
Eres. .
No son sus ojos,
dulce néctar de las flores,
Mi perdición.
Tampoco son sus labios,
Suavidad de algodón,
La pasión que me desarma,
Me nubla la razón.
Ni es su tacto,
Delicadas notas verdes,
Aquello que
Me aleja del dolor.
No son sus palabras,
Mi tormento
Una ilusión.
Aunque es él mi dueño
El oxígeno
Mi salvación
Es un claro de luna
Que va creciendo
En mi corazón
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