01 || Oportunidades
«Habían decidido unir sus vidas a pesar de las diferencias que tenían y las malas situaciones que vivirían»
Bianca
La primera semana en casa de mis padres había pasado volando, saliendo a caminar por los senderos y disfrutando un poco del sol.
—¿Que te pasa hija? —escucho a mi padre preguntarme— has estado callada el día de hoy y tu expresión sombría ha estado acompañandote desde que llegaron.
Sonrío—Siempre tan observador papá, hay algo que me ha molestado y no puedo esconderlo.
—Bien, aquí estoy para escuchar tus berrinches y consentirte
Comienzo a contarle lo que Max va a hacer, lo que pienso y lo que creo que podría pasar en esos 3 meses.
—Mi pequeña, me alegra que pudieras llegar a quererlo en este tiempo, no soy tonto y se que no lo amas, al igual que él lo sabe —dice mientras lo escucho con atención— tal vez este tiempo sea el que debe suceder para que se afirme su amor realmente o para que comiencen a hacer su camino... por separado.
—Eso me preocupa, si hubiera aceptado tener un hijo no tuviera esta preocupación... —me interrumpe mi padre
—Bianca, no pienses así. Un hijo se tiene por amor de ambos y no por querer conservar lo que podría acabar —me dice— con tu madre los tuvimos porque nos amamos, porque queríamos cuidarlos.
En ese momento entra mi madre sonriendo. Mientras habla con papá pienso en lo que dijo y es verdad, yo no amo a Max pero es egoista de mi querer conservarlo y que no seamos completamente felices.
Esa noche mamá llamó a mis suegros, hubo un lindo tiempo para compartir y aproveché para estar con mi hermana, hace mucho que no la veía.
—Mi hermosa bebe, ¿cómo te trata la mami? —le hablo a Suly— cuéntale a la tía Bian
Sin embargo, esa niña me ignora olímpicamente y veo a mi hermana acercarse toda frustrada.
—Pareces idiota Bianca hablándole así —me dice Diana, mi hermana— aparte no te va a parar bola, desde que el padre le dio ese tonto juguete no quiere otra cosa que solo eso.
—No seas celosa con él, quieras o no es su padre y me alegra que no le ocultaras las cosas —le digo— ¿qué fue lo que pasó? Y ¿que ha dicho papá?
Suspira—Siempre fue buena la relación aceptó y papá lo aceptó, claro que no estaba en nuestros planes tener a Suly y tampoco pensé en decirle cuando me enteré que me engañó... pero antes de que nazca él vino a buscarme, me pidió perdon y yo decidí contarle, no reaccionó como esperaba... —se calla por un momento
—¿Qué fue lo que dijo? —le pregunto mientras veo a Suly y al no escuchar respuesta regreso a verla.
Está viendo al piso con sus ojos cerrados, mientras llora en silencio. Me acerco a ella y le doy un abrazo, mientras la pequeña regresa a verla y le da su manito.
—Mami, llora mal —le dice Suly a mi hermana— amor mio
Ella sonríe mientras la abraza y regresa a jugar. Supongo que esa es su manera de decirle que no llore y que la ama.
—Por momentos como este, se que hice bien en quedarmela —habla Di— cuando le conté a Fernando lo que estaba pasando y lo único que hizo fue preguntarme si era mentira, luego me dijo que esperara y se fue.
»Pensé que iba a escapar como suele hacerlo, pero volvió después de unas horas y traía un regalo... era una ropita de bebé y en ese momento supe que estaría con nosotras.
La veo limpiar su rostro y suspirar, entonces le pregunto:
—¿Por qué no están juntos entonces?
—Sabes que no creo en el matrimonio Bianca, me alegra que otros sen felices de esa manera pero no es lo mío —me responde— además los padres de él dejaron muy claro que si queremos vivir juntos ese es el requisito
—Y por supuesto tu no aceptarías que te dijeran que hacer y menos ellos
—Puedes creer que no aceptaron a mi bebé —dice enojada— ella no tiene la culpa, no es justo que la traten así.
Seguimos hablando y me sorprende que muestre tanta valentía por defender a su pequeña, puede que ante los demás haya madurado y sea ahora una mujer, pero en sus ojos sigue luciendo como esa pequeña que necesita cuidado.
Por un momento nos quedamos en silencio y me abraza, es entonces que comienzo a llorar mientras recuerdo a nuestro hermano mayor, sus consejos y abrazos.
—¿Lo extrañas demasiado, verdad? —me pregunta
—Si, de alguna manera me siento mal que no lo recuerdes tanto porque eras pequeña y a la vez me alegro que tu corazón no esté tan dolido por haberlo perdido.
—Bian, háblame de él.
Comencé a contarle y no recuerdo cuando nos quedamos dormidas, pero me sentí en casa y feliz por estar ahí y recordarlo de la mejor manera.
°°°°°
—¡Bianca, despierta!
Gritos. Recuerdo el día que empezó así y como terminó, me saca una sonrisa.
—Ya estoy despierta, madre —respondo acostada
—Si claro, apresúrate que tus suegros vienen hoy y tu esposo ha dicho que tiene algo importante que decir —me dice, mientras abre las cortinas
Abro mis ojos sorprendida y me levanto angustiada, no pensé que realmente fuera a decirlo y menos hoy que vamos a pasar con su familia fuera de la ciudad.
—¿Todo bien cariño? —pregunta mamá— no parece ser una buena noticia
—Max les dirá todo, espera.
Me cambio enseguida y salgo a buscarlo, pero no está en la casa.
—Padre, ¿has visto a Max?
—Si, fue a ver a sus padres bonita —responde tranquilo
—¡Demonios! Ese hombre está loco, no puede decirle a sus padres lo que está pasando. No aún.
—¿Por qué no? —me pregunta
—Padre, mañana vamos a ver a su familia y no quiero que estén angustiados y enojados por su decisión —le digo enojada— no debió hacerlo sabiendo como van a reaccionar.
Suspiro y me siento a su lado, me siento enojada y alterada. No entiendo la razón.
—Bianca, tu eres la única que está así. El estaba sonriendo, se sentía emocionado de poder decirle a sus padres el gran logro que va a realizar —me dice— no le dañes esa alegría, no lo hace con maldad sino con un propósito y es seguir sus sueños
»Llevar una vida juntos es apoyarse, creer en ustedes y lo que venga mas adelante es lo que estaba escrito.
Me abraza durante un largo rato, hasta que escucho voces y se que han llegado.
—Limpia tu cara y sonríe, tienes una hermosa vida por delante.
El desayuno resultó tranquilo, hasta que llegó la hora de hablar. Tome su mano y lo animé, cuando comenzó a hablar vi en la cara de sus padres emoción y a la vez preocupación. Me miraron por un momento a mi, yo solo podía sonreir y no dejarme caer.
Al terminar de hablar la primera en reaccionar fue mi hermana, fue a abrazarlo y darle un sermón de como debe comportarse y le encargó un par de cosas que quería, todos rieron y creo que fue el momento perfecto para romper el hielo.
Sus padres lo abrazaron, le dijeron lo orgullosos que estaban aunque tenían lágrimas en sus ojos. Mi madre fue mas exagerada, pero ella es así. Ahora entiendo de donde sacó esa actitud mi hermano.
—Bian, ven un momento
Me acerco a él, mientras me da un abrazo y me agradece por apoyarlo.
—¿Quieres ir a verlo? —me pregunta y yo solo asiento con mi cabeza.
Mientras estamos en el carro, me recuesto un momento y lloro. Realmente me hace mucha falta, necesito tantas veces un abrazo de él.
—Bianca, ¿puedo pedirte un favor? —me dice Diana
—Si claro, dime
Se queda por un momento en silencio y responde.
—Regresando te digo —responde, mientras la veo por el espejo y luce nerviosa.
Llegamos al lugar, mientras nos bajamos veo a algunos amigos y personas cercanas a Fabian. Me alcanzan a ver y llegan a abrazarme, los había extrañado siempre fueron parte de nuestra familia.
—Me alegra verte Bian
—Te extrañamos un montón
—Tenemos que salir a comer, te ves muy delgada bonita
Sonreí solo al escucharlos, me hacían falta. Ya han pasado 6 años desde la muerte de él y la última vez que nos vimos.
—¿Vino?
Me quedan viendo y saben a quien me refiero, me apunta a una chica sentada a un lado del árbol donde está enterrado.
—Siempre está ahí, le cuelga cartas que la gente deja y lo cuida —me dice Juanpe
—Ella debe seguir su vida, no puede derrumbarse.
Me voy acercando poco a poco donde está Isabel y escucho como está llorando mientras le habla.
—...recuerdas el chico del que te hablé amor, hoy me está acompañando decidió quedarse lejos para no molestar aunque no creo que sea necesario, quisiera presentarselo a tu familia ojalá me lo permitas... —la interrumpo
—Siempre serás bienvenida Isabel, y si ese chico te hace feliz entonces está bien
Se sobresalta y voltea a verme asombrada. Parece que hubiera visto un fantasma, le sonrío.
—Respira Isa, estoy aquí de verdad.
Se toma un momento y nos abrazamos, es bueno verla.
—Bianca... —susurra
Conversamos durante unos cortos minutos, ha comenzado a trabajar y le va bien, tiene a su lado alguien que la hace feliz y acepta lo que ella quiere.
—Isabel, mañana ya me voy y realmente quiero que vengas a casa y traigas a Brendan. No quiero que te sientas culpable por querer seguir siendo feliz y mis padres lo amarán así como a ti.
—Lo haré, espero llegar a la hora del almuerzo siempre sus comidas son deliciosas —responde sonriendo
Hablamos durante un rato mas y nos despedimos de todos regresando a casa.
—¿Qué te tiene tan callada hermana?
—Quiero irme a vivir contigo
Lo dice directo y sin bromear. No es algo que me esperaba siempre la he apoyado pero necesito saber sus razones.
—Explícate
—Realmente amo y agradezco a mis padres por todo, pero debo salir de ahí y comenzar a vivir. Hablé con el papá de Sully aceptó que haga eso pero con la condición de que el irá a verla y quedarse al menos 2 meses.
»Me inscribí en la Universidad y empiezo en 3 meses, ya hablé con ellos no les agradó mucho pero aceptaron y bueno tu tienes que decirme si puedo o no.
Le sonrío mientras la veo.
—Sabes que siempre te apoyo y que quieras hacer eso es algo muy valiente.
—Te amo hermana
Regreso a ver a Max y me mira sonriendo. Se que está de acuerdo y eso me hace feliz.
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