estaría a punto de amanecer y yo merecía una buena siesta. Me puse el camisón rosa suelto, con pequeños lazos blancos, que Alice me envió, alguien llamo desde mi puerta.
- Adelante - digo mientras desempaco alguna de mis ropas y las pongo en el gran armario.
Entra Liam - Lamento venir así.
- No tienes porque, al menos llamaste a la puerta. ¿Pero que deseas Liam?
- Te quería mostrar esto - me enseñó un placa de cobre con la forma de un un hombre casi a completando su transformación en lobo -. Esto era parte de mi antigua manada, cuando tenía cuatro años - se torno triste.
- Liam, toma asiento - le indique para que se sentara en la cama y yo me senté junto a él.
- Está manada me recogió, como se hace con los perros callejeros o abandonados, yo diría que no me aceptaron en su totalidad. Era el cachorro sin fuerza, talento e inútil en todo sentido de la palabra, nunca fui reconocido por ninguno de mis logros y nunca supe el nombre de mi manada excepto de uno - me miró a los ojos -. Aeneas...
- ¿Aeneas? ¿En serio es el único nombre que recuerdas?
Se encogió de hombros - El venía del mismo pueblo que yo y por supuesto fuimos aceptados por la misma manada.
- Ya veo, una cosa más... ¿Tú sabes quiénes fueron los que escaparon en Dilgronn? - pregunté Emery dijo que incluso que le negaron los nombres de los demás prófugos y que somos la única organización de Umbra que no sabemos los nombres de los prófugos, con el pretexto de que nuestra organización está muy lejos de Dilgronn, si claro, 1 kilómetro y ya estamos lejos para resolver el caso.
- No, pero... recuerdo una chica, pese al polvo y la poca iluminación de las velas de Dilgronn, recuerdo una chica de cabellos cortos, con un corte raro y de un color turquesa... Si, turquesa.
- ¿Qué más?
- Solo eso observé, - me miró de repente de arriba hacia abajo y se sonrojo y desvío la mirada - ¿cómo es que te veas cómo modelo de una revista de moda humana?
Mire mi camisón y me rasque la nuca - Esto me lo dijo una amiga, la verdad es que preferiría una piyama que consta de una playera de cuello ancho holgada y un pants, bueno antes dormía así era más cómodo - dije algo avergonzada, debo sonar como una rara.
- Pensé que con el abrigo azul con el que llegaste hace rato, pensé que te gustaba la moda o algo así - respondió riéndose.
- No me disgusta, pero es sólo que toda mi vida siempre tuve ropa holgada, gris y a veces agujereada - que vergüenza decir esto, además que no era ropa de mi edad, eran de un primo lejano que antes que lo pagará tenían el desagradable olor de un animal sucio.
- Ya veo, bueno es mejor que ya no te entretenga más, pronto amanecerá y tú mañana en la noche tienes que ir Wasedtown - se levantó de la cama, y se despidió de mi.
Minutos después de ver el infinito oscuridad y la gran inmensidad del cuarto, entregándome poco a poco a los dulces brazos de Morfeo, alejando los horribles pensamientos negativos de tener de nuevo una pesadilla.
Un campo hermoso se encuentra justo frente a mi, con la vista más magnífica vista que gastada como si fuera irreal, el pasta más verde hermoso, suave, el cielo de un azul casi irreal con la nubes dejando se llevar por tranquilidad del viento, el punto del alba jamás se había sentido así en paz, hasta el sonido del viento que llegan en mis orejas es como suave y delicado susurro de paz.
- ¡Cady! - la voz de una cotorra interrumpirme mis pensamientos... Espera, yo conozco esa voz cotorra.
Me levanto del verde pasto con cierta confusión. La sombra de una figura femenina con ojos rojos como las de dos linternas, que se acercaban a mi y yo me hacía pequeña, ante la sombra de mi tía. Con sus cabellos teñidos de rubio con un vestido amarillo canario, pero aún con los rojos y la tonalidad del campo de colores pastel y pacíficos, se tornaron en la escena de terror, el cielo roja como la sangre, nubes grises oscuras disipándose con agresividad, el verde pasto era negro y meloso como la brea, y la paz que se respiraba se cortó volviendo la más pesada.
Temblaba de miedo, se acercó a mi con lentitud. Traté de correr, pero la espesa, pegajosas y asquerosa brea me impedía correr, casi toda mi pierna se entierra toda mi pierna en toda asquerosa brea.
- Eres una perra Cady - mi tía me tomó del cabello y tiró de él, cuando cerré mis ojos en un instante había más sombras de personas que conocía.
- Sólo es una pobre huérfana con cabellos extraños, que usa ropa usada y sucia - habló una de las niñas de ojos rojos, mientras mis tíos Gil se reían a carcajadas de mi, mi tía me soltó, pero la sombra de un niño se abalanzó a mi -. Eres solamente una chica que nació con una maldición en la sangre...
- ¡ESO NO ES CIERTO! - grité mientras lentamente me hundía en la brea -. ¡Yo no estoy maldita!
- ¿Qué dices? - preguntó el chico que estaba arriba de mi era Adrian, quién era él único sin los ojos rojos, pero tenía demasiada dilatadas con la expresión de emoción en su rostro -. Pedazo de mierda - me enterró su mano en mi pecho y lo atravesaba como si fuera gelatina, la gran fuente de sangre cuando mi rostro me limpie y Adrian se convirtió en La Híbrida -. Sabía que tú interior era bello como tú exterior, estás maldita como todos nosotros. ¡Anda pintemos este hermoso escenario de tu color carmesí!
- No - me levanté de la cama sudando frío y demasiado agitada, con dolor en el pecho agudo. Me recosté en la cama de nuevo, trate de calmar a mi incesante y nada fácil de domar, mi corazón, cierro los ojos tratando de retomar conciliar el sueño. En un instante pensando inocentemente que al fin lo habría logrado mi objetivo... Un brazo grande misteriosa toma ambos de mis brazos y me cubrió la boca, me moví como una loca queriéndome zafar de él, una fuerza que estando presente lo creía invisible, además que mis ojos se abrían y cerraban constantemente, no comprendiendo lo que pasa, cerré mis ojos esperando que esto solo te tratase de otra pesadilla.
~ No importa si un monstruo desparece, porque el verdadero demonio está surgiendo y muy pronto será tu verdugo...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro