Sandy

Un beso, otro beso. Tomo una bocanada de aire para respirar, pero no por mucho porque su boca se estampa con la mía de nuevo. Nuestros labios continúan besuqueándose sin dar mucho lugar al aire. Hago un gimoteo cuando me levanta, me gira, entonces me tira sobre la cama para luego subirse sobre mí. De nuevo nos besamos y me agarro de su chaqueta con fuerza.

Lo empujo un poco para detener el frenesí que estamos teniendo.

—Dijiste que solo íbamos a hablar —le recuerdo mientras mi pecho sube y baja por mi respiración agitada.

—Ya hablamos. —Se tira a chuponear mi cuello.

Desciende.

—Oh —chillo cuando levanta la tela de mi atuendo—. Derrick... —Me exalto al mi marido juguetear con su cabeza entre mis piernas.

No veo mucho porque la falda del vestido es muy voluminosa, pero sé que está haciendo maravillas ahí abajo, puesto que las siento perfectamente. Se aleja de allí, después se relame los labios, mientras me mira fijo, mis mejillas queman. Es tan guapo.

—Te extrañé, cariño —susurra mientras sus manos recorren mi cuerpo, entretanto sube hasta acercarse a mi boca—. ¿Tú me extrañaste? —Asiento en un leve movimiento, entonces Derrick acaricia mi cabello—. ¿Cómo te sientes? —consulta.

—Estoy bien. —Flexiono una pierna y él la agarra.

—Parece que bajaste la guardia.

—¿No es lo que querías? —pregunto seria.

—Quiero todo de ti. —Se muerde el labio—. ¿Me lo darás?

—Solo si te portas bien.

—¿Y cómo sería eso? —Apoya su boca en mi mejilla—. No volvamos atrás. —Deslizas sus dedos por la trenza que está bien armada y la deshace muy despacio—. Quiero entrar muy profundo en ti.

Echo un suspiro. Sus dedos se van en dirección a mi ingle, cierro los ojos y siento su toque. Me muerdo el labio mientras el suyo sigue en mi mejilla. Está húmedo, todo.

—No debería ¡Oh! —gimo, mi espalda se enarca.

—Claro que corresponde, soy tu marido, tenemos secretos juntos.

—Lo sé. —Abro los ojos.

—Me alegra que nos estemos entendiendo.

Remojo mis labios.

—Se intenta.

—Cindy, anhelo hacerte el amor, déjame entrar en ti. Sandy ya tuvo su turno. Quiero saber cómo es sentir este lado tuyo, deseo ver tus reacciones.

Mi pecho sube y baja, entonces giro mi rostro a observarlo. Nuestras miradas se cruzan, viéndonos de manera intensa.

Soy la misma persona, lo amo por igual, debería dejarlo hacer lo que desea. Dice que quiere conocer esta parte, supongo que tendré que atenerme a las consecuencias, ya estamos aquí después de todo. Si hubiera ansiado detenerlo no me hubiera casado.

—De acuerdo —susurro.

Mantengo la mirada perdida, Derrick sonríe y me besa. Mis mejillas se calientan cuando comienzo a sentir que me toca de nuevo. Es entonces cuando lo abrazo y también toco su piel. Elijo percibir su tacto en todo mi ser.

Derrick

Me ilusiono cuando obtengo su aprobación y aprovecho. Cindy es más fría, tiene barreras que debo romper. Es un lado de Sandy muy controlador. Aunque eso no evita que yo tenga las riendas de la situación en la cama. Al igual que su contraparte, también toca, pero lo hace de una manera más lenta, menos intensa. No se asusta, aunque se avergüenza. Un poco a la defensiva y más rígida. Es una chica que sabe lo que desea y ahora se lo voy a dar.

Bajo el cierre de mi pantalón, acto seguido tironeo de su pierna, atraigo su pelvis a mi entrepierna. Me deshice de la ropa interior de Sandy hace rato, es hora de desprenderme de la mía. Una vez que nuestras caderas chocan, me muerdo el labio inferior.

—Deberíamos usar protección —sugiero.

—No, Sandy quiere hijos —declara sin expresión.

—Cierto, la ilusión de la esposa perfecta. Está bien, intentemos cumplir sus sueños entonces. —La agarro de la cintura—. Dejemos a los niños jugar a la casita mientras los adultos nos divertimos.

Me adentro en ese bonito cuerpecito y comienzo a moverme. Ella cierra los ojos y se avergüenza, entretanto se agarra de las sábanas. Se siente igual de bien como la recordaba. Obviamente hace otros gestos, pero es ella después de todo. Creo que puedo acostumbrarme a tener dos mujeres en una. Jugar en la cama puede volverse interesante. No tiene ganas una, puede que la otra sí lo deseen. No sé si parezca fantasioso, no obstante suena divertido.

Cindy gimotea para mí y lo disfruta igual que yo. Es el paraíso de la excitación. Al final salió todo como quería, quizás con algunos contratiempos, sin embargo el angelito finalmente se entregó por completo. Pienso disfrutarla toda la noche.

Sandy

Despierto, sintiendo mis piernas húmedas y me sonrojo. Anoche, Derrick y yo... No, Derrick y Cindy, la pasaron muy bien. Al fin mi otra parte aceptó a mi marido. Mi corazón se mueve muy rápido. Fue mágico.

Reacciono, me avergüenzo teniendo a Derrick, dormido y abrazándome. No me puedo soltar, además mis trenzas son un desastre. Muevo a mi esposo para que se despierte, entonces él parpadea varias veces antes de despertar por completo.

—Buenos días, angelito. —Besa mi frente—. Me alegra que al fin no te levantes de la cama sin esperarme.

—Eh, uh... en realidad —expreso nerviosa—. No puedo salirme.

—Soy inteligente entonces. —Me apretuja, luego sube su pierna sobre mí, así que chillo y él se ríe—. La Sandy adorable está aquí.

—Su... suéltame, por favor, tengo que arreglar mi pelo.

—Lo harás, pero primero voy a sentir tu calor —murmura.

—De... debo ir a bañarme, Cindy no lo hizo.

—Me alegra que hasta la mencionas y no dices que no existe.

—Bueno, ahora tenemos secretos juntos, ¿no?

—Exactamente.

Levanto la vista.

—Te amo. —Sonrío.

—Y yo a ti —susurra cerca de mi boca y su mano pasa a mi muslo.

—¡¡Oye!! ¡¿Dónde estás tocando?! ¡Haz eso con Cindy, no conmigo! —chillo.

Se ríe.

—Eres una cobarde, así pensabas tener hijos conmigo, pero del aire, qué curiosa forma.

—Ahora que ustedes están bien, yo puedo quitarme del asunto y seguir con mi imagen de inocencia. —Sonrío.

—Angelito, no te vas a escapar de mí. —Nos cubre con la manta, así que chillo, entonces comienza a besarme, llena de besos mi cuerpo mientras gimo—. Eres una dulzura.

Caigo en la tentación, así que uno mis labios con los de él. Lastimosamente, el timbre de la suite suena y Derrick levanta la manta que nos cubre. Mi marido refunfuña, luego termina por irse de la cama, para ir a atender. Observa por la mirilla de la puerta, luego agarra la ropa y se pone el arma detrás.

—Oficial ¿Cuál es el problema? —expresa tranquilo.

Rápido, me levanto del colchón, tomo el desabillé para cubrirme y corro a esconderme atrás de una pared para oír.

—Oímos que usted tiene información sobre Cindy Couturier. —El hombre de la ley le muestra un papel.

Mi corazón golpea con fuerza por los nervios.

—No, jamás la he visto, ¿quién le dijo? —indaga mi marido.

—Lo siento, es confidencial.

Sonríe.

—Regresen cuando gusten, les ayudaré en lo que pueda.

El detective se va y Derrick cierra la puerta mientras me le acerco. Mi marido marca al número de recepción por el teléfono del hotel, que está en la mesita de la entrada, termina por quejarse con el gerente. Una vez que cuelga quiero decir algo, sin embargo no me salen las palabras, así que él me acaricia el cabello para tranquilizarme.

—No te preocupes —aclara—. Yo me encargo.

Eso no me tranquiliza, además el único que sabe de Cindy es él, pero no pudo traicionarme, a menos que le haya contado a alguien y ese se fue de boca. También pudo ser... no, papá, imposible, él no sabe, ¿o sí?

No logro recordar, me duele la cabeza.

—Iré a recostarme —aviso.

—Está bien, yo averiguaré, quédate tranquila.

No puedo, nada me calma cuando se trata de Cindy. 

Ahora Derrick y Sandy están bien entre ellos, pero parece que el pasado y los problemas tocan a la puerta 🙊

Atte: Vivi.