N
La estática se hacía presente, la señal era pésima, y el Gps no servía en este lugar desértico.
—¿Nada?. — Preguntó la castaña sería.
—No, no hay señal. — Respondí viendo mi reloj inteligente.
—¿Qué vamos hacer?, solo contamos con dos mochilas ;una de alimento, el otro de armamento, pero solo cuenta con dos pistolas y dos cuchillos, no es mucho y se me olvidaba, adentro tiene una pequeña maleta de las bombas . — Me susurra preocupada.
—Ya se me ocurrirá algo. — Susurre. — por ahora, solo hay que irnos de aquí. — Dije, voltee a hacia la distancia donde el tren que nos trasladaba estaba hecho chatarra. —Sigamos las vías hasta llegar a un lugar donde descansar, porque si nos quedamos aquí vamos a morir. — Mire a mi alrededor, el desierto parecía no tener fin y el atardecer ya se estaba acercando, debíamos de llegar a un refugio antes del anochecer o si no, moririamos de frío.
Cargue la mochila de armas y la maleta de bombas que habíamos modificado y Tea cargaba la mochila de la comida.
—¿Qué le vamos a decir a ellos?. —Siguió preguntando.
—Que levanten su trasero y que caminen, de lo contrario tendrán el culo congelado en unas horas. —
A Tea le pareció graciosa mi frase, me acerque al par de médicos que se habían mantenido en silencio todo este tiempo.
—¿Y bien?. - Pregunta Mana. Yugi se para enseguida y me mira con aquella mirada fiera, ya sabe lo que pienso, entonces, se pone en dirección a las vías y yo le sigo mientras Tea le explica la situación a la morena que se ve más preocupada que nada.
Camino alado de Yugi, este me ve por unos segundos pero no me dice nada.
Se que esta preocupado, yo también lo estoy por él, en esta situación estamos indefensos ante el enemigo acecha en nuestro alredor.
- ¿Siempre cargas con todo eso cuando sales a tus misiones?. - Me pregu ta Yugi.
- ¿Esto?. - Enseñó el equipo que traigo. Yugi asiente. - No, esto ni siquiera es la mitad, siempre cargo con más cosas. - Respondí.
El silencio se aloja en nosotros de nuevo.
- Usualmente, ¿que tipo de arma te gusta usar más en combate?. - Vuelve a preguntar.
- Armas blancas. - Respondí. Yugi vuelve a pensar, supongo que estará aburrido, siempre hace eso para matar un poco el tiempo.
- Y el traje que tienes ahora, ¿te protege de todo?. -
Me reí, ojala fuera así.
- Lamentablemente solo es resistente a algunos golpes, disparos y apuñaladas, sin embargo, en algunos casos pueden ser deshechos con sustancias que tengan ácido o sean de una bala de alto calibre y que esté bañado en una sustancia parecida al ácido. - Explique.
Yugi se le nota preocupado.
- Quiero creer que jamás has pasado por ello. -
No respondí.
Yugi frunció el ceño y se detuvo mientras yo seguí.
No tenía por qué contarle sobre aquellas veces que casi muero en el campo de batalla.
Vuelvo a escuchar los pasos de Yugi y cuando menos lo espero estaba parado justo enfrente de mi con un puchero molesto e inflando sus mejillas poniendo rojo del enojo.
- ¿Sí o no?. —
— Es información clasificada. — Respondí.
- A la mierda con eso. -
-Debo acatar ordenes. - Dije. - Esta mal romper las reglas. No puedo desobedecer a mis superiores y no pienso revelar te información que es altamente clasificada. -
Está bien, hasta yo sentí que eso fue muy exagerado y me sentí avergonzado por ello. Sin embargo, Yugi sólo pudo reír divertido ante mi estúpida y nada confiable seriedad fingida.
- Que estupidez. - Me dijo entre suaves risas. Luego coloco sus brazos sobre mi, abrazando mi cuello. - Te conozco y se que eres del tipo de guerrero que no acata las ordenes, se mete en problemas, y no obedece a sus superiores. -
Se acerco más a mí y me brindó un beso en mis labios para luego separarse rápidamente.
- Yo se que siempre arriesgas tu vida como lo haces ahora, y todos los días rezo porque vuelvas a mi con mi vida y al saber que este traje no te protege del todo, solo aumenta mi ansiedad. - Su mirada se vuelve algo dolida. - No me gustaría perderte. Te quiero y su tu mueres... - Sus ojos se cristalizan. - Si tu mueres, vas a rruinar mi vida. - Su voz se quiebra y comienzan a salir lágrimas de sus bellos ojos.
Es en ese momento cuando suelto. Todo el equipo y dejó que caiga al. Suelo para ir abrazar a Yugi, quien se esconde en mi pecho y se aferra a mi traje.
Trató de tranquilizarlo, le susurro cosas bonitas, y eso parece calmarlo un poco y para asegurarme de que vuelva en sí, lo abrazo para luego besar su frente.
- Nada me pasara mientras sigas confiando en que volveré a ti, una y otra vez, compañero. - Beso su mejillas y el hipa. - Agradezco profundamente tus palabras mi amor, pero yo también siento lo mismo contigo cuando te asignan una misión para ti solo. Y tal como dices, rezo todos los días y a cada minuto, le ruego a Dios que te cuide mucho. -
Acaricia sus mejillas.
- Odiaría perderte. -
- Y yo a ti. -
Volvió abrazarme.
¿Por qué siento que lo que acabamos de decir sonaba a una despedida?.
*Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro