"Mi adorado Milo.

Dios sabe cuanto te he amado todos estos años y cuanto mas te estoy amando, ahora mismo que se, que solo unos pasos nos separan de nuestro nuevo encuentro.
Sabes lo tortuoso y horribles que han sido los últimos meses de mi vida. El no poder dormir porque esperaba que regresaras o el dormir queriendo no despertar, ya que cuando lo hiciera, despertaría con un dolor mas grande que el que cargaba horas atrás.

Solo cuando comencé mi búsqueda, pude ir reencontrandome con la paz que tenía apenas meses antes.
Claro que jamás sería igual, ya que tu nunca regresarías a mi lado.
Aún así, decidí seguir adelante, para hacer las pases con la vida y tener paz al momento de volver a verme frente a tí.
No podía estar de mal humor al instante de volver a encontrarme con tus enormes zafiros radiantes.

Mi amado guerrero de piel de sol, a cada palabra que escribo, estoy mucho más enamorado de ti.
¿Recuerdas el momento en que nos conocimos?
Fue el primer día de jardín de niños. Yo no conocía a nadie y tampoco me interesaba hacer amistad alguna. Aunque eso me duró solo unos momentos.
Justo en el instante en que aquél niñito pequeño, de muy corto cabello que contrastaba con los rayos del sol, y tenía sus ojitos mas brillantes que mil estrellas en una cálida noche de verano, se había acercado a mi y me sonreía con todos sus dientitos de leche, para decirme de golpe "eres mi nuevo mejor amigo". Yo recuerdo asentir como un tarado, solo por estar casi hipnotizado al verte frente a mi.

Ese será siempre, el recuerdo que con mas amor atesore en el fondo de mi corazón.
No acepté tu infantil imposición, solo porque tu casi por poco me obligaste,  sino que lo hice porque algo dentro de mí, me pedía a gritos que no te alejara.
Jamás me voy a arrepentir de haberle hecho caso a aquella voz en mi interior.

¿Y nuestro primer beso? ¿Lo recuerdas? Yo si obviamente. ¡Ese si será mi memoria favorita!
Sobre todo por lo que hiciste para tenerme a solas contigo.
Algunas veces, mi mente repite esa escena que le montaste a nuestro profesor, que te sentías mareado y necesitabas algo de aire fresco.
Que me pediste que te acompañara y apenas nos alejamos un poco de los pasillos principales y mas concurridos de la escuela, me acorralaste contra la pared y ni tiempo a pensar me diste, que tu boca ya estaba sobre la mia y tu mano pasando por mi nuca para pegarme mas a ti.

Jamás podré dejar de pensar en como tus labios se complementaban a los míos y como tu lengua recorría hasta la parte mas íntima de mi ser.
Mi amado, como dejar de lado las memorias de tus manos recorriendo mi cuerpo y tus labios arrancandome suspiros cargados de amor que eran solo por y para ti.

¿Sabes que otra cosa estoy acordándome en este mismo momento?

A ver si adivinas estas palabras.

Mi regalo quizás no sea costoso, pero al menos espero que tenga algo de valor para tí.
Son muchas cosas a decir verdad
Una de esas, son estas simples palabras: Quiero, siempre, verte muy feliz.
Y, yo se que me será imposible regalarte el universo entero pero puedo darte el calor que mis abrazos puedan generar alrededor de tu cuerpo.
También te regalo todos y cada uno de los latidos de mi corazón. Todos los que nazcan de los momento en que nos reímos como tontos sin parar y en las sonrisas tímidas que nos damos luego de una noche de amor.
Te doy también mi memoria para que en ella, puedas grabar todos tus sueños, así jamás los olvidas y hasta puedo ayudarte a recordarlos si alguna vez te hace falta.
Te regalo todo de mi.
Mis suspiros, mi aliento, mis manos, mis ojos, mis oídos. Te daré todo de mi y mas si es necesario.
Tal vez no sea mucho, pero es todo lo que puedo darte y espero que sea todo aquello que necesitas en tu vida.
Lo se, tal vez todo esto que te digo, sea muy sencillo pero creo que es lo mejor que puedo regalarte.

¿Lo recordaste, verdad? Como olvidar todas esas bellas palabras, que las coronaste con aquella pregunta que tanto ansie.

¿Quieres casarte conmigo?

Ahh mi amor, ¿como decirte que no? Si eras, eres y serás todo lo que necesito para ser feliz.

Mi adorado heleno. Mentiría si dijera que no puedo decir mas, porque si algo es claro, es que nunca podré dejarte de decir cuanto te amo y todo lo que significas para mi.

No veo la hora de reencontrarme contigo.

Ya estoy a solo unas horas de volverte a ver.

Te juro que haré está última misión lo mas rápido que pueda, así llego mas rápido contigo.

Lamento tener que terminar esta carta aquí, pues tengo que ponerme en marcha.
Él acaba de salir y tengo que alcanzarlo.

Solo déjame decirte una última cosa.

Te amo, Milo. Te amo mas que a nada en este mundo y cuando vuelva a verte, te abrazare tan fuerte, que por años no podrás separarme de tí.

Espérame, Milo. Espérame que ya voy.

Tu gran amor, para toda la vida, Camus Ganímedes Megalos."

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Con los ojos, bañados en lágrimas y completamente mojado por la lluvia, Kardia lloraba abrazado a su adorado Degel, quien se mantenía lo mas tranquilo que pudiera, pues derrumbarse, lo haría derrumbarse mas a su esposo.

-Vámonos, Degui. Ya no puedo estar aquí.

-Esta bien, pero déjame hacer una última cosa.

Sacó del bolsillo esa carta, que habían encontrado en el asiento del auto del pelirrojo, y como estaba dirigida al rubio, la dejó sobre la nueva lápida de mármol blanco, que ahora también llevaba el nombre del galo junto a la de Milo.

Después de eso, ambos mayores dejaron el cementerio. Fueron los últimos en abandonar el servicio en memoria de Camus, que se llevó a cabo una vez que pudieron recuperar de la morgue, el cuerpo del francés para darle la despedida correcta.

Ambos estaban destrozados y no podían creer todo lo que acababa de pasar.
Pero todos esos sucesos eran cosas que debían de tratar de comenzar a comprender para tener paz y sanar sus lastimados corazones.

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Mientras, unos estaban demasiado tristes y sin fuerzas, del otro lado de la ciudad, Shaina y Marín comenzaban a acomodar sus cosas en su nueva casa.
Ambas habían decidido dejar aquel horrible primer encuentro atrás y empezar con el pie correcto, una relación amistosa, basada en el saber porque ahora sus vidas estaba cruzadas.

Ya llegada la noche, casi a la misma hora coincidente en que Milo se había ido aquella trágica noche, se sentaron un momento a descansar en el sofá y fue cuando ambas sonrieron al escuchar que en la parte superior de aquella casa, en medio de los suburbios, una puerta se cerraba y algo de vidrio caía al suelo.

No se asustaron al oír aquello, ya que comprendieron a la perfección que era Camus quien había provocado aquellos ruidos, al entregarse al amor y la enorme felicidad de tener nuevamente a su adorado Milo, de regreso en casa.

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Yyyyyy ¡Fin!  Algo soso, no? Lo siento pero no quería cambiar nada, además como ya había dicho antes, ya hace tiempo la tenía escrita y quise cambiar lo menos posible.
Aún así, con todo y este final soso y algo místico y sin sentido, espero que les haya gustado. :)

¡Y no se preocupen! Que habrá mas de Milo... Muerto xD en mi nuevo fic "Mírame", razón por la cual, público esto hoy y no el viernes como dije. Es que quiero concentrarme en escribir ese fic nuevo.

De nuevo, gracias y perdón por ese final feo.

¡Besos! ¡Las quiero!