Asiel Wyatt:
Sentí algo desgarrarse ante cada uno de sus pasos. El dolor de su alejamiento fue más fuerte que el dolor que me provocaron los golpes de Zack y los golpes de Greg. Pero ella no se fue sola, mi corazón decidió irse con ella. Corazón que creí que no tenía.
Vi las inseguridades de Aisha a través de sus ojos, vi el dolor que le causaron las palabras de Kendal. Intentó disimularlo, pero, a diferencia de los demás, yo sí me enfoco en cada una de sus expresiones, de sus emociones.
Quería correr tras ella, explicarle lo que sucedía, pero me invadió el pánico de que me viera como un demente. Me dolió su partida, pero necesito aclarar mi mente para luego explicarle la situación.
Cuando Zack avanzó hacia mí, ni siquiera me pasó por la cabeza retroceder, solo me quedé estático hasta que su puño hizo contacto con mi mandíbula. Su golpe provocó que mis piernas cedieran y mi cuerpo cayera al suelo.
Se lo agradecí en mis pensamientos, ese golpe era justo lo que necesitaba para darme cuenta de que soy un idiota.
Ella me entregó su confianza, me entregó su corazón y tal vez todo lo demás. No me ha dicho que me ama, pero cuando me dijo que confía en mí, fue como el te amo que sus labios no han pronunciado.
Ni siquiera tuve tiempo de decirle que la amo, ni siquiera tuve tiempo de conocer el significado del apodo. Necesito hablar con ella, pero también necesito entenderme a mí mismo.
Sé que la amo, no hace falta hacer un análisis para darse cuenta de que lo daría todo por ella, pero necesito... necesito encontrar la explicación exacta para decirle lo que me pasa.
¿Ella me va a creer?
Odié cuando Jerome me dijo que tuvo que pedirle a Kendal que los llevara al hospital, ya que se encontraba en el hotel, buscándome. Pero lo entendí porque le pedí que buscara mi moto. Lo peor de todo fue que también le contó a Beth que estaba en el hospital.
Me levanto de mi cama y me acerco a la ventana. Pasé todo el día pensando en Aisha, en nosotros. Ya no está de día, la luna brilla como esa noche en la que estuvimos hablando por celular, el día en el que me levanté de mi cama para ver la luna mientras escuchaba su voz.
Suspiro y vuelvo a acostarme.
¿Cómo le explico quién es ella? ¿Cómo le digo la verdad de todo?
Ella.
Suelto una risa sin gracia, me siento y cubro mi cara con ambas manos.
Ni siquiera tiene nombre. No sé el nombre de la chica que he estado esperando desde hace años, desde que se apareció en un sueño.
¿Cómo le explico a Aisha que he estado enamorado de una chica a la que conocí en un sueño? ¿Cómo le explico que esa chica se aparece en mis sueños cada cuatro años?
No he visto su rostro, y si lo he visto, no soy consciente de ello. Su recuerdo aparece borroso durante los años, pero se vuelve nítido cada cuatro años, aunque vuelve a perder nitidez en cuanto me despierto.
Me vuelvo a enamorar de esa chica cada cuatro años. Y la fecha se está cumpliendo, faltan unas semanas para que ella vuelva a apoderarse de mi corazón, aunque dudo que lo haga. Mi corazón ya tiene dueña, y se llama Aisha Fuller.
Lo tuve claro ayer y lo tengo claro hoy. La amo, pero no sé cómo explicarle esta situación. Todos se rieron de mí cuando se enteraron. Y tampoco voy a pensar en ella, solo quiero pensar en Bee.
La puerta de mi habitación se abre, y la luz dorada del pasillo ilumina la oscuridad de mi dormitorio.
—¿Qué piensas hacer? —Beth cierra la puerta detrás de sí.
Ella estuvo ahí, vio cómo Aisha se iba, cómo la dejaba ir.
También estuvieron Jerome y Cleo, ellos lo vieron todo, y sentí el dolor de Aisha en mi interior, porque siento que pensó que todo fue una traición grupal, y yo no hice nada para quitar esos pensamientos de su cabeza.
—Pienso ir a verla —confieso. Está claro que iré a verla, no puedo solo dejarla ir. Ella es la chica por la que estoy dispuesto a luchar.
Veo a Beth asentir gracias a la luz grisácea de la luna.
—¿Se lo vas a explicar?
—Tú también te reíste cuando mamá fue con el chisme. Y no sé.
—Tonterías —bufa—. Por cierto, gracias... por descubrir que su nombre real es Greg.
La atraigo hacia mí y la abrazo. La abracé en la madrugada, cuando llegamos del hospital, pero sé que no es suficiente, ella necesita saber que no está sola. Greg le mintió, y estoy seguro de que también le ha mentido a Aisha.
¿Cómo logró tener tanto control sobre ellas?
Los recuerdos de las veces que Aisha lo mencionó invaden mi mente, y la furia arde dentro de mí. Parece que tiene un poder extraño en las mentes de las personas.
Ver su rostro hinchado no me causó tanta felicidad como ver a mi hermana tranquila. Ella llegó cuando los tres estábamos siendo atendidos por las enfermeras, y cuando él le hizo una insinuación, ella solo lo ignoró, como si no existiera.
Supe que Beth estaba usando una máscara de frialdad y me sentí orgulloso de ella. Lo hizo bien, aunque después lloró en mis brazos, cuando llegamos a la casa.
Jerome y Cleo tenían planes de venir con nosotros, pero les dije que estábamos bien, ya que sabía que mi hermana necesitaba llorar y yo también necesitaba hacerlo en silencio. Mis amigos se marcharon hacia su departamento en mi moto, y Beth condujo mi auto, el mismo con el que llegó al hospital después de enterarse dónde me encontraba.
Mi padre apretó los labios cuando vio mi rostro y se marchó de la sala de estar.
Por suerte, no tengo ningún hueso roto.
—Siempre estaré aquí para ti, Beth —susurro, y beso la cabeza de mi hermana.
—Y yo aquí para ti —murmura, y me aprieta más fuerte.
Aisha Fuller:
Todavía no he logrado comprender qué sucedió con Asiel y Zack, pero supongo que tiene que ver con lo que pasó con Beth. Ni siquiera he tenido tiempo de hablar con mi hermano respecto al tema. Supongo que la herida que me ha causado Asiel ocupa más espacio en mí del que debería.
He llorado. He estado en mi habitación. Pero estar sola no es algo que me resulte desconocido, solo que esto es diferente, porque nunca he estado sola en realidad. Mi familia ha estado siempre pendiente a mí, aunque nunca se entrometieron en mis decisiones. Y ahora sí noto los cercanos que están. ¿Cómo no lo vi antes?
Pensé que todo estaba bien, que por fin Asiel y yo estaríamos juntos, que compartiríamos la soledad. Pero me equivoqué, volví a equivocarme. Estoy dolida de que me haya usado, de que me haya visto como un pasatiempo cuando yo lo tenía como algo estable y real. Fue lindo sentirse querida por ese tiempo, pero es hora de ver la realidad.
Suspiro, exhausta, y miro mi reflejo en el espejo del ascensor, asegurándome de no ser un total desastre.
Después de tanto pensarlo, me di cuenta de que necesito que Anne me aclare lo de los mensajes.
Mi estómago se revuelve solo de pensar en que la chica que fue mi mejor amiga haya pensado que la traicioné de esa manera. Siento aversión por mí misma porque debí estar con ella. Es cierto que no sabía que sus padres habían descubierto lo de su embarazo, pero debí estar con ella porque el secreto era de ambas. Además, debí preguntarle cómo seguían las cosas, ella no iba a poder ocultar su embarazo durante mucho tiempo.
Salgo del ascensor y giro por la esquina que me señaló la mujer de la recepción. Mi corazón late con fuerza en mi pecho, y me detengo en seco cuando la veo. Anne está mirando un portapapeles y lleva puesto su uniforme de enfermera. Como si sintiera mi mirada, levanta la cabeza, y sus ojos se conectan con los míos.
Noto la tensión en su cuerpo y estoy segura de que ella puede notar lo mismo en mí. Obligo a mis pies a moverse y me acerco a ella.
—¿Podemos... podemos hablar?
Anne le entrega el portapapeles a un enfermero y asiente con la cabeza. Me hace una seña con la cabeza, y la sigo. Entramos en un pequeño salón, y Anne cierra la puerta detrás de mí.
—Yo... Hay algo que no entiendo.
Anne se aclara la garganta.
—¿Qué?
—¿Por qué no fuiste a mi casa a reclamarme lo de tus padres?
Mi ex mejor amiga suelta una risa sin gracia.
—No querías ver a nadie. Nos dejaste de lado a todos.
—Yo nunca...
—Lo hiciste, Aisha.
—Te necesitaba —confieso.
—Y yo a ti. Y es estúpido porque quería que estuvieras a mi lado, aunque fuiste tú la que causaste el desastre.
Unas lágrimas se escapan de sus ojos, y tengo ganas de ir a abrazarla, pero no puedo. No sé si es lo correcto.
—Yo nunca haría eso.
—Pero a Greg sí le permitiste estar contigo. Le pediste que nos alejara a todos. Solo lo habías conocido dos meses. Nos abandonaste a todos por un chico.
—¿Qué?
—No quieras hacerte la inocente.
—Yo no... Yo nunca le pedí a Greg...
—¿Si no se lo pediste, por qué nunca viniste hacia nosotros?
—Porque Greg... —mi corazón se derrumba—. Porque Greg me dijo que ustedes no me querían cerca. Que me traicionarían.
—Rayos, Aisha.
Mi cuerpo vibra, y soy consciente de que estoy llorando.
—Yo no... Yo...
Anne se acerca a mí y me envuelve entre sus brazos.
—Lo sien... Lo siento tanto.
—Y yo. Y-yo también lo siento.
Mi corazón duele ante el reconocimiento. Ante lo estúpida que fui por no darme cuenta de que todo este tiempo estuve alejándome de aquellos que me querían cerca. Ellos hicieron el intento de acercarse, ellos me buscaron, pero Greg no lo permitió. Yo no lo sabía, pero eso no hace que me sienta menos culpable.
No sé cuántos minutos han pasado, pero mis lágrimas han cesado, y los temblores del cuerpo de Anne se detuvieron.
—¿Viniste a ver a Greg? —pregunta, alejándose de mí y limpiando sus mejillas.
—¿Greg?
—Está en observación. Zack, Greg y otro chico fueron asaltados. Por suerte, Zack los trajo hasta aquí.
¿Qué?
—Yo no sabía —confieso.
—¿Quieres verlo?
¿Cómo es posible que me pida que vaya a ver al chico que hizo que nuestra amistad se destruyera? ¿Cómo me pregunta si quiero verlo si ella nunca estuvo de acuerdo con la relación de Greg y yo?
Me quedo quieta por unos segundos y luego asiento con la cabeza.
Anne y yo salimos del salón y giramos hacia la derecha. Entramos a una habitación del hospital, y mis ojos se encuentran con los de Greg. Su rostro está bastante hinchado, pero no tiene ningún tubo conectado a su cuerpo, aunque sí tiene un yeso en el brazo izquierdo y vendajes en su torso.
—Pronto se podrá ir. Quizá mañana —murmura Anne. Lo busco, pero no encuentro desprecio en su voz.
Mis pies se mueven hacia Greg, quien intenta sonreírme de manera casual, pero solo logra hacer una mueca de dolor. Me detengo frente a él, y mi exnovio sostiene mi mano.
—Hola —dice en voz baja.
Luce tan indefenso, tan débil, que me dan ganas de abrazarlo y decirle que todo estará bien, pero no lo hago. No lo hago porque este chico que ahora luce vulnerable es el mismo que me iba a forzar a estar con él, el mismo que alejó a mis amigos de mí.
—Greg —murmuro.
—Te extraño, cielo —susurra.
Cielo... Es el mismo apodo que utilizó con Hannah, eso hizo que me diera cuenta de que no soy tan especial para él.
—¿Qué sucedió? —pregunto.
—Qué bueno... Qué bueno que estás aquí. No vas a creer lo que sucedió —se queja—. Tu hermano y ese empleado... ellos... ellos me atacaron sin razón.
Me suelto de su agarre y frunzo el ceño.
—¿Asiel?
Asiente.
—Te dije que ese empleo nos haría daño. Ese chico... es malo para ti, para mí, para todos. Y tu hermano. Tu hermano es dañino. Después de tanto tiempo de amistad, me golpeó. Y se inventó una historia falsa.
Los recuerdos del abrazo de Zack hacen que dude de las palabras de Greg.
—Greg, ya no te creo.
Su ceño se frunce.
—Claro. Le vas a creer más a tu hermano. Después de todo...
—Cállate, Greg. Solo vine porque necesito entender las razones por las que te acercaste a mí, por qué alejaste a mis amigos. No lo entiendo.
Mi exnovio enfoca su vista hacia el frente, y una sonrisa se forma en sus labios.
—Anne, cuánto tiempo. ¿También viniste a hacerme daño? Por cierto, ve a traerme analgésicos, este dolor está cada vez más intenso —hace una mueca.
Aunque hay odio en su voz, se nota que le cuesta hablar por los golpes.
—No, solo vine a ver el pésimo trabajo que hicieron contigo los chicos que los asaltaron. Y no creo que merezcas ningún calmante.
Me mira.
—¿Ves, cielo? Siempre tuve razón respecto a esta víbora que llamabas amiga.
—Greg, no finjas. Ambas sabemos lo que hiciste —digo.
—¿Qué pasa? —hay tanta inocencia en su voz que ni siquiera se parece al chico que intentó besarme a la fuerza.
—Solo dime por qué lo hiciste.
—¿Hacer qué?
—Greg...
—Porque te quiero.
Sus palabras se repiten en mi cabeza, pero no llegan a mi corazón.
—Yo no siento lo mismo por ti —digo, seria.
Podría mentirle, podría decirle que lo voy a cuidar, que lo quiero, pero ya no siento ese cariño, ese amor que antes sentía. Lo amé tanto, pero ya no siento lo mismo. Al principio fue amor, pero luego... No sé si fue agradecimiento, respeto o dependencia.
—¿Qué dices, cielo?
Me enfoco en él, y mi mente se llena de los hermosos recuerdos de nuestro inicio, pero también llegan los recuerdos de aquellas palabras suaves, pero dolorosas, que me dijo. Las veces que me dijo que mi cabello no es tan lindo como para llevarlo suelto, que no soy suficiente, que él es demasiado para alguien como yo...
Niego con la cabeza y sonrío.
—No puedes amar a alguien y herirla de todas las formas posibles. No puedes decir que me amas cuando estabas buscando la forma de cambiar todo de mí. Finges que me quieres, Greg, pero yo no estoy dispuesta a fingir por ti.
No sé si esa es su forma de querer, pero no quiero ese tipo de cariño. Greg no me quiere como yo quiero que me quieran.
—¿Acaso es por lo del otro día? ¿Porque estuve con otra chica?
Suelto una risa sin gracia.
—Me decías: Ten cuidado, te vas a caer, cuando era obvio que tú me empujabas.
Greg tensa la mandíbula, pero el dolor lo obliga a suavizarla.
—¿Me estás rechazando?
Tengo miedo de la expresión que hay en su rostro, pero no me puede hacer daño. Está tan golpeado que dudo que logre ponerse de pie sin ayuda.
—Sí —digo con firmeza.
Una sonrisa soberbia aparece en sus labios, y hace el intento de encogerse de hombros.
—No eres nada sin mí, cielo. ¿Qué te hace creer que eso ha cambiado? —susurra—. Incluso tu familia está de acuerdo conmigo. No vales la pena.
Sus palabras hacen estragos en mi interior, pero me mantengo en silencio. Me mira con tanto odio que creo que se imagina que me está golpeando en este momento.
Tu familia...
Recuerdo que el divorcio me afectó mucho, recuerdo que unas semanas antes había aceptado ser la novia de Greg. Estábamos tan bien, éramos felices, pero me empezó a decir que varios de mis amigos tonteaban conmigo, que algunos querían separarnos, que otros eran unos traidores.
Fue él, las palabras de Greg me afectaron más que el divorcio. Él dijo que todos me iban a traicionar, que mis amigos también serían así, que todos me van a mentir, que no saliera, que no hablara, que mi familia me odiaba...
Por culpa de Greg me encerré en mi habitación, por culpa de Greg me alejé de mis amigos, por culpa de Greg no quise escuchar a mi familia.
Pensé que él era las muletas que necesitaba para caminar, pero en realidad siempre fue la lesión que me impedía avanzar.
—En eso te equivocas, Greg. He sido más feliz sin ti. Por cierto, no hace falta que niegues que le enviaste los mensajes a Anne.
—Tampoco hace falta negarlo. Le hice un favor al alejarla de ti, no eres más que un desastre, Aisha.
—¿Por qué te acercaste a mí si no valgo la pena?
—Por lástima. No eres nadie sin mí —gruñe mi ex.
Escucho esas palabras, pero no permito que lleguen al lugar que Greg desea.
Asiento con la cabeza y una sonrisa se forma en mis labios.
—Lástima es lo que siento por ti. Gracias por la experiencia, Greg —expreso.
Camino hacia la salida, pero alguien atraviesa la puerta. Me giro y me encuentro con Hannah abrazando a Greg.
—Greg. ¿Estás bien? ¿Estás bien?
—Sí —se queja—. He estado mejor, pero qué bueno que estás aquí.
Hannah sigue la mirada de Greg y sus ojos se encuentran con los míos.
—¿Qué hace ella aquí?
—Vino a pedirme que regrese con ella, pero yo solo tengo ojos para ti. Dile que se vaya, cielo.
—Vete. Y déjanos en paz.
Verla me recuerda lo que hice, alejar a todos solo porque Greg me lo pedía.
—Todavía tienes tiempo de alejarte de Greg —digo.
Una sonrisa se forma en los labios de Hannah, y frunzo el ceño, confundida. Decido que lo mejor es dejar todo esto atrás y salgo de la habitación junto a Anne.
—¿Estás bien? —pregunta.
—Perdón por no hacerte caso y por no ir a buscarte.
—No te preocupes. No le daré analgésicos por unas horas.
Suelto una pequeña risa y niego con la cabeza.
—¿Me vas a hablar de tu bebé?
—Sí, y te lo presentaré después. Es un niño.
🐝🐝🐝🐝
¿Cómo me desaparezco de aquí? 😂
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