Punto de vista Camus

Los soldados se pusieron en frente nuestro, en seguida apareció Zeus con ese orgullo y soberbia que lo caracterizaban, al verlo mi rabia fue en aumento, estaba como si nada, la muerte de Artemisa parecía no afectarle en lo más mínimo, nos miro y se aproximo antes de que pudiera decir alguna palabra Rodric con una velocidad impresionante y la presión adecuada le soltó un golpe en la cara –Comenzó esto- los soldados en posición de ataque corrieron hacia Rodric, levante mi mano y congele algunos, Zeus con la mano se tocaba la quijada (el golpe le dolió, solté una leve risa) se incorporo, les dio una señal a sus soldados para que no hicieran nada, Rodric y yo nos miramos confundidos...

– Satisfecho –le pregunto Zeus a Rodric-

– Ni un poco

– Si quieres pelear adelante, pero creo que eres mejor que esto

– De verdad, ¡Tu dándome una lección de cómo debo ser!

– Si al final de cuenta soy tu padre, no quiero pelear, solo quiero hablar –Zeus me observa y con su mirada señala a Rodric, entiendo lo que quiere y de mala gana acepte ayudarlo -

– Rodric deberías escuchar lo que quiere decirte

– Tan rápido te convenció –en tono enojado- por si se te olvida el mato a Artemisa y no digas que eres mi padre, no quiero que me relacionen contigo

– No se me ha olvidado –frunzo el ceño- no creo que Artemisa quiera más pelas, muerte o que algo te pase

– Yo... bien –en tono enojado y cruza su brazos-te doy una oportunidad, te escucho

– Acompáñame, te doy mi palabra que nada te va a pasar –en tono de tranquilidad

– De acuerdo, te sigo –se podía notar la desconfianza-

– Camus, me encetaría que nos acompañes, pero solo pueden pasar Dioses –me comento Zeus-

– Descuida –miro a Rodric y le hago una señal de que todo está bien- aquí espero, no quiero ser parte de más drama familiar

– Te veo después –Rodric se acerca y en tono bajo me dice- creo que Zeus da más miedo en modo tranquilo que en su faceta de tirano

Me causo gracia el comentario de Rodric, pero de cierta manera tenía razón en ese modo de tranquilidad Zeus parecía más escalofriante y me hacía desconfiar, ya estábamos ahí así que lo único que me quedaba era estar alerta por si algo ocurría. Los vi entrando al Olimpo después la puerta se cerro, ahora solo me quedaba esperar, alce la mirada al cielo –Protégelo Artemisa- espero que no nos equivoquemos en a ver venido a este lugar.

Punto de vista Rodric

Entrando en el Olimpo no pude evitar impresionarme ante tan magnífico lugar, así que aquí viven los Dioses –alce una ceja y observe cada rincón por done pasaba- un paraíso para seres tan despreciables fue lo primero que se me vino a la mente, seguí a Zeus hasta una sala donde había varios tronos, el Dios se detuvo por unos instantes y se giro en dirección a mí, su expresión era diferente a lo que había conocido, esa faceta de orgullo y soberbia no estaba, en su lugar se veía relajado y hasta podría decir que tranquilo, la sangre me hervía no voy a negarlo, como es posible que después de todo lo ocurrido este tan en paz, esto me hace pensar que la clave para ser un Dios es no tener la mínima pisca de conciencia y arrepentimiento –respire profundo-

– De que quieres hablar...

– Reconozco que te he hecho daño más del que me gustaría reconocer, me equivoque y quiero recompensártelo de alguna manera

– Bien –mi cara de sorpresa y duda resalto- soy todo oídos

– Quiero que te quedes aquí en el Olimpo conmigo

– ¿Qué? –lo mire con cara de confusión para después reír- esa es tu forma de "recompensármelo"

– Si, este es el lugar a donde perteneces, eres un Dios la inmortalidad esta en ti y gracias eso a dónde tu vas solo verás a los que quieres partir quédate aquí es la mejor oportunidad que tienes

– No, ¿Qué te hace pensar que quiero estar aquí? No tienes la mínima idea de que es lo que quiero y este definitivamente no es el lugar a donde pertenezco, aunque sea un Dios no soy ni seré como ustedes

– Esto es un regalo –soltó Zeus-

– Desde tu punto de vista, desde el mío no, es que no lo entiendes al lugar donde pertenezco es donde este mi hermana y gracia a ti y tu sed de poder ella ya no está, quiero estar con personas que tengan honor, amor, humanidad y este lugar carece de todo

– Lamento lo de Artemisa –la actitud de Zeus parecía como si mis palabras le afectaron-

– No sé si lo siente, yo solo quiero que ya no allá más guerra ni peleas entre el Olimpo y el Santuario, esto se acabo –mi tono fue determinante- porque si vuelves hacer algo en contra de mis amigos te juro que destruiré este lugar...

– Yo tampoco quiero más conflicto, supongo que es la paz

– Así es, si eso era todo, me retiro

– Está bien –suelta un suspiro- pero recuerda Rodric siempre serás un Dios

Eso último que dijo me hizo recordar algo, mire a Zeus seriamente, si estoy en lo correcto puede que esto me ayude...

– Antes de irme quiero proponerte un trato –levanto una ceja-

– Te escucho – en tono de intriga me contesta Zeus-

Después de escuchar el trato Zeus accedió, veremos qué tanta palabra tiene, espero que tenga algo de bondad rescatable un ser tan perverso. Al terminar Zeus me acompaño a la salida, se abrieron las puerta y vi a Camus no voy a negar que me alegro verle eso es una señal de que hasta el momento nuestra visita al Olimpo había estado bien, camine en dirección hacia con Camus para dar marcha a retirarnos...

– Rodric –grita Zeus-

– Si –miro hacia su dirección-

– ¿Seguro de lo qué quieres hacer? –me cuestiono-

– Por supuesto –asentí con la cabeza-

– De acuerdo, al amanecer del quinto día. Al salir el sol, vigila el oriente

– Bien...

Chocando con las palmas de sus manos y un rayo se hizo presente haciendo que un fuerte ruido en el cielo se pronunciara con eso ya no se vio rastro de Zeus y las puestas del Olimpo se cerraron, Camus me miro con extrañeza

– ¿Qué fue todo eso? –pregunto Camus mientras miraba el cielo-

– No lo sé cosas de Dioses, supongo

– No era más sencillo caminar hacia la puerta y cerrarla –con tono serio-

– Si tienes sentido del humor después de todo –solté una risa-

– Ahora ya haces chiste como Milo

– No, yo lo siento, no era mi intención –dije nervioso-

– Tranquilo, estoy jugando –suelta una leve risita-

– Bien –dije en tono de alivio -

En nuestro camino de regreso al Santuario, no deje de cuestionarme el trato que había hecho con Zeus, no por lo que le ofrecí eso me tenía sin cuidado, me preocupaba que no cumpliera, sabía que él no era una persona de fiar, pero aun así decidí confiar, espero no haber cometido ninguna equivocación, se que debería contarle esto a Camus... por fin llegamos al Santuario, verdaderamente estaba cansado, solo quería llegar casa y dormir... seguí caminando cuando sentí la mano de Camus en mi hombro, su mirada se fijo en mi y tenía el ceños fruncido, mierda no se veía contento, me va a preguntar y a lo imponente que se ve, me hará hablar...

– Esperaba que me contaras, pero dado tu silencio veo que no, así que habla –el tono de Camus era severo-

– Sí, bueno... es que yo... -mis nervios me estaban ganado- hice un trato con Zeus

– ¿Qué? Es broma, dime que estás jugando –frunció el ceño-

– Ves, por eso no quise decirte y no estoy jugando es en serio

– ¿Por qué lo hiciste? Sabes que no podemos confiar en ellos

– Lo sé, pero ya lo hice y no te diré que trato fue, entre menos sepas mejor

Camus me fulmino con la mirada, me sentí mal quería contarle, pero en el fondo sabía que era mejor que no supiera, después me dio una palmada en la espalda y me hizo una seña para que continuáramos. Llegamos al Templo de Aries donde estaba Mu quien se alegro de vernos

– Rodric, Camus que gusto verlos, nos tenían preocupados

– Hola –dijimos los dos-

– ¿Por qué estaban preocupados? –pregunte-

– Se fueron al Olimpo... que esperaban

– Pero ¿Cómo supieron que fuimos ahí?

– Milo nos dijo

– Pero Milo como supo

– Yo le dije –contesto Camus- hay que tener un plan B, no iba a dejar que fuéramos sin que nadie supiera

– No se me ocurrió –me quede pensativo-

– Pues no Rodric, eres muy joven –soltó Mu-

– Camus, Rodric al fin regresaron –Milo abrazo a Camus- me alegra verlos... vivos

– Hola Milo –dijo Camus, que aparto a Milo del abrazo-

– Lo siento Camus, me emocione –soltó una risa-

– Que gusto verlos y que sigan vivos –dijo Afrodita que acaba de llegar-

– Y a ti quien te invito –en tono de burla, le dice Milo a Afrodita-

– Acaso este es tu templo, deja veo, no, no lo es entonces cuando sea el tuyo me dices algo –con sarcasmo le comento Afrodita- ¿Cómo les fue?

– Bien, regresamos es lo que importa –le dije-

– Y Camus ¿Cómo es el Olimpo? –la curiosidad desborda en Afrodita-

– No lo sé no entre, Zeus me dijo que solo entran Dioses

– Que tipo más de lo peor, clasista, nefasto –con cara de ofendido-

– Oigan –interrumpió Mu- creo que están cansados será mejor que los dejemos, ya después nos contaran como les fue

– Mu tiene razón –intervino Camus- fue un viaje cansado, lo mejor es ir a dormir

– Camus, te importa si me quedo aquí con Mu

– Claro que no, cualquier cosa ya sabes dónde estoy

Con eso los caballeros pasaron a retirarse, por un momento creí que Camus les contaría en ese instante sobre el trato que hice, pero no lo hizo creo que sus razones tendrá, me retire a la habitación me puse cómodo y me recosté en la cama, necesito descansar y procesar todo lo que había ocurrido, pero no en este instante, solo quiero dormir –veré si en el quinto día cumples tu parte Zeus-

Hola amiwos, este capitulo es un poco más largo, espero les guste por que ya viene el final jejeje

P.D hay una referencia de una pelicula... espero sepas cual es ;) Saludos