No es tu culpa, quererme tanto
Amar nunca será malo

Para que te acuerdes que nos conocimos cansadas
Con la espalda contracturada

2021

—¿Y bien? —preguntó Horner a Max.

—¿En serio? —le contestó Max con otra pregunta.

—Necesitamos un compañero como Checo. Es un piloto increíble y además es más fácil entrar al mercado latino. Imagínalo —dijo Horner.

—¿De qué diablos hablas? Claro que no. Checo es odioso, irritable. Sabes las dinámicas que hice con él antes, eran agotadoras. Estaba harto de fingir. Solo quiero tomar un descanso —respondió Max.

—Ya te dije que te vas a quedar hasta que llegue Checo, se toman una foto y luego te vas con tu teléfono prendido, ¿entendido? —insistió Horner.

Max solo giró los ojos y asintió de mala gana. No odiaba a los latinos, pero siempre que entraba a su Instagram salían comentarios ofensivos por la carrera pasada, llamándolo "puberto" o otros insultos que no entendía, incluso comparándolo con Checo Pérez.

Al llegar Checo, ya arreglado para la foto, hicieron una dinámica muy rápida con sus cubrebocas puestos. Fue divertido; por primera vez, Max se rió de manera genuina.

Con el paso del tiempo, Max y Checo se llevaron bien en las entrevistas y conocieron más a fondo al otro. En las carreras, se complementaban como un buen dúo, y por primera vez, Red Bull estaba haciendo un excelente trabajo.

Al terminar la última carrera del año, Max se coronó campeón del mundo y le invitó una copa a Checo, solo por conocerlo mejor. Checo lo miró un poco incrédulo, pero aceptó.

Esa noche, platicaron de cosas fuera de la carrera: colores, comida, país de origen... Max nunca había tenido una conversación tan profunda con alguien de su equipo y, por primera vez, estaba feliz por eso.

Incluso conoció los sueños del mexicano , como el conoció los suyos...