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18

-¡Min... Ho!-dijo el omega con dificultad cuando vio a su alfa de cabellos morados entrar a su habitación del hospital.

-Hola hermoso-saludó acercándose para sentarse en el borde de la camilla, antes de abrazar al omega que le regresó el gesto con algo de complicaciones.

-¿SungMin?-esa era la palabra que el omega podía decir claramente, era así gracias a preguntar cada día por su hijo.

-Está bien, tu madre lo está cuidando, junto con dos pequeños ayudantes-el omega ladeó su rostro-. Taerae y Eunchan.

El omega sonrió ampliamente al escuchar eso y extendió su mano. Minho dejó un beso en su frente antes de sacar su celular para empezar a buscar las imágenes que había tomado ese día de su pequeño cachorro.

El omega acarició con sus dedos la pantalla del celular. La sonrisa de su cachorro era preciosa. No lo contuvo y simplemente lloró sonriendo ante la imagen de su cachorro dormido sobre aquel peluche que Minho había ganado en el parque de diversiones para él.

-Él ama estar con ese peluche ya que tiene tu aroma-explicó el alfa-. Será un niño muy lindo.

-Ome-...ga-susurró ganándose la atención de Minho.

-¿Omega?-Jisung asintió-¿Crees que SungMin será omega?-Han asintió antes de notar como Minho se levantaba.

-¿Alfa?-el pelimorado se volteó a ver a su pareja que tenía una mirada confundida.

-Iré a comprar un arma.

-¿Mm?

-Iré a comprar un arma para que ningún alfita morboso se acerque a nuestro hijo-y el omega peliazul sonrió para acercarse al borde de la cama.

Minho observó con atención. El médico había dicho que debían ver cómo Jisung tenía las intenciones de hacer que su cuerpo tuviese movimiento.

El omega dejó caer sus pies al frío suelo de la habitación y se estremeció mientras se sujetaba de la cama. Aún sujeto a ésta a pasos lentos se acercó al alfa.

Los últimos pasos se soltó antes de apoyarse en el pecho de Minho que rodeó su cintura con sus manos.

-¿Lo...hice?-el alfa asintió frotando su nariz con la del omega que sonrió sintiendo sus mejillas rosadas.

-Lo hiciste bonito-dijo antes de dejar un pequeño beso en esos belfos que ahora habían obtenido ese bonito rosado característico de Jisung-. Estoy muy orgulloso de tí.

El omega sonrió antes de colocarse de puntitas para esconder su rostro en la clavícula de su alfa. Minho al notar el temblor en las piernas del omega bajo su mano a los muslos del menor para indicarle se alzará para sujetarlo.

-N-No-dijo el omega apartando su rostro para ver al alfa.

-¿No?-el omega negó-. ¿Por qué no amor?

-D-Debo te...ner re-resis...tencia-y el alfa sonrió para subir sus manos a las caderas del omega y apretarlo contra él.

-Tan lindo-susurró sobre los labios del omega-. Eres tan lindo-el omega se sonrojó bastante.

-Te a-amo-dijo sonriendo a lo que Minho no pudo más y lo besó. No como los anteriores besos que se daban desde que empezó la rehabilitación del omega. Era un beso tan lleno de amor, de pasión, se habían extrañado demasiado.

El omega sujetó la camisa de Minho entre sus puños mientras cerraba sus ojos. Minho alzó su mano hasta la nuca del omega para sujetar ésta y profundizar el beso.

Sus labios se alejaron cuando el omega empezó a jadear por la falta de aire. El omega dejó escapar una risita apoyándose contra el alfa que lo rodeó con sus brazos para impregnar con sus feromonas el delgado cuerpo.

Se mantuvieron un tiempo así, hasta que el omega jaló la manga de la chaqueta que el alfa portaba.

-¿Qué pasa?-y Jisung señaló a la ventana tras de ellos. El rubio miró y notó lo que el Han había escuchado. Empezaba a caer la primera llovizna de otoño-. ¿Quieres salir?-otro asentimiento-. Deberás cubrirte bien, y solo la veremos desde el pasillo, por los ventanales.

-B-Bien-y Minho sonrió apartando cuidadosamente el cabello desordenado del omega para luego quitarse su chaqueta y colocarla sobre los hombros del peliazul.

Le indicó que se sentará y este lo hizo despacio. Minho buscó las pantuflas del omega y las tomó para luego agacharse frente a Han y colocarle estos con cuidado.

Luego se levantó y extendió sus manos para que el omega las tomara. Jisung lo hizo y se volvió a levantar. El pelimorado acomodó la bata del hospital que el peliazul utilizaba y luego extendió su brazo para que el omega se sujetará a este. Era bueno en esos momentos que Jisung no estaba canalizado.

Con cuidado salieron de la habitación. El alfa estaba al pendiente de cualquier cosa que necesitara el omega mientras caminaba suavemente para mantener el paso del peliazul.

Tomaron el ascensor y tocaron el botón del piso dos al cual querían ir. Cuando el ascensor se detuvo en el piso, Minho mantuvo las puertas abiertas para que no lastimaran a Jisung.

De ahí caminaron hasta llegar a los ventanales que se encontraban en ese piso. La lluvia de otoño siempre le había fascinado a Jisung. No solo por las gotas de agua sino por las hojas en tonos naranjas y café que caían al suelo.

Minho no miraba la lluvia, él veía el rostro sonriente de su omega. Lo amaba con locura.

-¿Jisung?-el omega se giró junto con el alfa para encontrar a el doctor Doyun sosteniendo unos papeles.

-Hola-saludó el castaño con sus mejillas sonrosadas.

-Hola, Jisung, me alegra estés caminando-el omega asintió apretando el brazo de Minho que acarició su cabello-. ¿Qué hacen aquí?

-Jisung quería ver la lluvia-respondió Minho.

-Después de que vean la lluvia, pueden ir ambos a mi oficina-el pelimorado asintió algo preocupado-. No es nada malo.

-Está bien-dijo Minho antes de mirar a Jisung que había vuelto a ver la lluvia caer.

Seulgi sostenía a SungMin en brazos cuando la puerta de la casa se abrió.

-¡Jisung!-chilló la omega cuando vio a su hijo entrar al departamento con ayuda de Minho que llevaba una mochila con las cosas, suponía, eran del peliazul.

-Hola-dijo con suavidad antes de enfocar sus ojos en el tierno cachorro de 4 meses que su madre sostenía.

-¡Oh! Creo que este cachorro debe ir con su madre-dijo Seulgi.

-Primero siéntate-dijo Minho guiando a Jisung al sofá. El omega se sentó sin querer apartar sus ojos de su cachorro. Sus lágrimas rodaban por su mejilla, mientras el cachorro lo miraba curioso.

Seulgi le entregó a Jisung al pequeño SungMin que parecía curioso por el peliazul frente a él.

Sus manitas fueron al rostro del omega que sonrió con lágrimas en los ojos mientras dejaba escapar sus feromonas.

El pequeño cachorro hizo un amago de sonrisa al sentir las feromonas del omega y se acurrucó contra Jisung que sonrió mirando a Minho que se acercó para abrazarlos.

-Es her...moso.

-Claro-dijo Minho-. Es igual a tí.

Y Jisung sonrió volviendo a mirar a su hijo.

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