— S-sí, me gustas. — Respondí sin pensarlo dos veces. Yugi me mira un poco sorprendido y boquiabierto por mi confesión.

—¿A-así?. — Me dice. — ¿Por qué?. —

Desvío la mirada avergonzado y un tanto asustadizo por las próximas palabras que diría.

— N-No lo sé. — Me abofetee mentalmente, de tantas cosas que pude haber dicho, la palabra "no lo sé" había salido de mi estúpida boca.

—¿No lo sabes?, entonces... —

—¡No es lo que quise decir! — Le interrumpí antes de que mis palabras se mal interpretarán.

Mis mejillas se sonrojan, miro hacia abajo, lo cual fue una clara equivocación, pues note de inmediato las blancas piernas de mi Yugi decoradas con mis marcas que deje anteriormente, luego mi mirada recorrió el resto de su cuerpo; su cuello estaba marcado, parte de su camisa me dejaba ver sus clavículas marcadas que también tenían mis marcas.

Al final subí mi mirada a la suya, donde tuvimos contacto visual y más me sonroje.

—¡Ah!, ¡es que...!, ¡yo...!. — Me va a dar un ataque de pánico si no me controlo, pero es imposible controlarme, estoy tan nervioso por la presencia de Yugi.

Ya me había confesado a él, le dije que me gustaba, pero, decirle las razones por las que me atrae, en definitiva se me traba la lengua.

— ¡Lo siento, no puedo decirte esto!. — Grite tan avergonzado y rojo que lo único que hice fue tomar el resto de ropa y largarme dejando a Yugi solo en su habitación.

Una vez estando afuera mientras calmaba mis pensamientos en algún rincón de la organización pude desahogarme.

— ¡Soy tan estúpido!. — Grite.

*Continuará..