Bahnirreführung.
Eran las 12 y la estación de trenes estaba repleta.
Naomi y Milo llevaban a Charlotte a dar un paseo.
Antes subir al vagón, habían aprovechado el tiempo para pasar a una pequeña cafetería.
Milo se bebió dos tazas de café y pidió una más para llevar.
Naomi cargaba con Cocoa caliente y Charlotte.
—¿Tanto te gusta la cafeína?
—Lo vasos son pequeños—se justificó Milo.
—No lo son—Charlotte le maulló altiva al mismo tiempo que Naomi refunfuñaba—. No entiendo porque a la gente le gusta tanto el café.
—No comprendo porque ustedes dos solo beben chocolate.
Naomi deslizó el expreso de Milo fuera de sus manos y bebió un trago al mismo tiempo que el vertía el chocolate de ella en su garganta.
Naomi se tapo la boca.
Charlotte se revolvió entre sus brazos.
—¿Sucede algo?
—Aléjate—lo empujó ligeramente hacia atrás.
Charlotte se puso en posición de ataque.
—¡Acabas de darme dos besos indirectos!—la chica masculló con ganas y a su grito se le unió el maullido de guerra de la gata.
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