Minho movía su pie impaciente. Estaba alterado y prefería que nadie se le acercará. Taerae estaba mirando a su hermano mayor claramente asustado.

Jamás Minho se había descontrolado como en ese momento. El alfa temblaba violentamente y sus iris eran de un tono escarlata brillante. El lobo tenía dominio.

-Hyung, Jisung-Hyung estará bien -dijo el alfita desde lejos evitando que su hermano le quisiera arrancar el cuello de una mordida como casi pasa con el médico que trató de quitarle al omega en gestación cuando llegaron al hospital.

El alfa mayor no dijo nada y simplemente mantuvo su vista en el suelo. Si no hubiese dejado al omega solo no estaría en un sub-espacio tan fuerte como el que los médicos dijeron al revisarlo.

Un sub-espacio debido al dolor. En el que el omega entró para dejar de sentir el dolor que lo carcomía cuando su cuerpo fue golpeado.

El incesante golpeteo de tacones llamó la atención de Taerae que se giró para encontrarse a su madre y la señora Seulgi.

-¡Minho! -el alfa más joven detuvo a su madre y a la señora Kang de que se acercarán a su hermano.

-No, no se le acerquen está muy mal y las puede herir.

-¿Qué? -inquirió su madre sin comprender-. ¿Qué ha ocurrido?

-Jisung-hyung entró en un sub-espacio inducido por el dolor.

-¿Mi hijo qué? -inquirió Seulgi temblando y la señora Lee tuvo que sostener a su amiga-. ¿Qué se lo causó?

-No lo sabemos. El médico no ha dicho nada, pero sangraba bastante. Aunque se podían sentir las feronomas de otro alfa de...

Taerae no pudo terminar cuando su hermano gruñó en advertencia mientras se levantaba rápidamente para darle una mirada espeluznante a los tres contrarios que temblaron ante los ojos escarlata.

Empezó a caminar y pasó de largo a su madre, hermano y a Seulgi. Pronto varios se alejaban de su paso. Temían por su vida. ¿Y cómo no hacerlo cuando eras escrutado tan fríamente por Lee Minho?

Esperó a que las puertas de UCI de abrieran y entró importándole un carajo las enfermeras que trataron de detenerlo.

El médico que le realizaba un ultrasonido al inconsciente omega iba a protestar cuando fue sujetado fuertemente por otra persona; sin embargo no dijo nada al ver que se trataba de Minho.

El alfa lo sujetó del cuello y miró a una enfermera.

-Llama a otro médico para que atienda a mi omega ¡Ya!

La pobre omega empezó a llorar mientras asentía y salía corriendo a cumplir dicha orden. El alfa miró al beta que lucía asustado, le sonrió de manera tétrica y aún teniendo el agarre en el cuello del médico, lo sacó de la sala de revisiones para omegas.

-Señor Lee, suélteme por favor.

Minho no dijo nada y simplemente lo llevó hasta un consultorio vacío en donde lo soltó haciendo que cayera al suelo estrepitosamente.

-No había notado el otro casi imperceptible aroma que Jisung tenía. Era de un beta por eso fue tan difícil -empezó a decir Lee-. Era tu aroma, me di cuenta cuando casi te rompo el cuello en el momento en que traje a Jisung.

-No era mío joven Lee...

-¡Cállate! -gritó-. ¡¿Qué mierda le hiciste a Jisung?!

-¡Yo no fui! -lloriqueó el beta arrodillándose frente al pelimorado-. Fue su padre, se enteró que el omega espera un cachorro que no pertenece a su familia.

-¿Qué? -inquirió de forma baja.

-Fue su padre, él fue quien lastimó al omega, él fue quien dijo que para no revelar nada sobre el cachorro, Jisung debía tenerlo pero deshacerse de él apenas naciera -Minho sintió la ira en su ser-. El omega se negó y su padre dijo que entonces deberían deshacerse de él antes de que naciera.

-¡¿Lo ayudaste?! -el beta negó antre sollozos-. Espero que lo que digas sea verdad.

-Lo es.

-¡Desaparece de mi vista para siempre!

El hombre asintió y se levantó rápidamente para correr lejos del alfa que sacó su celular para enviarle un mensaje a uno de sus mejores amigos para que atraparán a ese malnacido que se hacía pasar por médico.

Salió y miró a su madre y a Seulgi. Taerae estaba buscando algo que tomar.

-Hijo, ¿qué hiciste?

-Hablen con el director médico de este hospital, quiero que Jisung esté en casa, será atendido personalmente por médicos contratados por mí en nuestra casa.

-¿Por qué?

-Haga lo que le digo Señora Seulgi.

La omega asintió asustada. Jamás Minho había hablado en ese atemorizante tono.

En el momento en que Jisung abrió sus ojos sintió un punzante dolor recorrer cada parte de su cuerpo. Sus ojos se posaron en la pared color azul oscura frente a él.

O fue así hasta que en su mente hubo un "click" y se apresuró a tocar su vientre. El pequeño bulto que formaba su cachorro estaba ahí.

Suspiró aliviado y entonces recordó cada suceso hasta cuando quedó inconsciente. O donde él prefirió la inconsciencia antes de seguir sintiendo aquellos duros golpes a su cuerpo mientras él protegía su vientre.

Prefirió perder la vida o su cachorro sin estar consciente de ellos. Gracias a la Diosa no había perdido ninguna de las dos.

Miró su mano y descubrió el venoclisis conectado a su vena. El agradable aroma lo rodeó y entonces supo que estaba a salvo con las feromonas de Minho presentes.

Su nido. Estaba en su nido y no se debería preocupar por más nada.

Calmado cerró sus ojos cayendo en la inconsciencia donde no se debía preocupar por nada. Simplemente en soñar.

Minho observaba en su celular como Jisung se acurrucaba en su nido.

Antes no había puesto cámaras de seguridad para no atentar contra la privacidad de Jisung. Pero tras ese atentado contra la vida de su omega y su cachorro usaría todo en sus manos para protegerlo.

-Joven Lee, hemos llegado -dijo su chófer a lo que el alfa asintió antes de guardar su celular y salir del auto.

Uno de los trabajadores le abrió la puerta y no le importó si no era bienvenido, entró en esa casa.

-¿Dónde está mi padre? -preguntó tratando de contener su ira.

-En su despacho, como siempre.

El alfa no dijo nada más y fue hacia el lugar mencionado. No tocó la puerta y simplemente entró.

-¿Qué haces aquí, Minho? -inquirió el alfa en silla de ruedas-. Creí que estarías en el hospital con Jisung, supe lo que le pasó y lo lamento mucho.

-¡Hipócrita!

-¿Cómo me haz llamado?

-Como escuchaste, lastimaste a mi omega y cachorro. ¡Jisung entró en sub-espacio por tu culpa!

-¡¿Y qué si fue así?! Hice lo mejor por ti y la compañía. Ese omega es solamente un sucio perro que se dejó follar por otro y ahora te pone a criar a un cachorro que no es tuyo. ¡Te ha engañado!

-Yo lo sabía.

-¿Lo sabías? -Minho asintió-. ¡¿Cómo lo permitiste?! La empresa está en riesgo.

-No lo está maldito estúpido. Yo decidí hacerme cargo de ese cachorro, porque amo a Jisung, siempre lo he amado y también amo a ese cachorro que no es mío, pero considero mi hijo.

-Idiota. ¡Eres un idiota!

-¿Y qué si lo soy? Escúchame, no me importa si eres mi padre pero si le vuelves a realizar daño alguno te mataré.

Y se dio la vuelta para irse. O eso trató de no ser por aquellas palabras.

-¿Matarme? No te atreverías, no aunque lo vuelva a golpear como hice esa noche. Si lastimo su inútil cuerpo. Si lo hago sangrar y ésta vez sí lo mato y no lo dejo en un sub-espacio como pasó.

Y Minho no se contuvo y sacó de su bolsillo una jeringa que destapó. Se acercó a su padre que lo miró confundido hasta que emitió un grito mudo al sentir la aguja ser introducida en su cuello.

El ardiente líquido recorrió su cuerpo.

Trató de quejarse, pero las palabras no salían. Quiso alejarse de su hijo pero ninguna parte de su cuerpo reaccionaba.

-Lo que acabo de inyectarte es el prototipo de un fármaco que paraliza todo tu cuerpo, luego lo hará con tu sistema nervioso el cual empezará a dejar de funcionar. Estarás encerrado en tu inútil cuerpo y, aunque quieras morir no pasará porque tu corazón seguirá latiendo. Es el castigo suficiente para una escoria como tú.

El hombre se movió tratando de abalanzarse sobre su hijo, pero simplemente cayó de la silla de ruedas y quedó en el suelo desplomado.

Minho lo veía desde arriba viendo cómo la escoria que era su padre estaba en el lugar que merecía. El suelo como la cucaracha que era.

El hombre se empezó a arrastrar con todas sus fuerzas pero no pudo hacer mucho, pronto el fármaco se apoderó de todo su sistema y quedó tendido en el suelo.

Y permaneció ahí luego de que Minho se fuera.