HyunJin abrió los ojos cuando se giró en el colchón y no sintió a Yukio. Se irguió en la cama y se sentó para frotar sus ojos antes de empezar a buscar por la habitación.

La luz de la mesita junto al lado en que dormía Yukio estaba encendida. Apartó la sábana de encima de él y se levantó para colocarse sus pantuflas. La cuna de Yuan estaba vacía. ¿Dónde estaban esos dos?

Se estiró un poco antes de abrir la puerta y notar que la luz del pasillo estaba encendida.

Siguió su camino hasta que se detuvo frente a la puerta entreabierta de la habitación que pertenecía al cachorro, la cual aún no usaban para que esté durmiese solo, al preferir que esté se descansara con ellos por recomendación médica.

Empujó la puerta y se encontró con Yukio sentado en la mecedora junto al gran peluche que él había ganado para el omega. El castaño sostenía entre sus brazos al pequeño Yuan que estaba bebiendo la leche materna del pecho algo hinchado del Kang.

Los ojos oscuros de Yukio miraron a HyunJin que se había apoyado en el marco y los veía cruzado de brazos a la altura de su pecho.

—¿Por qué no me despertaste para ayudarte?—preguntó el alfa acercándose al omega que seguía meciéndose en la silla para que su hijo no perdiera la calma que le invadía.

—Traté de despertarte—empezó a decir el Kang, al cual su comunicación oral ya no se le dificultaba tanto, excepto con palabras algo extensas—, pero no despertabas, hasta me g-gruñiste.

—Perdón amor—el omega le sonrió como quitándole peso al asunto mientras volvía a ver a su cachorro que lo veía con aquellos grandes orbes oscuros que poseía—. ¿Desde cuándo está despierto?

—Unos veinte m-minutos—el alfa asintió y tomó una silla que estaba cerca y se sentó junto al omega—, es tan lindo.

—Igual que tú—dijo el alfa para dejar un beso en los cabellos del omega y luego apoyar sus brazos en la mecedora para mirarlos—. Ambos son dos omegas bonitos.

—¿Omegas?—el alfa asintió.

—Sí, tienes razón, Yuan será un omega, todo en él indica omega.

El Kang asintió y HyunJin le sonrió. Amaba a ese lindo omega, lo amaba muchísimo más después de lo que pasaron.

—HyunJin—el alfa miró al omega que bajó su mirada y el rubio la siguió. Yuan se había dormido.

—Yo le sacó los gases y lo llevamos a la cuna—el castaño asintió y con cuidado le pasó al cachorro. HyunJin lo tomó y se levantó para ir hacía uno de los cajones y sacar dos pañuelos.

Uno lo colocó sobre su hombro para luego acomodar al niño de manera que su cabeza quedará contra el hombro del alfa. El rubio dejó el otro pañuelo en las manos de Yukio que le agradeció para limpiar su pezón.

HyunJin apartó la mirada, respetaba a su omega y sabía que al ser primera vez que daba de lactar le daba vergüenza.

Dejó suaves palmadas en la espalda del bebé para sacarle los gases, mientras caminaba un poco por la habitación.

Cuando terminó miró al omega que se había levantado y dejado el pañuelo en la cesta de ropa sucia.

—¿Lo lle-vamos a la cuna?—Hyunjin asintió y le brindó la mano a Yukio que la tomó para ambos salir de la habitación de Yuan y llevarlos a la suya.

Al entrar HyunJin dejó con mucho cuidado al cachorro boca arriba en la cuna. Lo miró antes de voltearse e ir hacía su cama. Yukio ya estaba ahí.

Apagó la luz y se acostó junto al omega que lo abrazó bajo las sábanas.

—Descansa, precioso—dijo dejando un corto beso en los labios del omega.

—Tú igual, Hyunjinnnie.

—Es que no lo sabe, Yukio-Hyung, creo que el karma es real. Digo algo contra alguien y se me devuelve. El karma es maldito.

—Ni-Ki, por eso debes ser bueno con todos—el alfita renegó mirando a Yukio que veía a Yuan sentado en el suelo de la sala.

—¿Desde cuándo se sienta?

—Desde hace un mes—dijo Yukio tomando un pañuelo para limpiar la saliva que escapaba de la comisura de los labios del cachorro.

—La escuela me está matando, no aparezco un mes y algo y ya mi sobrino se sienta.

—Y también gatea—exclamó Yukio volviendo a mirar al alfita que lucía aturdido.

—¡Oh diablos!—Ni-Ki miró al cachorro y se sentó frente al bebé que jugaba con un peluche— Deja de crecer tan rápido, me haces sentir viejo—murmuró a pesar de tener 12 años.

—Bababa—dijo el pequeño Yuan sacudiendo su peluche.

—¿Qué dijiste de mi madre?—gruñó Ni-Ki haciendo reír a Yukio— Con que con esas andamos, pequeño cachorro grosero.

—¡Bababaaba!

—¡Pues tú lo eres más!—gritó de regreso antes de recibir un golpe en la cara por parte del peluche de Yuan— ¿M-Me pegaste? ¡Me voy a morir!

El pequeño empezó a reír al ver cómo su tío se lanzaba al suelo y empezaba a "llorar" mientras hacía berrinche pataleando en el suelo.

El timbre sonó y Yukio se levantó dejando a su hijo gateando hacía su tío para darle ligeros golpes con su peluche provocando más lloriqueos del alfita.

—Hola hermanito—saludó Yeosang cuando Yukio abrió la puerta.

—Hola Hyung—el omega abrazó a su hermano que le dejó una palmadita en la cabeza—. ¿Qué te trajo aquí?

—Vine a ver cómo estás y Yuan—el omega le permitió el paso. Yeosang se alejó de su hermano cuando vio a su sobrino al cual alzó y empezó a dejar besos en las regordetas mejillas de este—. ¡Qué cachorro tan bonito!

—Traidor—murmuró Ni-Ki levantándose al ver como el pequeño Yuan parecía más feliz con Yeosang—. Yo solo recibo el odio de un cachorro de siete meses.

Yukio se sentó en el sofá mirando a Yeosang y Ni-Ki pelearse por la atención de Yuan. Si supieran que cuando HyunJin llegaba el cachorro parecía olvidar que habían otras personas junto a él.

No lo culpaba, él también era así.

Miró el anillo alrededor de su dedo anular y sonrió. Recordatorio de que pronto se casaría con HyunJin.

Anhelaba que ese día llegara rápido.

—¡Bababaaba!—el grito de Yuan lo sacó de su trance y miró a su cachorro que extendía sus manitas hacía la puerta que se había abierto y en la cual se mostraba a un alfa rubio con la corbata desamarrada.

—Hola cachorrito—dijo HyunJin acercándose a tomar al pequeño que se mostró feliz en brazos de su padre alfa.

—¡Traidor!—gruñeron Yeosang y Ni-Ki a la vez hacía el bebé que no prestaba atención al estar muy contento en brazos del alfa rubio.

—Hola amor—dijo Yukio acercándose a HyunJin para dejar un corto beso en los labios de este—. ¿Cómo te fue?

—Muy bien, y tengo una sorpresa para ti—dijo dejando un sobre en las manos de su omega.

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la trilogía, sepan que
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