
Epílogo
Sandy
Han pasado semanas de lo acontecido con mamá, Derrick se ha encargado de la policía y sobre la búsqueda de Cindy. Ya al fin la denuncia ha sido cancelada, así que no me preocupo más.
Barro tranquila hasta que tocan el timbre de la casa, dejo la escoba y veo a papá, así que lo saludo, para que pase.
—Haré té. —Le sonrío.
—Oh, me llevaré un poco, pero no me quedaré mucho. Unos amigos me invitaron a una comida y no debo tardar.
—Está bien.
Cierro la puerta mientras avanza y me dirijo a calentar el agua. Papá se sienta en una de las sillas del living, entonces veo a Derrick llegar. Le saludo y le sonrío para luego también ofrecerle té. Mi padre y mi esposo meriendan juntos, entonces me siento en medio de ambos.
—Amo tu té —expresa papá y bebe un sorbo.
—Gracias.
—¿A qué se debe su visita, suegro? —consulta mi marido.
—Solo vengo a visitar a mi hija, ¿no puedo? —pregunta el hombre mayor.
—Claro que sí, suegro.
Bebemos el té, tranquilos, aunque se nota la tensión. Me sirvo más cuando papá se retira. Me mantengo parada y Derrick continúa en su silla, así que también le pongo un poco a su taza.
—Me alegro que te lleves bien con mi padre —acoto.
—Bueno, es el pilar de tu cordura, así que no me queda de otra.
Hago una pausa antes de consultar.
—¿Y qué pasará con el asesino de tu hermano?
—Hay venganzas que no son necesarias. —Toma de su té.
—¿O sea que también perdonarás a Eitana?
—Sí, perdono mucho últimamente, pero es más cuestión de estrategia. Matar debe ser siempre la opción menos buscada, trae mucho trabajo y complicaciones.
—Me parece bien —susurro.
—Te agrada la idea, ¿verdad? —se burla.
—Soy Sandy, ya olvidé esta conversación. —Sonrío.
—Eres adorable. —Pone la mano en su mejilla y el codo en la mesa—. Dime, Sandy, ¿qué haremos hoy? Me tomé el resto del día para estar contigo.
Me sonrojo.
—¿Conmigo? ¿No con Cindy?
—Oye, ya le he prestado demasiada atención a Cindy, ¿no te parece?
Mi corazón se acelera y me emociono.
—¡Ay, sí, es mi turno!
Se levanta de la silla, entonces toma mi rostro.
—Pongámonos románticos, angelito. —Me besa.
Las mariposas llegan a mi estómago, mientras Derrick se apodera de mis labios y me pierdo en la sensación. Como si todo lo demás no importara ni existiera, me dejo llevar por sus palabras y su toque manipulador. Un caballero malvado siempre sabrá como corromper a un ángel, aunque este ya sea un caído.
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