
42. Padre e hija
Sandy
Derrick se va a investigar a mamá, que no debió haber ido muy lejos, y yo me quedo a solas con mi padre otra vez. Me giro, una vez que me despido de mi esposo, entonces veo a papá venir con una carta. Él suspira y lo observo extrañada. Quizás se viene otro sermón, así que cierro la puerta.
—La última vez que viniste a esta casa... —Suspira—. Creo que fue desde que te casaste, ya no visitas a tu viejo padre —me reclama otra vez.
Lo sabía.
—Papá... —Bajo la vista—. Te recuerdo que tú me comprometiste con él y ahora estoy bien, así que...
Se ríe, cansado.
—Soy un hombre viejo y enfermo.
Vuelvo a mirarlo.
—Lo sé, no te preocupes, siempre tendrás todo mi apoyo.
—No me importa eso. —Mueve entre sus dedos aquella carta que sigue sin soltar—. Tarde o temprano iba a pasar. Sabes que me olvido, que mi memoria no es buena, así que toma antes de que me arrepienta. —Alza el sobre.
—¿Qué es? —Lo agarro y empiezo abrirlo.
—Sandy la envió hace un año.
Me petrifico.
—¿Sandy? Yo soy Sandy.
Suspira.
—Somos dos enfermos hablando y lo sabes —dictamina y me estremezco todavía más—. En esas palabras, habla la única cuerda aquí.
Leo en voz alta:
—"Ya nadie usa cartas, pero ambos sabemos que tú nunca aprenderás, jamás quisiste modernizarte, así que aquí va mi último acto de complacencia hacia ti. Hace algunos años, me peleé con una niña, se parecía a mí. Ambas nos envidiábamos y nos pusimos a discutir ¿Adivina qué? Perdí la batalla, no me enseñaste nada, ser la hija ideal no me sirvió en absoluto. Casi muero, pero hui. No entraré en detalles porque no deseo hacer esto muy largo. Jamás seré esa persona que quieres que sea, busqué mi camino y al fin estoy bien. No intentes contactarme, nada más quería que sepas que al final pude ser yo misma. Espero un día aprendas la lección, que no puedes controlar todo y que nada gira en torno a ti. Tu hija, Sandy".
Como supuse, Sandy ya no actúa como el ideal que pretendía ser.
—Cuando leí esa carta... —Papá suspira de nuevo—. Entendí varias cosas, aun así la ignoré, me enojé bastante e incluso fingí que no la leí, porque tú estabas caminando por mi casa y mi hija no me hablaba así. —Llega otro suspiro a él—. Lo he recordado muchas veces y lo he ignorado otras más, pero tarde o temprano la realidad golpea a mi puerta. Como cuando mi hija ya no vuelve a mi casa y me quedo solo, y en ese momento en el que estoy en mi completa soledad, recuerdo que no es ella.
—Papá, yo...
Levanta la mano para que me calle.
—Hace años perdí a una hija y no lo supe hasta el año pasado, y hace poco perdí a la otra, entonces entendí la carta. Estos errores siempre han sido mi culpa. Supongo que no lo quería aceptar, pues Sandy en realidad nunca se fue, sigue aquí, en frente de mí.
—Yo siempre seré Sandy. —Bajo la vista—. Aunque...
—No necesito explicaciones, ni tampoco una respuesta del porqué lo hiciste, después de todo ya está, ya pasó e igual que la otra te fuiste, pero me aguantaste un montón, tienes puntos por eso. —Se ríe, aunque se nota triste.
—Si quieres que no te visite más, puedo hacerlo, puedo hacer lo que me pidas, pero no me odies —expreso angustiada al punto de casi llorar—. Yo no deseo que dejes de ser mi padre.
—Puedes venir todo lo que quieras, hija, no tengo derecho a juzgarte. Es más, calculo que ignoraremos esta conversación y seguiremos como estábamos.
Me refriego los ojos y termino abrazando a mi padre.
—Sí.
¡Momentos emotivos antes de la sangre! >:D
¿Qué? ¿Quién dijo eso? Yo no xD
Nos acercamos al final bua bua bua :"v
Atte: Vivi.
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