2 MESES 2 SEMANAS DESPUÉS DEL MOMENTO PERFECTO
—No tendría problemas si este momento fuera para siempre, Caballo— Thamara se acercó a su compañero un poco más para poder juguetear con sus crines y abrazarlo.
—Yo tampoco, te amo demasiado— Se acercó para poder besar a Thamara en los labios delicadamente.
Estaban sentados en el porche de una cabaña abandonada en el bosque una mañana nevada de invierno, tomados de mano, abrazándose, admirando la belleza de lo que los rodeaba, sin miedo al pasado o al futuro, solo viviendo el presente, su realidad, ese instante en el que vivían encerrados hasta el último día de su vida.
—¿Qué hora es? tenemos que irnos antes de que llegue alguien aquí.
—No, no te preocupes por eso, nadie va a llegar... al menos mientras nosotros estemos aquí.
Hubo un pequeño silencio, sus miradas estaban enganchadas al espectáculo nevado que estaban presenciando, hasta que voltearon a verse, con el mismo pensamiento, "¿Algún día esto acabará?", sin embargo, no dijeron nada, porque cayeron en cuenta de que en efecto, ese hermoso instante terminaría tarde o temprano y en realidad no había nada que pudieran hacer para detenerlo.
—Thamara...
—¿Si?
—Me siento algo mareado, ¿Podemos ir a dar un paseo cerca?
Ella lo miró como si no comprendiera la pregunta, estaba absorta en sus pensamientos y las palabras de Caballo la tomaron por sorpresa.
—¿Estás bien?
—¿Nos podemos quedar aquí? Solo unos minutos más, quiero que estos momentos sean eternos— Dijo Thamara, aún consciente de que lo que deseaba no era posible, pero se negaba a la idea de que tal vez mañana ya no estén juntos, porque en ese preciso instante ella estaba profundamente enamorada de él.
—Jajaja, ay, Thamara, solo date cuenta, vivimos en un mundo hecho de hielo— En ese momento, Caballo extendió su pata y en su pezuña, cayó delicadamente un copo de nieve— Nacimos para ver todo derretirse, porque todo tiene un final, así como también tiene sus inicios, pero lo más importante, amor, es que todo tiene su tiempo de vida y ahí, ahí es en donde la magia viene de verdad.
—Pero-
—Mira, este copo de nieve... se está derritiendo, su tiempo aquí fue muy corto pero eso no significa que no haya sido especial, ¿o si?— Caballo tomó el mentón se Thamara y la miró a los ojos— Las cosas a veces se van o simplemente hay que dejarlas ir. Sí, es duro, pero, la nieve después de derretirse deja a su paso los restos de lo que alguna vez fue.
—Pero, si se ama ¡nunca se debería dejar ir! yo-
Caballo la enredó con sus brazos, dejándole saber que la amaba con un gran y cálido abrazo.
—Yo me puedo ir algún día, así que hagamos de cada momento que estemos juntos lo más especial de nuestras vidas... dejemos que nuestras cicatrices nos conecten, para algún día, vencer a nuestros fantasmas— Dijo Caballo, con una voz compasiva. Después se separaron y él limpió sus lágrimas con delicadeza— ¿Me darías el honor de estar junto a tí hasta que ya no podamos más?
—Si, claro que sí. Hasta que ya no podamos hacer nada, que haya una fuerza que no podamos controlar que no nos deje estar juntos.
Juntaron sus cabezas mientras derramaban lágrimas que se congelaban al caer, que los unían muy en el fondo, haciendo que la carga de su pasado se liberara poco a poco.
—Sí, ahora hay que disfrutar del tiempo que tenemos juntos, sin miedo a que mañana no podamos estar juntos, sin miedo a que todo acabe, sin miedo a amarnos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro