13
Jisung estaba enfermo. Sudaba profusamente. Su cabeza dolía tanto que no toleraba la luz artificial y a veces la natural. Su temperatura subía a niveles preocupantes.
Young-hyun colocaba paños húmedos sobre la frente de su hermano menor, mientras Seulgi le rogaba a su hijo que se mantuviera con vida.
La marca de Jisung que ni siquiera estaba del todo cicatrizada -era un proceso lento que se hacía con ayuda del alfa- había tomado un tono violáceo, algo no apto para un omega, y menos para uno gestante.
-Mamá-dijo Young-hyun alarmado-. Jisung no mejora, su fiebre ha aumentado los últimos cuatro días. Debemos llevarlo a un hospital.
-Tómalo en brazos y envuélvelo con la frazada para que sude su fiebre-el alfa hizo lo indicado. No fue tan fácil, su hermano estaba delicado.
Seulgi abrió la puerta y se paralizó al ver a su esposa ahí.
-¿Qué hacen?
-Jisung está con fiebre, y su marca se puso violácea, lo llevaremos al hospital.
-Devuélvelo a su cama-ordenó cruzándose de brazos.
-¿Qué? No, no lo haré-refutó Seulgi a lo que Irene la tomó del brazo.
-Young-hyun, devuelve a tu hermano a su cama, o sufrirás las consecuencias junto a Seulgi.
-Madre, pero Jisung está muy mal-la alfa apretó su agarre en el brazo de Seulgi que se quejó.
-Hazlo, Jisung debió pensarlo antes de dejarse marcar por un alfa que no era el padre de su cachorro. No lo llevarás a un hospital, si empeora llamaré a un médico.
Young-hyun sintió un profundo rencor por su madre. Le pidió perdón a Jisung y a su sobrino y regresó par dejar a su hermano sobre la cama. El omega entreabrió los ojos antes de cerrarlos y volver a llorar entre sueños.
La puerta se cerró violentamente y Seulgi corrió a revisar al omega.
-Debiste sacarlo, Young-hyun.
-No podía, ella te lastimaría.
-No me importa, ustedes son mis hijos, lo más importante para mí.
-Mamá-el alfa abrazó a la omega que empezó a llorar en brazos de su hijo mayor.
-No perdonaré nunca a Irene por lo que hace sufrir a tu hermano. Jisung cometió errores, pero todos lo hacemos y además estaba con Minho, ellos se aman tanto. Él lo ama tanto que aceptó un cachorro que no es suyo.
Ambos se abrazaron con más fuerza, esperando que la Diosa calmara el sufrimiento que pasaba el omega que sufría en sueños. El aroma de Jisung ya no era dulce, era agrio, demasiado agrio, porque su omega se estaba dejando morir.
-Minho, hijo debes levantarte de ahí y comer algo-pidió la madre del pelimorado que se encontraba acostado en el nido que había hecho Jisung la última vez que estuvieron juntos.
Era un inútil, había luchado contra Irene pero la alfa llevó la ventaja, al final terminó fuera de los muros que rodeaban la construcción del hogar de la familia Han. Trató de entrar pero la alfa había buscado medidas, y ahora un equipo de seguridad rodeaba lo que se había vuelto una fortaleza.
Además la separación lo estaba matando, su alfa se sentía inútil al no poder haber salvado a su omega ni a su cachorro.
Las náuseas lo golpeaban cada segundo que recordaba a Jisung, lo cual era una tortura perpetua considerando que el omega jamás dejaba su mente. Le faltaba apetito, apenas era capaz de contener un bocado, y no tenía energía para levantarse de la cama.
-Quiero morir-murmuró acurrucándose para inhalar las feromonas de su omega.
Minho sólo esperaba que Jisung estuviera bien, aunque sabía que en verdad se mentía. El omega debía estar peor que él.
Cerró los párpados, una punzada de dolor ensordecedor rodeó su cabeza. Las lágrimas corrieron por sus ojos. Quería maldecir, pero incluso hablar requería demasiado esfuerzo mientras experimentaba tanto dolor.
Minho estaba tan mareado que no se dió cuenta que Taerae entró a la habitación con ayuda de sus muletas mientras lloraba y se acercaba a su hermano con dificultad. El alfita le pedía que se recuperará para sacar a Jisung, para volver con su Hyung y su sobrino.
Pero Minho no escuchaba.
Su corazón latía salvajemente, su fiebre le causaba taquicardia. Los temblores sacudieron sus extremidades, pero en ese momento estaban entumecidas. Se quedó dormido, incapaz de mantenerse despierto por más tiempo.
-Él necesita a su alfa para poder sanar adecuadamente y salir del sub-espacio al que entró-dijo el médico revisando a Jisung, luego de que fuese llamado al omega no reaccionar luego de horas.
-¡Debemos llevarlo con Minho!-dijo Seulgi acariciando el cabello de su hijo.
-No-soltó Irene.
-Escuchaste al médico, él necesita a su alfa.
-¡No!-refutó con su voz de mando haciendo que la omega se encogiera de miedo. Al ver eso salió de la habitación indicándole al médico que mantuviera a su hijo con vida o ella misma lo mataría.
-Mamá-habló Young-hyun entrando a la habitación otra vez-. ¿Qué pasó?
-Jisung está en un profundo sub-espacio y no quiere salir de él.
-¡No!-exclamó Young-hyun acercándose a su hermano, para revisarlo. El omega apenas y respiraba. Bajó su mano al vientre de este y sintió una leve patadita. Su sobrino seguía luchando.
Jisung iba a cumplir ocho meses de embarazo, ya tenía casi dos meses encerrado en esa casa y no había muerto por una especie de milagro. Ya la mordedura de apareamiento era de un horrible negro con tonos púrpura y verdoso. No era una marca, era una herida.
-Young-hyun, deja al médico hacer su trabajo-pidió Seulgi, a lo que el alfa miró con desdén al hombre.
-Espero pueda salvarlos-y salió de la habitación.
Ya ni siquiera podía dormir. Tenía insomnio todas las noches, y si lograba vencer este entonces un sinnúmero de pesadillas invadían si mente.
Minho estaba cada vez peor.
Con sólo ver si aspecto se podía notar. Su cabello estaba descuidado, tenía unas marcadas ojeras bajo los ojos, sus labios resecos y demasiado pálido ante la falta de sol. De igual forma había bajado mucho de peso al no comer como se debía.
Su madre lo cuidaba con determinación cada vez que la fiebre le atacaba. Le agradecía con la mirada ya que parecía que decir hasta una letra le robaría el aliento.
-Minho, hijo, debes luchar por ti, sino estás bien, le pasarás el dolor a Jisung a través de su lazo, lo lastimarás-la mujer acarició el cabello de su hijo-. Hazlo por tí, por él y por mi nieto. No me importa si no tiene mi sangre, es mi nieto, así como Jisung es tu omega-la señora Lee limpió las lágrimas que bajaron por el rostro de su hijo mayor-. Siempre he sabido que los haz amado desde los primeros días que trabajaba como tú secretario. A veces no venías a casa por quedarte hasta tarde junto a él ordenando cosas de la empresa. Siempre lo miraste con amor y aunque parecías enojarte de vez en cuando con él, jamás pasó.
》Minho, levántate de esa cama. Jisung te necesita, por favor hijo, han pasado casi dos meses, estás cada vez peor y ya no puedo verte así.
Sin embargo Minho la miró con ojos perdidos, con dificultad se levantó y apoyado en las paredes salió de la habitación. A pasos torpes y con tropiezos abrió una puerta que jamás Jisung había visto.
Una habitación en un amarillo pastel con decorados para bebés, una cuna y muchas cosas escenciales para recién nacidos lo recibió.
Cerró la puerta tras de él y se dejó caer al suelo estrepitosamente.
-Perdón Jisung, perdón-dijo cerrando sus ojos y sintiendo como la mordida que el omega había dejado en su piel ardía demasiado.
-¡No, suéltame!-gritó Jisung tratando de alejarse de aquel alfa que estaba en su habitación y que lo sostenía del brazo- ¡No nos toques!
-Irene, esto es un error-dijo Seulgi siendo sostenida con fuerza por su esposa que le impedía ir a la habitación de su hijo menor.
-Junseong marcará a tu hijo para que deje de estar grave.
-¡No es lo correcto! Jisung no lo ama, ese alfa solamente arruinará la vida de nuestro hijo. La marca lo matará.
-¡Lee Minho arruinó la vida de nuestro hijo! Y si no arreglamos esto, Daniel se encargará de exponer a los medios lo que hizo Jisung, lo hago para que la empresa se salve y no señalen a tu hijo de puta-y Seulgi abofeteó con fuerza a su esposa.
-Debí casarme con el alfa que me buscó mi padre, y no contigo, eres la alfa más desgraciada que conozco.
Irene tomó con fuerza el rostro de su esposa.
-Entonces no debiste estar conmigo y quedarte embarazada de Young-hyun, y así no hubiéramos tenido que casarnos.
-¡Maldita!-murmuró- Te repudio como alfa-e Irene la soltó sin creer lo que Seulgi había dicho.
-No puedes hacerlo.
-Sí puedo, me niego a seguir siendo tu omega, desde hoy mi omega y yo te repudiamos como nuestra alfa.
E Irene bajó la guardia sintiendo como su alfa aruñaba enojado ante lo dicho por la omega. Sus piernas se debilitaron y cayó al suelo de rodillas. Su lobo empezó a rasguñarla por dentro luchando por tomar el control, por recuperar a su omega, pero ni Irene ni la parte animal ya tenían una relación, se habían separado hace mucho y ahora el rechazo de Seulgi hizo que se terminaran separando.
Y un alfa no podía vivir sin su parte animal.
La Han sujetó su pecho que ardía demasiado, y luego empezó a toser. Cubrió su boca y cuando miró su mano esta se encontraba manchada de una sangre oscura, casi negra.
-Seul...gi-susurró desplomándose en el suelo.
-Young-hyun, ve por tu hermano-el alfa castaño asintió y fue escaleras arriba en búsqueda de su hermano-. Tú provocaste todo esto, Irene, no pidas mi ayuda para resolverlo cuando mi hijo me necesita más que tú que simplemente lo haz lastimado toda su vida porque era un omega.
Young-hyun traía a su hermano en brazos el cual lucía pálido y aterrorizado, lucho contra aquel alfa que lo quiso marcar, y si no fuera por el alfa, Junseong lo hubiese conseguido.
-Mamá, lo tengo, podemos irnos.
-¿Y ese alfa?
-Está encerrado en la habitación, mientras recupera la consciencia.
Seulgi iba a decir algo cuando escuchó un quejido de Jisung y luego como el sonido de agua salpicando se sobreponía a las plegarias de Irene.
Ambos miraron a Jisung que se tocaba el vientre.
-Rompió fuente-susurró Seulgi mirando a su hijo que sintió una dura contracción atacarle.
Quería a Minho ahora con él.
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