Capodecime Jyushimatsu
-¿Por qué eres tan amable conmigo? -pregunto Ichi al alejar su labios húmedos de los de su superior, al mismo tiempo, Kara con una leve sonrisa rio acariciando la mejilla del menor quien se apoyaba en un pared del callejón.
-¿Amable? Ya te dije que eres importante, si te sucede algo yo estaré aquí para ti
-No es cierto, no tendrías que estar conmigo si no fuera por el Don... entonces no tendría que ser una carga para ti o mejor dicho, no tendría que ser importante para ti.- Kara al escucharlo cerró los ojos dando un leve suspiro, dio una última caricia en la mejilla del menor para luego abrir su ojos decidido de sus siguientes palabras.
-Yo pedí estar contigo-. La mirada Ichimatsu volvieron a posarse en la vista de su amante, sus ojos brillaban, parecían iluminarlo y sin evitarlo esos bellos e hipnotizantes ojos comenzaron a llorar.- Desde que fuiste admitido en la organización, quise quedarme contigo, te convertiste en mi familia, te cuide. Logre enamorarme de ti, al inicio en que ingresaste como un mocoso e irrespetuoso, insolente conmigo que aun así quise sacarte de un mal camino, quise mostrarte un buena luz en estos barrios tan hostiles. No paraba de pensar en ti antes de ir a dormir e incluso hable muchas veces de lo grande que lograrías ser para que pudieras seguir en esto. Todo, todo lo que hago es para estar contigo, como no me crees aún que eres la persona más importante que tengo.
-No llores... no, no por mí.. -murmuro con la voz ya entrecortada del nudo que se había hecho entre su garganta, tiraba de la ropa de su superior abrazándolo queriéndolo tener más cerca.
-Déjame guiarte por un buen camino Ichimatsu, si nuestra vida ya no depende de esta organización, nos iremos lejos, juntos y podremos ser felices tranquilos. -Ichi negaba con la cabeza, desesperado, su cara se encontraba roja, las lagrimas caía por sus mejillas y sus lloriqueos no podía esconderlos menos cuando Kara lo abraza con tanta protección.
-¿P-porque me insistes tanto? Te he tratado mal, muchas veces...
-¡Porque tú eres a quien yo amo! -exclamo Kara al mirar con insistencia al menor quien lloraba desconsolado. Sujeto sus dos manos frías y sin pensarlo dos veces, beso los labios temblorosos de Ichi, se le partía el corazón verlo llorar y más si era por su culpa, sabía que la felicidad de ambos era estando juntos pero la calma de Ichi eran sus besos.
Pasaron un buen rato estando escondidos en ese callejón, los sollozos habían cesado entre ese beso tan amplio y necesitado. El joven de cabello revoltoso termino el beso por un poco de aire, abrió su mirar en busca de los ojos de su amado y con una sonrisa en rostro. Observando cómo superior volvía a ser dominado por sus instintos, su necesidad de poseerlo, él comprendía sus ansias a pesar de que la escondía bastante bien, en ese mismo instante Kara empezaba a besar su cuello obligándolo a estremecer del nervio recibiendo las mordidas que hacían a su libido enloquecer. Ambos jóvenes agitados seguían su juego en la oscuridad de la noche, en ese callejón frio que solo gemidos parecían sonar aquella noche. Ichi con el vest y la camisa desabrochada, su torso se mantenía descubierto mientras que Kara relamía sus pezones, jugando y pellizcando cada vez con la necesidad de escucharlo gemir.
-Ahh~ K-Karamatsu~ .. Ahh~ Baja, baja por favor.. No lo soporto más~ -pidió entre jadeos, restregado con la pared que tenía a su espalda manteniéndolo de pie.
-¿Quieres que este en mi boca tan rápido? -dijo con una sonrisa en rostro.
...............
Un chico animoso con pantalones negros de tirantes, camisa amarilla de mangas larga, zapatillas blancas y corbata negra se encontraba en una habitación practicando su batear continuamente sin descansar, parecía divertido antes de interrumpido por el sonar de su celular que se encontraba encima de su cama. Jyushi suelta su bate para saltar rápidamente hacia su cama, revotando sobre ella y luego caer en el suelo.
-¿¡Hai!? -mira el celular para darse cuenta que aun no había contestado, queda mirando un rato la pantalla viendo que era Osomatsu quien lo llamaba. -¡Hai Nii-san! Jyushimatsu reportándose -respondia al celular al llevar su mano sobre su frente como si estuviera saludando a un coronel.
-Capodecime.. eh, ¿Jyushimatsu? Necesito que vengas a mi oficina, necesitamos hablar sobre los reclutas nuevos.
-¡¡Hai hai!! Entiendo Don, iré enseguida -respondió con ánimos.
-Ah, casi lo olvido, necesito que llames a Ichimatsu también, hay que registrar su aprobación a hacia los nuevos.
-¡¡Entiendo!! ¡¡Lo llamare en seguida!!. -Al terminar la llamada, Jyushimatsu se levanto de la cama emocionado. -¡¡Reclutas nuevos!! ¡¡Hay que entrenarlos a todos para que la familia crezca más!! -comento al sacudir su cabeza, movía sus brazos con emoción antes de recordar que tenía que llamar a su superior. Agarro su celular y busco el número de Ichimatsu, el tono de espera era continuo, nadie contestaba, Jyushi caminaba con rapidez de su habitación esperando el contestar de su superior, pero nadie respondía. Intento variadas veces antes de que el tono no volviera a sonar y una respuesta de fuera de servicio dejara que sus intentos fueran en vano. La inquietud lo consumía, no era normal que su superior no le respondiera, es más nunca le había sucedido.
El joven salió de su habitación disimulado pero confuso, tenía que admitir que la integridad de la familia no era muy llamativa, él siempre a intentado dar una buen ánimo a todos y si alguien lo veía en ese momento con expresión de preocupación, se sentiría devastado por no mantener la alegría de todos. A unos cuantos pasos se encontraba la sala principal, donde fácilmente pudo notar que su Soldato de camisa rosada, pantalones negros con tirantes y un lazo negro en su colgar, se encontraba sentando sentado en un sillón tomando un té y como siempre se veía pegado a su celular. Jyushi acelero su caminar hacia la oficina del Don, pero Totty no era despistado, menos con su superior que hacía bastante ruido con sus pasos tan bruscos.
-¿Jyushimatsu? ¿Sucede algo? -Pregunto Totty al levantarse dejando su té sobre un velador al igual que su celular. El joven de sonrisa amplia, giro con sorpresa y al desviar su mirada con confusión a la pregunta, cierra su boca y se pone a pensar.
-Mmmmh..
-¿Mmh?
-Mmmmh.. ~
-¿Jyushimatsu?
-No, no pasa nada -respondió a fin, volviendo a sonreír de manera aliviada. Totty parecía extrañado pero no evitaba en ver cuán lindo parecía su superior al sonreír sin moverse tanto.
-¿Vas a la oficina del Don? - Jyushimatsu asintió volviendo a animarse. El joven mirada tierna sonrio leve, asintiendo también.
-Ve con cuidado. -dijo al tomar del brazo a su superior, dándole un suave beso en la mejilla. -Te quiero -musito entre sus labios antes de soltarlo. Jyushi no pudo evitar que su rostro se pusiera completamente rojo de la vergüenza, esas expresiones de cariños no eran comunes en el menor, lo que le hacían estremecer de la emoción. Antes de seguir por su camino, el mayor sujeto al joven de la cabeza regresando el beso el cual deposito en los labios del menor, obligándo a ambos a ruborizarse de la vergüenza.
Jyushi con una sonrisa temblorosa, giro hacia la dirección a la oficina, continuando su paso rápido mientras que Totty impresionado y con su rojizo rostro, observaba como su Capodecime caminaba cubriendo su laterales de la cabeza para no mirarlo de regreso.
Ambos jóvenes continuaron su rutina, ambos con un palpitar de alegría.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro