21. La familia Miller
Derrick
Ya de regreso en el pueblo, el lugar lejos de mis enemigos y que puedo dejar de estar alerta, pero no, pues tengo al señor Miller cansado en su cama, pero queriéndome echar de su casa.
Uno finge ser el buen samaritano, sin embargo terminan queriendo dejarte sin techo. Mínimo déjeme tener una noche con su hija, señor. Chiste malo, al punto.
—Señor Miller, no puedo dejarlo así. —Me hago el compasivo—. Sé que fue mi culpa lo sucedido, pero no fue mi intención ofenderlo, ni a usted ni a su hija. Fui llevado por los deseos carnales y estoy arrepentido, por mi error el karma ha llegado a esto. —Sueno tan sincero que hasta parece que digo la verdad, casi podría creer mis propias mentiras.
El anciano, postrado en aquel colchón, me observa desafiante. No puedo flaquear en ningún momento, mi estadía depende de ello. Hasta mi gesto tiene que verse lo más sincero posible.
—¿Cuáles son sus intenciones con mi hija?
Temía por esa pregunta, es como una cuestión con trampa. Antes de tener ese encuentro con Sandy, Miller manifestó que no quería que tuviera nada con su hija, pero nos encontró en esa situación fuera de tono y toda mi mentira se cayó.
—Si mentí sobre mis insinuaciones para con su hija, fue porque sabía que estaba seguro que desaprobaría esa relación.
—¿Quieres decir que tienes una relación con mi Sandy? —Enarca una ceja.
—En absoluto, su hija lo respeta mucho, no me aceptaría.
—¿Y quieres que sí lo haga?
—Creo que... —Hago una pausa—. Eso es decisión de ella.
—Escúchame. —Se inclina en la cama para sentarse mejor—. No estoy seguro de aprobar algo así, pero viendo que no me encuentro en condiciones, necesito a un hombre en la casa.
—¿Disculpe? —Me hago el desentendido.
—Si vas a permanecer en mi hogar, necesitas formalizar con Sandy y encargarte de mi trabajo, sino ahí está la puerta, ¿entendido? —dictamina.
—Comprendí perfectamente, señor, aunque deberíamos preguntarle a Sandy primero, no me parece que esa decisión deba pasar por encima de ella.
—Ya pasaste por sus piernas, ¿cuál es el punto? —expresa molesto.
Viejo de mierda, me cae mal, trata a su hija como a un paquete. Este señor debería agradecer que no tengo un café entre mis dedos para quemarlo vivo. Presiono el puño, manteniendo la compostura.
—Como usted diga, entonces me encargaré de su hacienda, no se preocupe.
—No te quiero ver revolcándote más con mi hija hasta que estén casados, ¿entendido? —Me señala.
Yo fornicaré con su hija cuando se me dé la gana, viejo de mierda.
—Será como usted diga, señor Miller, se lo prometo —insisto.
—Te encargo todo —declara, entonces asiento, para luego retirarme de su habitación.
Este anciano es estúpido, le acaba de entregar todo al mismísimo diablo. Cuando se quede sin un peso y sin hija, ya lo quiero ver llorando o muriéndose de hambre. Cualquiera de las dos me parece bien.
Hablando de demonios, ahí está el ángel.
—Deja de limpiar. —Le quito la escoba a Sandy.
—¡¿Eh?! —Se alarma la rubia—. Pero tengo que dejar todo limpio para que mi papá esté en un ambiente saludable.
—No te preocupes, lo hará la mucama que voy a contratar, tú ya no realizarás esas cosas, ¿recuerdas? —aclaro.
—¿Hablas del favor del catering? —Enarca una ceja.
Sonrío.
—Exacto, bonita memoria.
—Pero no puedes contratar siempre a alguien para la limpieza, al menos hay que preguntarle a papá primero.
—Tu padre ya no toma decisiones aquí, yo soy el hombre de la casa ahora, al menos hasta que se recupere.
—¿Cómo que el hombre de la casa? —Frunce el ceño—. Tú eres un invitado, yo debería cuidar las cosas de papá.
—Tu padre ha dicho que desde que tengo una relación contigo ya soy parte de la familia.
Se sonroja.
—¿Desde cuándo tenemos una relación?
—Para él, desde que me metí entre tus piernas —digo directo.
—E... eso no es cierto.
—Verdad, casi me meto ahí, no llegué, pero para él sí. —Me río.
Se cubre la cara con ambas manos.
—¡Qué vergüenza! —Se va corriendo.
No la detengo, hay otros asuntos que atender antes de hablar con mi falsa futura esposa. Y digo falsa, porque sigo sin creer en el compromiso. Esto es todo parte de un acto, hasta que decida qué voy a hacer con Sandy. Con el viejo ya sé que lo quiero bajo tierra, pero con el angelito ni idea qué le tendré preparado para el futuro.
Dejo la escoba, apoyada en una pared, mando el mensaje para la limpieza y luego me dirijo a mi habitación, cerrándola con llave para ser precavido. Me siento en la silla que tiene una mesa con un cajón. Abro este y de ahí saco los pedacitos que Sandy rompió de un cartel, los cuales recuperó el conserje al que le pagué en el hospital.
¿Qué escondes Sandy Miller?
Paso horas pegando los trozos, la chiquilla se las arregló para romper el cartel en muy diminutos pedazos, así que me está costando repararlo. Quizás no es nada, pero cualquier indicio que pueda ayudarme para tenerla alejada de mis planes es mejor que nada. Cuando lo termino, quedo estupefacto, la chica es más inteligente de lo que creí, ha roto partes claves de aquel papel y aunque se perdieron algunas en el proceso, todavía puedo dilucidar qué significa. La primera palabra que logro armar es "Desaparecida" ¿Por qué Sandy rompería un cartel de una chica que desapareció? Miro mejor la hoja, entonces reacciono. Intento acercar un poco más los fragmentos.
"Cindy Couturier, desaparecida a los doce años".
¿Doce? ¿Por qué esta nena se parece tanto a Sandy? Demasiada coincidencia ¿Acaso el señor Miller no es su padre? Parece que la familia Miller guarda más secretos de los que aparenta, secretos retorcidos.
¿Acaso tengo que pensar que ese hombre secuestró a una niña a los doce años para hacerla pasar por su hija? Debo estar delirando, pero lo que cuenta Sandy y lo que dice el señor son dos cosas muy diferentes, como la historia de la mamá, que ella contó que estaba lejos y él dijo que murió.
Entonces Sandy, ¿realmente es Sandy?
¡PUM, BOMBA! ¡¿Cómo que Sandy no es Sandy?! D:
Y Derrick y Sandy son pareja de la nada, bueno de la nada no, de sus cochinadas. Eso rimó xD
¡¡Llegamos al 1K!! ❤️ 12/04/22
Atte: Vivi.
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