Bastián, con una sonrisa, entregó los anillos a Alis y Max.

Los anillos, símbolos de su amor eterno, brillaban con un resplandor especial bajo el sol del atardecer.

-Francis: "Ahora, con el intercambio de estos anillos, sellamos vuestro compromiso. Alis, coloca el anillo en el dedo de Max y dile tus votos."

Alis, deslizó el anillo en el dedo de Max, mirándolo con amor en sus ojos.

Sus ojos se encontraron con los suyos, y en ese instante, parecía que el mundo entero desapareció, dejando solo espacio para ellos dos.

Con un gesto suave, tomó la mano de Max, y mientras le colocaba el anillo en su dedos y con una sonrisa tierna y llena de amor comenzó a expresar sus votos matrimoniales.

- ", para ser mi compañero en esta vida. Te elijo para reír conmigo en los momentos de alegría, y para apoyarme en los desafíos que enfrentemos. Te elijo para ser mi amigo, mi amor y mi confidente. Prometo amarte, respetarte y cuidarte en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de mi vida. Hoy y siempre, te elijo a ti y nuestro amor, como mi refugio y mi hogar."

Max escuchó atentamente los sinceros votos de Alis y, al terminar, una sonrisa iluminó su rostro.

Sus ojos brillaban con emoción mientras miraba a su amada. Su mirada intensa y llena de amor.

Max, procedió a deslizar el anillo en el dedo de Alis, mientras decía:

- "Mi corazón ya te eligió, Alis, mucho antes de este día. Desde el momento en que nuestros caminos se cruzaron, supe que eras la persona con la que quería compartir mi vida. Te elijo para ser mi compañera, mi amor y mi apoyo. Prometo estar a tu lado en los días felices y en los momentos difíciles. Prometo escucharte, respetarte y amarte incondicionalmente. Alis, eres mi elección, mi amor y mi vida, hoy y para siempre."

Después de que Max terminó de decir sus votos, Alis sintió un cálido cosquilleo de emoción recorrer su ser. Una sonrisa radiante iluminó su rostro mientras miraba a los ojos de Max. Sintió que su corazón latía más fuerte por tener a Max a su lado.

En ese momento, el oficiante, Francis, se acercó con un gesto cálido y apacible, y con un tono suave pero solemne, pronunció las palabras que sellarían su compromiso:

- Francis: "En este momento los declaro unidos en sagrado matrimonio. Max, puedes besar a la novia."

El amor y la emoción flotaban en el aire, y cuando finalmente llegó el momento esperado, Max tomó con ternura el rostro de Alis entre sus manos. Sus miradas se encontraron, centelleando con la promesa de una vida compartida.

Con suavidad, Max inclinó la cabeza hacia Alis, acercando sus labios con un gesto lleno de cariño. Sus labios se encontraron en un beso que selló su amor, un beso cargado de significado y pasión.

Fue un beso que parecía unió sus almas y sus corazones en un compromiso eterno.

Los invitados sonrieron y aplaudieron con alegría al presenciar este momento de amor puro y sincero.

Max y Alis se abrazaron en ese dulce abrazo de unión, sintiendo que el mundo entero desaparecía a su alrededor, dejando solo espacio para el amor que compartían.

En ese beso, prometieron amarse incondicionalmente, en la felicidad y en la adversidad, durante el resto de sus vidas.