"La cafetería es todo un coliseo"

~ El corazón es la bomba que nos mueve, el músculo principal del cuerpo humano - estoy de nuevo con la mujer de cabellos verdes y canosos (ya me estoy cansando de soñar con esta loca psicópata) -. El corazón humano late una media de 70 latidos por minuto - su cara se excita por cada palabra que dice -, ¡Es decir, 100.000 veces al día y 35 millones de veces al año! - soltó un grito agudo he irritante -. ¡Y cada vez que lo hace bombea 70 mililitros de sangre, esto supone que el corazón bombea 5 litros de sangre cada minuto, es lo que se conoce como gasto cardíaco!

Sus risas eran demasiado fuertes que hacían zumbar mi cabeza.

- Ah - un leve suspiro salió de mi parte, pero no de susto sino! más bien de aburrimiento.

~ ¡Cuando escuchas tu canción favorita los vasos sanguíneos pueden llegar a aumentar su diámetro en un 26%, lo que demuestra que la música es buena para el corazón! ~ ¡Y TODO SE TORNA EN UN BELLO COLOR CARMESÍ! ~comienza a respirar y a exhalar de una forma muy rara, y también suda mucho como si estuviera en un sauna ~ ¡PERDÓN NECESITO IR AL BAÑO! ~ me deja sola y corre al baño y empieza hacer ruidos extraños.

Al parecer estoy sola, no puedo hablar en mi boca se encuentra una cinta adhesiva, mi cuerpo arder, veo que no tengo pantalones creo que solo tengo una ¿clase de shorts? Pero en mis piernas desnudas tenían rasguños profundos, como si una persona se hubiera divertido con una cuchilla afilada. Mis manos se encontraban como atornilladas en silla en la que me encontraba que atravesaba mis manos, era una escena bastante sangrienta a la vista a mi izquierda veía la silla de dentista.

~ Regresé ~ dijo la loca que estaba de vuelta. Comenzó a silbar una tonada que se me hizo temblar era una canción que hacía a cortar mis sentidos, era muy rara y a la vez desesperante ~. Esa melodía es muy horrible, ¿verdad? ~ tomó un maletín negro ~. La verdad los que tenemos la habilidad de "Philomela" (o Nightingale): nuestra habilidad puede producir bellas tonadas para cualquier criatura viviente sobre este mundo o en el que vengo. Un Philomela nace con una voz casi celestial e incluso son usados para los viajes marinos, por las sirenas, producimos notas tan cautivantes y poderosas que son curativas al mágico cantó de las sirenas ~ en el maletín comenzó a sacar varios instrumentos quirúrgicos.

Se acercó a mí y notaba cierta decepción. En una de sus manos tenía un bisturí.

~ ¡Oye! ~ enterró el bisturí en mi estómago ~. Ya no estás llorando... ¿Por qué? ~ sacó el bisturí de mi estómago provocando que saliera una fuente de sangre y que mis párpados comenzarán a pesar ~. Los niños malos deben ser apuñalados...

- ¡ARRIBA BOLA DE INÚTILES! - ese gritó me levanto de golpe (y de un tremendo susto) y despertándome de mi sueño.

- ¿¡EH!? - dije en un grito del susto.

- ¡Solo soy yo Cady! - cuando logró visualizar bien es Emery con un megáfono que a la vez parecía que tenía integradas unas bocinas -. ¡Si tienes alguna queja de como levantó a mis soldados ya conoces la salida! - dijo molesta -. ¡Eywa levanta ya tu maldito trasero, tengo hambre! - se retiró de nuestra habitación.

- Esa enana me exaspera - dijo Eywa levantándose de mala gana.

Comparto la habitación con mi capitana (Emery) y con Eywa, mi nueva compañera del grupo de cacería, y nuestro cuarto es una zona de derrumbe, toda la ropa y accesorios de Eywa está tirada por todo el piso, el olor a humedad me llegaba a marear y había muchos libros viejos apilados, pero sentía que en cualquier momento se podía derrumbar todos en el piso.

- ¡Corre Cady! ¿Acaso no quieres comer? - me habló Eywa.

- Si, pero primero necesito cambiarme de ropa - dije, ella me vio de pies a cabeza analizando lo que era mi "pijama" sólo tenía una playera roja de mangas cortas, y tenía unos shorts negros deportivos. Me hubiera puesto mi pijama que siempre usaba en la mansión Canterdale, pero sólo eran camisones con muchos encajes (que me compró Alice) y pensé que sería bueno no traerlas para dormir si tenía que compartir una habitación con alguien en Umbra, que bueno que lo pensé muy bien sino a noche hubiera sido la burla de mis nuevas compañeras de cacería.

- Mira será mejor que vengas así, el desayuno es toda un coliseo en movimiento - Eywa me tomó del brazo y me llevo al comedor, sin decirme más.

En cuanto llegamos al comedor estaba totalmente descalza y lo peor de todo es que no tenía sujetador, y eso era lo que más enfadaba en ése mismo momento que me sacará de la habitación así... Hasta que vi como comenzaba el piso a temblar por una gran estampida que se acercaban cada vez más.

- ¡Súbete a mi espalda...- me gritó Eywa y como si una fuerza extraña me subió a la espalda de Eywa -. Y agárrate fuerte! - Eywa comenzó a hablar en latín, pero yo no tenía aún control sobre el idioma no se lo que conjuro, aún así sentía que pasaría algo terrible... tenía razón, ahora íbamos a una gran velocidad que me hizo marearme y revolver mi estómago.

De un momento a otro nos encontramos en la cafetería, Eywa comienza a pedir su desayuno con mucho ímpetu, mientras yo trataba de tranquilizarme por qué la cabeza me daba vueltas.

- Apresúrate a pedir algo Cady pronto llegarán los demás y no sobrará ni una mísera migaja - dijo Eywa mientras miraba su desayuno con pollo asado con puré de papas, con un chocolate caliente.

- Bien, entonces pediré lo mismo que tú - dije una señora gárgola me entrego mi plató, con una pierna de pollo, con una ensalada y puré de papas.

- ¿Chocolate cielo? - preguntó la señora gárgola.

- Si por favor...- vi que en su uniforme venía su nombre bordado de un color dorado -. Señora Roneild.

- Sólo llámame Rone, cielo - dijo con dulzura y me entregó mi chocolate caliente en un tarro algo grande, el dulce aroma del chocolate caliente, hacía sentir muy feliz de una hermosa niñez cuando la mamá de Nate me preparaba en días fríos un chocolate caliente o un buen arroz con leche con un dulce sabor a canela.

Me entregó mi comida y mi chocolate, Eywa me tomó del brazo y en un abrir y cerrar de ojos ya nos encontrábamos sentadas en una mesa de madera con un mantel de un estampado de hojas de otoño, sillas de madera pero que aún así eran cómodas.

- Esté es nuestra mesa Cady, te acostumbrarás a todo esto - Eywa comenzó a comer, y otra vez sentía una gran temblor de la estampida de los animales que se aproximaban gritando.

- ¡HORA DEL DESAYUNO! - el gritó de Borcón retumbó en toda la cafetería. Todos venían igual que yo o Eywa en pijama y despeinados, pero con un gran apetito.

- Por eso te dije que estaba bien que vinieras a desayunar así, en Umbra se hace así - dio un gran trago de chocolate caliente y se terminó dejándose un gran bigote de chocolate -. ¿Qué tu nunca tomaste ni por una vez tu desayuno en pijama? ¿Ni siquiera cuando eras una niña?

- No. Cuando era pequeña mi tía siempre me levantaba desde muy temprano para preparar el desayuno y ella detestaba que hiciera la comida sucia o si no lo hacía correctamente, la mayoría de veces venían muchos invitados a la casa de mis tíos entonces mi tía siempre decía que tenía que lucir bien ante ellos, aunque solo podía vestir ropa masculina heredada - tomé un sorbo de mi chocolate y sabía tan bien -. Yo siempre me preparé mis cosas, nunca tuve la oportunidad de despertarme en un día de frío, en pijama, feliz porque alguien que me quiere mucho me preparaba el desayuno - miré mi chocolate y al ver mi reflejo sonreí -, pero no me puedo quejar ahora estoy mucho mejor, además le agradezco por enseñarme hacer autosuficiente - le sonreí a Eywa y ella se me quedó viendo.

- Bien - fue lo único que me dijo.

Borcón azotó su charola en la mesa haciendo que derramará un poco de su café de su tarro que era tres veces más grande que el mío.

- ¡Borcón feliz! - comenzó a comer como un bebé botando algo de comida al suelo.

- ¡Ay! - ese quejido había salido de la boca de Gabriel -. ¡Demonios! Me molesta mucho levantarme temprano sólo para tomar el desayuno - también venía con su gran charola de comida y un tarro de chocolate del mismo tamaño del mío -. Vaya, ¿no sabía qué gustará mucho el chocolate Cady? - dijo mirando el tarro.

- Pues si me gusta mucho - le contesté y tomé otro gran trago largo a mi chocolate, lo malo es que casi me ahogó.

Gabriel comenzó a reír.

- ¿Qué diablos te pasa? - está vez no era una pregunta para molestarme, incluso su risa venía acompañado con una sonrisa muy linda, hasta lo hacía lucir tierno.

- ¿Gabriel puede ser tierno? - dijo Eywa en forma de burla -. ¡El cielo comenzará a caer! - gritó de forma exagerada.

- ¡Cállate bruja tonta! - dijo molestó y volviendo a comer.

- ¡Coulmildos etá enojardoi! - (¡Colmillos está enojado!) dijo Borcón hablando con la boca llena y burlándose de Gabriel que estaba volviéndose rojo como un tomate.

- ¡CALLANSE YA! - se levantó molestó Gabriel de la mesa y dirigió su rostro molestó a mi -. Todo esto es tu culpa - me susurró con una mirada muy aguda -. Ya no tengo hambre - levantó su charola y se la llevó de la cafetería, aunque ya casi se terminaba su comida.

- Déjalo sólo es un idiota - me dijo Eywa. La verdad es que yo nunca entenderé a Gabriel es un estúpido bipolar, la verdad me molesta mucho la idea de que esté aquí en Umbra y que en parte sea mi compañero de equipo, y tendré que resistir sus tontos cambios de humor todos los días.

- ¿Gabriel nunca puede pasar un día sin que este molestó? - esa voz era de Ricky que invadió mis pensamientos de pronto.

- ¿Ricky?

- Si.

- ¿Dónde estabas "R"? - preguntó Eywa pero sin dejar de ver su comida -. Una mejor pregunta. ¿Dónde está Emery?

- La capitana Emery la llamaron de la subdirección de Umbra - fue lo único que dijo.

- ¿Para qué? - pregunté un tanto curiosa.

- Para nuestra nueva misión - era la voz infantil de Emery -. Solo te diré que esto es de alto riesgo y que si tienes miedo, te vas...