Punto de vista Camus

Estaba en la biblioteca, solo quería estar un rato sin tener que lidiar con nada, traía un libro el cual ni siquiera estaba leyendo, quería entender el hecho de que ocultara tener un hermano, lo que me sorprendió y me hizo sentir mal fue ¿cómo algo tan importante no lo compartiera conmigo?, creí que para ella era un apoyo, me sentí excluido de todo lo que le rodea, se supone que somos amigos y habíamos avanzado a algo más, eso solo quiere decir que no confía en mí.

Estaba absorto en mis pensamientos que no me percate que alguien se había sentado frente de mi, hasta que un ruido me desconcentro sin voltear supe que era ella su olor a caramelo la delato, seguí en lo mío no quería hablar, me concentre en el libro que traía hasta que sentí el golpe en mi pierna, la mire y fruncí el seño no porque me doliera el golpe si no por el hecho de verla y recordar lo bella que es y todo lo que rondaba por mi mente. Comenzó hablando, le conteste de manera indiferente, con forme fuimos conversando las cosas fueron saliendo, le externe mi sentir algo que me costó bastante para ser sincero generalmente me guardo las cosas para mí, pero esta vez hice una excepción entonces fue cuando ella comenzó a llorar y decirme porque no me había contado lo de su hermano, verla así me destrozo por completo, un tumulto de emociones se acumularon, me sentí terrible por mi comportamiento, este era uno de los miedo que albergaba en mi ser el no poder controlar mis emociones y dejarme llevar y por ende terminar lastimándola, la situación que había ocurrido me descontrolo, había sido capaz de controlar y mantener mis emociones en un orden, pero desde que ella entro a mi vida fueron poco a poco desperdigándose hasta el punto donde ya no reconocía que emoción era la experimentaba y solo fuera un caos, supe que había sido incomprensivo y egoísta me deje llevar por la decepción y un poco el enojo. La mire se veía tan indefensa y lejos de ser un apoyo como yo quería estaba siendo un patán, me acerque a ella la tome por la cintura y la abrace, sentí como seguía llorando, le acaricie el cabello, era lo único que se me ocurrió no había otra cosa que pudiera compensar mi idiotez.

– ¡Ey! –con mis manos tomo su cara y seque sus lagrimas- tranquila, me comporte mal, no debí reaccionar así, simplemente me sentí fuera de lo que te rodea y eso hizo que me descontrolara

– Te entiendo, de verdad quería contártelo, quería que lo supieras antes, pero las cosas se adelantaron y me tomaron por sorpresa, no creí encontrarme con mi hermano

– Está bien, ahora lo entiendo, mi manera de reaccionar no fue la indicada, no quiero verte así y mucho menos ser yo el causante

Después de eso Artemisa y yo nos fuimos a mi templo, estando ahí me conto toda su historias sus desventuras y conforme fue contándome me sentía como un completo idiota, había pasado por muchas cosas que no me había imaginado, no tuvo la mejor niñez, no sabía la tristeza y preocupación con la que vivía, ahora que me conto algunas cosas tomaron sentido y puedo decir que la admiración que sentía por ella fue en aumento.

– Y esa es la historia –lo dice encogiéndose se de hombros-

– Lamento decir lo siguiente y tal vez me voy a oír egoísta, pero me alegro que te pasara todo eso

– ¿Qué dices? No te entiendo –lo mira con confusión-

– Si no te hubiera pasado eso, no serias la persona que eres hoy en día, alegre a pesar de la carga que tenias, fuerte, solidaría, afectuosa, inteligente y podría decir más cosas, pero de no haber sido por lo que te paso no te habría conocido y tú me aceptaste como soy

– Camus... Gracias, antes cuestionaba todo el tiempo al universo mi desgracia, ahora entiendo que por algo pasan las cosas y gracias a los caballeros he sobrellevado todo, pero en especial a ti, tú hacías que mis días más pesados fueran ligeros el estar contigo me ha traído paz

Toda duda o temor que estuviera fija en mi mente se había disipado, estaba seguro de lo que sentía por ella, sé que mi comportamiento no fue el mejor y estaba avergonzado de eso, pero para mí todo esto es nuevo, no había sentido esto por nadie y experimentar estos sentimientos por Artemisas me desconcertaron de muchas maneras. Me acerque a ella, la tome por la cintura, me incline y le di un beso en ese instante un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo y el corazón me latió a toda velocidad, pero después me sentí relajado y en paz, justo esto es lo que me agrada esa dosis de cambios de alteración a tranquilidad en poco tiempo, estando con ella es como si nada existiera a nuestro alrededor aun no entendía cómo era posible que Artemisa convirtiera algo tan simple en extraordinario. Estábamos inmersos en nuestros asuntos cuando nos interrumpió un aspirante

– Señor Camus, lo solicitan a usted y a la Señorita Artemisa con el Patriarca, es urgente –se inclina-

– Te dijeron para que nos requieren –note que mi tono fue serio-

– Lo desconozco, eso fue lo único que me indicaron

– Gracias, estaremos en cuanto antes

– ¿Paraqué nos quieren? –dijo Artemisa, algo preocupada-

– No lo sé, será mejor ir cuanto antes

A paso de prisa nos dirigimos con el Patriar en el lugar se encontraba Athena y los caballeros de Oro, por sus caras pude deducir que no se trataba de buenas noticias, había una persona más que no conocía un muchacho alto de cabello negros hasta los hombros, recordé que era el mismo muchacho que estaba con Artemisa el día que había ido a buscarla, supuse que ese era su hermano, lo confirme cuando volteo el parecido entre ellos era más que obvio, nos acercamos para saber qué era lo que estaba pasando

– Patriarca, Athena –hice una reverencia con la cabeza- ¿Qué es lo que ocurre?

– Hemos recibido noticias un tanto alarmantes –con voz serena comento el Patriarca-

– ¿Qué noticias?

– El Olimpo ha estado preguntando por Artemisa y Rodric

– Por nos otros dos –señala Artemisa sorprendida-

– ¿Por qué han estado preguntado por ellos? –dije un poco inquieto-

– Aun no lo sabemos, pero tratándose del Olimpo será mejor estar al pendiente –comento Athena

– ¿Qué sugiere Diosa? –Intervino Mu-

– Prepararnos para una batalla quizás – en tono de duda dijo Aiorios-

– Batalla – dijeron todos al unisonó-

– Eso es mucho no creen, ¿Por qué habría una batalla? Digo solo han preguntado por nosotros y no somos de relevancia–dijo Rodric, mientras se acercaba a su hermana-

– ¡Ay querido, pero que humildad! Se ve que no sabes nada –lo dice de manera sarcástica Afrodita- Si el Olimpo pregunta por ustedes es porque son de relevancia para ellos

– Afrodita tiene razón –dice Shura- por algo los están buscando, el problemas es ¿para qué?

– De algo debemos estar seguros, pronto darán con ellos –dijo Aioria-

– Si es que ya saben donde están – fruncí el ceño-

– El asunto es saber si vienen de forma pacífica o de pelear –Intervino Shaka-

– Tratándose del Olimpo lo más probable es que vengan en modo pelea –comento Deadmask sin ninguna preocupación-

– Tranquilos todos, no hay que precipitarnos solo estemos alertas, Rodric y Artemisa están bajo nuestras protección, lo que quiera el Olimpo estaremos preparados

– Entendido –dijeron todos los caballeros-

– Con todo respeto –dijeron los gemelos-

– No queremos meterlos en problemas, si el Olimpo nos busca hablaremos con ellos –dijo Rodric-

(Aldebarán suelta una risa y todos los presentes voltean)

– Muchachos, sus intenciones son buenas, pero les guste o no nos necesitan, si algo quiere el Olimpo con ustedes no lo resolverá hablando

Las palabras de Aldebarán eran ciertas, en todos los años de historia el Olimpo era conocido por hacer tratos con el arte de la guerra y no con la diplomacia, pude notar la preocupación en la cara de Artemisa, discretamente roce mi mano con la suya y la tome, quería que supiera que pase lo que pase estaré con ella... aunque eso significara probablemente una guerra.