— ¿Escuchaste el chisme del año?. —

Fruncí el ceño, sin hacerle caso a mi compañera.

Seguí tomando en mis deberes; tomé la esponja entre mis manos y seguí fregando la cubierta de aquella camioneta blindada.

— Oh, no me digas, ¿estas enojado?. — Siguió ella, y a mi lado tomó otra esponja para enjabonar la camioneta que estaba lavando. — ¿Pero quién tiene la culpa aquí?, ¿eh?, dime, ¿quién?. —

Puse mis ojos en blanco y seguí ignorandola.

— Bueno, como no dirás nada. Seguiré contándote de lo que me entere. —

Bufé molesto, pero... Quería saber.

— Yusei, el nuevo doctor, invitó a Yugi a una cita. —

Quería reír.

¿Yugi?, ¿aceptando citas?, ¡puff! Por Dios.

— Veo que no me crees. — Me dijo Tea. Dejo la esponja a un lado, se limpio sus manos con su pantalón y después saco su teléfono para luego, acercarse a mi enseñarme una foto.

—¿Esta es suficiente evidencia de que te están quitando a tu chico?. —

La esponja se cayó de entre mis manos y en su lugar, mis ojos solo se concentraban en esa foto que me mostraba como dichoso doctor, besaba a mi Yugi y este, no había hecho nada para detenerlo, al contrario, sus mejillas estaban coloridas cuál cereza y no parecía poner resistencia.

— ¿Qué tiene eso que ver conmigo?. —Dije, desviando la mirada a otra parte, levante la esponja y la coloque dentro de la cubeta de agua y jabón que había hecho minutos atrás.

—¡¿Cómo puedes decir eso?!. — Tea guardo su teléfono y enseguida me aventó su esponja. — ¡Es tú chico!, ¿cómo es posible que lo dejes ir así nada más?, ¿no deberías estar luchando por él?. —

¿Luchar por él?, por supuesto que sí, pero...

— Yo ya no tengo ese derecho. — Dije.

Tea me miró sorprendida y siguió  en espera de que dijera algo.

— Yo... —

[ATENCIÓN A TODO EL SERVICIO MILITAR .  A PARTIR DE MAÑANA SE LES ASIGNARÁ UNA NUEVA MISIÓN EN LA COSTA DEL GOLFO. SUS INFORMES SERÁN ENVIADAS HACÍA SUS ASISTENTES. SE LES RECOMIENDA IR A VERLOS, AHORA.].

La comunicación de corta del megáfono, hago una seña a un cabo que está por ahí y le asignó la tarea de que termine de  limpiar la camioneta, el asiente y yo me dispongo a ir con mi asistente, Tea viene detrás de mi.

— ¿Pero tú...? — Me insistió.

— No es nada. — Respondí.

— Es algo. — Se puso delante de mí, deteniendo mi andar. — ¿Qué pasó entre ustedes?. —

Es verdad, no le conté lo que pasó entre nosotros. Después de todo, el tiempo que estuve con Yugi, ella no estaba ya que se había ido hacer una misión en otro país.

Mis ojos se cristalizaron , ella lo noto enseguida y se me acercó para darme un abrazo.

— ¿Pelearon?. —

Negué.

— ¿Entonces qué...? —

—Solo...  Lo dejé ir. —

*Continuará....