Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15 - Esa es mi arma.

Capitulo dedicado a Roxiiikim
“Te amo”




Maggi 

Durante un largo momento, no puedo moverme. Mi estómago está nadando de nuevo, mi corazón está palpitando el doble de duro que segundos atrás.

—Daimon… escúchame— dice César, cortando el silencio después de su confesión.

JungKook, de espaldas a mí, sólo está allí parado, tranquilo e inmóvil como si aquella admisión robó sus movimientos y voz. 

Veo que sus hombros suben y bajan. 

—Sácalo de mi vista, Namjoon —dice JungKook sin apartar su dura mirada de Elenai—. Llévalo al almacén. Átalo. Manos, pies y torso. Y vuelve a aquí, tengo otro trabajo para ti.

Nam lo mira de manera compasiva. Lo observo  con curiosidad cuando no se mueve. Vislumbro sus manos 
temblorosas y me pregunto si está tratando de acomodar todas las piezas en su mente como lo estoy haciendo yo en estos momentos.

—César será eliminado, Nam —dice JungKook tan calmo y profesionalmente como en cualquier otro momento que lo he escuchado hablar a Namjoon.

Mi estómago se retuerce en nudos.

Me pongo de pie suavemente al escuchar esas últimas palabras. Todo lo demás que Elenai le dijo a JungKook, lo entiendo todo por lo que fue: una estrategia para traerlo aquí. 

Miro a César de soslayo, las comisuras de su boca están temblando. No sé por qué, pero a pesar de que él es el traidor, siento este dolor y tristeza en mi interior. Porque sé lo que JungKook hará. Sé que va a matarlo. Sin embargo, siento que es lo último que quiere hacer…

—¡No! ¡Escúchame! —ruge César. Está más enojado que asustado, su rostro torcido con angustia e incredulidad, sus manos apretadas en puños a sus lados—. No rogaré por mi vida. No lo haré. ¡Si debes matarme, entonces mátame, acaba de una vez, pero quiero que sepas por qué tuve que hacerlo!

Namjoon y Taehyung finalmente se acercan a César y lo sujetan por los codos.

—Pero debes escucharme —dice César mientras comienza a ser arrastrado a 
través del cuarto—. Al menos déjame hablar antes de matarme, Daimon. Dame la oportunidad de explicarme ¡No es lo que piensas! ¡Debes saber lo que pasó en Italia!

La voz de César es silenciada cuando la puerta se cierra.

Aguanto la respiración, incapaz de hablar.No he olvidado nada de esto; sobre Italia, o lo que sea que César ha querido decir; simplemente quiero saber la razón. Ahora no me siento muy bien, y mi corazón está latiendo muy fuerte en mi pecho.

―JungKook… ―trato de decir, pero me doy cuenta que el sonido de mi voz muere antes de que su nombre salga.

Jimin se acerca a él, cauteloso.

—Vamos a terminar con esto—Jimin mira a Elenai— Dime qué hacer y lo haré. 

La puerta de la habitación se abre. Dirigimos rápidamente la mirada para ver a Hoseok moverse a través del camino de la luz que se filtra desde el pasillo. Parece ansioso y preocupado.

JungKook, con su impasible expresión, mira hacia el suelo e inhala con calma, su respiración es constante y entonces su postura vuelve a la de minutos antes.

—¿Dónde están?—pregunta JungKook mirando a Elenai duramente.

—429 South Padre Drive —responde Elenai—. Es donde encontrarás a Leslie y la anciana, 12421 Griffins Street. 

Jungkook se regresa hacia Jimin.

—Toma a algunos hombres —exige—. Ve con Hoseok y llámame tan pronto como las veas sanas y vivas. —Vuelve a mirar a Elenai mientras Jimin y Hoseok se están yendo apresuradamente por la puerta.

A pesar de mi deseo de salir tras César, no lo hago. Y en este mismo momento si tuviera que escoger tras cuál de ellos correr, sería tras JungKook.

—¿Cómo se siente? —pregunta Elenai fríamente desde el charco de sangre en el suelo—. Sabías que conseguiría lo que quería de una manera u otra.

¿Quién es esta mujer? 

No sé qué pensar, cómo sentirme, o a quién culpar, o… no tengo idea de nada y eso me está matando por dentro. 

¡No entiendo nada de esto!

—¿JungKook? —digo, acercándome un paso detrás de él—. ¿Quién es ella? —Es todo lo que consigo decir.

—Te lo diré después —dice—. Ahora no es el momento.

Estoy tan enojada con él. ¿Quién diablos es esta persona? Me siento tan 
confundida. El no fingió su muerte. Lo traicionaron. Pero, ¿por qué César haría eso? ¿Por qué nunca nos buscó para decirnos que JungKook estaba vivo?

—Estamos a mano —dice Elenai, su rostro está empezando a hincharse debido a los dientes posteriores que JungKook quitó.

JungKook saca su arma de la parte trasera de sus pantalones.

Doy un paso delante de él.

—No lo hagas —le digo—. Déjala hablar, tenemos que esperar de todos modos, en caso de que haya mentido sobre las direcciones. —No puedo creer que incluso le tenga que decir esto; él sabe de estas cosas mejor que yo, así que su rapidez con querer acabar con su vida me dice lo  verdaderamente enojado que está por dentro. Tan enojado que está cegado por el odio.

Sus ojos pasan por encima de mí y se da por vencido, dejando el arma colgando a su costado.

Me doy la vuelta hacia Elenai.

—Di lo que tengas que decir —le digo—. No puedo detenerlo de matarte, y 
honestamente realmente no quiero luego de lo que nos has hecho, pero di lo que tengas que decir.

Elenai hace una mueca mientras se mueve a un lado para sentarse contra la pared, presionando su hombro en contra en vez de su espalda herida. Se detiene para recuperar el aliento y deja que el dolor la atraviese antes de empezar a hablar.

—Estoy siendo investigada —dice Elenai—. El Segador era mi padre. Un líder de la Secta SC-4, su nombre era Solis. A diferencia de la red Wolverine, la Secta no mata inmediatamente a sus agentes debido a un error. No hay muchos de nosotros, y somos, debo decirlo… mucho más valiosos que agentes prescindibles como Jeon. Cuando uno de nosotros comete un error, somos castigados de maneras en que tú—Mira a JungKook fríamente— ni siquiera puedes imaginar. Tenemos la oportunidad de enmendar nuestros… errores de juicio, y luego, si todavía levantamos sospechas, seguimos el camino de la tumba.

Me siento en la silla y escucho atentamente.

—No deberías sentirte amenazada por mí —dice y tiene mi atención completa—, no vine aquí por eso. Y no estoy alardeando; fui hecha así. Lo he estado haciendo toda mi vida, Maggi, desde el momento que fui arrancada de entre las piernas de una madre que nunca conocí. Es como aprender tu idioma nativo, creces hablándolo fluido y nunca será olvidado o borrado, y hablas, escribes y oyes con una perfección que aquellos quienes no hablan tu lenguaje solo pueden envidiarlo. Solo pueden intentar aprenderlo después en la vida, pero muy pocos se adaptan a él tan bien que pierden su acento por completo. Fui hecha de esta manera. Y no sé nada más. Y tú, no importa cuán duro entrenes, o cuan buena llegues a ser, nunca perderás tu acento.

Lucha para ajustar su posición pero termina inclinada contra la pared de la misma manera. Respira hondo y sigue.

—Tuve un quiebre… y maté a mi padre. Fui comprometida luego de que descubrieron lo que hice. Escapé. Los SC-4 no pudieron encontrarme. Ni un rastro ni siquiera cuando estaba a plena vista, aprendí del mejor y usé cada habilidad que aprendí para evadirlos. —Baja los ojos—. Cambié mi nombre y me reformé para pertenecer a la policía. Oculté datos y manipulé información sobre mi pasado. Yo era libre, experimentando una extraña nueva vida, desde las sombras, claro; no podía involucrarme más de lo que ya lo había hecho, sintiendo un sinfín de emociones que nunca antes había sentido. Y eso me hizo débil.

—La confesión que obtuvo JungKook de ti —digo— ¿Es la muerte del Segador?

—Sí —dice, y entonces vuelve a mirar a JungKook—, al parecer su hombre leal, removió los escombros y me encontró. Hice lo mismo que él, ahí es cuando supe que la persona que lo entregó era nada más y nada menos que su perro faldero.

Quiero mirar a JungKook, pero no puedo obligarme a hacerlo. Tengo tantas preguntas para él, y sé que él tiene también las suyas con respecto a lo que hizo César.

Me levanto de la silla y me paseo por los azulejos en mis botas, mis brazos 
cruzados sobre el pecho. Entonces me detengo y bajo la mirada hacia Elenai una vez más.

—¿Solo querías romper a JungKook? —pregunto—. Si la venganza es lo que querías, ¿por qué este elaborado juego? —Hago un ademán con la mano frente a mí—. ¿Por qué gastar tu tiempo en esto? ¿Por qué no tomar a So-jung? —Consigo mirar a JungKook esta vez,preguntándome si podría estar pensando lo mismo. Sus ojos pasan sobre los míos lentamente, como si quisiera mantenerlos allí pero no se siente bien con ello, y entonces vuelve a mirar a Elenai con todo el odio que puede reunir en un rostro aparentemente sin emociones.

Elenai se presiona contra la pared, una mueca torciendo sus rasgos mientras se endereza. Nunca intenta cubrir sus pechos desnudos, pero supongo que no me importaría mucho la vergüenza si acababa de ser torturada.

—No vine aquí solamente por venganza —dice y mira a JungKook directamente—. Vine aquí porque quiero unirme a su Orden.

Siento mis ojos abrirse de par en par en mi rostro.

Miro a JungKook, sin palabras.

—Tienes que estar bromeando —dice JungKook.

—No —dice Elenai, negando con la cabeza lentamente—, de hecho hablo muy en serio. ¿Por qué crees que hice todo esto? —Intenta hacer un ademán con una mano, pero el dolor se dispara a través de ella cuando levanta el brazo. Lo vuelve a bajar—. Esta es mi manera de demostrar mis habilidades. ¿Y qué mejor manera de mostrar todo lo que soy capaz que darte una vista completa?

JungKook niega con la cabeza con incredulidad.

—Estás loca —dice.

No estoy tan segura…

—Podrías usar alguien como yo en tu organización, Jeon —sigue—. Soy todo lo que siempre has querido en un operativo—. Sus palabras me queman aunque no fue su intención—, y no puedes negarlo tanto como me desprecies en este momento. He demostrado en más de una forma e incluso voluntariamente permití ser torturada por ti. El hombre que transmite miedo y paranoia a cualquiera que escuche tu nombre en nuestro mundo clandestino, no me pueden quebrar. —Entrecierra su mirada sobre él y agrega—: Y ya no puedo ser comprometida —Y por un momento es la misma mujer astuta y malvada que ha sido antes de ser torturada.

Miro a JungKook. Él la mira solamente a ella. Y mientras eso probablemente sólo mantiene su odio inquebrantable hacia ella, todavía me hace sentir incómoda. 

Pero lo descarto porque quiero ser fuerte. 

Quiero que JungKook sepa que no me siento amenazada por ella. 

Aunque lo estoy.

—¿Por qué diablos querrías trabajar para el mismo hombre que ahora te puso en el lugar de donde saliste? —pregunto.

—Porque eso está en el pasado —dice mientras sus ojos caen en mí, aunque su cabeza permanece enfrentando a JungKook. Entonces lo vuelve a mirar—. Y porque, como dije, estamos a mano ahora.

La mirada de JungKook se aparta y camina hacia mí y toma con suavidad mi brazo.

—Vamos —dice, y camina conmigo hacia la puerta abierta.

Lo sigo, volviendo a mirar a Elenai mientras intenta ponerse de pie.

—¡Me necesitas! —grita—. ¡Sabes que soy un arma rara y valiosa, Jeon! 

Con cualquier otra persona podría pensarla delirante y engreída escuchar una afirmación tal, pero con Elenai, es completamente cierto; ella es una arma rara y valiosa.

Pero eso significa una mierda para mí.

Espero que para JungKook también.

—¡Le enseñaría a Maggi todo lo que sé!

Me detengo como por unos dos segundos al escuchar sus palabras, pero sigo caminando inmediatamente por la puerta con JungKook tirando de mi brazo.

—¡NO TENGO NINGUNA OTRA PARTE A DONDE IR! —grita mientras la puerta se cierra—. ¡ME NECESITAS!

La puerta silencia su voz en un instante.

JungKook me detiene en el pasillo.

—Ella muere tan pronto como sepamos que están a salvo —dice él.

No me mira. El silencio llena el estrecho espacio.

—¿Por qué no enviaste a alguien para decirme que estabas vivo?

Mi corazón se rompe nuevamente recordando todo lo sucedido.

JungKook suspira y mira la pared detrás de mí.

—Iba a hacerlo—confiesa— Lo juro. No hubo un puto día en el que quisiera verte allí. 

Siento todo como una pesada carga en el pecho, pero no digo nada porque no puedo. 

Sus ojos encuentran los míos y continúa:

—Necesito que me escuches por un momento —dice—. Necesito que 
entiendas algo de lo que me di cuenta mucho antes de tu misión en Italia.

Asiento.

—Estoy escuchando.

Da un paso adelante y yo contengo la respiración.

—Quería que vivieras por tu cuenta—dice y sus palabras me llevan a aquella jaula. — Quería que tuvieras tu propia casa, tu propia dirección, tu propia vida. Tu propia… cama.

—Es por eso que me enviaste a Italia —confirmo lo que ya se pero el dolor altera mi voz—. Es por eso que dijiste que tenía que ser Taehyung quien fuera conmigo. No fue porque supieras que él me protegería, o supieras que podías confiar en él conmigo… querías que estuviéramos juntos.

JungKook suspira. Con lentitud, asiente.

—Sí —dice en voz baja—. Quería… protegerlos a ambos.

—Querías protegerte a ti mismo —respondo.

Él niega.

—No —dice—, no se trataba de salvarme; se trataba de ti primero, Taehyung segundo, y por último yo.

—¿Aquí debería ser la parte en la que te creo y corro a tus brazos? 

JungKook parpadea, aturdido.

—¡Demonios, no! Pensaba en ti. Nunca habías tenido nada que fuese solo tuyo… ni siquiera tu propio espacio y libertad. Tus pensamientos, acciones y decisiones siempre han sido dictaminados por alguien más… Tus malditos padres, Jung… incluso yo. —Hace una pausa, volviendo a pensar en algo, parece—. Pero eso tenía que cambiar. Sin importar lo que yo quisiera, cuánto doliera o cuánto me lastimara estar lejos de ti, necesitabas tu libertad. Solo quería salvarte.

—¿De qué? —pregunto, con amargura en este momento—. ¿De tu estilo de vida? ¿De los peligros a cada paso? 

—Quería salvarte de mí —responde rápidamente—. Yo… quería salvarte 
de esto. —Abre las dos manos, con las palmas hacia arriba, señalando la habitación, esta inevitable situación.

Y miro a esas manos. Las miro, largas y duras simbólicamente, porque siempre creí que eran las que algún día acabarían con mi vida. 

Está diciendo la verdad, después de todo: Quería salvarme de él mismo.

—Entonces, ¿por qué me buscaste? —Levanto mi cabeza y lo miro—. Si estabas muerto para mí, ¿por qué ahora estás aquí?

Baja sus manos pesadamente. Por un momento niega con su cabeza mirando a la pared como si no encontrara una respuesta y entonces finalmente me mira a los ojos.

—Eso es lo  único que no puedo responderte —dice con evidente desesperación en su voz. Hace una pausa, suaviza su mirada—. Por qué no lo sé. 

No puedo mirarlo, pero de alguna 
manera, todavía puedo ver todos sus movimientos; incluso la tristeza en su 
rostro. Yo lo veo. De algún modo.

—Nunca debí traerte conmigo—continúa—. Nunca debí permitirte conocer lo que hacíamos, y mucho menos alimentar la ilusión de pensar que podrías hacerlo también. No solo decidiste un día que quieres ser un asesino a sueldo o un espía profesional. Demostraste ser la mejor que los demás en algunas misiones, "demostraste tu valor" —hace comillas con sus dedos—, pero nunca estuviste al nivel de nosotros. Y la razón es que, no importa cuánto entrenarás, nunca llegaste a ese nivel porque no naciste en esta vida o iniciaste joven el entrenamiento.

Las palabras de JungKook cortan atravesándome como una cuchilla sin filo por mi carne y hueso. Mi estómago nada con la humillación y el dolor. Durante mucho tiempo, no puedo ni siquiera mirarlo, no con enojo por sus crueles palabras, sino por vergüenza porque lo creo. En el fondo pienso que siempre he creído.

Después de lo que parece una eternidad, después de que me siento en control de mi voz de nuevo, levanto la cabeza y lo miro con lágrimas en los ojos.

—Nunca puedo ser tan buena como tú, o tecnológicamente inteligente como Hoseok, o tan aterradora como Nam, pero hay una cosa que sé que soy buena porque lo hice prácticamente toda mi vida, incluso desde antes de que mi madre me vendiera. Me adapté. Aprendí a leer a mis enemigos, a cualquiera que pudiera hacerme daño, si se trataba de algún traficantes de drogas. Aprendí a sobrevivir sin volverme como ellos. —Señalo mi dedo hacia él—. Y cuando estuve en Garden Baron, sobreviví volviendo a mis enemigos unos contra otros. No era la favorita cuando fui por primera vez allí —sacudo la cabeza y dejo caer mi mano en mis costados—, no, era como todas las otras chicas de Jung, vencí de cerca a la muerte con Izel a diario, violada por sus hombres, sí, fui violada por ellos, lo sabes. Pero me 
adapté para sobrevivir. Hice que Jung confiara en mí. Su confianza se convirtió en una actitud protectora. Su proteccionismo se convirtió en amor. Su amor se convirtió en obsesión. Fue por mi y solo por mi que Jung se volvió contra su propio padre.

Doy un paso directo a su cara, levantando los pocos centímetros que necesito para ver sus ojos mientras se cierne sobre mí en su elevada estatura. 

—Yo nací en esto —digo con severidad; mi dedo presionando en el centro de su pecho—, para adaptarme a mi enemigo... esa es mi arma. Y ni tú ni nadie va a hacerme creer que no sirvo para esto. 

JungKook deja escapar un profundo suspiro. 

Extiende su mano y toca el dorso de mi mano con sus dedos.

—Lo siento. —dice y me agarra con la guardia baja. 

Lo miro directamente a los ojos, con la intención de terminar con esto y confesar una cosa más.

—Mientras estuvimos en Italia, se me dio la oportunidad de conocer al Taehyung real, de comprenderlo, y de ver a través de su dura coraza. ¿Y quieres saber lo que vi?

Su mano cae de la mia como si estuviera tocando algo caliente. Traga, y lanza una mirada rápidamente al suelo; cuando levanta de nuevo su mirada, ya no me está mirando, sin embargo, asiente.

—Vi a alguien que, aunque hubiera causado mucho dolor, todavía merecía perdón; alguien que, de una manera, es aún inocente en todo esto; alguien que tiene tanto amor y compasión en su corazón. —Sus ojos encuentran los míos de nuevo y entonces continúo—: Vi un hombre que… aún podía ser salvado.

—¿Y te lamentas por eso? —pregunta, confundido.

—Sí.

—¿Por qué?

—Porque me siento culpable —respondo—. Me siento culpable porque… cuando te miro a ti… no veo lo mismo.

Nunca usé algo así contra él, rebajándome a su nivel sin corazón, pero las palabras acabaron de salir como vómito.

JungKook asiente lentamente, luego de unos minutos avanza el resto del camino hacia mi con su arma en la mano.

Se detiene a mi lado.

—Lograré remediar mi error en su momento—dice suavemente y extiende su pistola frente a mi. La tomo.— Ahora mismo, quiero que el resto de esto se resuelva. Hay que tratar con César. Y te voy a dar a ti y solo a ti el trabajo de matar a Sullivan.

Confundida, pregunto:

—¿Por qué yo?

Levanta la mano y toca el lado de mi rostro, rozando sus dedos ligeramente 
contra mi piel.

—Mereces el honor. Y porque te amo, y no tengo ningún uso para ella.

Aprieta sus labios cálidos en mi sien y luego se aleja.

Presionando mi espalda contra la pared, me deslizo hacia abajo y me siento en el suelo con las rodillas alzadas. Y me quedo mirando la puerta frente a mí donde justo al otro lado hay una mujer… una sola persona, un arma viviente y respirando, que vino aquí y consiguió dar vuelta de cabeza todas nuestras vidas. Y pienso en César atado en un almacén, y no puedo evitar creer que no es nuestro enemigo, pero la prueba es mayor que mi necesidad de creer. Y JungKook es conocido por no ser un hombre que perdona.

Y pienso en Jung… pienso en el hijo que tuvimos juntos, y me pregunto dónde está él o ella en este momento. ¿Cuál es su nombre? ¿Es feliz con la familia a la que fue vendido?

Ser un asesino es difícil. Es difícil no sólo por las razones obvias, sino porque vivir en este tipo de vida, no solamente matas criminales, enemigos y objetivos… también matas a todo y a todos los que amas.

Estoy empezando a creer que Hoseok es el más cuerdo de todos nosotros…



       _______________________________

¡Hola bellezas!

Después de un gran bloqueo, ¡he vuelto!

Lo siento si no es de su agrado pero estoy recién saliendo de esto y me cuesta ponerme en el hilo de la trama nuevamente. Es más, tuve que releer las dos obras anteriores para poder ponerme al día.

Estoy escribiendo el siguiente capítulo, en cuanto lo tenga, lo subiré enseguida.

Muchas gracias por la espera.

Cómo siempre digo: Agradecida con aquellas personas que se toman el tiempo en leer, votar y comentar.

¡Nos leemos pronto!

Ciao~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro