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El día se me pasó con Yugi en hablar sobre lo que se haría llegando al lugar, las armas que tomaríamos y las rutas que tomaríamos para llegar al edificio, también averiguamos sobre la modificación de ciertas armas y como podíamos combinarlas con otras, sin embargo al hacer las bombas se hacía un silencio incómodo para los dos, toda la noche, tal y como nos prometimos, no nos hablamos al menos que sea por trabajo.

Admito que fue difícil, pues mientras la noche seguía avanzando, la incomodidad y las ganas por hablarle para terminar , se hacían más grandes , sin embargo, pude con mi deseo de comer le la boca a besos y seguí con mi trabajo de modificación, hasta que se hizo de día.

—Entonces, ¿esto está modificado? — Tea miraba con extrañeza los artefactos modificados por Yugi. — ¿Cómo sabemos que esto funciona y que no es un arma letal que puede destruirnos apenas apretemos el botón para no sacarnos los cerebros?

Mire con extrañeza a mi amiga.

— ¿De cual te fumas, eh?. — Le pregunté dejando una de las bombas modificadas dentro de aquel maletín donde estarían a salvo.

— Ignorenla, esta paranoica por toda la saga de películas de zombies que se a visto en la cabina del entretenimiento. — Dijo Mana, mientras analizaba con detalle la bomba. — Entonces, con este pequeño artilugio nos va a dar la ventaja sobre aquellos lenguados que custodian el sótano, ¿eh?. —

— Así es. — Respondí de vuelta. — En caso de que el plan A no funcione, el plan B estará en marcha. —

— Y en caso de que el plan A y B no funcione, ¿que haremos?. — Pregunta Tea pasándome la bomba.

— En ese caso, comenzaremos a orar por nuestras pobres almas. — Conteste, cerrando el maletín. — Porque de ese lugar o salimos vivos o estamos muertos. —

Mana asiente.

— Es mejor si hacemos nuestro trabajo bien, cómo siempre. No quisiéramos que nada ni nadie resulte herido o muerto. — Susurro lo último mi compañera, mirando a su novia. — Ambos sabemos. — Se acercó a mi mientras Mana veía interesada las armas de fuego. — Qué esta misión puede arrebatarnos la vida o la de ellos, pero hablando enserio Atem, ¿realmente vale la pena arriesgar tanto por dos seres que por sí solos se metieron en este lío?. —

Bueno punto.

— Ambos tenemos mucho que perder. —Le dije notando que Yugi había ingresado a la cabina y feliz se dirigió hacia Mana para explicarle los planes de como quería llevar la situación de los dos pacientes. — Y sabemos que nuestras vidas les pertenecen a ellos. — Señale con la mirada al par que comenzaban hablar seriamente del cuerpo humano. — Tea, quiero pedirte un favor enorme. —

La tomé del brazo y la aleje un poco más de donde estaban ellos.

— Si me llegan a herir; no importa cuál sea la gravedad de la herida, déjenme. —

Tea abrió los ojos, sin poder creer lo que decía, al punto de querer protestar, la interrumpí.

— Y llevate a Yugi contigo, aun que patalee y te suplique que no me dejes. Hazlo. —

Ella negaba con la cabeza.

—Te lo pido como amigo, pero también te lo pido como capitán. —Le mire seriamente. — En aquel momento, si es que sucede, abandonenme y escapen ustedes. —

Ella quería decir algo, ponerse a discutir por mi barbaridad que acababa de decir.

— ¿Tan así es arriesgada la misión?. —

Asentí.

— Entonces, yo también pido lo mismo. Si yo llego resultar herida, déjenme. —

Volví asentir.

—¡Oigan!. — Grito Mana, rápidamente Tea y yo nos separamos y volteamos hacia el par que se nos había quedado viendo. — ¿Por qué tan solos en esa esquina?. — La morena corrió hacia nosotros y con un ligero golpe de cadera me separó de Tea para luego abrazarla.

Comprendí el mensaje; debía dejarlas a  solas y retirarme por ahora.

Camine hacia la salida, iría a la comida del buffet y revisar algunos documentos de la misión, aparte de dar mi informe del día.

— ¿Y les gustó la modificación de la bomba?. —

Salte del susto en cuanto escuche la voz de Yugi a mis espaldas.

Voltee a verlo, este me miraba con ganas de reírse por mí reacción, más sin embargo, aguanto la risa.

— S-sí, les a gustado. — Respondí apenas, entre a la siguiente cabina y él me seguía por detrás.

— ¿Qué tanto les gustó?. — Siguió.

— Les complace saber que no harán explotarlas a ellas mismas cuando usen el artefacto. — Seguí caminando.

— ¿Y sobre el plan?, ¿cómo ingresaremos?. —

— Eso debo de verlo con Jaden, él va a darme unos planos y rutas de donde podemos ingresar rápidamente o si debemos rodear algún lugar. —

Abrí otra cabina, esta vez la de descanso.

— ¿Y ese plan incluye no morir, cierto?. —  Me pare en seguida al igual que los pasos de Yugi. — ¿Verdad?. — Insistió.

En estos casos no podía decirle que todo estaba bien, pues aquel edificio se encontraba plagado de criaturas que podían arrancarle la cabeza en unos segundos.

— Para ser sinceros... —

— Si muero, quiero que hagas explotar mi cuerpo. —

Voltee rápidamente a verlo y lo sujete de los hombros.

— ¡¿Cómo te atreves...?!. —

Callo mi boca colocando su mano en mis labios.

— Esas asquerosas criaturas una vez que te atrapan, no te dejaran ir, incluso después de que te maten, utilizarán tu cuerpo para aparearse y después para alimentarse. — Desvío la mirada. —¡Por eso yo!, ¡has explotar mi cuerpo si es que muero!. — Me súplica con su mirada.

Me quedé sin palabras, Yugi sabía que esas criaturas hacían eso después de morir, ¡¿Cómo?!, ¡¿cómo lo supo?!, ¡ni siquiera yo tenía esa información!.

— ¿C-cómo dices...?. — Pregunté tratando de procesar la información. — ¿Qué las criaturas hacen qué...?. —

Yugi me miró confundido y después entendió todo.

— ¿No sabias?. — Me preguntó. Yo negué. — Se supone que debieron habértelo dicho. — Dice. — ¿Acaso no fue así?. —

— ¿Cómo sabes esa información?, ¿quién te lo dijo?. — Insistí.

— Hackeo. — Me respondió, me quede estupefacto. — Hacke la red de la basé para saber más de las criaturas, pero sólo me encontré con escasa información, ya sabes, la que te acabo de decir. —

— Yugi, eso pudo ser muy peligroso, ¿qué pasa si te atrapan?. —

— Pueden intentarlo, si quieren, pero se que eso no ocurrirá. — Sonrió triunfante. — Aprendí del mejor. —

Fruncí mi ceño.

— Yusaku. — Pronuncie el nombre del primer ex de mi aibou.

— Admito que fui afortunado de aprender de él, del resto ya ni hablamos. — Me dijo. — Gracias a sus enseñanzas es que pude ingresar a la red de la base. —

— ¿Y desde cuando has estado metiendote en la red de la base?, pues por lo que me cuentas no se te hace difícil. —

— Veamos... — Hizo gesto de pensar. — Desde que llegamos al lugar. —

— ¡Yugi!. — Lo regañe. — ¡Eso es ilegal!. —

—¿Y que importa?. — Alzó sus hombros restándole importancia al tema. — Hago lo que yo quiera, después de todo, solo tengo unas horas de vida, ¿cierto?. —

Odiaba profundamente que el hablara de esa forma sobre su vida, sí, su vida puede correr peligro y antes de cualquier misión siempre se aseguraba de hacer algo que le haga sentir adrenalina, él dice que es "para que se  le olvide que esta al borde de la muerte." 

Sin embargo, no creo que simplemente se trate de eso.

Me dí media vuelta y seguí caminando hacia la cabina del buffet, Yugi me seguía unos pasos atrás.

— ¿Por qué no me dices nada de lo que acabo de hacer?, te confesé que soy un prófugo de la justicia. —

— Ese no es mi asunto. — Fui hasta la mesa de alimentos, tomé una bandeja y procedí a tomar la comida.

— Pero eres oficial, ¿no?. — Yugi también tomó una bandeja y comenzó a servirse comida. — ¿No debes arrestarme?. —

— No estoy en mi horario. — Me excuse mientras me dirigía a una mesa. — Ahora si me permites, debo...

— ¿Por qué no quieres ser mi novio?. —

Si estuviera comiendo ahorita, seguramente me habría ahogado o asfixiado,  por lo que dijo Yugi.

— Doctor, debería de estar trabajando en su laboratorio. — Le dije, tratando de desviar el tema.

— Como usted dijo antes, señor Atem. — Arruge mi entrecejo al escuchar el término "señor". — No estoy en mi horario para trabajar. — Me enseñó la bandeja llena de alimentos ligeros, después se sentó enfrente mío. — Puede decirme Yugi. —

¿Qué era lo que pretendía Yugi con esto?, ¿sacarme la verdad?, ¡pero si acordamos no hablarnos!, ¿quién le entiende?.

— ¿Y bien?. — Me miró a los ojos. — ¿Va a contestar mi pregunta, señor...?

— Solo dime Atem... — Dije, luego desvíe la mirada. — O Yami, cómo te apetezca. — susurre lo último, pero lo suficiente fuerte para que él me escuchara.

— Bueno, Yami. — Dice en un tono dulzón, mis mejillas comienzan a sentir ese típico calor en mi cara, me estaba sonrojando. — ¿Quieres contestar mi pregunta?. —

Carajo.

— Una amistad vale más que mil amores. — Dije, intentando no sonar nervioso, sin embargo a Yugi ko le convenció esa respuesta. En su lugar, se cruzó de brazos. — Yo... —

— ¿Amistad?. — Me preguntó. Se acercó un poco a mi rostro y yo me aleje con evidente sonrojo. — ¿Aún tenemos eso?. — Sigue. — ¿Seguimos siendo amigos después de todo?. —

En este momento deseaba que una de las chicas apareciera e interrumpiera todo, sin embargo, a Dios no le parecía ese plan, solo quería que me enfrentará a aquello que siempre temí.

—¿No lo somos?. — Le devolví la pregunta, esta vez mi mirada se afligido, ya qué, yo no quería perderlo. 

Yugi solo se me quedaba viendo, como si analizará mi alma.

— Podemos ser más que amigos. — Me dijo despacio, sus mejillas sonrojandose.

— ¿Mejores amigos?. — Jugué, él parecía darle gracia y el ambiente tenso que se había formado comenzaba a disciparse.

— Más que eso. — De levantó de su lugar y se coloco más cerca de mí, tomó mi mano y mi corazón parecía palpitar desenfrenadamente. — Siendo sinceros. — Mordió sus labios. — Quiero algo serio contigo. —

En ese momento, el tiempo pareció detenerse, mi corazón no paraba de palpitar rápidamente, mis mejillas parecían volverse más rojas y el aire en mis pulmones pareció esfumarse.

Pero mi mente fue quien interrumpió todo.

— ¿Qué hay de Yusei?. —Le pregunté.

— El es solo un amigo, es lo único que entre los dos. —

— Creí que salían. —

Él negó.

— Solo como amigos, pero cuando tu nos veías, el parecía aparentar ser mi kovio porque sabe que me gustas. Así que, él intentaba ponerte celoso. —Desvío la mirada. — Así pensaba que te estaba presionando para poder declarar te a mi, pero en cuanto me di cuenta de sus intenciones, lo regañe. —Volvió su mirada a mi. — Quiero que nuestra relación se de natural, siendo sincera, no quiero apresurar nada, bueno, si tu quieres ser mi pareja. —  Apretó mi mano. — Entonces, ¿qué dices?. —

—¡Yo...! —

—[ALERTA ROJA] [ALERTA ROJA], [MODO DE AUTODESTRUCCIÓN ACTIVADO] [SE RECOMIENDA EVACUAR A TODO EL PERSONAL DEL TREN EN MENOS DE 10 MINUTOS]

Enseguida se escucho una explosión en la parte delantera y gritos de un hombre, la cabina de buffet se abrió y nos reveló al conductor del tren ser devorado por un lenguado que de una mordida rasgo toda la yugular del conductor, la sangre salió a chorros.

Tanto como Yugi y como yo nos miramos a los ojos ; él más asustado que yo.

— ¡Ate...! —

—¡Shhh!. —

Lo cargue en mis brazos, al parecer la criatura no se había dado cuenta de nosotros, pues estaba más ocupado, como dijo Yugi anteriormente, apareandose con el cuerpo del fallecido conductor.

Abrí las puertas de la siguiente cabina y al hacerlo, la criatura se dio cuenta de nuestra presencia, corrió hacia nosotros y...

¡BUM!.

Su ataque se detuvo por una bala que había sido dirigida a su cabeza.

Mire hacia mis espaldas, y Tea había disparado con una escopeta, mientras Mana nos hacía señales de que pasáramos rápido.

La criatura comenzó hacer ruidos extraños, como gruñidos y volvió a levantarse.

—¡CORRAN!. — Grito la morena. Tea, volvió a dispararle y está vez la criatura lo esquivo, fue entonces que Tea disparo al interruptor de la puerta de cabina para sellarla. La criatura salto para atacarla y en ese momento las puertas se cerraron, sellandose.

—[ALERTA ROJA] [ALERTA ROJA], [MODO DE AUTODESTRUCCIÓN ACTIVADO] [SE RECOMIENDA EVACUAR A TODO EL PERSONAL DEL TREN EN MENOS DE 8 MINUTOS]

¿Qué carajos estaba pasando?.

×Continuará....

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