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Parte 10. De mi lado

Nota...Hoy foiaaaan

Ahora si, continuamos.

Narra bill

Mi habitación, conocida únicamente ahora por Pino.
Escondida por magia, es localizable solamente por mi y ninguna magia la podría encontrar.
Recosté a Pino sobre mi cama sin separarme de él.

-Quiero que sepas que jamás te haría daño, ¿sí sabes,no?

Le pregunté con cariño a lo que él respondió asintiendo, rodeó mi cuello con sus brazos y me atrajo a él.

-Me siento tan mal, Bill.

-Yo puedo ayudarte, puedo hacer que duermas y tengas los más dulces sueños que jamás hayas tenido.

-No me tomes por bebé, bill. Hoy cumplí 18, así que soy completamente tuyo.- susurró en mi oído.
Genial, ahora no sales caminando de está habitación pino.

-Entonces tendré que asegurarme de que así sea.

Dije para luego besarlo, recorrer su cuerpo con mis manos e intentar quitar toda su ropa.
Como se sabe, la ropa formal para la realeza se conforma de su capa, una túnica debajo de esa capa, una camisa y un pantalón debajo de la túnica y luego la ropa interior.
Definitivamente no puedo esperar a que inventen una mejor versión de la ropa que se pueda quitar fácilmente.
Al principio quería ir lento pero el dolor en mi entrepierna era insoportable. Con magia quite la ropa de Dipper a excepción de la interior, esa si la iba a quitar yo.
Baje de los labios de dipper a su cuello, chupe y mordí su cuello en diferentes zonas como para hacer imposible no notarlas.
Dipper jadeaba ante mis actos, baje hasta su pecho donde jugué con mi lengua su tetilla derecha mientras apretaba la otra con mi mano. Mire el cuerpo de dipper antes de proceder y este nervioso se tapaba la cara.

-Si no quieres continuar, es tu oportunidad para escapar.

Si puedes.

-No, quiero esto.- dijo dipper tapando su cara, a pesar de todo, seguía siendo un virgen experimentado su primera vez.
Quite sus manos y lo bese tiernamente en sus labios.
Quite su ropa que cubría su masculinidad y lo voltee dando paso a su hermoso, reluciente y bien formado trasero.
Casi me dio ganas de agradecer con el de abajo por semejante trabajo pero me di cuenta de que a quién debía agradecer a era a los progenitores de pino. Hicieron un excelente trabajo al momento de crearlo.
Acaricie sus bien formadas nalgas antes de enterrar mi rostro en ellas.
Pino soltó un jadeo y empecé a lubricar lo.
Si quería tener a dipper de mi lado, tanto en el sentido del poder tanto como en el romántico. Debía de esforzarme para hacer que esta noche sea perfecta.
Con magia empecé a lubricar su entrada, expandiendo su estrecho agujero para ser capaz de recibirme.

-Bill, hazlo, ya no puedo más, mételo...

Dipper gimiendo y jadeando debajo mío, se había vuelto mi segunda cosa favorita en el mundo.
Lubricado mi pene, frote la punta en su trasero y besé a dipper antes de enterrarme en el. Entre de golpe para disminuir la sensación de dolor y me quedé quieto unos minutos.
Debía ser considerado y esperar a que se acostumbrará a mi. Se me estaba haciendo imposible pues su trasero me apretaba, la calidez y viscosidad estaban haciendo que la espera se fuera al carajo.
Tome sus cadera, salí un poco y lo embestí.
Al principio fui lento pero viendo que pino me estaba aceptando bien, mis movimientos empezaron a ser más veloces. La desesperación por entrar en esa calidez estrecha provocaba que en cada embestida intentara ir más profundo.
Cambie las posiciones haciendo que pino estuviera encima y las embestidas fueran más profundas. Sip, está era la posición que me permitía entrar más.
Pino gemía sin importar si hacía ruido o no, lo cual no era importante pues mi cuarto tenía  insonorización.
Nadie más que yo estaba disfrutando de los gemidos de pino, jugué con sus pechos mientras continuaba la penetración.
Las horas pasaron, las posiciones cambiaron y cuando estaba por llegar al clímax me corrí dentro de dipper y este a su vez, en nuestros pechos.
Limpie a pino y lo recosté a mi lado, definitivamente después de esto, él sería mío.
Estaría de mi lado y en el momento de atacar a su reino él no dudaría.

Continuará
pero hasta más tarde.

Como a una hora decente, después de que yo haya dormido porque son la 1:24 a.m.

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