Capitulo 32
Harmony.
Ya era miércoles. El día no tardo en llegar, me levante temprano de los nervios. Iría a preguntarle a Christian, si quería venir conmigo, se que hubiese sido mejor haberlo echo antes, pero la duda me lo impedía.
Tenía mi teléfono móvil en la mano, aún debatiéndome si estaba haciendo lo correcto. La boda se realizará a las ocho de la tarde, en una quinta. Solamente espero que Christian, acepte.
—¿Hola? —sonó su voz del otro lado de la línea. Algo ronca, eso me dio a entender que recién se estaba levantando.
—Soy yo Chris —soné algo nerviosa, casi sin poder articular palabras.
—¡Har, hola! ¿Está todo bien? —pregunto. ¿Debería invitarlo o no?. Tenerlo cerca sería más mosoquismo, pero aún así me gustaba.
—Si. Yo solamente quería preguntarle algo... —por mi mente pasaban miles de pensamientos, una parte mi me animaba y la otra me regañaba.
—Claro dime —tome aire, dispuesta a soltar mi pregunta. Lo menos que quería era ser rechazada.
—Mi hermano Evan, se casa hoy. Y me dio la opción de llevar a un acompañante, sabes... No estoy segura de si puedas, pero me gustaría que puedas venir conmigo —una vez lo solté. Libere mucha tensión de mis hombros, ahora solamente faltaba su respuesta
—¿Hoy? ¿A qué hora? ¿Por qué no me avisaste antes? —¿Por qué no le avise antes? Veamos, quizás sea por el hecho de que no puedo estar tanto tiempo junto a él sin pensar en lo no podemos ser. Porque sería totalmente un acto de masoquismo, pero sin embargo me encontraba invitándolo a una boda
—Es hoy a las ocho de la tarde. Se que te estoy avisando demasiado tarde, pero no estaba muy segura. No te hagas problemas si no puedes, es solo... —iba a seguir hablando, tratando de buscar palabras pero su voz me detuvo antes de que pueda hacerlo.
—No. Esta perfecto, claro que iré, solamente debo ver que me pongo. ¿Te pasó a buscar a la siete y media? ¿Te parece bien ese horario? —sagrado cielo, le estaba agradeciendo a la vida el hecho de que no rechazó mi propuesta. ¿Qué no sabe qué ponerse? Tiene mas trajes que cualquier otra cosa, eso no será inconveniente.
—Me parece perfecto, gracias por venir —respondí. Luego de despedirnos colgué el celular aliviada.
No iría hoy a la empresa. Christian puede ponerse un traje fácilmente y llegar, pero yo debía arreglarme, prepararme y eso llevaría tiempo.
> ¿Y el maquillaje? ¿Y el peinado? Si eres tan inutil que no sabes hacer eso< Tienes razón, mi consciencia tiene razón, no sé maquillarme y mucho menos peinarme. ¿Qué iría hacer?. Apenas sé ponerme lo básico, en cuanto a mi cabello nunca me peino. No tenía plata para gastar en alguien, tenía que pensar en algo urgente.
Nadine, se prendió una chispa en mi cabeza. A ella siempre le gusto este tipo de cosas. No la veía hace rato, pero estoy segura de que vendría. Ella hace unas semanas dejo el trabajo para hacer otro que le ocupa menos tiempo, para poder estar con su hijo, aquello me pareció genial.
Marque rápidamente su número. Luego de una charla rápida acepto sin más. Falta un último detalle, que me entre el vestido. Desde que me lo compre no me atreví a probármelo, se que suena estúpido, pero tengo tanto miedo que no puedo. Soy capaz de obligar al maldito vestido a qué me entre incluso si eso implicaría no tener que respirar.
****
Me había bañando y alistado, ya siendo las tres y media. Alguien tocó timbre. Nadine, supongo. Abrí la puerta rápidamente, y sí, era ella. Su cabello estaba más largo que la última vez, se veía más cómoda y la noté más feliz.
—¡Momo! —dijo ella sonriendo, y abrazándome.
—¡Mi hermosa amiga, cuanto te extrañe! —respondí a su abrazo, sonriente. Nos adentramos a la casa, en su mano traía una maleta mediana.
—¿Qué traes ahí? ¿Planeas matarme? —pregunte. Mirando su maletín con curiosidad.
—Planeó hacer un cambio de imagen —apoyo la maleta sobre la mesa, la abrió mostrándome todo su maquillaje. ¡Dios mío! no conozco ni la mitad de aquello. Apenas se de la existencia del rímel, la base y los labiales.
—¡Santa mierda! —exclamé. Tocando el maletín y los diez mil artefactos que habían dentro de el.
—Mi paraíso. Necesito que me enseñes tu vestido, estoy ansiosa por verlo —el vestido. El maldito vestido. Con un cruce de dedos y la suerte de ella, no mía, quizás me entrase. Ella pareció notar mi cara de disgusto —¿Qué? ¿Qué pasa? —pregunto
—Es solo que... me compre un vestido bastante bonito, pero no se si me va a entrar. No me lo he probado por miedo —hablé finalmente. Nadine, cruzó sus brazos disgustada con mi respuesta.
—Venga ya, saca ese maldito vestido y pruébatelo —ordenó. Tal como me exigió, salí corriendo de su vista a buscar y ponerme mi vestido.
Lo coloqué en mi cama, mirándolo con temor. Por favor, tienes que ser de mi medida, por favor. Le supliqué como si iría a responderme.
Era graciosa la imagen, estaba en ropa interior mirando aquel vestido con temor, como si fuera a morderme.
—¡Para hoy! —escuche el grito de Nadine.
Deje de dar vueltas para por fin colocarme aquel vestido. No respires. Me iba repitiendo mi cabeza mientras me lo colocaba. Hasta que por fin me lo coloque. Abre tus ojos idiota. Estaba frente a mi espejo, ¡El maldito vestido me entró!
Por primera vez me sentí mimada por el mundo, parecía que fue echo a mi medida. Salí emocionada de mi habitación queriendo ver la reacción de Nadine. Ella abrió sus ojos de par en par, sorprendida se llevó una mano a su boca, mirándome de pies a cabeza. Sus gritos no tardaron en llegar —¡Dios mío! Te ves preciosa —aquel dichoso vestido elevó un poquito mi autoestima. Recordé las palabras de mi hermano sobre el amor propio, intentaba llevarlo a cabo pero se me hacía difícil sabiendo que me odio. Pero este vestido había ablandado mis emociones.
Voltee contemplando mi vestido, pelear con la rubia -clon de Bella- había valido la pena. —Vamos, siéntate. Ya tengo ideas de que te puedo hacer —hablo Nadine, ansiosa. Hice como ella me indicó. Apenas conseguí palabras, mis nervios estaban a flor de pie. Solamente esperaba que las cosas vayan bien esta noche.
Fue un proceso bastante largo, ella ya estaba decidida en lo que haría en mi cara. Intente quedarme dura pero la mitad de las veces me movía y eso provocaba un regaño de parte de Nadine. Sin embargo las cosas fueron bien, ella me peino también.
Era como un rodete pero bien hecho y elegante. Me sentía como la cenicienta a punto de ser transformada. Una pena que mi príncipe si se casase con Anastasia.
—¡Vale! Ya estás, ¿Lista para verte? —No realmente. Nadine estaba ansiosa, feliz por su resultado. Solamente asentí, y fuimos hasta el espejo de mi habitación.
Santa mierda. No podía creer lo que estaba viendo. Nadine, había echo un milagro conmigo, no me sentía yo misma, sentía que era alguien más. Nunca antes me había visto de esta manera, por primera vez me sentía algo bonita, un poco bien conmigo misma.
—¡Mira lo hermosa que eres Harmony! —ella estaba parada frente a mi, atenta a mis emociones. Yo me estaba mirando con curiosidad, como si hubiese alguien más ocupando mi cuerpo.
—Es debido a tu magia —logre decir. Mis ojos recorrían todo, de pies a cabeza. Lo perfecto que el vestido se pegaba a mi cuerpo, haciéndome ver incluso más delgada. Mierda, esta no soy yo.
—Claro que no tonta, sin todo esto también eres hermosa —ella me abrazó ligeramente, y yo también respondí a su abrazo. Si supiera la guerra interna qué hay dentro mío. No era tan fácil lograr aceptarse de un día para el otro.
Faltaba media hora para que Christian, pasase por mi. Estaba demasiado nerviosa, casi sentía que en algún momento iba a cagarla con alguna otra cosa. No lo hagas, no hoy. Para pasar el tiempo nos estuvimos tomando varías fotos graciosas, y conversando un poco. Había echado de menos la locura de Nadine.
Luego de un rato ella decidió irse, y solo faltaban minutos para que llegue Christian.
Me iba preparando mentalmente para todo. Para ver la cara de mi madre, recibir críticas, pero saber que Christian, iría a venir conmigo aquello me tranquilizaba, al menos estando a su lado ella no tendría la oportunidad de atacarme. Mi celular sonó trayéndome a la realidad nuevamente.
>Har, estoy afuera < - Era Christian. Dios mío, no te caigas al bajar las escaleras. Era una de las cosas que me suplicaba, nerviosa, agarre mi pequeña cartera en donde solamente entraban mi celular y mis llaves, salí de mi departamento.
Baje las escaleras en cámara lenta, apegándome a las barandas, intentando no caerme. No tenía mucha práctica en esto de los tacones, cualquier cosa podía pasar.
En cuanto baje Christian, tenía su mirada en su celular, estaba apoyado sobre su auto. Su traje era un verde marino, y su cabello estaba bien como de costumbre. Podría decirse que ya uno se cansa de verlo en traje, pero yo no, no me cansaría nunca, aquellos pantalones que se pone ajustan su trasero, dándome una vista perfecta le quedan increíblemente sexy.
Tengo que dejar de pensar en eso o se me haría agua la boca en frente de él. Salí algo tambaleante, parecía un niño aprendiendo a dar sus primeros pasos, tardo un rato en darse cuenta de mi presencia, yo no quise llamar su atención.
Sus ojos se posaron rápidamente en mi y luego se acercó hasta a mi. Estaba algo nerviosa, mis mejillas seguramente estaban ardiendo, en la forma en la que su mirada me recorría, me sentía desnuda. Sus ojos recorrieron mi vestido, y luego mi mirada. >Dios mío, esos ojos láser te matarán en cualquier momento< Vi un gesto leve que me hizo estremecerme aún más, pasó su legua sobre sus labios, como un perro cuando tiene hambre. Luego sonrió, estoy que me desmayo. —¿Y bien ya nos vamos? —logre decir. Pero sin embargo a penas pude articular mis palabras.
—Eh... —él no lograba acotar nada. Parecía confundido, aún seguía mirándome de una manera que no lograba descifrar —Antes que todo, quiero decir que... —pasó una mano sobre su cara, negando ante sus acciones. Estaba nervioso, ¿Le he puesto nervioso?, mierda Nadine, y el vestido sí que han echo magia en mi. —Estas increíblemente hermosa, Harmony —logró decir con una sonrisa. Mis hormonas estaban colapsando, mi mente estaba por explotar, había logrado revolver miles de sentimientos con solamente un elogio. Si supiera todo lo que puede causar en mi.
Sin embargo mantuve mi postura para no comportarme como una idiota a pesar de que por dentro estaba explotando. Sonreí algo nerviosa, me ruborice, seguro lo noto porque se rio aún más. —Gracias, tú también te ves bien —fue un rato en donde intercambiamos miradas nerviosas, y pequeñas sonrisas. Parecíamos dos idiotas, pero nada de eso me importaba. No tendría la oportunidad de volver a disfrutarlo de esta manera, solamente faltan dos días para que se case.
Luego de unos segundos que parecieron eternos, nos adentramos al auto y yo le di la dirección de la quinta. >Trata de no caerte con esos tacones. Trata de comer educadamente, sin tirar la comida al suelo. Trata de no decir estupideces en cuanto te pongas demasiado nerviosa. No arruines tu maquillaje llorando demasiado en los votos de amor. No tomes demasiado, o terminar haciendo otro desastre. No escuches a mamá, ignora sus miradas amenazante, y sobre todo, trata de no pensar demasiado<
Simples notas mentales que lograban quitar mis nervios de a camino a la boda. Me esperaba una tarde y noche interesante.
Mi celular sonó y sin dudarlo lo tomé;
Hazza❤️: Suerte en la boda. Las cosas irán geniales, más con ese vestido que seguro te queda hermoso. No bebas demasiado momo, te quiero < era un mensaje de ánimo de Harry, aquello me hizo sonreír. Y me tranquilizo un poco, había alguien más tirándome ánimos y suerte. Suerte que no es mía, quizás las cosas si irían a estar bien.
>Cruza los dedos y trata de no morir de un colapso nervioso. Las cosas irán bien, pero no lo desees demasiado, sabes como es tu suerte< Y con aquellas palabras en mi mente transcurrió el viaje.
Gracias por leer❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro