Narra dipper

Desperté en mi habitación, algo adolorido y rojo por todos lados. Pronto me di cuenta de que mi sueño sobre tener sexo con Bill no fue un sueño.
Me revisé el cuerpo notando que estaba limpio pero mi cuerpo estaba lleno de mordidas, chupetones y bueno, mis labios estaban hinchados.
Fui al baño donde me limpié por segunda vez, no es como si la magia hubiera limpiado bien mi cuerpo.
Estaba tranquilo bañandome, cuando un sirviente avisó que mi hermana requería mi presencia en el salón.

Narra Mabel

Después de la fiesta, fui al balcón donde dipper suele mover la luna pero no estaba ahí. Fui a su habitación y tampoco estaba ahí.
¿Se había escapado? Bueno quxias era exagerado pensar que había escapado pues después de todo el castillo era enorme y podría estar en cualquier lado.
De todas formas, mandé a que los sirvientes lo buscaran y en cuanto lo encontraran mandarlo a donde este.
Paso la noche y tuve que mover la luna, con mucho esfuerzo.
No fue hasta medio día cuando los sirvientes por fin encontraron a dipper y le avisaron que solicitaba se encontrara conmigo.
Espere un rato hasta que finalmente llegó dipper.

-Creo que sabes bien porqué te llame.-

-Puede que lo sepa, puede que no.

¡Maldito! ¿Se atreve a responderme así?

-Ve con cuidado dipper, no te conviene hacerme enojar.- dije con la poca paciencia que me quedaba.

Él no me dijo nada, simplemente se fue sin decir nada y ni pude preguntarle a dónde se había ido ayer. Furiosa lo seguí hasta su habitación y con magia empecé a tirar sus cosas.

-¡Responde! ¡Dime todo! ¡Explícame!

Gritaba mientras lanzaba sus cosas, él me miraba molesto y trataba de lanzarme cosas pero los detenían y se los devolvía.

-¡No tengo nada que decirte! ¡No eres mi madre ni nadie para decirme que hacer!

Molesta lo empuje y salí de su habitación cerrando con magia.

-¡Mabel! ¡Abre esta puerta! ¡AHORA!

-Te liberaré al anochecer, por ahora reflexiona las consecuencias de hacerme enojar.

Me fui y le dije a los sirvientes que por ahora Dipper estaba aislado.

Narra dipper

Mabel me había encerrado en mi habitación, lamentandome en la oscuridad escuché la voz de bill resonar por la habitación.

-Te dije que esto podía suceder y es triste ver que tu hermana tan desesperada por atención te haya hecho esto.

-Ella es joven aún.

-Y sin embargo ella te maneja a ti.

No dije nada. Quizás bill tenía razón, mabel a pesar de ser joven se cree mi jefa.

-Es la amarga verdad, eres menos preciado porque tu luz brilla menos.

-Mi luz no es la menor.

-Príncipe luna, su hermana viene a liberarlo para que eleve la luna.

Un sirviente interrumpió nuestra encantadora charla, me levanté y a los pocos minutos Mabel abrió la puerta.
No nos dirigimos la palabra, cada uno se fue a lo que debia: Yo mover la luna y mabel dormir.
Mientras comenzaba, bill se apareció detrás mío, beso mi cuello y sus manos recorrieron mi cintura a pecho.

-¿Podrías parar de hacer eso? No sé que piensas que somos pero lo de anoche quizás fue un error.

-¿Recuerdas algo de lo que pasó?

Suspiré y termine de mover la luna para voltear a ver a bill.

-Recuerdo todo y aún no puedo creer cómo es que acepté.

Los recuerdos de esa noche me llenaron la cabeza sin piedad, no entiendo por qué lo hice. ¿Por qué tuve sexo con él?
Bill me miró feliz y me besó, me rodeó con sus brazos y pegó su frente a la mía.

-Se mi pareja.

Dijo provocando que me quedara en shock.

Continuará