17- Si me pones una correa...
Te extrangularé con ella.
Donna
—¿Qué es exactamente lo que ella hace, Yoongi?—pregunto mientras me desvisto en nuestra habitación.
Los pulgares de Yoongi y sus dedos índices desabrochan el último botón de su camisa de vestir y la desliza por encima de sus brazos, colocándola cuidadosamente sobre el respaldo de una silla.
—Parece ser, que un poco de todo, pero su especialidad radica en conocer las debilidades principales de la psiquis humana, amor y miedo.
—¿Qué hay de Maggi? Ella es extremadamente extraordinaria cuando se trata de la manipulación.
Camina hacia la cama, sus pies descalzos moviéndose sobre la alfombra, los extremos de sus pantalones de vestir largos colgando sueltamente sobre la parte
superior de ellos.
— Sullivan tiene la más alta calidad de expertis en lo que hace, mucho más que Maggi. Fue entrenada para eso desde que nació. La dejó como una inepta. Fue una titiritera jalando todos los hilos con impecable precisión.
Me siento en el borde de la cama, alcanzando atrás para desabrochar mi
sujetador.
—¿Así que va a matarla, quando tutto questo termine?
—Sí —dice, desabrochando el botón de sus pantalones—. Tenemos que
averiguar qué más sabe en primer lugar. La usaremos de la misma manera en que ella nos utilizó, y una vez que tengamos lo que necesitamos, Maggi deberá eliminarla.
Eliminar. Yoongi todavía, de vez en cuando, habla como si aún cumpliera con los contratos de La Organización a cargo de Hye Lee. A veces me molesta, la forma en que se vuelve de nuevo ese hombre frío y calculador con emociones sepultadas, pero nunca digo nada. Sé de primera mano lo difícil que es despojarse uno mismo completamente de su pasado.
Me tumbo en la cama vistiendo solamente mis bragas de encaje negro. Yoongi se quita sus pantalones de vestir y sus bóxers y se queda desnudo y completamente erecto al pie de la cama. No puedo pensar en sexo en este momento.
Quiero decir…
Está bien, puedo pensar en ello, y eso no es difícil con él mirándome de esa manera, pero el momento no es el adecuado,hay muchas cosas pasando. Por otra parte, eso es precisamente el por qué eso es todo para él, el sexo es el escape de Yoongi de todo lo demás. Y estoy más que feliz de dejarlo sacar sus frustraciones conmigo.
—¿Y qué hay de César? —pregunto. La cama se mueve debajo de mí cuando él hace su camino hacia arriba—. ¿Están seguros de que él traicionó a Daimon? ¿O quizás todo esté tiempo fue un plan de él con César y quella puttana?
Comienza a quitarme las bragas con ambas manos.
—¿Leone? —me pregunta, sus manos haciendo un camino por la parte de atrás de mis muslos, liberando mi piel en escalofríos.
—Duerme. Leí su cuento favorito y…
Doy un grito ahogado cuando siento sus dedos dentro de mí; cada centímetro de mi cuerpo es arrasado por el cruel pero feliz temblor. Oh, Per il amore di Dio… voy a morir antes de que él me haga venir. Y entonces mi estómago revolotea cuando él se arrastra encima de mí, besando su camino hacia mi boca. Sus cálidos labios caen suavemente sobre los míos y sus besos me quitan el aliento.
—No, tenemos pruebas de que fue César quién lo entregó pero dejaremos que Daimon nos diga como proseguir —dice rompiendo el beso un poco después. Mis ojos ruedan hasta la parte de atrás de mi cabeza mientras sus dedos siguen explorándome debajo—. Hará lo que tenga que hacer.
Nunca le toma a Yoongi demasiado tiempo ponerme mojada. Nunca le toma mucho esfuerzo hacer que me muera de necesidad, hacer que mis entrañas se estremezcan de anticipación, frustración.
Mis párpados se separan lentamente y con dificultad; mis muslos se enganchan alrededor de su esculpida cintura.
—¿Crees que Maggi… —Me estremezco y mis labios se abren cuando él empuja su dura longitud lentamente y profundamente dentro de mí. Oh, maledetto figlio di…— deje con vida a Elenai? —Mis palabras suenan más como aspiraciones ahora. Mi corazón se acelera. Mis muslos tiemblan alrededor de su cuerpo.
Mis dientes muerden gentilmente su labio inferior mientras balancea sus caderas contra mí lentamente, pero con agresivo abandono; mis manos se aferran a los costados de su rostro antes de que clave mis uñas en la piel de su espalda.
—No tengo idea —susurra con pasión en mi boca.
Su lengua se enreda con la mía y su beso es profundo, hambriento y cálido.
—Pero, ¿qué si…?
—Donatella…—embiste con más fuerza, haciéndome perder la respiración—,cierra la boca y déjame follarte.
El cincuenta por ciento del tiempo siempre hago lo que Yoongi me dice para mantenernos a mi y a nuestro hijo lejos de cualquier amenaza; éste es el cincuenta por ciento del tiempo.
______________________________________
JungKook
So-jung me está mirando directamente, esperando impacientemente para hablar en el momento en que entro en la cocina.
—¿Qué pasa?—pregunto tranquilamente, de pie en la entrada.
Extiende una taza de café para mí sobre la encimera a la vez que bebe un sorbo del suyo.
—He oído que Maggi se encargará de Sullivan —dice—. ¿Es verdad?
Mantengo el rostro serio, sin dejarle saber que su pregunta ha despertado algo dentro de mí.
—Sí. —respondo honestamente—. Pero no estoy dejando que interfieras con nada que tenga que ver con ella.
―¿Por qué?―Sus ojos están ardiendo.—Sabes que todo lo que tienes que hacer es decirme cómo y lo haré. Sé qué puedo hacerlo.
¿Otra vez con esto?
—No. —Rechazo la idea rápidamente. Sacudo mi cabeza y me inclino hacia
adelante—. Esto es cosa mía, So-jung. Aprecio la oferta, pero no voy a dejar bajo ninguna puta circunstancia que tú te metas en esto. Seguramente entiendes.
Me doy vuelta, dispuesto a marcharme.
So-jung se pone de pie rápidamente, sus manos apretadas en puños en sus
costados a la vez que camina y se coloca frente a mi.
—¿Qué esperas de mi, hermano? —pregunta con desconfianza.
—¿Qué quieres decir? —Mi dura mirada nunca flaquea.
En lugar de explicarse, ella niega con la cabeza, como si sabe algo que yo no y luego se mueve hacia el baño, caminando junto a mí.
Extiendo la mano y agarro su muñeca, deteniéndola.
—Te hice una jodida pregunta.
—¡Y te di mi respuesta!—grita— ¡No confías en mí en absolutamente nada! Y si tú no me ayudas a formarme, buscaré quien lo haga.
Tratando de que sus gritos no me afecten, sacudo mi cabeza y desvío la
mirada, respirando profundamente.
―Cree lo que quieras, So-jung; lo vas a hacer sin importar lo que diga.
Doy otro paso pero ella me detiene.
―Oh, es malditamente bastante obvio para mí, JungKook.―Señala mi rostro con su dedo―. Todo lo que has hecho fue por ti mismo, ¡maldito idiota egoísta e infantil!
―Eso es suficiente, So-jung ―Una profunda inhalación agita mi pecho; mis manos colapsan en puños; aprieto mis dientes.
Da un paso para encararme de nuevo, coloca su dedo en mi rostro de nuevo,
osadamente, acusadoramente, despiadadamente.
―Eres la persona que sabía que eras, hermano… una escoria, un pedazo de mierda. Me buscaste para cumplir tu promesa con mamá… Pero ¿para qué?
―Dije que es suficiente… ―Respira, JungKook, solo respira, maldita sea.
―Te lo voy a decir. Para tenerme detrás de tu espalda, protegiendome cómo una niña temerosa que no sabe valerse…
Mis manos se levantan por cuenta propia y caen pesadamente en los hombros de mi hermana y la empujo a la silla, el respaldo ajustable rebotando por el peso y
deteniéndose abruptamente. Los ojos de So-jung están redondos, sus manos agarran los reposabrazos plásticos del asiento; su cabeza está presionada contra el respaldo como si no pudiera alejarse lo suficiente de mí. Con mis manos todavía en sus hombros me acerco inclinándome, a centímetros de su rostro estupefacto.
―¡Estás equivocada! ―gruño, poniendo presión en sus hombros, sacudiéndola―. Hice todo para tenerte aquí, ¡Fui por ti! ¡No por una puta promesa, ni siquiera para vengarme de él! ¡Lo hice por ti! ―Señalo su rostro, justo en medio de sus ojos―. Todo lo que pasó, con la excepción de mi muerte, fue para tenerte a mi lado. Sabes lo suficiente como para decidir si quieres quedarte con el demonio que conoces o correr hacia uno que no. Siendo realistas, sería mejor para mí si corrieras. No te detendré porque no tengo tiempo para perseguir a una mocosa malagradecida.
Su palma se extiende fuertemente por el costado de mi rostro y una bofetada resuena; sorprendido por el golpe, solo me quedo aquí, mirándola de vuelta, con los ojos como platos.
—Estoy segura que todo sería más fácil si yo fuera como Elenai o como Maggi, ¿cierto?
Sus ojos se fijan en los míos, y en ellos está el mismo disgusto y odio que siempre vi en Maggi cuando la miraba después de que empezáramos a trabajar juntos. Y esa mierda duele más que cualquier cosa.
—Estoy dispuesto a romper tu pasado y darte el futuro que mereces, no el mundo del que fuiste robada. —Doy un paso atrás—. Recuerda eso si alguna vez sientes la necesidad de irte.
Me doy la vuelta y salgo de la cocina dejándola con una decisión en sus manos … y también mi corazón.
_____________________________________
Los guardias fuera de la puerta del almacén se hacen a un lado mientras entro.
Deslizo la llave dentro de la puerta de metal, la cerradura hace clic con un eco.
Cierro la puerta detrás de mí después de entrar en la pequeña sala con solo una pequeña ventana cuadrada cubierta con rejas para dejar entrar la luz de día.
César está sentado con sus piernas colgando a un lado, sus pies embotados tocando el sucio suelo de baldosas. Sus manos están esposadas al frente.
Alza su cabeza y me mira con preocupación en su rostro.
—Sé que tengo algunas explicaciones que dar —dice—. Y lo haré, pero ¿puedo despedirme de So-jung al menos? Se que no lo merezco…
—No voy a matarte aún —le digo.
César frunce el ceño.
—Así que ¿solo estás aquí para? —pregunta, aprensión e incredulidad manipulando sus facciones.
―Debería decirte ―digo―, que contemplé darte un pase. Por el bien de mi hermana, por supuesto, porque sé que matarte la herirá profundamente y no tengo la
costumbre de lastimarla.
―¿Qué te hizo cambiar de opinión? ―pregunta.
―Cuando leí los archivos que Nam me dio obteniendo la mayor información por Elenai―comienzo―, los muchos archivos que tú, César, les diste traicionándome, me encontré con algo bastante interesante.
Su rostro se congela inmediatamente.
―¿Q-que era? ―pregunta César.
Hago una pausa y entonces respondo:
―Había alguna información en particular incluida en esos archivos que tú no podrías haber sabido antes de la fecha en que la misión de Italia se llevara a cabo. Lo que solo puede significar que incluso después de que Namjoon fuera expuesto como un traidor hacia mi, después de entregarme a la policía, seguiste traicionándome pasando a quien sabe esa información a la primera oportunidad que tuviste.
La cabeza de César baja.
César no tiene miedo de morir, y parte de él creo que lo desea. Tal vez ha pensado en la muerte más que cualquiera de nosotros, no lo sé, pero no hay escasez de desesperación silenciosa en el interior de él.
—Tienes cinco minutos para explicarte —anuncio—. Al final de esos cinco minutos, decidiré si matarte o no.
Asiente.
Una traición como la de este tipo, cuando un operativo trabaja secretamente para otro empleador sin mi conocimiento, seguiría casi siempre con la más pesada de las consecuencias, muerte inmediata.
Pero uno debe ser cuidadoso al emitir tal sentencia antes de primero saber de esa persona que información ha infiltrado y a quien. Y el hecho de que sea un investigador privado para otra Organización también significa que debo estar preparado para tener a alguien más viniendo por nosotros, si lo mato.
Dependiendo de la naturaleza de su rango con sus superiores y qué clase de investigador privado es César, quizás sea más inteligente mantenerlo con vida.
—Soy un agente SOG¹—confiesa César—. Y en caso que pienses que era fácil de romper, que si alguna vez me envíaste a una misión y esperabas que me rompa si quedaba comprometido, estabas equivocado. Fui reclutado solo a observar y juntar información primero. Pero cuando el momento fuera el adecuado, estaba autorizado a acercarme al líder y decirle la verdad acerca de quién era, y luego presentarle el trato preparado por nuestro gobierno, eventualmente iba a decirte la verdad.
—Dices acercarte “al” líder.
Asiente.
—Si, mi misión empezó en la organización de Hye Lee, antes de que la tomaras y la hicieras parte de la tuya. La CIA había estado buscando a tu padre por más de treinta años. Algo así como el súcubo allá fuera. —Asiente hacia la pared—. Jeon Ha-Soo era un fantasma. Nadie sabía dónde encontrarlo. Justo cuando pensábamos que lo teníamos, descubrimos a último minuto que el sospechoso era solo un señuelo. No había recompensa más grande por la cabeza de cualquier hombre en ese momento que la suya.
—Así que ¿fuiste infiltrado en la organización de Hye Lee esperando encontrar información sobre mi padre? —Creo que sé el resto de la
historia, pero debo estar seguro.
—Si —responde César—. Intenté entrar en La Orden del Clan Wolverine diez años antes pero no pude. No era como si estuvieran aceptando solicitudes. Eran impenetrables. Esquivos. Así que, me incline por una del mercado negro de Lee. Mucho más fácil de entrar. En ese entonces, Hye Lee no era tan cuidadosa en cómo hacer negocios. Cualquiera que asesinara a gente inocente por dinero estaba bien para ella. Demasiada cegada por la codicia para preocuparse por riesgos y elecciones imprudentes.
—Y asumiste que debido a que el mercado negro y el clan Wolverine estaban en el mismo negocio, estar dentro de uno eventualmente te guiaría a Jeon Ha-Soo.
Otra vez asiente.
—Sé que era forzado, pero era todo lo que tenía para continuar. Hye Lee y Wolverine son dos entidades diferentes en el mismo negocio, en competición entre sí, pero
se mantienen al día una de la otra porque deben hacerlo. Conocer la competencia ¿no es así? —Se encoge de hombros—. Pero si lo valió de alguna manera —agrega—. Mira donde estoy ahora —se ríe—. En una maldita almacén, en este estado a punto de ser asesinado por el único hombre que confío en mí y lo traicioné.
—Así que ¿cuál era ese trato de parte del gobierno? —pregunto, evadiendo
apropósito sus declaraciones hacia mí.
—Una asociación —dijo—. A cambio de toda la información sobre Jeon Ha-Soo y su sucesor. De alguna manera pensaron y me incluyo; que tú seguirías los pasos de tu padre.
Alzo una ceja.
—¿No les dijiste nada sobre mi venganza hacia él? —pregunto con un poco de incredulidad—. Un operativo profesional, ya sea uno que trabaje para mí o la CIA o para cualquier otro, no habría mentido nunca a su superior. Lo hiciste dos veces. Primero por mí y luego para proteger a So-jung.
—Lo sé —dice, sacudiendo su cabeza y nuevamente mirando al piso—. Pero
cuando se trataba de ustedes. Era débil. Soy débil. Siempre lo he sido. Tú deberías saberlo, Daimon —Sus ojos clavados en los míos—. Amas a Maggi. Amas a So-jung. Deberías entenderme.
—Lo hiciste simplemente porque tenía sospechas de lo que yo haría —digo—. Podría pararme aquí todo el día y decirte porque esa razón es inaceptable, pero no voy a malgastar mi tiempo.
—Mira —dice con un pesado suspiro—. Mi intención nunca fue traicionarte. A ninguno de ustedes. No espero que me creas pero no pienso en mí como solo otro operativo siguiendo órdenes o un espía, en realidad fui comprometido. Todos ustedes se conviertieron en mi familia. Pero si intentas asesinarme, no voy a rogar por mi vida, Daimon. No soy del tipo que ruega. Pero por So-jung hice lo que tenía que hacer.
Voy hacia la puerta.
—La cosa es César —digo, girándome para volver a mirarlo—, me has
traicionado al entregarme y al entregarle información sobre mi Orden a tus superiores. Mientras has
estado con nosotros, no hay nada que puedas decir que me haga creer que no has reportado lo que sabes acerca de nosotros hasta ahora.
— No trataría de decirte que no he hecho eso.
Hago una pausa.
—¿Recuerdas lo que te dije aquella noche que te designaron cómo mi mano derecha?
El silencio crece por unos cuantos minutos y entonces César dice:
—Dijis…dijiste: Si me pones una correa, te extrangularé con ella.
Asiento y abro la puerta.
—Volveré contigo luego que este otro asunto se resuelva. Entonces escucharé lo que me tengas que decir sobre Italia y ahí sabrás mi decisión.
—Oye —grita y me detengo sin voltearme a mirarlo—, ¿puedo al menos tener algo para beber?
Cierro la puerta sin decir una palabra.
_______________________________
Bueno, estoy muy ansiosa por llegar a dónde quiero pero saben que no me gusta apurar la trama.
Sean pacientes y no sean como yo.
Estoy escribiendo los siguientes capítulos y una vez que estén listos, volveré a actualizar.
Estoy agradecida con aquellas personas que se toman el tiempo en leer, votar y comentar.
¡Nos leemos pronto!
Ciao~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro