La noche era cada vez más silenciosa, toda menos en el callejón donde Ichi y Kara aún se encontraban juntos, apegados y fundiendo su labios en besos devoradores que mutuamente ambos necesitaban. Karamatsu restregaba sus cálidas manos en el pecho del menor, pellizcando y manoseando los pezones que tan al momento endurecían con el pasar de los minutos que se restregaban con cariño. Los jadeos de Ichimatsu escapaban con frecuencia mientras su superior bajaba con besos y lamidas su abdomen, una melodía suave iniciaba a aparecer desde los pantalones de Caporegime, el celular vibraba. Ichi bajo su vista encontrándose con la mirada de Sottocapo que lo penetraron de tal manera que su cuerpo estremeció de nervios. No tenía la intenciones de contestar ya que su capacidad de hablar en ese mismo instante era bastante nula con los gemidos entre sus intentos de habla, las llamadas eran constantes pero su intereses estaba puesta en las caricias que su contrario realizaba ya en su entrepierna, su boca relamía, estimulando su bulto endurecido y húmedo.

-Ah~ Ahh~ K-Karamatsu, deja c-contestar ~ -Pedía entre jadeos mientras el sonido y vibración del celular seguían en el bolsillo de su pantalón, le estaba siendo molesto pero la mirada repentina de su superior volvió a posar en sus ojos.
-No, no lo harás. Quien sea, puede esperar –comento al desabrochar el botón e ir bajando el cierre del pantalón- It is my moment, Kitty –musito entre sus labios esbozando una ligera sonrisa al revelar el miembro erecto que sin dudar beso. El roce de los labios en su glande lograron hacerlo estremecer con un suave jadeo de placer, sus nervios recorrieron nuevamente su cuerpo mientras el celular vibraba por última vez. La temblorosa mano de Ichimatsu se posaba en el cabello de su superior, quien volviendo a sonreír para luego abrir su boca, esperando la iniciación de su pareja.

-Tsk.. Calma mi ardor entonces. –respondió el joven Caporegime al agarrar el cabello de su superior, afirmándolo e introduciendo su miembro en la boca, movía su cintura de atrás hacia adelante, sucesivamente, penetrándolo con deseo, obligado a dejar escapar su jadeos y suspiros de placer que tanto provocaba la calidez y suaves roces que tanto provocaba la cavidad bucal del mayor. Sus manos acariciaban el cabello negro que tenia entre dedos aún incitando al empuje de su cintura, la sensación le recorría por todo el cuerpo, estremeciendo en querer más.

Las embestidas que recibían Karamatsu, lo ahogaban, tener por completo el miembro de Ichi en su boca lo cansaba aún así continuaba por satisfacer la necesidad de su amado, rozando el glande del joven, estimulándolo con más rapidez. El cuerpo de Caporegime se estremecía cada vez más, sentía como el calor predominaba hasta lograr su tan deseado orgasmo.

-Ahhh ~, Ah ~. B-basta, n-no más Ahh ~.. –trataba de decir mientras su superior se aferraba de los glúteos del joven, presionando la pelvis contra sí, esperando que todo el liquido entrara en su boca mientras su contrario se retorcía, tirando de la chaqueta del mayor intentado a alejarlo. Al separar sus labios, hilos de saliva mezclado con semen lo unía con el miembro del menor, levanto su mirada y esbozo un ligera sonrisa de satisfacción al ver el rostro completamente rojo.

-¿Cómo te sientes ahora? – pregunto el mayor con su rostro salpicado por el liquido blanquecino que al momento en que Ichimatsu lo ve, no evito ruborizarse.

- ... - el joven no quería responder, evitaba la mirada de su superior mientras era acariciando en los glúteos, los agarres los provocaban dejando escapar jadeos. Karamatsu quitaba los pantalones, bajándolos al igual que el bóxer, se levanto mientras sujetaba la pierna izquierda de Ichimatsu, elevando mientras éste sin oponer resistencia se dejaba llevar por el juego del mayor.

-Pareces algo tenso, my kitty –las palabras resonaron en el callejón mientras Ichimatsu negaba con la cabeza evitando el contacto visual, sintiendo como el mayor desabrochaba su pantalón bajos su entrepierna, notaba como su cuerpo sin ser tocado empezaba a reaccionar, su misma entrada parecía estar lista en ser invadida justo en el momento en que el sonido de llamada interrumpía nuevamente la situación. Karamatsu levanto su mirada, sintiendo el vibrar en el bolsillo trasero de su pantalón mientras resonaba la melodía tan insistente que al sacarlo, la pantalla anunciaba la llamada de su jefe. Al contestar la llamada, fijo su mirada en Ichimatsu acercando sus labios a los de éste. Rozándolos.

-Hello Boss – Respondió al besar los labios del Caporegime silenciado mientras el menor temblaba por culpa de una corriente de aire en su parte inferior desnuda.

-¿Qué crees que estás haciendo? Debiste volver con Ichimatsu hace ya 2 horas. – La voz claramente no era de su jefe, reconocido por tanto estricto no era de dudar del Consigliere.

-Hey, pensé que llamarías de tu celular.

-Ichimatsu no contesta y solo tú le respondes al Don, ¿Dónde estás?

-Let's calm down, mother –comento con una sonrisa en su rostro mientras Ichimatsu lo miraba dudoso y asustado por la última palabra, mordiéndose el labio.

-No es tiempo para bromas, Sottocapo. Tenemos un llamado de secuestro, ahora regresen de inmediato - La línea se corto en ese instante, la preocupación era notoria en su rostro, estaba tenso mientras el menor lo miraba aterrorizado.

-¿Q-que ha sucedido? –pregunto al ver a su superior soltarlo, tomando cierta distancias, volviendo a vestirse. Ichimatsu hizo lo mismo, subió su ropa, arreglándose mientras la mirada de Karamatsu estaba perdida de rabia, por lo cual no volvió a preguntar, asustado.

-Debemos volver.. Alguien de la familia ha sido secuestrado. –Karamatsu dio media vuelta, caminando con rapidez de regreso a la institución y sin ninguna mirada dirigida atrás, marchándose solo. Ichimatsu observaba la silueta de su pareja irse, tenia rabia de no saber lo que sucedía pero más dolor en su pecho de ser ignorado por quien tanto anhelaba apoyandose nuevamente en la pared dejándose caer.

-No te vayas.. –susurro a su alrededor, el callejón se volvía más oscuro y frío al caer la noche, llevando sus rodillas al pecho envolvió sus brazos sobre sus piernas, dejando que su celular iniciaran su prologada melodía de llamado.