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Cacería de omegas XX


Jin inclinó su cabeza a un costado cuando JungKook pasó los labios por la piel de su cuello, besando la marca. Esa mañana, cuando pensaban en bajar a hacer el desayuno luego de arreglarse, su alfa tuvo un pequeño ataque hormonal y lo dejó en la cama donde le hizo el amor. Seok Jin luchó por liberarse (mentira) pero su esposo ganó y terminó rindiéndose ante él, dejando que lo amara como tanto le gustaba.

Sonrió cuando rozó sus labios en una parte sensible. Tomó su rostro y lo besó de nuevo, pasando sus manos por su espalda mientras sus piernas seguían abrazándolo.

-Olvidé preguntarte si tomaste los supresores para el embarazo-dijo el alfa tras el beso.

-Tranquilo, lo hice, como siempre. Todavía no quiero que SoMi tenga un hermanito...y hablando de SoMi, vamos. Tenemos que levantarnos antes de que lleguen los demás para decorar la casa. Sabes cómo estaban nuestras madres por el primer año de SoMi.

JungKook asintió tras un suspiro. Sí, él también quería quedarse en la cama con él, pero su pequeña merecía un bonito cumpleaños.

En poco tiempo se ducharon y salieron vestidos del cuarto, yendo Jin al cuarto de su pequeña para despertarla y dejando que JungKook fuera a hacer el desayuno.

SoMi sonrió al verlo y él la tomó en brazos. Ese día había planeado con su pequeña sorprender a sus abuelas. Pensaba sorprender a JungKook también pero ella había arruinado la sorpresa hacía días. Al menos quedaban los invitados. La omega bostezó y pasó sus manitos por sus ojos, su cabello era un caos y eso le sacó una risa a Jin. Besó ambas mejillas y fueron a la cocina donde JungKook hacía el desayuno.

-Buenos días, cariño-dijo el alfa besando la mejilla de su hija quien sonrió y estiró los brazos hacia él.

JungKook la cargó y Seok Jin siguió con el desayuno. Cuando terminaron con el mismo, el omega subió para vestir a su pequeña. Algo sencillo de color celeste con dibujos de corazones. Ese era un conjunto muy bonito pero que ya estaba desgastado por el uso. El vestido rojo con lunares blancos sería para la noche.

Antes de salir escuchó las voces de sus amigos acercándose. JiMin y TaeHyung ingresaron con sus regalos y tomaron a la pequeña en sus brazos. Alexander era el único que no podía por su brazo y la herida que estaba terminando de curarse en su pierna. Ya no dolía realmente, pero nadie lo escuchaba y lo sobreprotegían. Jin reconocía que él era uno de los que lo hacía. Pero luego de que el beta cayera del edificio no podía estar tranquilo. Habían acordado entre todos que Alexander no volvería a armar los planes si en un futuro necesitaran de uno. Esperaban que no.

-Linda marca-comentó cuando al acercarse para saludarlo notó algo entre el cuello y el hombro.

Alexander sonrió y le mostró mejor la marca con orgullo.

-Al principio se negó por lo de mi brazo, pero no fue difícil convencerlo de que ya era hora de que me reclamara. Ya hasta me daba vergüenza que estuvieran todos marcados menos yo. Y eso que Nam es un pervertido.

-Es un pervertido respetuoso-dijo Seok Jin sonriendo-Sabía que se la íbamos a cortar si tocaba a nuestro beta preferido.

-Me gusta que me cuiden, pero por sus culpas casi quedo virgen unos meses más-acusó Alexander con fingida molestia-Espero que al menos el pastel tenga chocolate para olvidarme de esto.

-Tranquilo, lo tiene. Pensé en todo. Ahora vamos, tenemos que decorar la casa.

***Cacería de omegas***

La casa se había llenado de gente. No solamente los Jung, Kim y Min estuvieron ahí, con los niños Kim y Min, sino que también habían ido las familias de sus amigos. Incluso su madre, que ya había salido del hospital (luciendo la cicatriz permanente en su cuello), estaba entre ellos. HyunAh y ChanYeol también, aunque BaekHyun y Suni los cuidaban por si tenían algún malestar. Jin no quería decir que estaban exagerando ya que él seguramente se hubiera comportado así si hubiera sido JungKook el herido.

Ah, hablando del alfa. Luego de que curaran la herida de su vientre, se había negado a que hiciera actividad física o demás que lo pusiera en riesgo. Incluso caminar por la casa era una actividad de riesgo. Jin estuvo de mal humor una semana hasta que JungKook aceptó que caminara por la casa. Solo por la casa. Si salían lo más probable era que lo cargara junto con SoMi.

Cuando vio a Hee Sook con SunHee luego de que la omega mejorara, supo de dónde heredó eso JungKook. La alfa no había querido que su esposa siquiera diera dos pasos. Ella la llevaba en brazos a todos lados que necesitara e incluso limpiaba la casa entera y preparaba la comida. La omega, aunque se mostraba ofendida, había aceptado el trato. Seok Jin sospechaba que le estaban gustando los mimos de su alfa.

Luego de que los ingleses regresaran, al menos los que seguían con vida ya que habían incinerado los cuerpos en Corea, recibieron la noticia de que Aiden era el alfa encargado de proteger Inglaterra. Miller incluso los llamó para decirles que en cuanto necesitaran ayuda con algo, lo llamaran. Sería una deuda que tendría con ellos por todo el desastre que los demás provocaron. Hee Sook y Young Soo le dijeron que no tenía deuda alguna, ya que él no estaba de acuerdo con nada, pero Aiden afirmó que sí y que si pasaba algo podrían llamarlo. DaHyun y Dong Yul acordaron que ellos también podrían ayudarlo si él tenía algún problema. Después de todo era la única familia que quedaba de Inglaterra capaz de protegerlos. Y él el único alfa ya que Skye, aunque era alfa, no era de las importantes familias inglesas. Su lobo era como el de los alfas comunes. Quien sí podría ayudar en un futuro sería Poppy y algún descendiente de Aiden y Thomas. Ellos esperaban que fueran más alfas que omegas, ya que el país necesitaría protección.

Al sentir la mano de su alfa en su cintura se sobresaltó. Lo había sorprendido. Sonrió cuando se recuperó del susto y giró a mirarlo.

-Tenemos que decirles a nuestras madres que dejen de darles dulces a SoMi, no va a dormir en la noche.

-¿Crees que les importa? Son capaces de cuidarla si no puede dormir. Sabes que la adoran-dijo el alfa sonriendo y abrazándolo al fin por la espalda.

-Aun así no deberían. Van a salirle caries en sus colmillitos-dijo Jin haciendo un puchero.

-Y va a ser el momento en que nuestras madres se sentirán culpables de todo. Entonces dejarán de darle dulces a SoMi.

-Preferiría que nunca tenga caries.

-Lo que prefieres es que nunca sufra nada. Pero amor, deja que te diga que tarde o temprano nuestra hija va a sufrir y nadie va a poder evitarlo-JungKook besó su hombro-Es uno de los problemas de ser padres.

Seok Jin asintió. Lo sabía. Lo único malo de ser padre era no poder evitar el sufrimiento a sus hijos. Así fuera uno pequeño como las caries.

Miró a sus madres, quienes jugaban con SoMi, haciéndoles muecas y sonriéndoles a la pequeña omega. Recordaba todavía cuando era un pequeño cachorro. Su mami siempre jugaba con él cuando no estaba limpiando o cocinando, y lo llenaba de mimos. A pesar de que fue muy joven cuando quedó embarazada y que él había sido un error (aunque sus abuelos fueran malos, no eran mentirosos), ella jamás se mostró frustrada con su vida. Tenía veintiún años cuando una alfa de treinta y uno la dejó embarazada de él. Aunque se hizo cargo, su mami era una omega joven, podría haber sido una modelo mundialmente conocida, una carrera que comenzó cuando tenía quince y que había empezado a ser un éxito a sus veinte, antes de que él llegara a su vientre. Ella seguramente habría soñado con llegar a ser actriz, una modelo mucho más reconocida, pero en todos sus años, Jin jamás la vio frustrada o decepcionada con su vida. Ella era feliz, ella se veía feliz cada vez que estaba con él o Jennie.

JungKook acarició sus brazos y besó su cuello cuando vio sus orejitas descender. Él sabía que algo le pasaba pero no quería preguntarle. Tal vez en la noche, cuando estuvieran a solas, pero ahora prefería mantenerse callado mimándolo. Seok Jin agradecía eso.

Sus amigos sonreían mientras conversaban entre ellos, riendo de anécdotas que no podía escuchar pero que se veían divertidas. Estaba seguro, por la cara roja de JiMin, que era alguno de sus momentos vergonzosos del cual se burlaban.

Tomó la mano de JungKook y lo llevó con los demás. Iba a sumarse a la conversación cuando SoMi estornudó y entonces pasó lo que él esperaba mostrar más adelante. De manera involuntaria, su hija se transformó en un pequeño lobito de cabello castaño que sentado estornudó una vez más. Los mayores se quedaron sorprendidos ante la escena y los demás...bueno, simplemente se quedaron mudos. Jin fue por una mantita porque su hija pronto regresaría a su forma humana. Y no se equivocó, así fue. La envolvió ya que estaba desnudita y besó su nariz.

-¿Ya su primera transformación?-preguntó SunHee acercándose a la pequeña omega quien sonreía orgullosa de ella misma.

La entendía. Por lo general la primera transformación se daba a los cinco años. Que SoMi se transformara poco antes del año, significaba que sería una omega fuerte. Las transformaciones precoces auguraban lobos fuertes y poderosos.

-Vaya...es toda una Jeon-sonrió Hee Sook ya recuperada de su shock inicial-Muy bien hecho, mi pequeña-SoMi sonrió cuando su abuela le dio un beso esquimal.

-¡Quiero ir a cambiarla!-dijeron SunHee y JiSoo al mismo tiempo, luego se miraron y gritaron emocionadas-¡Sesión de fotos!

Jin dejó de tener a SoMi tan rápido que de no saber que se trataba de su suegra y su madre, se hubiera asustado.

Tendrían que aprovechar mientras la omega se dejara vestir con tantas prendas ellas quisieran.

***Cacería de omegas***

La fiesta fue divertida, JiMin había colaborado con las fotos de los distintos cambios de SoMi hasta que la pequeña, cansada, comenzó a llorar y a pedir estar en brazos de Jin. Cuando este la tomó, la hamacó unos segundos hasta que la pequeña cayó dormida. Seguro había quedado traumada por sus abuelas. Jennie y Hee Sook se los habían dicho, no habían mentido en realidad, aunque las omegas se ofendieron por el exceso de sinceridad.

YoonGi lo cargó hasta la cama cuando llegaron a su casa. Sí, su casa y no el hogar Min. El peligro de los ingleses ya no estaba así que podían regresar a sus vidas normales. A su privacidad y la tranquilidad de su hogar.

-¿Has pensado en tener cachorros, Minie?-preguntó YoonGi luego de dejarlo en la cama y ponerse sobre él.

-Sí...pero no ahora-dijo ladeando la cabeza cuando su alfa comenzó a besarlo.

-¿Podemos practicar?-los dientes del alfa apretaron la piel de su omega quien gimió bajito al sentirlo.

-Siempre que quieras, Yoon-dijo tomándolo de las mejillas para besarlo.

***Cacería de omegas***

Con el permiso de sus suegras, HoSeok fue autorizado a pasar la noche con TaeHyung. No era como si fuera la primera vez que dormían juntos, pero hasta que Tae no tuviera dieciocho no podría quedarse con él sin sus permisos. El alfa respetaba eso y por eso preguntaba antes de secuestrar a su lindo omega.

En el camino, Chung Hee no dejó de darles varias insinuaciones y de recordarles el condón. Aunque deseaba nietos, no quería que su único hijo fuera mutilado por sus suegras por dejar embarazado a TaeHyung. Dong Yul no decía nada, solo sonreía por lo que su esposo decía. Ah, aunque amaba a sus suegros a veces deseaba no estar con ellos.

Pudieron respirar aliviados cuando llegaron a la habitación del alfa. TaeHyung se arrojó a la cama y suspiró. Al fin a solas.

HoSeok se acostó a su lado y lo tomó de la cintura, haciéndolo girar hacia él. Su alfa sonreía hermosamente mientras lo observaba.

-Por lo que dijo Suni hoy, debo sospechar que sabe algo de lo que hablamos hace una semana.

-Bueno...era a la única a la que podía decirle. HyunAh te hubiera arrancado la cabeza y Baek la hubiera ayudado. No es bueno ser el menor de los tres.-comentó acariciando el brazo de HoSeok-Chung Hee...

-No, y no debe saberlo hasta tus dieciocho. Será insoportable sino-dijo el alfa.

TaeHyung rio dándole la razón. Si Chung Hee se enteraba que se casarían en cuanto el omega cumpliera dieciocho, estaría organizando una gran boda...desde ahora. Estaba seguro que el omega iba a enojarse con su hijo de igual manera en que SunHee se enojó con JungKook. Pero bueno, no era culpa de ninguno, ellos solo querían una boda tranquila con ellos dos y los testigos.

-Se enojará contigo-dijo TaeHyung acercándose al cuello de su pareja para besarlo.

-Correré el riesgo-el alfa lo dejó debajo de él rápidamente para mirarlo-Por ti haré lo que sea, Tae.

El omega sonrió y lo tomó de la nuca para acercarlo a sus labios.

***Cacería de omegas***

Andrew no estaría por unos días, por lo que Alexander aprovechó para invitar a NamJoon a pasar la noche con él. El alfa no se negó (por lo general, nunca se negaba ante un pedido suyo), solo se dejó llevar hasta su hogar, donde terminaron en la cama del beta entre besos. Aunque el maldito brazo los mantenía de cierta forma separados. Alexander odiaba estar quebrado.

-¿Quieres que dejemos hasta aquí?-preguntó Nam.

El beta podía ver en sus ojos que no quería parar, pero parecía estar dispuesto a hacerlo si ese era su deseo. NamJoon siempre estaba dispuesto a cumplir sus deseos sin importar cuánto le tomara.

-No, quiero seguir-acarició la nuca del alfa-Quiero hacer el amor contigo.

-Pero tu brazo... ¿no duele?-preguntó, como cada vez que estaban juntos de esa manera.

Alexander negó con una sonrisa en sus labios. Cada vez que estaba cerca de su alfa se sentía tranquilo, como si ningún dolor pudiera atormentarlo. NamJoon le traía paz a su vida.

-Tranquilo, no duele-lo acercó a él y dejó un pequeño beso en sus labios-Estoy bien, amor.

-Si te duele algo...

-Te diré-dijo sonriendo divertido-Lo haré, lo prometo.

El alfa sonrió y se acercó para besarlo suavemente.

Alexander sintió que se derretía en sus brazos.

***Cacería de omegas***

Chung Hee gimió cuando una certera estocada dio en su punto sensible. En ese último tiempo, luego de la última batalla con los ingleses, su vida sexual se había reanudado con una ferocidad apasionante. El omega había amado que su pareja volviera a hacerle el amor de la manera en que lo estaba haciendo. Tal parecía que habían necesitado algo de adrenalina en la sangre para volver a hacer el amor de la manera tan excitante en que lo hacían. Y esa adrenalina se renovaba cuando entrenaban juntos. Hacer el amor en la sala de prácticas había sido una de las mejores experiencias que tuvo con su esposo.

Se sentía como si volvieran a tener veinte y estuvieran a escondidas de sus padres manoseándose. Sentía su piel hormiguear, cosquillas placenteras con los besos de su alfa y sus caricias. Era increíble volver a sentirse de esa manera luego de semanas sin nada.

-¡Más, daddy!-gimió contra su hombro clavando las uñas en su espalda.

Casi gritó haciendo su cabeza hacia atrás cuando las embestidas fueron más fuertes y rápidas. A este paso Dong Yul lo dejaría lisiado pero, a decir verdad, poco le importaba. Él solo quería más de su esposo. Más de su alfa.

Agradecía que el cuarto de su hijo quedara lejos del suyo o lo escucharía gritar. No quería causarle ese trauma a su bebé...y tampoco a su yerno.

***Cacería de omegas***

DaHyun arropó a las gemelas cuando estas se durmieron luego de un cuento y un pequeño juego de manos por el cual insistieron. Sus hermanitos ya estaban dormidos en sus cuartos, habían terminado exhaustos tras el cumpleaños de SoMi y DaHyun se había encargado de arroparlos y besas sus frentes.

Les dejó una lámpara de estrellas encendida y salió de ahí, cerrando la puerta con cuidado para no despertarlas. En el pasillo, pocos pasos después de salir, se encontró con Aoi quien lucía su pijama, ya lista para leer un libro en la cama antes de dormir. Pensó en desearle buenas noches y seguir hacia su cuarto, pero creyó que lo mejor era detenerla. Ambas estaban libres de los niños esa noche.

-Aoi-la omega se detuvo y la miró, una sutil sonrisa en sus labios-¿Quieres que miremos televisión en mi cuarto? Los niños duermen y los mayores están entretenidos con sus novios. Podemos pasar una noche tranquila.

DaHyun pronto se dio cuenta que sus palabras, de cierta manera, sonaban insinuantes. Pero si Aoi la conocía, sabía que no lo había dicho con esas intenciones. Al menos, eso era lo que la alfa quería creer.

-Creo que es mejor que leer en mi cuarto-dijo la omega tomando su brazo-Vamos. Vi antes que iban a dar una maratón de películas de terror. No pensaba verla, pero creo ahora que sería bueno.

Fueron a la habitación de DaHyun y Aoi se acomodó en la cama con confianza. Ya había estado ahí en un par de ocasiones por lo que no le era extraño el lugar. Se arropó con las suaves sábanas y encendió la televisión. Cuando la alfa se acostó tras ponerse su pijama, se acomodó en su hombro para mirar apoyada contra ella.

DaHyun pasó su brazo por los hombros de la omega y se acomodó para mirar la película que acababa de comenzar. Pero, a decir verdad, ni siquiera podía concentrarse en lo que veía. Sentía el cálido cuerpo de Aoi contra el de ella y recordaba el desliz de hacía unos meses, antes de que los ingleses llegaran a Corea.

Había sido una noche en que NamJoon y Jackson habían salido con unos amigos a tomar algo. Ambas estaban tranquilas luego de que los niños se quedaran dormidos y habían optado por ver televisión en el mismo cuarto en el que estaban en ese momento. Todo iba bien, hasta que de repente, DaHyun sintió la imperiosa necesidad de besarla. Conocía a Aoi desde hacía años, ella había sido un gran soporte en su vida y una gran compañía desde mucho antes de que HaNeul "muriera". La conocía perfectamente tanto como la omega la conocía a ella, pensó que jamás la vería de esa forma hasta esa noche.

Mientras la besaba y la desnudaba, una parte de su mente le decía que eso estaba mal, que no debía ver de esa manera a Aoi. Pero la otra parte, la que ganó, le decía que estaba bien seguir adelante, que eso era lo que había estado deseando desde hacía tiempo y se lo había negado en su ceguera amorosa por HaNeul. Aun así, no tocaron jamás el tema y DaHyun prefería que siguiera así.

-Estás tensa-dijo Aoi alzando la mirada hacia ella, DaHyun evitó mirarla-¿Estás recordando lo que pasó entre nosotras?

-No es algo que se pueda olvidar tan fácilmente-reconoció luego de unos segundos en silencio.

-No dejes que te atormente. No fue nada malo, no me obligaste a nada.-la omega tomó su rostro e hizo que la mirara-Lo hice porque deseaba hacerlo.

-Pero nosotras...nosotras somos...-sería mejor preguntarse qué eran, después de todo desde hacía meses que DaHyun no lo sabía exactamente.

Cada vez que pensaba en ellas como amigas sentía que no era suficiente y cuando pensaba en ellas como pareja...sentía una extraña sensación de confort en el pecho que la desconcertaba. Realmente no sabía qué eran exactamente.

-Nosotras somos nosotras, y ya. No tenemos que tener una etiqueta para sentirnos bien ¿o sí?-Aoi siempre era serena y encantadoramente comprensible.

DaHyun se preguntó por qué no fue ella su pareja destinada y sí HaNeul. El destino era pura mierda a veces.

-En mi mente es necesario-dijo la alfa sonriendo divertida-Necesito saber qué somos exactamente.

Aoi se mantuvo un momento pensativa antes de sonreír y hablar.

-Entonces seamos pareja-dijo la omega sonriendo radiante-Si lo piensas, casi lo parecemos. Yo me quedo en casa limpiando, cocinando y haciéndome cargo de los niños hasta que llegas y me ayudas. Te preocupas por mí, te aseguras que no me falte nada, hablas conmigo de todo y siempre buscas la forma de mimarme. Lo único que le falta a nuestra relación es dormir juntas y tener sexo. Pero por el resto...casi somos pareja.

DaHyun quería refutar a algo, pero se halló reconociendo que Aoi decía la verdad. Ellas casi eran novias de no ser porque no tenían sexo ni dormían juntas.

-Pero...en ese caso no somos novias del todo...-comentó pensativa.

-Bueno, si algún día dejas de dudar podemos serlo.-Aoi la miraba, sus ojos oscuros eran hermosos y DaHyun se encontró mirándolos con cariño.

-¿Te gustaría tener sexo conmigo?-la omega negó sonriendo.

-Me gustaría hacer el amor contigo, como la última vez-la mano delicada de Aoi acarició su mejilla-Sé que me amas aunque no quieras reconocerlo y yo te amo. Lo nuestro no es sexo, lo nuestro no es un acto vacío de satisfacción carnal. Es mucho más que eso.

DaHyun la miró unos segundos, pensando en sus palabras e intentando encontrar el error. Pero no encontró nada. No había error, Aoi estaba en lo cierto aunque todavía tenía una voz que le decía que hacer eso estaba mal, que traicionaba el recuerdo de su pareja destinada. Una ligera voz en su cabeza todavía se aferraba al recuerdo.

Pero la alfa se cansó de aferrarse a algo que nunca existió. Así que se dejó llevar y decidió arriesgarse a ser feliz con Aoi.

***Cacería de omegas***

Young Soo bajó a la sala, donde Fernanda terminaba de tejer unos escarpines para el futuro Min. Quería creer que ninguno de sus hijos había dejado embarazado a su omega, a pesar de que la beta le dijo que solamente se estaba preparando para cuando llegara el momento. Quería creer que era así...pero no estaba seguro. ¿Y si iba a ser abuelo y nadie le había dicho nada? Oh, Dios, eso quería decir que estaba poniéndose viejo. Bien, tal vez tenía cincuenta y un años, pero aún no quería ser abuelo...esperaba serlo a sus sesenta al menos.

-¿Puedes dejar el tejido? Me comienzo a asustar-dijo sentándose al lado de ella.

Fernanda sonrió y decidió, para su salud mental, dejar el tejido a un lado.

-¿JiHoonie se quedó dormido?-preguntó ella sonriéndole.

-Sí...-hizo una pausa antes de seguir-Estaba pensando en ver una serie en mi cuarto, ¿te gustaría venir conmigo?

En el camino había estado preparando la pregunta. Desde hacía un tiempo que había considerado tener una relación con la beta, pero tenía una pequeña duda. Y esa duda era gracias a los quince años de diferencia que tenían. ¿Y si a ella no le gustaban los hombres mayores? Tal vez buscaba a un beta de su edad o un alfa de, como mucho, cuarenta. Pero él estaba más cerca de un asilo y de las arrugas que ella (okey, lo primero era una exageración propia). ¿Tal vez tenía que buscar a alguien de su edad?

-¿La nueva de la cual estuviste hablando esta semana?-preguntó ella comenzando a guardar el tejido en una bolsa de tela blanca.

-Sí, la nueva que salió.

-¿Debo ponerme el pijama o me prefieres en ropa interior?-ella había bromeado, por lo general tenían la confianza para hacerlo.

Pero en esta ocasión Young Soo consideró la oferta como si no fuera una broma. Él realmente la hubiera preferido en ropa interior en su cama...o desnuda.

Fernanda se fue con una ligera risa escaleras arriba y le avisó que, cuando despertara, estaría esperándolo en su cuarto.

Young Soo asintió como idiota y, cuando pudo reaccionar, se levantó y fue a su habitación.

Una parte de él deseaba que Fernanda realmente lo esperara en ropa interior en su cama.

***Cacería de omegas***

Seok Jin miraba desde el tejado de su casa la luna llena brillar tan intensamente. El cumpleaños de su hija había sido hermoso, la habían llenado de mimos y regalos durante todo el día. SoMi era una bebé mimada.

Pensó, tras eso, que realmente jamás pensó tener a SoMi. Su hija fue la sorpresa más grande que recibió a sus dieciséis años. Pero, sin dudas, fue al sorpresa más hermosa que nunca antes recibió. Antes de JungKook y los Marginados, había pensado que criaría solo a su bebé. Iba a ser complicado, sí, pero sabía que era capaz de darlo todo por su hija. Él estaba seguro que daría lo que sea por SoMi, estuviera con JungKook o no. Todavía se sorprendía, de cierta forma, que la familia Jeon le hubiera dado el apellido a una omega que siquiera tenía los genes Jeon y que, además, se refirieran a ella como si fuera una Jeon de sangre.

A Jin le gustaba saber que su hija pertenecía a una familia tan amorosa y hermosa como esa. Le gustaba saber que sus abuelas serían un gran ejemplo para ella. No serían como los suyos. Uno de sus mayores miedos había sido que su hija no fuera aceptada por los abuelos de su futura pareja (para ese momento no estaba seguro de que podría estar con JungKook) y la trataran como la peste misma por ser únicamente hija de él. Jin los hubiera odiado de ser así.

Había sido una autentica fortuna haber caído en la familia Jeon, tener el privilegio de amar a su único hijo y ser aceptado sin ser juzgado. Creía que, realmente, su suerte no podía ser me... ¡¿Qué carajos era eso?!

Del susto, Jin pateó la sombra que se acercaba sobre el tejado hacia él. La sombra rodó y cayó estrepitosamente al suelo. Un gruñido y una maldición fue lo que se escuchó.

-¡Jin!-gritó JungKook desde el suelo.

Seok Jin se acercó al borde y lo miró apenas levantándose del suelo.

-¡Eso te pasa por asustarme, idiota!


Yo: AL FIN SOY LIBRE

Mis fics sin terminar e ideas nuevas: ¿Decías?

Solo falta el epilogo de este fic y oficialmente estaría terminado uwu Se siente bien poder terminar un fic uwu

Gracias a todos los que continuaron con esta segunda temporada, los que votaron y los que comentaron. Fue un placer traerselos.

Nos vemos! besos :D

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