Harmony

Ya era viernes. Día de la boda de Christian. Mis audífonos en mis oídos me daban una melodía totalmente deprimente. Christian, después de besarme, no me llamo, ni me mando un mensaje. ¿Cómo debería sentirme?.

Probablemente ni iría a su boda. Imposible faltaban unas tres horas solamente. Estaba en pijamas con mis pantuflas, en el sillón de la depresión. Estaba echa un desastre, en dos días me desmoroné fácilmente.

Las cosas estaban relativamente bien, ¿Por qué tuvo que besarme?. Eso fue la gota que rebalsó el vaso. Su beso me dijo las palabras que él no pudo decirme; siente algo por mi. Aunque sea en lo más mínimo, no me dijo nada, se atrevió a dejarme sola, se atrevió a dejarme deseando más.

El tiempo volaba, solo faltaban dos horas. El rato lo pasaba mirando películas románticas en Netflix. Pones canciones tristes para sentirte mejor, Cerati no se equivocaba para nada. Hacia todo lo contrario, no me daba apoyo en absoluto, al contrario ponía música o veía cosas que me hacían recordarlo. Parece que estoy hablando de un muerto, pero de ahora en adelante sería eso.

Está a solo horas de dar ese paso en el altar, que implicaría alejarse de mi, a pesar de que me prometio que no iría a dejarme. Yo se que las cosas buenas conmigo no duran mucho.

El timbre sonó, y me levante rápidamente. Me estremecí a pensar en la sola idea de que pudiese ser Christian.

Pero era solamente un pensamiento. Harry estaba en la puerta. Tan destruido como yo, estaba tal cual como lo vi la última vez. Empezamos a jugar con fuego en esa maldita apuesta. Él entró sin esperar a que lo invitase.

—Veo que no soy el único que se encuentra destrozado —dijo observando el caos que había dentro de mi departamento.

—¿No vas a ir a la boda? —ignore su comentario, cambiando de tema.

—No soy tan masoquista. ¿Qué hay de ti, no irás? —si supieras.

—No. Él me beso y luego se fue sin decirme nada. ¿Debería ir? —mi confesión pareció sorprenderle, tenía tiempo para entrar en una charla deprimente. De todas maneras no tenía pensado ir a aquella boda.

—¿El qué? —fue lo primero que articulo. Mientras esperaba más respuesta.

—Sentémonos en el sofá de la depresión, así te cuento todo —el me siguió sin negarse. Ambos nos sentamos.

Le conté todo, como la pasamos en la boda de mi hermano hasta en la parte final en donde me beso. Vaya dramatismo. Que vida tan hermosa me tocó.

—Y no le entiendo Harry, me dejo más mal de lo que ya estaba. Se va a casar, y nunca me atreví a decirle lo que sentía. No sé si eso hubiera cambiado las cosas, pero me quedare toda la vida con aquella duda —de un momento a otro, no estábamos sentándose en el sofá. Más bien en el piso. No tengo idea de cómo llegamos allí.

—Estamos iguales. Yo nunca podré dejarle en claro mis sentimientos a Bella, y quizás me quede toda la vida amándole en silencio —estaba lista para escribir una novela romántica de drama. De tantas charlas así me sentía experta en las frases de drama. Quizás me iría bien, y terminarían escribiendo mis frases en tumblr.

—Deberíamos cambiar aquello —la lamparilla de mi cerebro se encendió. Interrumpe la boda. ¿Qué más perdería? Es alocado, incluso algo cliché. Pero seamos honesta, amo los clichés. —Interrumpamos la boda, Harry —él casi se atraganta con su vaso de agua. Estaba tan sorprendido como yo.

—¿Interrumpir qué? Harmony, te volviste loca. No podemos hacer eso —amargado. Pensar que la aburrida era yo.

—Ya estoy loca desde hace rato. ¡Vamos Harry! Piénsalo, ¿Cuando tendríamos la oportunidad de decirles lo que sentimos? No perderemos nada con intentarlo, y si nos rechazan, nuestros corazón ya están rotos. —sacudía su brazo para animarlo. Mientras negaba ante mi idea, yo se que iría a aceptar.

No hay nada que romper cuando ya se esta todo roto.

—Solamente nos queda una hora —respondió. No fue un sí definitivo, pero para mi si lo fue.

—Es tiempo suficiente —me levante del piso, y tome su mano para ayudarle a parase. —¡Vamos! —salimos del departamento, dispuesto a cometer semejante locura.

Christian

Solamente faltaba una hora. Me estaba acomodando el traje como por quinta vez. Estaba nervioso, mis tres amigos  quienes serían mis hombres de honor –¿Así se dice?–estaban aún lado tirándome animo.

Pero yo no pude dejar de pensar en Harmony, aquella mujer me estaba consumiendo de pies a cabezas. No podía dejar de pensar en el sabor de sus labios, no podía sacarla de mi mente por más que quisiese. Sabía que no sentía nada por Bella, pero me obligaba hacerlo.

¿Estoy haciendo lo correcto? No. No quiero ver en aquel altar a la mujer que no amo. Muero por ver a Harmony, entrando con un vestido blanco, muero por decir aquellos votos de amor frente a sus hermosos ojos. Necesito un baile más junto a ella, todos los posibles. No puedo hacer esto. ¿Qué mierda estoy haciendo acá? Sabiendo que mi corazón está en otro lado.

—No puedo casarme —solté. Mis palabras callaron las voces de todas las personas a mi al rededor. Salí de la habitación aunque escuché el llamado de muchos. Estaba dispuesto a terminar con esto.

A penas abrí la puerta, me encontré con Bella. Ella estaba asustada como yo, el vestido blanco le quedaba bien. Pero no era la mujer que amaba.

—No podemos hacer esto —soltamos los dos al mismo tiempo. Por primera vez coincidíamos en algo. Fue extraño, pero nuestra confesión nos alivió a ambos. Ella sonrió y yo también lo hice. Pedí que nos dejaran a solas, sabía que tendría más cosas por decirme.

—Amo a alguien más, y no quiero herir tus sentimientos en un futuro, pro por lo visto se que también quieres a alguien más. Y eso es lo que deseo, que seas feliz. Se que abriste tu corazón contándome las cosas más difíciles, y siempre apreciaré aquello pero en este momento tu corazón está con alguien más, como el mío. Se que podemos ser amigos, nos conocemos lo suficiente como para serlo, pero en este momento necesito estar con quien realmente amo —en su voz había cierta tranquilidad y seguridad. No parecía ella, algo distinto había, como si hubiese madurado aún más. Cuan agradecido estaba con la vida en este momento, lo menos que quería era dañar su corazón.

—Es irónico que iba a decirte casi lo mismo, temí por un momento el pensar de que podría dañarte. Es todo lo que quiero, que seas feliz y se que cualquier hombre contigo sería feliz. Porque me hiciste feliz, y siempre voy a estar agradecido contigo, por estar conmigo cuando más roto estaba. pero encontré a la persona que supo reparar cada parte de mi, encontré a la persona que volvió a juntar las piezas rotas —ambos nos miramos con cariño. Entendíamos mutuamente lo que sentíamos, por primera vez estábamos de acuerdo en algo; En dejarnos ir.

—Ve por ella, yo me encargaré de todo —se quitó el velo, y me sonrió.

—¿Estas segura? —pregunte. Ella volvió a sonreír nuevamente.

—Segurísima —respondió. Nunca la había visto sonreír con tanta sinceridad como hoy.

—Por cierto, te ves hermosa. Resérvate para quien merezca verte así —bese su frente. Y salí como un rayo de aquel lugar.

No me despedí, se que quizás esto traiga consecuencias. Voy a parecer como el tipo cobarde que deja plantado a la novia en el altar. Pero no me importaba. Salí por la puerta trasera procurando que nadie me vea.

Se siente tan bien hacer lo que uno desea. Por primera vez estaba haciendo algo por mi, iría a buscar a la mujer que se robó cada parte de mi en tan poco tiempo.

Gracias por leer❤️