Capítulo 23
Capítulo 23.
Eran casi las diez de la noche cuando Krystian abrió la puerta del apartamento que compartía con Nando. Trató de entrar de forma sigilosa a fin de no molestar a su amigo en caso de que éste se hubiera acostado pronto. No era así, pues de inmediato lo recibió la luz parpadeante del televisor y la tan familiar cabeza de rizos negros.
—Hola —saludó Krystian.
Una sonrisa brillante se estableció en el rostro de su amigo.
—¡Ey! —lo saludó alegremente—. No sabía si ibas a venir, he pedido un par de pizzas y estaba a punto de guardar una en el frigorífico para ti.
Krystian dejó las llaves sobre la pequeña mesita del recibidor y entró en la sala, haciéndose un hueco en el sofá colindante al que Nando estaba ocupando. Al instante percibió el olor a pepperoni, su pizza favorita.
—Gracias, tío. —Tomó un pedazo de la pizza que su amigo le ofrecía.
Nando bajó el volumen de la televisión, en la que se retransmitía un partido de fútbol de dos equipos de segunda división. A ninguno de los dos les gustaba mucho el fútbol, así que Krystian supuso que Nando solo pretendía relajarse y que ni siquiera le estaba prestando mucha atención al partido.
—He estado viendo un piso —comentó Krystian entre bocado y bocado.
Nando, hasta el momento tumbado sobre el sofá, se sentó con las cejas alzadas, sorprendido.
—¿De veras? Joder, qué poco me has durado. ¿Tan mal compañero de piso he sido? Si casi no paso por casa.
—No digas bobadas, te lo he dicho mil veces: me has ofrecido más hospitalidad de la que me merezco. He vivido a tu costa más de tres meses.
—¡Pero si te has empeñado en pagarme un alquiler!
Era cierto, pero, ¿cómo no iba a hacerlo? Nando estaba compartiendo con él una de las cosas más importantes que tenía: su propia vivienda. Y para colmo quería hacerlo gratis, algo que Krystian no iba a permitir mientras pudiera permitirse contribuir con los gastos del piso.
—Nada de lo que pueda decirte va a agradecerte lo suficiente todo lo que has hecho por mí estos tres meses.
—No es nada. Eres mi mejor amigo desde que teníamos trece años; eres mi familia.
Escucharlo hizo que tuviera que dejar de comer un instante. Con el pedazo de pizza grasienta en la mano, Krystian alzó la vista hacia su amigo. Lo observó un momento, debatiéndose entre si debía confesarle la verdad respecto a Sandra. Sentía que se lo debía, pero sabía perfectamente que la reacción de su amigo sería de todo menos agradable.
—¿Qué pasa? —preguntó Nando con curiosidad.
Krystian abrió la boca, pero nada salió de ella. Apartó la mirada.
—Nada.
—¿Cómo que nada? Ibas a decir algo, ¿no? Estás muy raro últimamente, te me quedas mirando como pensativo. Cualquiera diría que me vas a dar una mala noticia.
—Bueno, más o menos —atajó Krystian, cambiando de tema—. Creo que voy a coger el piso que he visto hoy, me han dicho que podría mudarme dentro de tres semanas, si todo va bien. Aun así, quiero esperar antes de dar el «sí», tengo una reunión en el trabajo el viernes
Cogiendo otro pedazo de pizza de la caja, Nando asintió con la cabeza.
—Deberíamos hacer una noche de play y cerveza con Óscar antes de que te vayas. Llevo semanas sin verle y la última vez que quedamos me estuvo contando una historia muy espiritual sobre tomarse tres o cuatro meses de vacaciones y marcharse a conocer mundo.
—Sí, también a mí me contó algo de eso. Está estresado con el trabajo.
Ese concepto le hacía gracia a Nando, pues Óscar había sido siempre el más irresponsable de los tres y, aun así, su inteligencia y carisma le había conducido a una vida que muchos envidiarían.
—No se hable más, entonces. Tenemos que organizar algo, pasar algo de tiempo juntos... como antes de que todo se volviera un coñazo, ¿sabes?
Krystian sonrió.
—Trato hecho.
Después tomó otro pedazo de pizza, con la mente aún debatiéndose y el pensamiento amenazante de que, tarde o temprano, tendría que hablar con Nando sobre todo lo que estaba sucediendo a sus espaldas.
Amoreeees, ya me he mudado y poco a poco iré construyendo una nueva rutina. Espero poder escribir muchísimo a partir de ahora y centrarme al 100% en todo lo que quiero hacer. Este capítulo es cortito, pero pronto viene más.
Mil besos y gracias por apoyarme, ¡nos vemos en el próximo!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro