inseguridades
Soy un Omega refinado, educado, modesto y extremadamente sensual, he de admitir que después del bebé no me siento como yo, me veo en el espejo y no veo a Alfred Pennyworth, solo veo a un chico extraño y algo confundido, obseso incluso, mi ropa no se ve bien en mi, es tan extraño y difícil de explicar que simplemente me niego a expresarlo de forma abierta para no preocupar a mis parejas.
-Alfy cariño necesito que termines tu...
-¡LO LAMENTO THOMAS PERO ESTOY OCUPADO!- ni siquiera notan mi estrés- Esta estúpida ropa no queda, no cierra, no cierra, es desagradable- patee lejos aquella camisa color azul, seda brasileña, supuestamente la mejor del mundo, es pura basura, jamás compren por catálogo porque NO sirve.
-Alfred cariño tranquiloooo- no necesito que me tranquilice y su mirada cuando lo volte a ver me hace saber que él también comprende que no debió hacerlo- cariño, luces fantástico con todo
-¿Por qué no habría de hacerlo?, ¿Crees que no luzco bien?- esto sin duda es más ofensivo
-No, no, no, luces fantástico eres hermoso- se defendió, pero ciertamente no le creo nada
-Ve con Martha los vere despues- por supuesto eche a este de la habitación, no necesito que critiquen mi forma de vestir en este momento, se que Thomas no quiere lastimarme, y que probablemente este sentimiento solo es causado por las hormonas del postparto, puede ser que estoy exagerando solo un poco con todo esto.
Termine por elegir una de las camisas de Thomas, es más grande y me queda como le quedaria a un niño de seis años, pero es suave, tiene su aroma y es perfecto, aunque preferiría estar usando mi ropa, seria mejor asi, me tome mi tiempo para bajar al comedor para desayunar con ellos, el aroma del pay de manzana de Martha, algo de café irlandez que Thomas disfruta en las mañanas, y creo que un poco de tocino, sin embargo los aromas no son lo único que me saluda sino también las voces preocupadas de mis esposos, -Creo que debes hablar con él- insistía Thomas con algo de desesperación en la voz, -Alfy está pasando por desajustes hormonales, es normal, debemos llevarlo a comprar ropa, quizá eso lo haga sentir mejor- son un par de chismosos, mi madre los llamaría "indiscretos detestables", debo admitir que ella tiene razón, son discretos y muy detestables.
-Hablar de otros a sus espaldas es de mala educación- regañe al entrar a la habitación- no sigas su mal ejemplo Bruce- mi bebé me saludo con sus balbuceos
-Escuchar a escondidas también es de mala educación- se defendió Martha
-No lo es si es de mi de quien hablan
-Martha preparo el desayuno - Thomas intervino dispuesto a cambiar el tema, cosa que acepte, no deseo pelear frente al niño
Bruce mordisqueaba un trozo de plátano, no tiene dientes pero eso no lo detiene, es un Wayne, nadie le dirá cuándo es el momento adecuado de comenzar a comer sólidos, lleve una de mis manos a acariciar los cabellos de mi bebé, quien solo me regaló una enorme sonrisa babosa, si, produce demasiada saliva para ser un infante.
-Gracias cariño- le dije a mi hermosa esposa
-De nada bebé, anda a desayunar antes de que se enfríe
-No entiendo porque a ella le haces caso a la primera- claro que Thom tiene que quejarse
-Porque ella es buena conmigo- respondí
-Le prepare pay- agregó
-Claro y yo solo pagó sus cuentas- rodó los ojos
Bruce gorgoreo
-Él me apoya- señaló Thom
-Nos apoya a nosotros- respondimos Martha y yo a una sola voz
Claro Bruce es un niño listo, siempre apoyara a sus madres y nada de lo que Thomas diga nos hará cambiar de opinión, me gusta comer el desayuno junto a mi familia, Thomas habla sobre lo que hará durante su día, juntas y más juntas, aburrido, Martha comenta sobre las clases de bebé de Bruce, no entiendo la razón de estas clases, nuestro cachorro ya sabe cómo ser un bebé, y bueno yo, normalmente planeo mi día, lo que debo limpiar, o lavar, lo que hare de comer o beber, si entrare a la bañera o no, pero esta vez es diferente esta vez planeo hacer llorar a las tarjetas de mi esposo, comprare ropa nueva y quizá encuentre algo que no me haga lucir como un dirigible, claro que es casi un milagro que Bruce nos deje terminar la comida con calma, aunque esta mañana logró dejarme llegar al postre antes de comenzar a gritar deseoso de atención, su rostro se arruga de la misma manera en que Thom se arruga cuando está molesto, su puchero comienza a temblar y pronto parece una babosa bañada de sal, gritando y reclamando, hasta que Martha se digna a levantarlo, de inmediato sus manos buscan sostenerse de su madre gritando en desesperación, quiere esconderse en ella, deteniendo su llanto tan rapido como comenzo.
-Muy bien, Bruce me acompañara al mercado, tendrás tiempo para ti solo Alfy
-En realidad, pensaba ir al mercado
-No me va a gustar- murmuró mi esposo
-No, Bruce necesita ropa nueva, Martha ropa interior y tu calcetines
El pelinegro solo suspira arrugando su periodido antes de levantarse, lo veo rebuscar en sus bolsillos hasta conseguir una de sus tarjetas y tenderla a mi.
-Esta bien, pero no quiero nada de ropa rara para el niño
-Yo decido lo que es raro
Le regale una sonrisa divertida y algo juguetona, estoy seguro de lo que comprare y claro que la ropa de Bruce no será "rara", la mía por otro lado, será extravagante,deje al pequeño al cuidado de sus padres con instrucciones claras, nada de saltarse la siesta, no frutas amargas, no fresas, le dan agruras, y lo menos que quiero es que en este día el cachorro se sienta mal, no es que sea alguien celoso, no, no lo soy, lo juro, es solo que tambien quiero algo de atención, amo a mi hijo, pero es un acaparador de mis parejas. Elegí uno de los autos elegantes de Thomas, es perfecto y espacioso para todo lo que voy a comprar, el viaje al centro comercial fue menos corto de lo que normalmente es, conduje con velocidad y usando algunos trucos de mi época en la infantería.
Las compras no fueron complicadas, tenía muy claro lo que quería para mi bebé, un traje elegante y cómodo, lucirá como un pequeño pingüino, tierno y encantador, un mameluco y un pañalero, además de que comprare pañales de tela nuevos, el club de mamás dijo que eso era mejor para su piel, y estoy dispuesto a intentarlo, aunque he de admitir que la ropa de Bruce es solo una excusa para llegar a esa tienda erótica, mi corazón se acelera, no es un sitio en el que un jovencito debe entrar, es poco adecuado, es completamente inaceptable, mi padre no lo aprobara, pero ya no soy un jovencito y lo necesito, solo, no entiendo porque mis piernas se niegan a obedecerme, aunque bueno, no estoy seguro de cuánto tiempo estuve de pie frente a la tienda, tratando de regular mi repiracion y de convencerme que no estoy haciendo nada malo, joder, estuve en la guerra y no me senti ni la mitad de incomodo o aterrado como lo estoy ahora.
-Hola, buenos días, desea que lo ayude en algo- la chica que salía de esa tienda me hizo recuperar la conciencia de mi mundo- no tiene que apenarse, vamos le mostraré lo que necesite
Quizá fue una señal del cielo, pero no me negué a aceptarla y seguir a la chica con rapidez, si tardo un poco más voy a arrepentirme, el lugar es hermoso, tiene colores brillantes, ropa muy extraña y cosas que no son apropiadas, ella caminó hasta el mostrador y me regaló una sonrisa.
-¿Tiene alguna idea de lo que busca?
-La verdad no- le respondí- yo, es la primera vez que vengo a una tienda de estas
-Oh no se preocupe, le daré un poco de todo
Pude haberme negado pero cuando comenzó a mostrar la ropa, los accesorios y explicar como funcionan, no pude decir que no, quizá es instinto de Omega, o el hecho de que he estado en abstinencia durante un tiempo, puede ser, no lo se, pero entregue la tarjeta de Thomas, no importa si la llevo al limite, se que se cobrará y no le importara si sigo gastando.
-Entonces, ¿salchichón o plátano ?
-¿Disculpe ?- bueno eso fue sorprendente
-Para la tanga- parece que para ella es lo más normal del mundo - ¿Salchichón o plátano?
-Yo...uhm, no lo se, jamas compare mi ... no lo vería como una fruta
-Plátano será- dicho esto me entregó una gran cantidad de ropa- andando chico guapo ve a probarte esto
Entrar al probador fue más difícil de lo que pensé, pero en realidad al comenzar a desnudarme y cambiarme, fue la primera vez que me sentí bien con la imagen que mostraba el espejo, la primera ves que no me vi como un extraño desde que di a luz, quizá eso fue todo lo que necesitaba para dejar el nerviosismo atrás, olvidarme de las voces en mi cabeza que me regañan diciendo lo indecente que es esto y joder, al fin comence a aceptar la influencia del apellido Wayne en mi ser.
Al regresar a casa me encontré con la noticia de que Bruce ha estado gateando por toda la casa, lleno de energía, jugando con sus padres y gracias al cielo, terminó tan agotado que ahora duerme como un pequeño ebrio, los astros se han alineado para ayudarme en este día tan importante, no puedo evitar sonreír ante la hermosa imagen de mi bebé durmiendo en su pequeña cuna, es adorable.
-Modelaras tu nueva ropa más tarde cariño- susurré acariciando su mejilla- aunque prefiero que sea mañana corazón
Martha dice que me estreso demasiado, dice que soy alguien un poquito controlador, pero si no fuera por eso no sabría que la tercer junta de Thomas está por terminar en 20 minutos, su camino desde la oficina del ala oeste a nuestra habitación es de 10 minutos, y que Martha terminará la llamada matutina con sus padres en 15 minutos, lo que le permitirá calentar las cosas para cuando Tomy pueda unirse a nosotros, si las cosas salen bien, Bruce no despertara de su siesta hasta antes de la comida a las 6: 00 pm, lo cual será gratificante. Elegi el traje de color rojo, es llamativo y tiene muy poca tela, es tul la tela que ahora cubre mis pechos con una especie de sosten, dijo que era especial para Omegas lactantes, la tanga consta de literalmente tres hilos con un orificio por el cual mi miembro debe cruzar, ser libre por el, y nada de tela, en realidad considero que la hicieron solo para no vender el sosten solo, finalmente tome el camizon transparente para acomodarlo, es suave y ciertamente comodo, tan largo que su dobladillo llega justo por debajo de la union de pompa y piernas, cuenta con dos pequeños moños a los costados que facilmente pueden desprenderse y dar acceso a mi piel, verme en el espejo de esta manera me hizo tragar, me gustan, es exquisito sin ser muy vulgar, pero a la ves me siento nervioso, debido a las posibles reacciones de mis esposos, tome el resto de la ropa para extenderla sobre la cama, es una clara invitacion a usarlos desspues de este. Use algo de los productos para el cabello de Martha para acomodar mis cabellos, desordenado como le gusta a Thomas, pero a la vez suave y con ese aroma que Martha adora, es como si preparara la ofrenda de algún sacrificio, cuidando hasta el último de los detalles para complacerlos y a su vez recuperar mi seguridad, observe mi reloj, Martha está libre ahora, es momento de iniciar con mi plan.
-Cariño, ve a buscar a Thom quiero mostrarles algo- dije en cuanto presione el comunicador de la habitación, esperando que ella respondiera
-Creo que esta en una reunión cariño- claro que lo esta
-Por favor, quiero que ambos lo vean a la vez- lo se, se que es contradecir mi plan, la idea de que Martha calentara las cosas me gusta, pero una parte de mi desea que ambos lo vean a la vez.
Martha parece pensarlo, no dice nada por unos segundos, la escuchó suspirar.
-De acuerdo, iré a esperarlo
-Gracias cariño- muy bien, ellos se encontrarán a medio camino, si es que las cosas salen como las planeo, lo que hará que todo sea más interesante, seguramente se preguntaran que es lo que quiero mostrarles y que es lo que haremos, pero debo ser paciente.
Encendí las luces que Martha insistió tener en la alcoba, son indecentes, de un color rojo como en los bares en los cuales solía trabajar en Inglaterra, a ella le gustan porque son "Sexys" normalmente no lo veo bien, pero ahora son más que adecuadas, me acomode en la cama dispuesto a esperar por ellos, debo admitir que perdi la nocion del tiempo, pues ni siquiera logre sentir cuando ellos se acercaban hasta que Thom abrió la puerta, levanté la vista centrando me a mis Alfas, había esperado musica romantica, emoción o incluso seducción, aunque lo único que salio de mis labios fue un "Mira soy sexy", lo se es jodidamente vergonzoso, mierda, debi levantarme y verlos, pero no, solo me quede como un idiota en la cama, sentado, sudando y sonrojado, he hecho cosas peores pero no, no, tenia que quedarme completamente idiotizado.
-Si, eres extremadamente sexy- Martha susurro caminando hacia mi a la par que Thomas se sentaba a mi lado para besar mis labios- vamos cariño, déjanos ver- ella tomó mi mano para ayudarme a levantarme, fue entonces que el nerviosismo comenzó a abandonar mi cuerpo.
-Luces extraordinario- las manos del Alfa viajaron a mis caderas uniéndome a ellos, justo en medio de ambos.
Mi respiración comienza a agotarse al sentir dos pares de manos recorrer mi cuerpo, los dedos gruesos de Thomas recorren mis pechos sobre la poca tela que los cubre, buscando la manera de deshacerse de ella y evitar que siga estorbando, los labios de Martha se encargaron de jugar con mi cuello, mordiendo mi suave piel, ahogue un gemido sintiendo como esta mujer clava sus colmillos en mi.
-Agh...Thooom- chille en protesta al sentir como este me forzaba a levantar una de mis piernas, exponiendo mi intimidad a las manos de la mujer que no tardaron en acariciar esta zona tan sensible de mi cuerpo, gimoteando eche mi cabeza hacia atrás recargando mi cabeza en el hombro de Thomas, deje que mi lengua abandonara mis labios para poder recorrer la poca piel que su traje deja expuesta, se siente cálido y un poco salado, seguramente estaba sudando, mierda, eso solo lo vuelve más caliente.
Los besos crecieron en intensidad y desesperación, mis ojos se abrieron de golpe al sentir como los fuertes brazos del Alfa me levantaron para lanzarme a la cama, mi cabez golpeó el colchón arrancándome un grito placentero, ambos Alfas frente a mi no perdieron el tiempo en deshacerse de la ropa para montarme un exquisito espectáculo, los pechos de Martha rebotaron al momento que el brasier abandonó sus pechos, debo admitir que mis ojos se desviaron cual pug para poder ver esos exquisitos pechos y aquel miembro erecto a la vez, mierda, es tan ansioso y delicioso, puedo sentir el calor crecer en la parte baja de mi vientre y extenderse poco a poco en el interior de mi cuerpo, me coloque de rodillas sobre la cama gateando hacia la orilla para acercarme. El primero en acercarse fue Thomas quien se posiciono frente a mi tomando mis cabellos desordenados para llevar mis labios directamente a su miembro erecto, ahogue una queja cuando este se introdujo en mi cavidad bucal, cerrando los ojos me encargue de rodear ese miembro con mi lengua ansiosa, cálida y decidida a llevarlo al punto maximo de placer, estoy seguro de que mis ojos pudieron salir de sus órbitas en el momento en que los dedos de mi mujer se instalaron en mi intimidad, no podía quejarme debido al miembro en mis labios.
-Alfy cariño...eres...perfecto- no estoy seguro de que quien es el que ronroneo mi nombre, el aroma de ambos alfas invadiendo la atmósfera de la habitación hace que mi cerebro deje de funcionar, me convierte en un omega sumiso que se deja mover y maniobrar a placer de los mayores, gimiendo y jadeando, adoro cada segundo de placer que recorre mi cuerpo.
En algún momento Thomas terminó por acomodarse en la cama en una clara invitación para nosotros, claro no dudamos en tomar nuestras posiciones, la primera en hacerlo fue Martha subiendo al cuerpo de nuestro hombre dejando que este se abriera paso por su intimidad, puedo ver como su miembro se introduce en ella y el escuchar sus gimoteos me hace estremecer, ambos se toman un tiempo para adaptarse a las nuevas sensaciones de sus cuerpos, llegado mi momento gatee por la cama para subirme a hurtadillas en ella, usando una barandilla que forma parte de nuestra cama, ella sostiene el miembro para que me sea más sencillo dejarlo entrar, mis manos se aferran a esta barandilla ahogando un gemido del cual no pude recomponerme lo suficiente rápido ya que Thomas comenzó a moverse debajo de esta hermosa mujer, un escalofrío recorrió mi espina dorsal al escuchar los gemidos de Martha, las manos de la mujer subieron a mis caderas en busca de ayudarme con mis movimientos sus uñas se clavan en mi piel de una manera encantadora, he de admitir que me siendo en estos momentos como el cienpies humano, claro jamas lo dire en voz alta a mis esposos pero es una de las cosas que viajan en mi mente durante estos momentos. Los jadeos de Thomas me recuerdan a una patera durante su cacería, mordaz y poderoso una combinación sumamente excitante, claro que no soy el único que lo considera así pues las manos de Martha se aferran a mis caderas y mierda esas uñas tan exquisitas se clavan en mi piel, casi como si deseara arrancarme la piel, no es que me queje, pero Dios, es tan extaciante.
-Uhm- gimoteaba -T...Thom- necesito sentirlos, más allá de su tacto y las embestidas, deseo sus labios recorriendo cada centímetro de mi piel, sus dientes clavándose en mi carne y sus lenguas dejando un rastro de saliva alrededor de mi ser.
Podría ser más descriptivo con el acto sexual, vulgar y degradante que cometimos en esa cama, podría contarles cómo es que la semilla de mis alfas mancho las sabanas y mi interior, podría describir el sabor y textura del semen que fue empujado en lo profundo de mi garganta, y podría simplemente relatarles las posiciones del kamasutra en el cual fui colocado durante esta extenuante ronda de placer, pero no sería un caballero si ventilara como es que el gordo miembro de mi esposo me apuñalaba como si deseara sacar las vísceras de mi interior, y yo señores soy un caballero, así que no relatare más sobre el asunto.
Sobra decir que las inseguridades que sentía esta mañana han desaparecido, es claro que aun despierto algo más que lujuria en mis esposos de una manera que son irreconocibles.
-Vamos Bruce, ven con papá- decía el mismo hombre que me ha dificultado caminar
-Creo que Bruce está más interesado en su mordedera Thomas
-Alfred dile que camine conmigo- se quejó
-No puedo presionarlo a que haga algo así cariño- respondí
-Pero Alfred es que...
-¿Esto no tiene que ver con el niño de los Wilson?-preguntó Martha
-¿Que tiene ese niño?- pregunte
-Es de la edad de Bruce y ya camina- respondió Thomas
-Bruce caminara a su tiempo- dije al levantarme para quitarle a mi bebé, no quiero que le meta inseguridades a mi pequeño, puedo escuchar a Thomas quejarse pero ciertamente no es de mi importancia, camine con el pequeño siendo seguido por mi esposa, iremos al jardín para que Bruce descanse en la naturaleza y quien sabe, quizá el lodo en sus pies lo ayude a caminar tal como lo decía mi madre.
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