Para recordarte que nos conocimos amenazadas de muerte

-¿Qué pasa, Horner? -preguntó Max, intentando disimular su sorpresa.

-Necesito hablar contigo, y con Checo. ¿Sabes dónde está? Ayer los vi juntos -dijo Horner.

Max negó con su cabeza.

-No sé, yo me quedé jugando cuando llegué. De seguro debe estar hablando con su esposa -respondió Max, intentando mantener la calma.

Horner lo miró incrédulo, como si no creyera la historia de Max. Se quedó en silencio por un momento, y luego habló de nuevo.

-Bueno, necesito hablar con él urgentemente. ¿Puedes llamarlo para que hable conmigo? -preguntó Horner, con una mirada intensa.

-Dije que no sé dónde está, entiendes, Horner -dijo Max, ya un poco molesto.

-Bueno, entonces tendré que discutir contigo esto -respondió Horner, con una mirada firme.

Max se cruzó de brazos, preparándose para la discusión. Horner se acercó un poco más, su voz baja y seria.

-Max, sé que Checo está aquí. Sé que estuvieron juntos anoche -dijo Horner, con una pausa dramática.

-Estás loco - Max siguió negando , cerró la puerta con fuerza, intentando bloquear la conversación y las insinuaciones de Horner. Se apoyó en la puerta, respirando profundamente, intentando calmar su corazón acelerado.

Pero justo cuando pensaba que había escapado de la situación, escuchó un golpe en la puerta. Max se tensó, esperando que Horner se fuera, pero en lugar de eso, escuchó su voz, baja y amenazante.

-No puedes esconderte para siempre, Max. La verdad saldrá a la luz y te aseguro que tu vida cambiará para siempre.

Max negó con la cabeza y, cuando iba a dormir un poco más, se dio cuenta de que Checo ya no estaba.

-¿Checo? -preguntó.

-Sí, güerito -respondió Checo desde el baño.

Max sintió un enorme alivio al escuchar esa voz

-Nada , olvídalo - se sentó en la orilla de la cama con una enorme duda y miedo en su cabeza