Capítulo 5
La semana paso extremadamente rápida, no hubo muchas cosas interesantes. Bella y Christian se arreglaron. Harry, y yo volvimos a hacer invisibles. Así que las cosas marchaban como antes. Me encontraba en mi escritorio de siempre, haciendo el trabajo de siempre
En la anterior semana no había querido ponerme tacos, ya que si se arreglaron era en vano arreglarme tanto, necesitaba un milagro para que se fije en mi y no en Bella.
—Señorita Harmony —sonó la voz de Christian, haciendo que casi salte de mi silla —Harry, de los archivos necesita ayuda con algunas carpetas, al parecer le caes bien y pidió que seas tú la que lo ayude, cuando termines vuelve hacer tu trabajo.
Costo rato entender lo que me había pedido, aparte de eso era difícil concentrarse con su voz ronca y sus ojos celestes. Maldita raya mira a lo que te comes—Claro, enseguida voy —tenía como diez gomitas en mi boca así que respondí como pude.
Me dirigí rápido a la sala de Harry, con el paquete de gomitas en mi mano, me encontraba literalmente indignada ya que tenía un buen de trabajo que hacer y encima tendría que ayudarlo
Abrí la puerta de su sala sin pedir permiso como siempre y entre tirando humo —¡Dios mío Harry!, ¿Es qué acaso no tienes a otra persona que molestar? —se acercó a mí y me quito la bolsa de gomitas que tenía en mis manos, para luego mirarme mal.
—De todas las personas que hay en este edificio solo me hablo contigo, deja de quejarte y por favor ayúdame —termino de decir lo que dijo y empezó a comerse mis gomitas.
Aunque estuve buen rato gruñendo como un perro tuve que ayudarlo. El jefe había traído como tres cajas con archivos que los encontró, en dios sabrá dónde. Por ende Harry, tenía que sacar carpeta por carpeta revisarlas y acomodarlas dónde debe
Si lo dejaba solo provablamente se suicidara por tantas carpetas con decenas de hojas que hay en cada caja. Y fue así como estuvimos alrededor de dos horas, revisando cada carpeta, se me hizo el mismo infierno tanto como a él
No entendía el porque se había conseguido este trabajo, es preferible pasear perros o estar un lugar de comida rápida, aunque seguro debería de ganar bien, lo suficiente como para soportar todo esto.
Tantas carpetas con miles de hojas dan ganas de matarse —Una vez más vuelves hacer mi ángel, perdón por quitarte de tu tiempo, te debo demaciado Har.
—No es nada, sí me debes, pero en un rato termino lo mío —Me fuí de la sala de Harry, y fuí rápido a hacer mi trabajo.
Harry
Una vez se fue Harmony, terminé de acomodar todo y limpiar para que las cosas estén en orden, salí del lugar y al parecer las personas del lugar ya se había ido
En la entrada me pareció ver a Bella, así que me acerque hasta donde ella estaba. Y por lo que ví estaba llorando como la última vez, por lo visto tiene un idiota como novio. Pararía la apuesta solamente para que Harmony, tampoco salga lastimada
—¿Estás bien? —me acerque a ella lentamente, y mi voz la asustó.
—Si... Harry ¿Qué haces aquí? —habló tímidamente intentando ocultar su rostro.
—Yo... yo recién terminé mi trabajo —respondí nervioso.
—Siempre me encuentras llorando, es curioso—empezó a reírse nerviosamente —deberas
pensar que soy una idiota —respondió.
—Idiota es la persona que te hizo llorar. —Sonrió ante mi respuesta. Limpiándose un par de lágrimas
—¿Te vas a tu casa? —pregunto, evadiendo lo que dije antes.
—Si, estaba esperando un taxi pero no pasa ninguno.
—Y-yo me voy en bici, no es una moto o un auto pero puedo llevarte si quieres —pareció dudarlo un rato, hasta que respondió
—Claro, necesito irme de aquí, espera que cierro con llave. —Preparé mi bici mientras ella cerraba todo
—Estoy lista —apareció ella atrás de mi.
—¿Vives cerca?.
—Si, pocas cuadras.—Me subí, mientras ella se acomodaba en la parte del medio del caño, y así fue mi noche. Al principio tenía miedo pero luego se aferró un poco más
Creo que está fue mi mejor noche, con ella a mi lado.
***
Harmony
Paso una hora y como la última vez se fueron todos a la mierda y me quedé sola en plena oscuridad
—¿Aún sigues aquí? —una voz ronca que venía del fondo hizo que saltará de mi lugar. Pude notar de quién se trataba cuando ya estaba en frente mío. Christian, estaba con su abrigo y su bolso aun costado —Vamos Deutch, no te retare si no terminas, es tarde para que vuelvas sola —Apague el computador sin pensarlo, agarre mis cosas, y fuí con él hasta la planta baja
Ya estando abajo, lo note algo raro, era como si hubiese perdido algo, revisaba sus bolsillos repetidas veces y luego su bolso
—¿Perdiste algo? —pregunte, mirándole confusa.
—Si... las llaves para que salgamos —oh Dios mío, genial. Y justo cuando estoy yo.
—¿Qué? ¿Y cómo es que cerraron la puerta?—fui hasta la puerta y como una idiota empecé a tironearla, pero todo los intentos fueron en vano ya que la habían cerrado.
—No lo sé, habran pensado que ya no quedaba nadie —se notaba estresado y que en algún momento iba a estallar
Agarro su celular y llamaba a alguien repetidas veces —¿Qué pasa? ¿No te atiende la persona que tiene la que tiene las llaves? —él me miraba y no respondía. Al igual que él, yo también iba a estallar —¡Mierda Christian, responde también me pones loca! —genial. Le acabo de insultar, y le hable como si fuésemos amigos de toda la vida. Bonito despido, me esperaría.
Suspiro fuerte y mi momento de gloria de correr para algún otro lugar estaba pasando, probablemente me despida luego de esto
—Bella, tiene las llaves. Recién atendió pero dijo que tardará. Ella está enfadada conmigo... otra vez —hablo avergonzado, casi sin poder mirarme a los ojos.
—¿Le dijiste que estoy yo? porque quizás crea que estás solo y es capaz de dejarte encerrado.
—No, no se lo dije, creerá cualquier cosa y se enojara más que antes —respondió, esta vez si me miro.
—Genial —no te mueras. Esperaba no comportarme rara estando a su lado, no estaba preparada para esto. Me senté en el suelo frío y saqué un paquete de gomitas de mi bolso. Christian, vino y se sentó aún lado mío, de la nada empezó a reírse y eso me puso más incomoda que antes. ¡Diooos salvame!
—¿Qué? ¿De qué te ríes? —toque mi cara para comprobar que no tenga nada extraño, incluso pase mi lengua sobre mis dientes para comprobar que no había restos de comida en ella.
—Te pusiste los tacones pero no la falda —
Mire mi vestimenta, llevaba un suéter negro con unos jeans azules y un par de tacones que dolían más que cualquier otra cosa. Decidí sacarme los zapatos, y dejarlos aún costado
—Hace frío para la falda —conteste sin ánimo.
—Bella, siempre se pone vestido o faldas por más que haya cero grados —cariño. Bella, se pone esa ropa porque su calentura por ti la mantiene caliente... si lo supieras.
—Bella... es Bella —me mordí la lengua, para no decir nada malo de ella.
—Lo sé —me estaba mirando con una pequeña sonrisa en su rostro, estoy segura de que en algún momento me iba a dar un paro de pipí—Eres demaciado hermosa ¿Te lo han dicho? —Corrí mi cara porque estaba apunto de prenderse fuego, y solamente sonreí tragando una gomita con dificultad.
Ya eres una apuesta ganada baby, nadie puede resistirse a mi. La autoestima fingida, me mantenía divertida.
—Me lo han dicho, y también me lo digo —mentira. Vivo odiándome. Le guiñe un ojo solamente para hacerme la perra, era un intento en vano pero lo estaba ganando. O al menos eso es lo que yo creo.
De los nervios y para no seguir hablando me comí todo el paquete de gomitas sola
—Soy tu jefe y no me has combinado ni siquiera una —reclamo, mirándome con diversión. Abrí mi bolso y saqué otro paquete más
—Ten, nunca me quedo sin nada —saqué otro paquete divertida, y se lo entregué. Estuvimos al rededor de una hora comiendo gomitas y hablando cosas tontas.
Hasta que sentí la prescensia de Bella
—Ya pueden salir —dijo cortante dandose la vuelta.
Nos levantamos rápido del suelo, yo me fuí rápido, tendría que ir caminando ya que no tenía ni un centavo en mi bolso. Christian, se quedó hablando con ella, se notaba como le rogaba para que le perdone.
Y ahí estaba yo en la mitad de la calle en plena noche, fácil de raptar y robar. ¿Algo más? oh claro que sí, un auto negro empezó a bajar su velocidad y automáticamente saque el gas pimienta de mi bolso y lo apunté en dirección al auto que ya había frenado. La persona del auto se bajó y yo ya estaba apunto de salir corriendo
—¡Harmony espera! Deja que te lleve. Soy, Christian —Baje el gas pimienta lentamente. Asentí y me metí al auto sin dudar
¡Que rápida que eres cuando se trata de él, maldita! –gritaba de la voz de mi conciencia
—Lo siento, no había notado que eras tú —respondí algo avergonzada
—Esta bien, tienes que tener algo para defenderte. ¿Dónde vives? —me miro esperando mi respuesta.
—En el edifico chico de a unas cinco cuadras... Sigue derecho, yo te guío —asintió y luego volvió su vista al frente. —¿Y Bella? —si me baja del auto antes de esas cinco cuadras, me daré cuenta por mi misma que la cague preguntando algo que no era de incumbencia.
—Se quizo tomar un taxi —respondió sin ánimo.
—¿Aún sigue enojada?, espero no sea por mi —había preguntado otra vez sin pensar —Lo siento, debes pensar que soy una maldita entrometida —y lo eres.
—No es nada —sonrió y luego siguió hablando —Ella solamente sigue enojada —Asentí para no seguir hablado y arruinarla más.
Llegamos a mi departamento en un abrir y cerrar de ojos —Gracias, creo que hubiese terminado en una bolsa vendida al mercado negro si no llegabas —exagerada. Claro que lo era, siempre.
—Me alegra que no haya sido así —sonrió y se despidió de mi.
Apenas ví a su auto irse, empecé a saltar sola en la calle como una loca, me encontraba tan estúpida por él
Aunque se notaba que era un maldito patán.
Gracias por leer ❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro