Harmony

Voces se escuchaban a mí alrededor, mi cabeza todavía daba demasiadas vueltas. Temía abrir mis ojos ¿Ya estaría muerta? ¿Cielo o infierno?. Caí tarde en darme cuenta que estaba postrada en una camilla, eso significa que ya no estoy sobre aquel artefacto de la muerte.

Abrí mis ojos poco a poco con temor. Christian, estaba aún lado sentando en una silla, se notaba algo cansado y preocupado. Carraspeo un poco con mi garganta para llamar su atención, sus ojos enseguida se detuvieron en los míos y se levanto de un salto de su silla.

—Harmony ¿Cómo te sientes? —fue lo primero que me pregunto. A la luz de la habitación, su rostro lo podía ver con más claridad, tenía unas leves ojeras, su cabello estaba despeinado, como si alguien hubiese pasado sus dedos repetidas veces por ahí. No tenía su traje costoso, solamente llevaba puesto una camisa blanco. La cual le hacía verse más sexy, ¿Estoy soñando? Incluso cansado y con esa facha sigue viéndose increíblemente guapo.

—Si. ¿Cuanto tiempo dure desmayada? —fue lo primero que pregunte. Pareció pensarse un poco su respuesta, hasta que por fin respondió.

—Una media hora, los doctores dijeron que te bajo la presión. Fuiste la primera persona que sacaron, nos bajaron en una especie de grúa y luego vinimos directo al hospital —Estaba cansado, su voz lo delataba. En cualquier momento podía jurar que caería dormido a mi lado.

—Oh. Lamento haber arruinado nuestra salida, gracias por estar a mi lado Christian —estiré mi mano para tomar la suya, y él la agarro sin pensarlo. Me dedico una pequeña sonrisa en respuesta y luego habló;

—No. La culpa es mía, no debí haberte insistido, me advertiste que no te gustaban las alturas y no te presté atención. Lo lamento —apretó mi mano un poquito más, y luego bajo su cabeza, como si estuviese avergonzado.

—No digas tonterías. La dramática aquí soy yo. Mírate, estas demasiado cansado, todo por mi, y mi estúpido cuerpo débil. —él solamente sonrió. No había ninguna enfermera o enfermero en la habitación, a nuestro costado una anciana estaba acostada y un hombre de aproximadamente cuarenta años descansaba en una silla a lado de ella. Probablemente sería su hijo, imagine.

—¿Necesitas algo Har? —siguió mi mirada, la cual me encontraba observando el lugar y asegurándome que ningún médico o enfermero viniesen.

—No. Vamos acuéstate a mi lado, necesitas descansar —dije moviéndome un poco para hacerle espacio.

Él pego una pequeña carcajada en respuesta —Claro que no Harmony. En todo caso eres tú la que necesita descansar —se negó ante mi propuesta. Sin embargo le dediqué una mirada enojada y seguí insistiéndole.

—Ya descanse lo suficiente. Vamos Christian, no muerdo, acuéstate o me veré obligada a levantarme para obligarte a hacerlo —mis palabras parecieron persuadirlo un poco. Se levanto murmurando cosas que no llegue a oír, y vino directo a mi lado.

Se acosto junto a mi como pudo. La camilla era chica, apenas cabíamos. Aunque parecíamos pan y queso cabíamos perfecto, podía escuchar el sonido de su respiración, y oler la colonia que valdría más que mi departamento entero.

>¿Qué se hace en estos momentos? Tengo a la copia de Christian Grey junto a mi< Lo más probable es que me desmaye nuevamente. En un impulso de idiotez, empecé a acariciar su cabello como si fuese un perro, espere una reacción extraña de su parte, una de negación quizás, pero fue todo lo contrario, no dijo nada solamente cerró sus ojos.

Al cabo de unos minutos ya estaba complemente dormido, y en un rato yo también lo estuve.

***

La luz cegadora de la ventana me hizo abrir los ojos, y el sonido del llamado de una enfermera también.

Esperen ¿Cuanto tiempo dormimos si ya era de día? ¿Y qué es lo que siento sobre mi estómago que no me deja moverme?. Los brazos de Christian, me rodeaban por completo.

>Judas y todos los discípulos bailando un tango. ¿Como se respiraba? ¿Me desmayó nuevamente?< Ni se te ocurra, cerebro estúpido.

—Lamento interrumpir su sueño, pero si ya te encuentras bien necesitamos ocupar la camilla para otro paciente —hablo la enfermera. Una mujer bajita de pelo castaño, no tan grande, quizás un par de años más que yo. Asentí en respuesta pero mentalmente mi cerebro también seguía dormido, no sabía cómo sacarme a Christian, de encima. Es decir, no quería. ¿Cuantas oportunidades así en la vida tendría? Ninguna exacto, solo está.

—Deme un segundo —Respondí, a lo cual ella simplemente sonrió. Empecé a removerme para intentar despertarlo pero fue en vano,  porque me aferro aún más con sus enorme brazos, quizás piensa que soy una especie de  almohada o peluche. Mi mueca al forcejear debía ser todo un poema, ya que la enfermera estaba viendo todo el show mientras ocultaba sus ganas de reírse.

—¡Dios mío, estos jóvenes de hoy en día! —una voz sonó a mi costado. No estaba segura pero creo que provenía de la anciana que vi anoche.

—¿Señora qué hace? Usted no debe salir de la cama —escuche a la enfermera preocupada. ¿Qué iría hacer la anciana?. Yo aún seguí forcejeando en un intento en vano. >¡Despiértalo de un grito!< ¡No quiero despertarle!.

—Mamá por favor acuéstate, no deberías moverte —escuche la voz de un hombre, y vi como la enfermera se acercaba con preocupación.

—¡Déjame Louis, que aún no estoy muerta! —rezongo la anciana. Luego seguí sus pasos, y para cuando ya me di cuenta la anciana estaba a nuestro lado. ¡Oh no señora, no se atreva a despertarlo! ¡Maldición!. Era exactamente aquello lo que pretendía. —Vamos muchacho —dijo sacudiendo a Christian, y hablándole en su oído. Christian, abrió sus ojos poco a poco y un gruñido ronco salió de su boca. >Maldita anciana ¿Qué no se da cuenta que lo estaba disfrutando?< —Estas asfixiando a la chica, mírala esta casi morada —bueno sí, si me estaba asfixiando un poco. ¡Pero valía la pena, maldita anciana!

Christian, se soltó de mi poco a poco, dándome libertad y dejándome respirar. Y en un salto ya estaba fuera de la cama. Maldita vieja metida.

—¿Qué pasó? ¿Qué hora es?. Oh... Mierda... Ya es de día ¿Cuanto dormimos? —daba vueltas por la habitación como un lunático —¡La hora! Estoy llegando tarde al trabajo, me van a matar. —Estaba completamente desesperado, y yo solamente lo observaba mientras la enfermera me ayudaba a levantarme y a quitarme la cosa extraña que tenía en el brazo, luego puso una pequeña bendita y ya estaba lista.

—¿Quien te va a matar? Si tu eres el jefe —¿El solo se regañaría? Que irónico. ¿Qué tanto le afectó dormir junto a mi?.

—Oh... claro —dijo calmándose. No sabía si reír o preocuparme por su estado de idiotez —¡LA JUNTA! —grito. Haciendo que me sobresaltara y todos lo de mi alrededor también —¡Harmony, vámonos! ¡Estoy llegando tarde a una reunión muy importante! —vino directo hasta mi, y tomo mi mano dispuesto a sacarme corriendo de aquel lugar.

—Está bien pero tranquilízate un poco. Llegaremos bien —mentí, para intentar calmarle. Si una persona está junto a mi, es imposible que llegue temprano a un lugar.

Me despedí y le agradecí a la enfermera. Cuando ya estábamos por irnos la anciana hablo llamando nuestra atención —Por cierto chicos, bonita pareja —un poco mi enojo de antes se me pasó. Por un momento olvide que fue ella la que lo sacó de mi lado.

Estaba por responder para explicarle que no éramos pareja pero Christian, me interrumpió hablando primero —Gracias —sonrió. Y luego salimos del lugar como dos rayos, me había dejado con la boca abierta. —Ibamos a perder tiempo en explicar lo que no somos —pareció leer mi pensamiento. Solamente asentí, luego en el camino no me atreví a hablar.

Le estaba ganado cariño y no me gustaba una mierda.

Gracias por leer❤️