-¡Corre dipper! ¡Es momento! ¡Por fin!

-¡Espera Mabel! ¡No tan rápido!

-¡Vamos, vamos! ¡Es nuestro momento! ¡El encuentro entre el sol y la luna! ¿Listo?

-¡Si!

(...)

-Sabes dipper, amo este momento. Cuando nuestras luces chocan, el momento en que el sol y la luna brillan en el cielo. A pesar de que no estén juntos, la luna y el sol siempre encontrarán una manera de estar juntos, así como nosotros, ¿no crees dipper?

-Si mabel, siempre nos encontraremos juntos.

Ahg, maldito recuerdo llorón.
Me levanté antes de la alarma, mirándome en el espejo, los años no me perdonaron y las faltas de sueño tampoco.
Sin duda me veía como una vieja de 800 años, ni siquiera he llegado a los 100 y aquí ando, aplicando crema antiarrugas a mi cara seguida de maquillaje para ocultar ojeras.
Las pocas horas que dormía parecían ser menos con los días, parece que duermo menos y estoy despierto más tiempo de lo recomendado. Pero claro, todo es gracias a que tengo que hacer los trabajos de mabel y estudiar por ella.
Haber soñado con ese momento, ese pequeño eclipse que por fin podía suceder después de 300 años.
Justamente había tocado cuando teníamos 6 años, estábamos emocionados y era cuando mabel aún no se creía la reina.
Mabel era solamente mabel.
Me aliste para salir, fui al salón donde la reunión ya se estaba llevando a cabo.
Los nobles ya estaban reunidos y mabel como siempre hablaba con estos animada.
Las trompetas sonaron, las puertas se abrieron y de estas apareció tío ford siendo escoltado.
Todos saludamos, se acercó a mabel y a mi para proporcionarnos un abrazo.
Mabel le ofreció su sitio en el trono y la celebración empezó mientras mabel y yo nos uniamos a tío ford.

-¡Chicos! ¡Tanto tiempo! La última vez que los vi tenían que ¿12 años?

Tío ford se veía alegre de vernos pero sabía que mabel no estaba contenta con su visita. Para ella tío Stan era el mejor y ella no se preocupaba en demostrar que odiaba a tío Ford.

-Si, ha pasado mucho pero después de todo, tienes responsabilidades en tu reino.- mencioné destacando que él tiene sus propios problemas y responsabilidades. Él no puede andar disfrutando de las riquezas y ventajas de ser de la realeza como tío Stan.

-Si, magnífico... Pero por ahora yo creo que es momento del baile, si me disculpan.

Mabel se levantó para irse a la pista sin nervios, cualquier noble estaría peleando por ser su pareja de baile.

-¿Por qué no bajas tu también dipper? Estoy seguro que muchas querrán bailar contigo.

-No creo, no estoy seguro si...

-¡Tonterías! ¡Eres un príncipe! Cualquiera querría bailar contigo, así que no me discutas más y ve ahí.

La verdad no quería hacer enojar a tío ford, así que baje con nervios hacia la pista. Ninguna dama noble se acercó a mi, intenté acercarme a ellas pero parecían huir en cuanto les hablaba o si quiera me acercaba.
Me giré a ver a tío ford quien me hizo una seña de "Adelante, sigue intentando"
Pronto mabel se acercó a mi.

-¿Qué haces aquí parado?

-Intentaba invitar a alguna chica a bailar.

-¡Ja! Como si tuvieras ese atractivo.

-Lo dice la que es amada sólo por ser la princesa hereda.- dije mirándola serio, mabel era bonita pero siendo sinceros había chicas nobles más bonitas que ella.

-¡Al menos a mi me aman!- gritó de repente pero se cubrió la boca seguido de esto, me miró sorprendida y yo quedé en shock. Las lágrimas no tardaron en asomarse y el dolor en mi garganta no me dejaba producir una palabra.
Solté un quejido y finalmente pude.

-¡Pues que te amen sin mis conocimientos! ¡Todos aquí deberían de saber que su princesa querida no sabe de política o magia y que todo lo que alguna vez necesite saber se lo tendré que decir yo porque YO soy quien ha estado llevando las clases!

Con magia aparte a mabel de mi camino y corrí hacia la puerta de salida, las lágrimas no paraban de salir.
Si mabel sabía hacer algo ella solita, era saber como romper a uno.
Como hacerlo sentir tan pequeño e inseguro.

Continuará